Manifiesto de Trucios
El manifiesto de Trucios fue el último manifiesto escrito por el primer Lehendakari del Gobierno Vasco, José Antonio Aguirre, en tierras vascas. El manifiesto fue redactado el 30 de junio de 1937, tras finalizar la última reunión celebrada por el Gobierno Vasco en tierras vascas, en el municipio de Turtzioz . En el manifiesto, el Lehendakari Aguirre se dirigió a todos los vascos y les agradeció, entre otras cosas, el trabajo realizado por el Ejército Vasco y las Fuerzas por la Libertad del País Vasco contra quienes dieron un golpe de Estado .
El Lehendakari Aguirre leyó el manifiesto en el palacio de La Puente, en Turtzioz, antes de abandonar el País Vasco. En el manifiesto deja claro que las tropas franquistas nunca dominarán el alma del territorio vasco y que fueron las únicas responsables de iniciar la batalla. El manifiesto es, en general, lúgubre, porque en aquellos días Bilbao había caído y según el Gobierno Vasco sólo quedaban algunos pueblos en las Encartaciones, el resto habían sido conquistados por las tropas conquistadoras. Sin embargo, el Lehendakari Agirre ofrece un último mensaje de esperanza al pueblo vasco: "Él [el Gobierno Vasco] es el Gobierno Vasco legítimo, porque interpreta los sentimientos y el ser de una raza, no de una raza derrotada, sino de alguien que ha sido temporalmente dominado y humillado. Y la amistad de nuestros compatriotas os apoyará hasta el día de la victoria.
El Lehendakari Urkullu, ochenta años después, rindió un homenaje al presidente Aguirre en el mismo pueblo donde redactó el manifiesto, celebrando el aniversario y valorando los nuevos tiempos. [1]