Economía de Cuéllar
La economía de Cuéllar se basa fundamentalmente en la actividad secundaria. Hasta finales del siglo XIX, la agricultura, la ganadería y las ferias concedidas en el siglo XIV fueron el motor económico del municipio. La Revolución industrial comenzó a crear en las últimas décadas del siglo XIX una serie de fábricas industriales que permitieron a Cuéllar liderarse como el foco económico más importante de la provincia de Segovia tras su capital homónima, siendo en la actualidad un referente comercial dentro de la comunidad.
Historia[editar]
Edad Media[editar]
La economía de Cuéllar en la Edad Media, al igual que la de Castilla, se basaba fundamentalmente en la ganadería ovina. La concesión de Fuero Real por parte de Alfonso X el Sabio en 1257 y los privilegios que adjuntó a estas leyes, supusieron para Cuéllar un despegue económico hasta convertirse en uno de los principales emporios de lana del reino, reforzando y ampliando la exportación de este tejido a través de los puertos del Cantábrico con destino a los telares de Flandes. Este auge económico favoreció la calidad de vida de sus habitantes, y su repercusión más notable es la proliferación de edificios dedicados al culto, que en el siglo XV ascendía sorprendentemente a veinticuatro, para atender a una población de unos 1700 habitantes.[1]
En menor escala, aunque también de gran importancia, la agricultura formó parte de la economía de la villa durante el medievo, predominando el cultivo de la vid y el cereal, principalmente trigo para la elaboración de pan, producto primario en la alimentación. En torno a este sector se configuró una primera industria harinera a través de las acequias y molinos situados en las riberas del Cerquilla y del Cega, que abastecían a la villa y sus aldeas, al igual que ocurría con el vino, que mediante una estrategia comercial basada en la prohibición de importación dentro de la villa y una producción restringida en el resto de la Comunidad de Villa y Tierra, se convirtió en un sustento importante para la población. En menor medida, también se conoce la existencia de huertos, tanto dentro de la población y abastecidos por los manantiales naturales, como en las riberas de los ríos.[1]
Otro de los pilares importantes de la economía medieval de la zona fue la gran masa de pinares compuestos de las variedades albar o piñonero y negral o resinero que rodea la villa, y que ya existía en 1170. Desde entonces su población ha estado ligada especialmente a la industrialización de la madera y otros productos derivados, cuya comercialización estaba rigurosamente establecida por las Ordenanzas municipales.[1]
==
Edad Moderna[editar]
A finales del siglo XV y a lo largo del siglo XVI, Castilla perdió los mercados de lana y la economía de Cuéllar se vio golpeada. A partir de entonces la ganadería se reorganizó y comenzó a instaurarse la producción de otro tipo de ganados, y se incorporaron la pesca y la caza como nuevos aportes para la economía. Las ordenanzas concejiles redactadas en 1546 establecieron toda una serie de leyes para regular la utilidad y conservación de los prados, los meses en los que se podía pescar tanto en el Cega como en el Cerquilla y los utensilios que debían utilizarse, e incluso el sueldo que debían cobrar los porqueros y pastores.[2]
Dentro de estas ordenanzas la agricultura adquiere mayor peso que durante la Edad Media, y proliferan en gran medida los cultivos de cereal, estableciéndose todo lo referente a su producción desde la siembra hasta la recogida. Lo mismo ocurrió con el cultivo de la vid, e incluso el modo de elaboración del vino; a diferencia de la Edad Media, se permitía la importación del vino procedente de las aldeas de la Comunidad, y existían multas para aquellos que lo introdujesen de otra jurisdicción o lo cobrasen a un precio superior al establecido. Finalmente, y como tercera producción agrícola, se impulsó el cultivo de huertas dedicadas a hortalizas y frutas, de gran importancia aquellas instaladas junto a los ríos. También se introdujeron las cosechas de lino, azafrán, cáñamo y la variedad de rubia tinctorum, de cuya raíz se obtenía el tinte, producción que consiguió gran auge en siglos posteriores y su cultivo perduró hasta el siglo XX.[2]
Actualidad[editar]
Sectores productivos[editar]
Referencias[editar]
Notas[editar]
Bibliografía[editar]
- VELASCO BAYÓN, Balbino (1996). Historia de Cuéllar (Cuarta edición). Segovia: Exma. Diputación de Segovia. ISBN 84-500-4620-3.