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Festival de Ancón (Colombia)

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Cartel del Festival de Ancom [Sic], con el listado de las bandas participantes y publicidad de las películas Elvis: That's the Way It Is y Joe Cocker, Mad Dogs & Englishmen.

Con el nombre de Festival de Ancón se conoce en Colombia a un festival de rock organizado en La Estrella, Antioquia, municipio próximo a Medellín, entre el 18 y el 20 de junio de 1971. Debido al impacto del evento en los medios y a la amplia difusión que tuvo, ha sido catalogado en numerosas ocasiones por la prensa como el "Woodstock colombiano"[1][2][3]​ o como el principal encuentro del movimiento hippie en ese país.[4]

Antecedentes

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Al finalizar los años 60 con la difusión de la música rock, el movimiento hippie experimentó un notable crecimiento en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, lo cual motivó la formación de numerosos proyectos ligados a la difusión de la música rock. En Bogotá se estableció el principal punto de encuentro hippie de la época en el parque de la Carrera Séptima con Calle 60, espacio que fue utilizado para conciertos, happenings y recitales de poesía. Esta experiencia fue llevada a otros espacios de la ciudad como el Parque nacional (durante el Festival de la Vida de 1970), el teatro La Comedia (actual Teatro Libre de Chapinero) y el sector de Lijacá.[5]

El éxito de estos eventos motivaría a la organización en Medellín del Festival de Ancón.[4]

Organización

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Existen al menos dos versiones acerca de cómo se organizó el festival.

La más difundida en los medios cuenta que Gonzalo Caro Carolo, reconocido hippie de Medellín, imaginó el festival mientras descansaba en una playa de San Andrés bajo los efectos del LSD. El lote donde se realizaría, por su parte, fue escogido durante un viaje de Caro a la región en busca de hongos alucinógenos.[2]

Otras versiones de promotores de la música rock de esos años, sostienen que Humberto Caballero (líder ya fallecido del movimiento hippie en Bogotá), impulsó el festival por el éxito que habían tenido eventos previos en la capital y que se optó por la capital antioqueña por ser la zona donde Gonzalo Caro (quien ya tenía experiencia en la ciudad como organizador de espectáculos) ayudó a tramitar los permisos para su realización.

Sin embargo, está confirmado por fuentes primarias que fue Carolo quien tuvo la idea y fue el organizador principal del evento con la ayuda de otros organizadores de Medellín[4]


Ambas versiones coinciden en que se vendieron boletas a 13 pesos con 20 centavos, las cuales se agotaron rápidamente por la amplia expectativa que generó el evento. Por su parte, el nombre del festival se debió a que se realizó en las proximidades del sector del Valle de Aburrá conocido como "Ancón Sur". El evento contó con el apoyo incondicional del alcalde de Medellín, el conservador Álvaro Villegas, que por su papel en la realización, fue calificado de forma exagerada como "el alcalde hippie" por el diario El Colombiano.[3]

Desarrollo del festival

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Bajo el lema Es cuestión de fe y nos unimos todos con música, se dio inicio al festival el 18 de junio.

En su tarima se presentaron la mayoría de los grupos que animaban en ese momento la escena rock de Colombia, algunos de los cuales fueron grupos de corta vida: La Columna de Fuego (con Roberto Fiorilli), La Planta (base de lo que poco después sería Malanga, con Augusto Martelo y Chucho Merchán), Terrón de Sueños, La Banda del Marciano, Gran Sociedad del Estado, Carne Dura e incluso una banda de rock formada por integrantes de las orquestas tropicales Los Black Stars y Los Graduados (ambas radicadas en la capital antioqueña). Entre los grupos formados en Medellín que se destacaron en el festival están Los Monsters, Conspiración del Zodiaco, La Banda Universal del Amor, Los Láser y Free Stone.[6]​ El grupo de mayor trayectoria de la época, Los Flippers, aunque figura en la publicidad del festival, optó por no presentarse.

