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Dehesa de la Villa

Dehesa de la Villa

Vista de la Dehesa de la Villa
Ubicación
País España
Comunidad Comunidad de Madrid
Localidad Madrid
Coordenadas 40°27′27″N 3°43′11″O / 40.4575, -3.71964
Características
Tipo Parque público
Mapa de localización
Dehesa de la Villa ubicada en Madrid
Dehesa de la Villa
Dehesa de la Villa
Ubicación del Dehesa de la Villa en la ciudad de Madrid
Sitio web oficial

La Dehesa de la Villa es un parque situado al noroeste de la ciudad de Madrid (España), concretamente en el barrio de Ciudad Universitaria del distrito de Moncloa-Aravaca. Su principal característica es que mantiene su carácter forestal, estando en su mayor parte sin ajardinar. Ocupa una superficie de 64 hectáreas, tras haber sido su extensión mucho mayor en el pasado. El ilustrativo "de la Villa" se debe a la condición de "Villa y Corte" que ostenta la ciudad de Madrid.

Historia[editar]

En el año 1152, el rey Alfonso VII de León fue el primero en registrar estos terrenos como pertenecientes a la Villa de Madrid. En esta dehesa el árbol más común era la encina y tenía abundante caza. Su extensión era de unas mil hectáreas formando parte del comunal de la Comunidad de Villa y Tierra de Madrid. En su origen formaba parte de la Dehesa y Eras de Amaniel, nombradas así por su guarda mayor, Lope de Amaniel, documentado como ballestero de Enrique II de Castilla.[1]

En 1457 aparece por primera vez en un acta del concejo como superficie acotada y como pastadero y en 1485 se le da el uso de dehesa carnicera para abastecer a la villa de Madrid. Cincuenta años después se destinaron 1570 fanegas para labranza. En 1608 se parceló y arrendó gran parte de la dehesa de para pagar el traslado de la Corte a Madrid y la construcción del Palacio Real.

Capirote de granito. Viaje del agua de Amaniel

Bajo el reinado de Felipe III, entre 1614 y 1616, se construyeron en la Dehesa parte de las galerías del viaje de agua de Amaniel o de Palacio, que abastecía de agua al Alcázar y posteriormente al Palacio Real. Estas galerías todavía existen, pudiéndose ver los capirotes de piedra que indican el recorrido subterráneo del agua. Este sistema de conducción del agua no se dejará de utilizar hasta la puesta en marcha del Canal de Isabel II, ya en el siglo xix.[2][3]

En el siglo XVIII Fernando VI vendió 327 fanegas para establecer una zona de seguridad alrededor del coto de caza del Real Sitio de El Pardo, con lo que la extensión total se redujo a 698 fanegas. Su sucesor el rey Carlos III arregló varios caminos, entre ellos la Vereda de Carabineros, actual calle de Francos Rodríguez, que comunicaba los palacios del Buen Retiro y de El Pardo. De nuevo, Carlos IV tomó otras 418 fanegas para incorporarlas al Real Sitio de la Florida. Al perder sus mejores terrenos de pasto, se vio seriamente perjudicado el uso de la Dehesa como zona pastoreo para el ganado de abasto de la Villa.[2]

Plantaciones de pinos en la Dehesa de Amaniel en 1890 (La Ilustración Española y Americana, dibujo al natural de Juan Comba, grabado de Arturo Carretero).

Bajo el reinado de Isabel II,siendo ministro de Fomento Bravo Murillo y ante la necesidad de proveer a Madrid de agua se lleva a cabo la obra del Canal de Isabel II. El tramo de la Acequia del Norte (o del Oeste) del Canal regó parte de la Dehesa a partir de 1868, siguiendo el proyecto diseñado en 1863 por Juan de Ribera Piferrer para el aprovechamiento del agua sobrante con el riego de huertos, jardines ciudadanos y otras industrias del extrarradio madrileño, obra que en su conjunto fue popularmente conocida como El Canalillo.[4]

Durante está época se vendió una parcela a la Beneficencia Pública para construir un manicomio modelo que nunca llegó a levantarse pero el terreno no se recuperó.

