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Salmo 150

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Muchachos tocando instrumentos — Ilustración del Salmo 150 perteneciente a la antigua cantoria de la catedral de Florencia.
Ilustración del Salmo 150 perteneciente a la antigua cantoria de la catedral de Florencia.

El salmo 150 es el centésimo quincuagésimo salmo del Libro de los salmos de la Biblia. Se trata del último de los salmos del salterio tanto para la Biblia hebrea como para la Vulgata latina. Sin embargo, la Biblia Septuaginta griega cuenta como canónico un salmo más.[1]

Este salmo puede considerarse como una doxología final, la cual invita a los músicos y a todos los vivientes a alabar a Yahweh.[2]

Comentario exegético

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El salmo 150 consta de seis versículos en los que predomina el metro 3+3.[3]​ Adopta la forma de un himno de alabanza. Sin embargo, la invitación a la alabanza divina ha adquirido tanta fuerza, que ha desplazado el resto de elementos propios de estas composiciones.[4]

Este himno contiene, en sus seis versículos, diez imperativos —«¡Alabadlo!»— que le otorgan un tono repetitivo.[4]​ Esta monotonía verbal, que apunta a la grandeza divina, contrasta con la amplia variedad de instrumentos musicales convocados por el salmista.[5]

La composición puede entenderse como «una introducción hímnica que responde a las preguntas de dónde (1), por qué (2) y cómo (3-5)»[6]​ debe llevarse a cabo la alabanza.

El primer versículo nos dice donde debemos alabar a Dios. Se establece un paralelismo entre el santuario y el firmamento.[6]​ Este puede interpretarse de tres formas diferentes:

  • El paralelismo establece que la alabanza se da en el santuario celeste.[6][7]
  • El salmo se refiere a la alabanza que tenía lugar en el templo. No obstante, este es un lugar donde se encuentran el cielo y la tierra.[4][8]
  • La tercera opción sería traducir el versículo como «Alabad a Dios (que está) en su santuario [celeste]».[7]

El versículo 2 aporta el motivo de la alabanza: las obras estupendas realizadas por Dios, así como su inmensa grandeza —su mismo ser—. Para el salmista, la alabanza es debida a Dios, no solo por obligación, sino como agradecimiento.[9]

Los versículos restantes se refieren el modo de alabar a Dios. Se invita a alabar a Dios con todo tipo de instrumentos musicales, como si se tratase de una orquesta. Finalmente se une el coro: todo ser viviente. El salmo concluye con la invitación «aleluya» (alabad a Yahweh) que sirve, a su vez, de conclusión para todo el Salterio.[7][9]

Interpretación patrística

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La interpretación patrística de este salmo es, por lo general, alegorizante. Los comentaristas se centran principalmente en dar un significado espiritual a los distintos instrumentos musicales.[10]​ Estos son vistos como alegoría o representación de realidades muy diversas como, por ejemplo:

  • Disposiciones internas de cara a la salvación como el deseo de Cristo, la renuncia al pecado o la confesión de la fe (Orígenes y Arnobio).[10]
  • Los distintos miembros del cuerpo humano —ojos, manos, oído, pies, etc.— cuando se apartan del pecado y realizan buenas obras (Juan Crisóstomo).[11]
  • Los santos y la asamblea litúrgica (Agustín de Hipona):[12][13]
Vosotros sois la trompeta, el salterio, la cítara, el tambor, el coro, las cuerdas, el címbalo sonoro de regocijo de las cosas que suenan bien porque son armónicas. [...] Todo espíritu alabe al Señor.
Agustín de Hipona

Uso litúrgico

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En el Judaísmo

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Lienzo con el salmo 150 bordado cubriendo la tumba del rey David.
Lienzo con el salmo 150 bordado cubriendo la tumba del rey David.

Los salmos 146, 147, 148, 149 y 150 constituyen la parte principal del Pesukei dezimra, en la oración matutina judía.[14][15]​ Al rezar el salmo 150 en este oficio, se repite siempre la recitación del versículo seis. Así se indica la conclusión de la parte principal del Pesukei dezimra.[14]​ Esta repetición final refleja también la costumbre de recitar dos veces el último versículo de cada libro de la Torá cuando se concluye su lectura en la sinagoga.[16]

En la Iglesia Católica

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Desde la Alta Edad Media este salmo, junto con los salmos 148 y 149, se recitaba en el oficio matutino de los monasterios, tal como lo estableció Benito de Nursia en su Regla.[17]​ Muy probablemente fue el comienzo de los salmos 148 y 150 —Laudate Domino— lo que dio su nombre actual (laudes) a esta hora canónica.[18]

En la actualidad, la liturgia católica incluye el salmo 150 en la liturgia de las horas. Concretamente, lo encontramos como tercer salmo en las laudes del segundo y cuarto domingo del salterio, del Sábado Santo y, de manera facultativa, en el oficio de difuntos.[19]​ Asimismo, se recita en la celebración de la Eucaristía, como salmo responsorial, el jueves de la semana XXIII del tiempo ordinario, en los años pares, y el miércoles XXXIII —del mismo tiempo—, en los años impares.

