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Batalla de la Cuchilla de El Tambo

Batalla de la Cuchilla del Tambo
Independencia de Colombia
Parte de Reconquista de la Nueva Granada

Pintura de la batalla por José María Espinosa
Fecha 29 de junio de 1816
Lugar El Tambo, cercanías de Popayán, Nueva Granada (actual Colombia)
Coordenadas 2°27′15″N 76°49′04″O / 2.45417, -76.8178
Resultado Victoria española
Consecuencias Desaparición de las Provincias Unidas de la Nueva Granada
Beligerantes
Bandera de Colombia Provincias Unidas de la Nueva Granada Bandera de España Imperio español
Comandantes
Bandera de Colombia Liborio Mejía
Bandera de Colombia Carlos Montúfar
Bandera de España Juan Sámano
Bandera de España Toribio Montes
Fuerzas en combate
770[1][2] 1400[1]​-2000[2]
Bajas
250 muertos (mayoría republicanos) y 300 prisioneros[1] Desconocidas

La batalla de la Cuchilla del Tambo fue un enfrentamiento armado entre las tropas independentistas de Nueva Granada y el ejército de la Corona española, ocurrido el 29 de junio de 1816, durante la Guerra de Independencia de Colombia en el sitio conocido como la Cuchilla de El Tambo, en inmediaciones de la ciudad de Popayán (actual Colombia). En esta batalla fueron derrotadas totalmente las tropas republicanas a manos del ejército realista. Con este triunfo de las fuerzas realistas se dio fin a la Primera República y se dio por terminada la reconquista española del territorio de la Nueva Granada.

Antecedentes

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Para el año de 1816, antes de la batalla, la situación era precaria para las tropas independentistas de la Nueva Granada. Desde Quito y Perú se enviaron refuerzos realistas a Pasto para la ofensiva hacia Popayán comandados por Juan de Sámano quien regresaba al mando, que se hallaban acantonados en Pasto; al mismo tiempo que desde Cartagena, el general Pablo Morillo avanzaba con la Reconquista. El centro del país ya había sido ocupado por los coroneles españoles Miguel de la Torre y Sebastián de la Calzada logrado tras la derrota del Ejército del Norte en la Batalla de Cachirí en febrero de 1816. Los restos del ejército del norte del ejército de la unión se pusieron al mando del general de brigada Manuel Serviez quien tomó las tropas de la unión y se retiró a los llanos orientales. Los miembros del gobierno republicano se retiraron en dirección a Popayán acompañados por la Guardia de Honor y el Batallón Socorro al mando del coronel Pedro Monsalve.

El 6 de mayo, entraron las tropas españolas a Santafé de Bogotá y la única zona todavía libre y que aún podía hacer algún tipo de resistencia era el suroccidente (Popayán y Cali). El 8 mayo de 1816, el brigadier Sámano comandante de la división de Pasto, obedeciendo a las órdenes emanadas del general Morillo y comunicadas por el Presidente de Quito Toribio Montes, salió de Pasto el 8 de mayo de 1816, a la cabeza de su columna compuesta de 400 hombres de línea y 600 milicianos disciplinados, para trasladarse hacia Popayán y fortificarse en un punto conveniente, a fin de llamar la atención de los independientes y de cortarles el paso cuando fueran empujados hacia el sur por el resto de las tropas reales quienes avanzaban desde del norte por las provincias de Antioquia y Chocó. Se le incorporó algunas guerrillas realistas del valle de Patía comandadas por Simón Muñoz, para un total 2.000 tropas la mayor parte fusileros, bien armados y municionados.

Después de una marcha dilatada a la espera de las noticias de los movimientos de las otras tropas, tomó posiciones en un lugar denominado Cuchilla del Tambo, cerca de la población del Tambo a unas 6 leguas de Popayán. Sámano ordenó la construcción de unas fortificaciones y arreglos defensivos que consistieron en un parapeto de más de 7 pies de elevación y 4 de espesor, en forma de pentágono irregular, con su respectivo foso, que no alcanzó a ser terminado y en unas explanadas para emplazamiento de las piezas de artillería.

Situación del Ejército del Sur

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El ejército del sur del ejército de la unión tenía a su disposición alrededor de 700 hombres acantonados en Popayán, al mando del general José María Cabal. Estas tropas consistían en unos 580 infantes, 30 artilleros con dos piezas ligeras de a 4 y como 70 de caballería, la mitad veteranos y la otra mitad voluntarios de Popayán, de los batallones Granaderos de Cundinamarca y Antioquia la caballería se encontraba bajo el mando del coronel Antonio Obando. El reducido número de tropas se debió a que muchos unidades que antes componían el ejército del sur habían sido trasladados el año pasado para la fallida defensa en el norte del país.

