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Juan Manuel Moscoso y Peralta

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Juan Manuel de Moscoso y Peralta


Arzobispo de Granada
3 de agosto de 1789-24 de julio de 1811
Predecesor Antonio Jorge y Galván
Sucesor Blas Joaquín Álvarez de Palma

Obispo del Cusco
28 de septiembre de 1778-3 de agosto de 1789
Predecesor Agustín de Gorrichátegui
Sucesor Bartolomé María de las Heras

Obispo de Córdoba del Tucumán
17 de junio de 1771-28 de septiembre de 1778
Predecesor Manuel Abad Yllana
Sucesor José Antonio de San Alberto

Obispo titular de Tricomi (Cesárea)
12 de marzo de 1770-17 de junio de 1771
Predecesor Santiago José Hechavarría y Elguesúa
Sucesor Jean Ignace de La Ville

Obispo auxiliar de Arequipa
12 de marzo de 1770-17 de junio de 1771
Información religiosa
Ordenación sacerdotal 1755
por Pedro Antonio Barroeta y Ángel
Ordenación episcopal 1771
por Gregorio Francisco de Campos, obispo de La Paz
Información personal
Nombre Juan Manuel de Moscoso y Peralta
Nacimiento 6 de enero de 1723
Arequipa, Perú
Fallecimiento 24 de julio de 1811
(83 años)
Granada, España
Profesión Teólogo

Escudo de Juan Manuel de Moscoso y Peralta

Juan Manuel Antonio Melchor Gaspar Baltazar de Moscoso y Peralta (Arequipa, 6 de enero de 1723-Granada, 24 de julio de 1811) fue un eclesiástico peruano, quien llegó a ser obispo de Córdoba del Tucumán y de Cuzco; y arzobispo de Granada (España).

Primeros años y estudios

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Moscoso nació en Arequipa, ciudad del Virreinato del Perú en una familia noble aristocrática, hijo del alférez real Manuel José de Moscoso y Zegarra de la Cuba, y de Antonia de Peralta y Arancibia. Miembro de la destacada familia arequipeña Moscoso, que posiblemente[1]​ fuera una rama de la casa de Moscoso o la familia Osorio de Moscoso que descendía de los condes de Altamira, Moscoso fue tío del último virrey del Perú, Pío Tristán, del general realista José Gabriel Moscoso, y del brigadier José Manuel de Goyeneche, también fue su primo hermano el obispo Ángel Mariano Moscoso.

En 1739 pasó a Lima, donde estudió en el Colegio Real de San Martín. Se graduó de doctor en Teología en la Universidad San Antonio de Abad del Cuzco. En 1748 regresó a su ciudad natal para ejercer el cargo de alférez real. Al año siguiente contrajo matrimonio con Nicolasa de Rivero y Salazar, con quien tuvo un hijo, pero ella murió a los pocos días de dar a luz y el niño corrió la misma suerte (1751). Viudo, logró la autorización canónica para hacer profesión religiosa.[2][3]

Carrera eclesiástica

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En 1754 se presentó al concurso de curatos, obteniendo el de Moquegua, pero antes de asumir su función, fue ordenado sacerdote por Fernando Pérez Oblitas, obispo de Santa Cruz de la Sierra (1755).[2]​ Como era poseedor de una fortuna, donó a su parroquia alhajas y una valiosa custodia, así como hizo otras obras piadosas.[3]

Luego fue nombrado, por oposición, canónigo magistral en el Cabildo Diocesano de Arequipa. Sucesivamente fue ascendiendo a tesorero (1764), maestrescuela (1766) y arcediano (1767). El ya anciano obispo de Arequipa, Diego de Salguero y Cabrera, lo propuso como obispo auxiliar de su sede. Obtuvo dicho nombramiento en 1769, bajo el título de obispo titular de Tricomi (Cesárea). Fue consagrado por el obispo de La Paz, Gregorio Francisco de Campos, en 1771.[4]

No bien había asumido como obispo auxiliar de Arequipa, cuando le llegó en 1772 la noticia de su nombramiento como obispo de Córdoba del Tucumán. Tomó posesión de esta sede el 22 de agosto de 1773. Asistió al concilio provincial de Charcas de 1774.[3]

Obispo del Cuzco

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En 1778 fue nombrado obispo del Cuzco, y antes de partir a su nueva sede, obsequió a la catedral cordobesa una custodia de oro con muchas piedras preciosas. Tomó posesión de su silla cuzqueña el 24 de diciembre de 1779. Hizo la visita pastoral de su diócesis y estableció la regla consueta en 1780. Por entonces realizó valiosas donaciones que se elevaban a 50 000 pesos, estableciendo rentas para dotes-limosnas y manutención de presos en Moquegua.[4]

Tuvo una polémica participación en los hechos que desencadenaron la rebelión de Túpac Amaru II, debido a su público enfrentamiento con el corregidor de Tinta, Antonio de Arriaga, el mismo que fue ahorcado por los rebeldes, episodio que marcó el inicio de la sublevación. Además, actuó como consejero de Túpac Amaru II, aunque luego no dudó en alentar la movilización de la población a favor de los realistas.[2]​ Efectivamente, el 12 de mayo de 1780, dirigió al clero y a los fieles una pastoral, exhortándoles a permanecer leales al rey.[3]​ Debelada la rebelión y ejecutado el caudillo, Moscoso logró mediante el indulto la rendición de Diego Cristóbal Túpac Amaru, sobrino del inca rebelde, que había intentado continuar con la gesta revolucionaria.[5]​ Sin embargo, los realistas incumplieron su promesa y ejecutaron de manera harto cruel a Diego Cristóbal y a su familia.

