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El monte Fuji visto desde el distrito del placer de Senju

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El monte Fuji visto desde el distrito del placer de Senju
Año c. 1830-1832
Autor Katsushika Hokusai
Técnica Grabado
Estilo Ukiyo-e
Tamaño 25.1  cm × 37.5 cm

El monte Fuji visto desde el distrito del placer de Senju (従千住花街眺望の不二 Senju Hana-machi Yori Chōbō no Fuji?), también conocido simplemente como Distrito del placer de Senju, es una estampa japonesa o ukiyo-e obra de Katsushika Hokusai. Fue producida entre 1830 y 1832 como parte de las diez pinturas adicionales de la célebre serie Treinta y seis vistas del monte Fuji, a finales del período Edo. Retrata a una procesión de samuráis encabezados por su daimyō abandonando el barrio rojo de Senju, con el monte Fuji dominando el fondo de la estampa.[1][2]

Escenario y contexto[editar]

La estampa muestra el distrito de Senju, un barrio rojo en Edo (la actual Tokio) que estuvo activo entre 1830 y 1875. Este albergaba a mujeres que se prostituían, pero los hombres también frecuentaban casas donde las mujeres trabajaban como animadoras y camareras.[1]​ A diferencia de la más popular zona roja de Yoshiwara, Senju constituía una iniciativa privada que operaba sin la autorización del gobierno.[3]

Los samuráis visten de uniforme, con un kimono azul y blanco con pantalones verdes, y llevan dos espadas que simbolizan su clase. El séquito recorre el pueblo de Senju, que era la primera estación de la carretera Nikkō, al noreste de Edo. El shogunato exigía a los daimyō que alternaran sus residencias entre la capital y sus tierras. Estos desplazamientos eran complejos y costosos, y era común ver séquitos de hasta dos mil personas.[3]

Descripción[editar]

La xilografía está dispuesta en formato ōban a partir de tinta y color sobre papel.[4]​ En primer plano, un séquito de hombres vestidos de azul y verde que portan espadas cubiertas de una tela roja parten de la capital hacia su provincia de origen. El samurái de la izquierda tiene la mano en la frente y algunos de sus compañeros se giran para contemplar el monte Fuji.[2]​ Al frente del camino dos asistentes con ropajes grises portan al daimyō en un palanquín.[1]

En el término medio, dos mujeres están sentadas en el campo mientras observan la procesión: junto a los samuráis distraídos le otorgan un aspecto más desenfadado a la escena. El propio distrito de placer de Senju aparece al fondo de la estampa, donde se aprecian los burdeles tras el muro de la finca. A lo lejos, el Fuji se asoma por el horizonte. El campo cosechado y la nieve sobre el volcán sugieren que se trata de un paisaje otoñal.[3]

El autor representa una serie de nubes horizontales en el estilo tradicional japonés, llamadas suyarigasumi. Estas flanquean la composición y habitualmente cumplen una función narrativa en el arte nipón para indicar un cambio de lugar o tiempo. El conjunto también se encarga de cubrir zonas menos importantes de la estampa, de manera que focalizan la mirada del espectador hacia puntos específicos.[3]

Referencias[editar]