La mayoría de asistentes, provenientes de todo el país, se congregaron inicialmente en el Parque Bolívar de Medellín para partir al concierto. A pesar de la distribución de boletería, ésta no dio abasto y hubo personas que se arriesgaron a ingresar al lugar atravesando a nado el río Medellín y aunque algunos se hospedaron en hoteles del centro de la ciudad, la mayoría de asistentes optaron por acampar en el lote del Ancón Sur a pesar del frío y la lluvia. El centro de las actividades fue una gran caseta metálica que oficiaba como tarima.[6]​ La improvisación que caracterizó al evento llevó a que el periodista Germán Castro Caycedo (quien lo cubrió para El Tiempo) hablara de "una cosa armada con más buena voluntad que conocimientos".[7]

Controversia

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El festival contó con la oposición de influyentes sectores de la sociedad medellinense, como la Asociación de Colegios Privados de Antioquia y la Arquidiócesis de Medellín en cabeza del arzobispo Tulio Botero Salazar, quienes lo vieron como una ofensa a la juventud y las costumbres católicas. La presión ejercida por este movimiento, propició la renuncia del alcalde de Medellín, Álvaro Villegas.[6]

Sobre esta situación, Gonzalo Caro dijo en el año 2005:

El festival le quitó la virginidad a Medellín. Por eso pusieron el grito en el cielo los curas, los políticos y las mamás de las que llegaron niñas y salieron hippies[8]

Sin embargo, fuera del debate moralista, algunos han minimizado la probable importancia histórica del festival para Medellín, como es el caso del periodista Juan José García:

No creo que el Festival haya sido, como se ha dicho en tono un poco maximizador, toda una expresión de protesta. El mensaje ideológico era demasiado simple. Y los hippies, los que estaban allá, tomaron el asunto más como un paseo, como un "camping" a su modo, que como una demostración de inconformidad o un espectáculo contestatario. Se exagera cuando se cita el Festival de Ancón como una suerte de punto de referencia histórica.[9]

Ancón 2005

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En marzo de 2005, 34 años después de la experiencia de Ancón, Gonzalo Caro Carolo impulsó la idea de organizar una segunda versión del festival, esta segunda versión se realizó en el municipio de la estrella gracias al patrocinio brindado por el alcalde de la época Carlos Alberto Muñoz Mejía (el colombiano).

En el evento se presentaron nuevas bandas de Medellín junto con figuras destacadas de diferentes épocas del rock y el pop colombiano como Juan Nicolás Estela, Los Yetis, Pablus Gallinazo, I.R.A., Frankie Ha Muerto, Neus, Fértil Miseria, Tenebrarum, Kronos, Doctor Krápula, La Hojarasca y Superlitio.[10]

Referencias

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  1. "El Woodstock criollo cumplió 40 años". Revista Cartel Urbano, 16 de junio de 2011
  2. a b “La resurrección del Woodstock criollo”. El Tiempo, 3 de marzo de 2005
  3. a b “Ancón 71, el festival hippie del amor y la paz”. El Colombiano, separata especial, 2005
  4. a b c Umberto Pérez Vargas, Bogotá, epicentro del rock colombiano entre 1957 y 1975. Bogotá, Secretaría de Cultura y Deporte, 2007
  5. David Moreno, “El pasaje de los hippies”. Marzo de 2003. Página desaparecida, archivo tomado de Wayback Machine
  6. a b c “Ancón 71, el festival hippie del amor y la paz”. El Colombiano, separata especial, 2005.
  7. “El sueño de un segundo Ancón”. El Tiempo, 6 de marzo de 2005
  8. “La resurrección del Woodstock criollo”. El Tiempo, 3 de marzo de 2005
  9. "La prensa, testigo de Ancón". El Colombiano, separata especial, 2005
  10. "El rock revive el encanto de Ancón". El Colombiano, separata especial, 2005.

Enlaces externos

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