Aunque Cabal era comandante del ejército, su poco apoyo a un ataque al enemigo hizo que varios oficiales cambiaron de comandante al ser nombrado por una junta como jefe del ejército al teniente coronel Liborio Mejía. Al mismo tiempo José Fernández Madrid, ratificaba su renuncia a la presidencia de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, siendo elegido como dictador a Custodio García Rovira, quien tenía 36 años de edad.

La junta de oficiales que eligió a Mejía para jefe, había resuelto unánimemente:

"que la división del Sur, que siempre había adquirido laureles en el campo del honor, debía preferir el sacrificarse entera en aras de la libertad, más bien que hacer una deshonrosa capitulación"

Con esta declaración el mando de las tropas patriotas tomó la decisión osada de atacar a las fuerzas realistas, antes que rendirse, aún con la inferioridad numérica del bando patriota.

Batalla

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Las tropas republicanas se pusieron en marcha a la busca del enemigo el 27 de junio de 1816. Al día siguiente el 28 de junio llegaron al pueblo de Pingua a la vista de las avanzadas de las tropas reales, que en virtud de órdenes de Sámano retrocedieron hacia la posición fortificada.

La estrategia defensiva adoptada por Sámano tenía como objetivo no solo rechazar el ataque de los republicanos sino también quebrantarlos antes de su llegada a la posición, con el propósito de ganar tiempo para retirar el hospital establecido en el pueblo del Tambo y de completar los arreglos defensivos en la cuchilla. Para esto destacó en la tarde del 28 una columna de 200 hombres al mando del guerrillero realista Simón Muñoz para que dividida en dos grupos, dilatara el avance de los republicanos, saltando de loma en loma, sosteniéndose un grupo mientras el otro se retiraba hasta una nueva posición, y repitiendo lo mismo sucesivamente hasta llegar al pueblo del Tambo. En el pueblo de Tambo se encontraba una guardia realista a órdenes del mayor Francisco Jiménez, protegiendo el hospital que se había establecido ahí. Sámano ordenó a Jiménez a retirarse y de remitir el hospital a una jornada atrás de la posición principal, lo que ejecutó sin dificultad.

El 29 de junio de 1816 a las 6 de la mañana salieron los republicanos en marcha a las posiciones realistas, divididos en dos secciones iguales: la primera, a la que agregaron la caballería, tomó el camino real con dirección al pueblo del Tambo; la segunda se encaminó paralelamente para tratar de caer sobre la derecha de la cuchilla y a ésta le agregaron la artillería.

Cuando los republicanos se acercaban al pueblo del Tambo, Sámano se adelantó hasta más allá del pueblo, a fin de realizar por sí mismo un reconocimiento que le permitiera enterarse de los movimientos adoptadas por los republicanos. Gracias a este reconocimiento comprobó que los republicanos se habían dividido en dos columnas; uno pasando por el pueblo y otro por la derecha de la cuchilla. Para dilatar aún más su marcha por aquel camino volvió Sámano a la:posición y dispuso que una columna de las milicias de Pasto, también de 200 hombres, a las órdenes de Ramón Zambrano, saliera al encuentro del enemigo y le ofreciera resistencia, en la misma forma de saltos sucesivos como los guerrilleros de Muñoz.

La columna realista mandada por Muñoz, no se retiró hasta la posición, sino que se emboscó como dispersa a la izquierda del pueblo del Tambo, con el propósito de caerles por la espalda a los independientes, cuando los intentaran la subida de la cuchilla. Reforzada la columna de Zambrano con dos compañías más, emprendió un combate dilatorio hasta que recibió orden de Sámano de retirarse, para atraer al enemigo ya fatigado y desfallecido hasta los atrincheramientos.

José Hilario López notó en sus Memorias que "Nuestra columna llegó hasta el último mamelón a medio tiro de fusil del campo enemigo, y allí colocó sus dos cañones, esperando que la primera sección se aproximara, y se diese la orden del asalto por el Comandante en jefe, que marchaba por el lado del Tambo. Verificada ésta se dio la señal deseada, a la cual arremetimos violentamente sobre los parapetos, en donde se nos recibió con un fuego de artillería y mosquetería mortíferos; pero no por eso dejamos de fijar nuestras banderas al mismo pie de sus atrincheramientos."

El abanderado del batallón Granaderos de Cundinamarca el alférez José María Espinosa notó por su parte que "Allí se generalizó el fuego, y como duraba ya más de una hora sin resultado, y nuestras municiones eran escasas, se dio orden de avanzar al batallón Granaderos de Cundinamarca. Nuestros soldados se arrojaron con el mayor valor y llegaron al pie de los atrincheramientos, pero viendo que sufría muchas bajas y que comenzaba a ceder, fue reforzado con el Antioquia, y últimamente se hizo general el combate, comprometiéndose en la línea de las fortificaciones casi toda nuestra gente."

