La isla de San Borondón es una leyenda popular de las Islas Canarias (España) sobre una isla que aparece y desaparece desde hace varios siglos, con origen en el periplo legendario de San Brandán de Clonfert («San Borondón»). La isla se conoce en Europa como «isla de San Brandán» desde su plasmación por los cartógrafosmedievales. En Canarias el mito fue adoptado con entusiasmo, y adaptado, hasta en el nombre, a la idiosincrasia local.[1] Debido a sus características y comportamientos extraños, como el aparecer y desaparecer o esconderse tras una espesa capa de niebla o nubes, ha sido llamada «la Inaccesible», «la Non Trubada», «la Encubierta», «la Perdida», «la Encantada» y algún apelativo más.[2]
El Tratado de Alcáçovas, suscrito entre España y Portugal en 1479 para repartirse territorialmente el Atlántico aún por navegar, especificaba claramente que San Borondón («aún por ganar») pertenecía al Archipiélago Canario.[1] La bahía de Samborombón (Provincia de Buenos Aires, Argentina) fue nombrada de tal modo durante la expedición de Magallanes en marzo de 1520, en la creencia de que había sido formada por el desprendimiento de la isla de San Borondón del continente americano.
La realidad es que la visión de esta isla responde a una ilusión óptica sobre la superficie del mar producido por la refracción de la luz denominado espejismo superior. Este fenómeno da como resultado la visión de una isla en el horizonte que no es otra cosa que el reflejo de la isla de La Palma.
Leonardo Torriani, ingeniero encargado por Felipe II para fortificar las Islas Canarias a finales del siglo XVI, describe sus dimensiones y localización y aporta como prueba de su existencia las arribadas fortuitas de algunos marinos a lo largo de ese siglo.
Esta isla se localizaría[3] al oeste del archipiélago, a 550 km en dirección oeste-noroeste de El Hierro y a 220 km en dirección oeste-sudoeste de La Palma; aunque según otros «testigos» que dicen haberla visto, se sitúa directamente entre las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro.
San Borondón mediría[3] 30 km de largo (de norte a sur) y 15 km de ancho (de este a oeste), formando hacia el medio una considerable degollada o concavidad y elevándose por los lados en dos montañas muy eminentes, siendo la mayor de las cuales la de la parte septentrional.
Cartografía en la que aparece representada[editar]
Abundan las representaciones cartográficas en las que, a través del discurrir de los siglos, aparece San Borondón. Sin ser exhaustivos, pueden citarse:[4]
Planisferio alemán de Ebstorf, con la inscripción "Isla Perdida. San Brandán la descubrió pero nadie la ha encontrado desde entonces" (finales del siglo XIII)
Hay relatos desde hace siglos que narran la aparición de la isla, de la visión por muchos testigos y de su posterior desaparición, mientras que otras personas atribuyen la extraña aparición a alguna acumulación de nubes en el horizonte o a un fenómeno de espejismo.
La leyenda de San Borondón llegó a adquirir tal fuerza en Canarias que durante los siglos XVI, XVII y XVIII se organizaron expediciones de exploración para descubrirla y conquistarla. Entre ellas pueden enumerarse las siguientes:
Pedro Vello, piloto portugués, relata como cerca de Canarias tuvo que cambiar su rumbo para refugiarse del viento y se encontró con San Borondón. Desembarcó en la isla junto a otros dos tripulantes, que debió abandonar en ella porque el viento arreció y le obligó a retirarse con premura.[1]
2008: Jorge Martín Picatoste, capitán de mar y vecino de Santa Cruz de Tenerife, con una balandra, en lo que fue la última expedición oficial, por encargo de Antonio Prior, Capitán General de Canarias.[4][1]
En 1953, el diario ABC titulaba: «Ha sido vista otra vez la misteriosa “Isla Sirena”, al noroeste de la de El Hierro (Canarias)», y en 1958, en el mismo diario: «La Isla errante de San Borondón ha sido fotografiada por primera vez».[1]
La isla descubierta, exposición itinerante inaugurada el 14 de enero de 2005 en Santa Cruz de Tenerife, con investigación, material original y reconstrucciones sobre un supuesto viaje a San Borondón realizado en 1865. La exposición fue, en realidad, una ficción artística sobre el mito.
La Non Trubada, proyecto arquitectónico del creador de historias y artista españolMariano J. Vilallonga. Recrea de forma fantasiosa la isla y sus habitantes. Nominado a mejor premio de arquitectura del mundo en los Archiprix de 2019.