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Discusión:Batalla de Chorrillos

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Batallas de Chorrillos y Miraflores (13 y 15 de enero de 1881)[editar]

Estas batallas se enmarcan en la denominada Guerra del Pacífico , que enfrenta a Chile contra la coalición de Perú y Bolivia desde Abril de 1879 hasta 1883.

Dentro de este conflicto, cuando estas batallas toman lugar, la República de Chile ya ha aplastado a las fuerzas peruanas en la Toma del Morro de Arica en 1880, con lo que el ejército nacional toma la provincia de Tarapacá.

Luego de esta batalla, comienza la etapa denominada Campaña de Lima, que tiene por objetivo tomar la capital peruana para forzar la rendición de Perú (Bolivia ya se había retirado del conflicto luego de la derrota sufrida por los ejércitos de la todavía coalición en la batalla del Campo de la Alianza el 26 de mayo de 1880).

Luego de la victoria chilena en Arica, la diplomacia peruana busca desesperadamente junto con Argentina - que tenía pretensiones territoriales en la Patagonia Chilena - el apoyo brasileño para forzar un arbitraje que minimizara las pérdidas para un país que ya se sabía perdido. Brasil se portó caballerosamente con Chile y no sólo se rehusó a participar, sino que puso al tanto a Chile acerca de las intentonas peruano-argentinas.

Así, advertido por el Brasil y arrastrando el fracaso de las negociaciones de tregua, Chile planificó un golpe final al Gobierno de Perú y un avance a Lima que la presión popular venía clamando desde hacía tiempo en Santiago, para lo cual el cuartel de guerra organizó tres divisiones completas (artillería, infantería, caballería, estado mayor, etc.), sumando unos 23 mil hombres.

Perú, entretanto, había aprovechado el período de tregua para armarse y fortificar su territorio. Acumuló cerca de 20 mil soldados en Lima, más una reserva de 13 mil hombres para su segunda línea de defensa, y organizó dos líneas de defensa en las aldeas costeras de Chorrillos y Miraflores, a poca distancia de la capital. Pero no obstante las fuertes fortificaciones construidas con las que se reforzó estas defensas, la larga posición de 16 kilómetros era estrecha y podía ser penetrada. Patricio Lynch aguardaba desde fines de diciembre con la 1° división en Lurín para avanzar sobre estos dos puntos. Por su posición, Chorrillos debía ser tomado primero, ya que era el pueblo más al sur.

Baquedano propuso que el enfrentamiento fuese un choque frontal de división a división: cada una de las peruanas sería atacada en lo posible por una chilena. Desde la costa hacia el interior, las divisiones peruanas comenzaban en el "Morro Solar", seguido por la división "Santa Teresa". Entre estas dos debía romperse la línea de defensa por la 1° División al mando de Lynch, seguida de la reserva. Siguiendo hacia el interior, la tercera división peruana fue identificada como la de "San Juan", correspondiendo a la 2° División de Sotomayor enfrentar esta posición. Finalmente, continuaban en las posiciones la "Pamplona", que debía romper la 3° División al mando de Pedro Lagos, el mismo que comandó a las fuerzas chilenas en la aplastante victoria chilena en el Morro de Arica. El 12 de enero de 1881, las divisiones chilenas avanzaron hacia las líneas defensivas peruanas.

En un extraño presagio que anticipó la gloria chilena, había llegado por esos días de vuelta el estandarte del 2º de Línea, recuperado después de la Toma del Morro de Arica.

En la madrugada del 13, comenzó el combate no sin contratiempos, pues un atraso en la entrada de la 2° División permitió que la división de Avelino Cáceres atacara a la 1ª División chilena, obligando a actuar a las reservas que le seguían. Cuando la división de Sotomayor entró, sin embargo, reventó las líneas del "San Juan" clavando la bandera chilena ante el asombro peruano, acción que ejecutó el Sargento Daniel Rebolledo, del Buin.

Los batallones Esmeralda y Chillán avanzaron sobre Chorrillos al romperse la línea peruana, tras unas horas de combate. Al mismo tiempo, los Granaderos del Comandante Yávar y los Carabineros de Yungay de Bulnes avanzaron sobre las tropas dispersas. En esta acción cayó fulminado Yávar, que corría al frente de la caballería tras el enemigo. Por su parte, Lynch se arrojó con todo en una embestida contra "Morro Solar" y, a medio día, el Comandante Soto izaba la bandera chilena sobre el peñón.

A continuación, los chilenos avanzaron luchando durante tres horas entre las construcciones de Chorrillos. Muchos tiradores se habían subido a ellas para disparar desde sus ventanas y techumbres, por lo que se prendió fuego a las residencias donde se encontraban.

La batalla fue de un desorden increíble. Miles de peruanos aprovecharon de saquear la ciudad y prender fuego también a las más bellas construcciones, propietadas por importantes aristócratas de la época. Fue una guerra "puerta a puerta".

En la mañana del día 15, el cuerpo diplomático en Lima, respondiendo a las gestiones de Vergara, se reunió con Baquedano pidiendo fin a las hostilidades para poder sentar las bases de la paz en vista de lo sucedido. El General exigió la entrega del Callao como condición de paz, y las fuerzas acordaron un armisticio con cese de fuego hasta la medianoche.

Pero Piérola sólo ganaba tiempo, pues tenía en mente darle tiempo a su ejército para reagruparse. El ejército peruano usó este tiempo para reorganizarse y rearmarse, y cerca de las 2 de la tarde, atacaron a traición a Baquedano y parte de sus hombres, cuando éstos avanzaban cerca del frente peruano en Miraflores. Este incidente desató instantáneamente el combate en momentos en que los chilenos se encontraban absolutamente dispersos, situación que fue aprovechada por Cáceres para atacar a la división de Lagos, que estaba más al frente. Para no ser alcanzada, la artillería retrocedió en medio de una lluvia de plomo de fusiles y cañones.

Una infierno vivió esta valiente división, sola en el frente contra la masa peruana, hasta que la 1° División se arrojó sobre el 2º cuerpo de Suárez, y Sotomayor con los de la 2° División lo hizo contra el 3° de Dávila, ambos por el flanco derecho. La furia y el deseo de venganza por la traicionera acción hizo que hasta la reserva del Coronel Arístides Mardones se arrojara con ira sobre las posiciones enemigas, apoderándose del fuerte "Ugarte".

Para empeorarle a los peruanos el pago por su deslealtad, de improviso apareció en la costa el "Cochrane" de Latorre y el "Huáscar" de Condell, que bombardearon desde la distancia contra la línea de defensa peruana de Miraflores. En medio de caos, la 1° División de Lynch y la Brigada Barbosa destruyen las últimas posiciones, aplastando la defensa peruana. Los sables de los Carabineros de Yungay terminaron de arrasar al enemigo, dejándolos confundidos y dispersos.

Más de 2 mil cadáveres chilenos quedaron tendidos en el campo de la nueva victoria chilena. Por el bando peruano las bajas llegaron cerca de 12 mil muertos.

El camino hacia Lima estaba despejado.


Bibliografía[editar]

Soy el autor de este texto y solicito que sea publicado.