En 1784 fue llamado a Lima para que explicara su conducta. Se le acusó de haber azuzado a los indígenas contra la autoridad virreinal, sin importar que después les hubiese llamado a la obediencia al rey. Luego de muchas discusiones, la autoridad virreinal juzgó conveniente que pasara a España para que atendiera personalmente su justificación ante el rey Carlos III, por lo que se embarcó el 5 de abril de 1786.[3]

Arzobispo de Granada

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En España, Moscoso no se intimidó y se defendió con tesón. Intervino a su favor el nuncio y hasta el mismo papa Pío VI, que consideró que no era justo que se despojara a un prelado sin que se hubiera probada plenamente las acusaciones.[3]

Vista del Palacio del Cuzco, en Víznar, erigido por el arzobispo Moscoso. Actualmente es Monumento Nacional.

Con el cambio del gobierno real en 1788, Moscoso logró que se le levantaran todos los cargos y logró así su plena rehabilitación. Se cuenta que el rey Carlos IV le concedió la gracia de que pidiese, como reparación, lo que más tuviera a bien. Moscoso solo pidió el honor de bautizar al futuro hijo de la reina. Parecía una petición humilde; solo después de algún tiempo se entendió su intención, pues el único que podía hacer ese bautizo era el arzobispo de Granada.[5]​ Fue así como obtuvo la silla arzobispal de Granada, el 3 de agosto de 1789. Posteriormente, fue condecorado con la gran cruz de la Orden de Carlos III, el 30 de marzo de 1794.[4]

Moscoso donó a la catedral de Granada una magnífica custodia, la cual tenía una rica y abundante pedrería cuyo costo era de 80 000 pesos.[4]

Hizo construir en Víznar el imponente Palacio del Cuzco, con el fin de que fuera su residencia veraniega. En sus muros mandó pintar escenas sacadas del El Quijote (pues era un ferviente admirador de la obra de Cervantes), así como de otros temas, entre mitológicos, costumbristas y pastoriles.[5][6]

Mausoleo del arzobispo Juan Manuel Moscoso y Peralta en la capilla de san Miguel de la catedral de Granada.

Durante la invasión napoleónica a España, fue acusado de afrancesado, pues mediante una carta pastoral aconsejó a los feligreses a que no se opusieran a los invasores; igualmente parece que colaboró en el espléndido recibimiento que la ciudad de Granada tributó a José I Bonaparte, al que incluso se le ofreció un baile de honor en el propio palacio arzobispal.[6]​ Para entonces, Moscoso ya era octogenario, y de otro lado, consta que hizo aportes en favor de la guerra patria, erogando 200 000 reales de su patrimonio, además de la renta del arzobispado deducidas de sus pensiones, y los gastos propios de su dignidad.[4]

Falleció el 24 de julio de 1811. En Lima se le hicieron solemnes exequias en 13 de agosto de 1812 para los cuales convidó su sobrino político, el marqués de Fuente-hermosa.[4]


Ancestros

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Referencias

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  1. Bryce de Tubino, Mela Bryce (13 de marzo de 2019). «Juan Pío de Tristán y Moscoso, un moderno político en la emancipación del Perú». En Universidad Nacional Autónoma de México Instituto de Investigaciones Históricas, ed. Historicas.unam.mx. México: Genealogía, heráldica y documentación. Consultado el 17 de septiembre de 2023. 
  2. a b c Tauro del Pino, Alberto (2001). «MOSCOSO Y PERALTA, Juan Manuel». Enciclopedia Ilustrada del Perú 11 (3.ª edición). Lima: PEISA. p. 1736-1737. ISBN 9972-40-149-9. 
  3. a b c d e f Vargas Ugarte, Rubén (1986). «MOSCOSO Y PERALTA, Juan Manuel». En Carlos Milla Batres, ed. Diccionario Histórico y Biográfico del Perú. Siglos XV-XX 6 (2.ª edición). Lima: Editorial Milla Batres. p. 224. ISBN 84-599-1820-3. 
  4. a b c d e f Mendiburu, Manuel de (1885). «MOSCOSO Y PERALTA,». Diccionario histórico-biográfico del Perú. Parte primera que corresponde a la época de la dominación española 5 (1.ª edición). Lima: Imprenta Bolognesi. pp. 377-378. 
  5. a b c Miró Quesada Garland, Alejandro (13 de noviembre de 1983). «Un “Palacio de El Cuzco” en España». El Dominical de El Comercio (Lima): 10-11. 
  6. a b Delgado, José Luis (30 de mayo de 2016). «El Inca Moscoso, arzobispo de Granada». granadahoy.com. Consultado el 5 de junio de 2021. 

Enlaces externos

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