El arrendamiento como tierra de labor iba contribuyendo a la deforestación de la dehesa y se empiezan a sembrar pinos para retener el suelo. Los sucesivos proyectos de plantaciones de encinas, nogales y castaños propuestos durante la primera parte del siglo XIX no llegaron a realizarse porque el crecimiento de algunos de estos árboles requería de al menos 5 años en los que no se permitiría el paso del ganado. Hasta que en 1883, siendo alcalde el Marqués de Urquijo el Ayuntamiento promueve la creación de bosques en los alrededores de la capital para favorecer las condiciones higiénicas de la población y servir de zonas de esparcimiento para el vecindario, dando lugar a la campaña de 1890 en la que se plantaron 10.000 árboles en su mayoría pinos piñoneros y carrascos.

En 1901 el estado entregó la Dehesa, en usufructo, al Ayuntamiento de Madrid para esparcimiento público; sin embargo, en 1924 se intentó cercar para regular el acceso en una iniciativa del jardinero mayor de la Villa, Cecilio Rodríguez, según la denuncia realizada por el diario El Sol del 4/10/1924.[5]

Dehesa de la Villa en 1975

En 1929 se levantó la Ciudad Universitaria de la Universidad Central, que ocupó 320 hectáreas de la antigua Dehesa, reduciendo de nuevo su extensión a 70 hectáreas.

Durante la Guerra Civil se convirtió en una línea de defensa de la ciudad y en sus terrenos se desarrollaron fuertes combates. Tras la guerra se construyeron en sus terrenos el Instituto Virgen de la Paloma, el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), el Cuartel de la Policía Armada y el Instituto Médico Fabiola de Mora y Aragón.

El 18 de octubre de 2023, la Comunidad de Madrid inicio los trámites para que fuera declarada BIC (Bien de Interés Cultural) en la categoría de Paisaje Cultural. Ese día se publicó en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid el acto de incoación del expediente para que esa declaración pueda ser un hecho.

Flora[editar]

Letrero de interpretación del paisaje

A lo largo de su historia, la Dehesa de la Villa ha ido sufriendo una reducción de las encinas originales, debido al uso humano. En tiempos de Isabel II se comenzó la repoblación con pinos, principalmente piñoneros y carrascos, actualmente el árbol más común del parque.[6]​ Además de la ya citada encina, se halla otro árbol superviviente del bosque mediterráneo, el alcornoque. También hay almendros, sobre todo amargos, y acacias sobre todo cerca de la calle Francos Rodríguez.

En las vaguadas húmedas aparecen chopos, sauces, fresnos y olmos, estos últimos muy agredidos por la grafiosis. En las zonas ajardinadas se encuentran múltiples cipreses junto a mimosas, eucaliptos, cedros, laureles y ciruelos de Pissard. En los bordes de las carreteras es común el ailanto.

En el sustrato arbustivo encontramos jaras, retamas, romero y zarzamoras, entre otras.

Otoño en la Dehesa (1918) de Enrique Simonet

Fauna[editar]

Además de la ardilla roja, el mamífero más fácil de observar entre las copas de los pinos o trepando por sus troncos, se han avistado en la Dehesa más de 70 especies de aves. Entre las consideradas sedentarias que se pueden ver todo el año:

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Montero Alonso, 1990, p. 31.
  2. a b Blanco Castro y Monedero Pérez, Emilio y José (2011). Dehesa de la Villa: Naturaleza en la Ciudad. Ayuntamiento de Madrid. ISBN 978-84-7812-737-5. 
  3. Author, Juanjo Email (8 de abril de 2012). «El viaje de agua de Amaniel». Aquí Tetuán. Consultado el 16 de junio de 2024. 
  4. Márquez Ruiz , Ricardo (2011). «Las dos acequias del Canalillo, aliviadero del Canal de Isabel II». Ilustración de Madrid: revista trimestral de la cultura matritense (Madrid). Verano (20): 47-52. ISSN 1886-7766. Consultado el 24 de mayo de 2017. 
  5. «Quieren cercar la Dehesa de la Villa. Una cuestión que debe tratarse en serio.». El Sol. 4 de octubre de 1924. p. 1. 
  6. El colapso del pinar de la Dehesa de la Villa: una catástrofe que podría encerrar una oportunidad

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]