La caballería republicana con carabina, fue colocada en el flanco izquierdo. Llegado el momento atacó denodadamente a la realista, armada con lanzas y la obligó a retirarse hasta el sitio llamado de "Los Aguacates", en donde pudo rehacerse, porque la republicana no siguió en su ,alcance, contentándose con permanecer en el camino del mismo nombre, único que podía tomar el enemigo en caso de retirada.

Por tres horas desde las 7am hasta las 10am lucharon encarnizadamente por tomar las fortificaciones realistas pero los republicanos carecían de elementos para escalarlos y las municiones estaban agotadas. Las piezas de artillería realista hacían grandes estragos desde las explanadas a donde se traían ya cargadas para hacer los disparos. Fue hacia el medio día que la columna de patianos atacó por la espalda a los republicanos. Sámano aprovechó esto momento por hacer salir de los atrincheramientos la mayor parte de las tropas y atacar a los republicanos. ante el fuego enemigo y finalmente fueron rodeados, y obligados a rendirse, de lo cual Espinosa comentó "Ya no era posible obrar en concierto cada cual hacía lo que podía y nos batíamos desesperadamente; pero era imposible rehacerse, ni aun resistir al torrente de enemigos que, saliendo de sus parapetos nos rodearon y estrecharon hasta tener que rendirnos. Sucumbimos pero con gloria."

El valor y arrojo de las tropas republicanas también fue reconocido por el propio Sámano quien escribió "No se puede negar que acometieron con despecho estos malvados por todas partes, llegando a menos de una cuadra de los atrincheramientos. pero todo fue en balde" y estas palabras despectivas son el mejor elogio que puede hacerse al puñado de valientes que tan heroicamente se sacrificaron por su patria.

Consecuencias

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Al final del combate, en el campo de batalla yacían 280 independentistas muertos; 78 heridos y en poder de Sámano 310 prisioneros y todo el material de guerra.[3]​ Tan solo 28 hombres pudieron escapar siendo ellos el coronel Mejia acompañados de algunos hombres.[1]​ Los realistas por su parte según el parte dado por Sámano sufrieron como 16 hombres fuera de combate entre ellos dos oficiales muertos: el capitán de las milicias de Pasto, don Eduardo Burbano, y el teniente de las mismas milicias, don Agustín Varela. Los prisioneros fueron llevados atados y a pie desde el campo de batalla hasta los calabozos de la cárcel de Popayán.

El 1 de julio de 1816, el ejército de Sámano se apoderó de Popayán. Entre los prisioneros se encontraba el entonces soldado José Hilario López, quien fue condenado a muerte, pero se salvó en forma providencial; (López llegó a ser presidente posteriormente entre 1849 y 1853). No tuvo igual suerte el prócer y aristócrata quiteño Carlos de Montúfar, quien fue capturado, condenado a muerte y ejectutado en Buga poco tiempo después.

La victoria en la Cuchilla de El Tambo fue decisiva para la carrera de Juan de Sámano.[4]​ En virtud de esta, El Pacificador Pablo Morillo lo nombró comandante general de la Nueva Granada, cuya sede era Santafé de Bogotá. Sámano arribó a esta ciudad el 23 de octubre de 1816.[5]​ Con la derrota de los neogranadinos en la cuchilla de El Tambo se dio fin a la República de la Nueva Granada, y la Reconquista Española fue un hecho, solo quedando bajo control de los independentistas la provincia del Casanare.

Referencias

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  1. a b c d Henao, Jesús María y Arrubla, Gerardo (1952). Historia de Colombia Para la Enseñanza Secundaria. Bogotá: Voluntad. pp. 342-344. 
  2. a b Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona (2010). "La Campaña del Sur (1813-1816) en las telas de José María Espinosa Prieto". Archivado el 6 de marzo de 2016 en Wayback Machine. Medellín: Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la Universidad Nacional de Colombia, pp. 20
  3. Radio Cadena Nacional de Colombia. «La sangrienta batalla de la Cuchilla del Tambo». Consultado el 17 de agosto de 2010.  (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  4. Davis, Robert H. (1993). Cuchilla del Tambo, Battle of en Historical Dictionary of Colombia. Metuchen: The Scarecrow Press, pág. 180.
  5. Creador: López Ocampo, Javier - Biblioteca Virtual del Banco de la República. «Juan Sámano y Uribarri». Archivado desde Juan Sámano y Uribarri el original el 22 de agosto de 2009. Consultado el 17 de agosto de 2010.