En la Iglesia Anglicana

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El Libro de oración común de la Iglesia de Inglaterra indica la recitación del salmo 150 en el rezo de vísperas del trigésimo día del mes.[20]

El salmo 150 en el arte y la cultura

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Cantoria de Luca della Robbia

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El salmo 150 es el tema representado por Luca della Robbia en la cantoria —tribuna del coro— situada antiguamente en la catedral de Santa María del Fiore, en la ciudad italiana de Florencia.

La cantoria consta de diez paneles esculpidos en mármol y del texto del salmo tallado en latín. Los ocho paneles centrales hacen referencia a los distintos instrumentos mencionados en el salmo. Actualmente se encuentra en el Museo dell'Opera del Duomo de la misma ciudad.[21][22]

Fotografía de los diez paneles originales de la cantoria de Luca della Robbia tal como se exponen en el Museo dell'Opera del Duomo (Florencia)
Paneles originales de la cantoria de Luca della Robbia tal como se exponen en el Museo dell'Opera del Duomo (Florencia)


Véase también

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Referencias

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  1. Barclay Swete, Henry (1914). An Introduction to the Old Testament in Greek: Cambridge University Press. p. 252.
  2. Ubieta López, José Ángel, ed. (1998). Biblia de Jerusalén. Bilbao. p. 818. ISBN 8433013041. 
  3. Kraus, Hans-Joachim (1995) [sobre el original alemán de 1989]. Los Salmos II. Salmos 60-150 (C. Ruíz-Garrido, trad.). Salamanca. p. 783. ISBN 8430112464. 
  4. a b c Menchén Carrasco, Joaquín (1997). «Escritos poéticos». En Guijarro Porto, Santiago, ed. Comentario al Antiguo Testamento II. Madrid. p. 523. 
  5. Kraus, Hans-Joachim (1995) [original alemán de 1989]. Los Salmos II. Salmos 60-150 (Constantíno Ruíz-Garrido, trad.). Salamanca. p. 785. ISBN 8430112464. 
  6. a b c Murphy, Roland E. (1971). «Salmos». En Brown, Raymond E., ed. Comentario Bíblico «San Jerónimo» (A. de la Fuente Adánez y J. Valiente Malla, trads.) II. p. 678. ISBN 9788470571152. 
  7. a b c Alonso Schökel, Luis; Carniti, Cecilia (1993). Salmos (Salmos 73-150) II. Estella. p. 1668. ISBN 8471516683. 
  8. Kraus, Hans-Joachim (1995) [original alemán de 1989]. Los Salmos II. Salmos 60-150 (Constantíno Ruíz-Garrido, trad.). Salamanca. p. 783.784. ISBN 8430112464. 
  9. a b Menchén Carrasco, Joaquín (1997). «Escritos poéticos». En Guijarro Porto, Santiago, ed. Comentario al Antiguo Testamento II. Madrid. p. 524. 
  10. a b Wesselschmidt, Q. F. (ed.). Acient Christian Commentary on Scripture. Old Testament [La Escritura comentada por el cristianismo antiguo]. edición digital. pp. 714-715. ISBN 9780830897339. 
  11. Juan Crisóstomo. Comentario a los salmos/II. Introducción, traducción y notas de I. Berlanga Fernández (2006). Madrid. p. 466.ISBN 8497150961
  12. Agustín de Hipona. Enarraciones sobre los salmos. Edición de B. Martín Pérez (1967). Madrid. p. 930.
  13. Aparicio Rodríguez, A. (2009). Salmos 107-150. Bilbao. pp. 388-389. ISBN 9788433022899. 
  14. a b Scherman, N. (2003). The Complete Artscroll Siddur. Nueva York. pp. 70-75. ISBN 9780899066509. 
  15. Brauner, R. (2013). «Shimush Pesukim: Comprehensive Index to Liturgical and Ceremonial Uses of Biblical Verses and Passages» (2ª edición). p. 51. 
  16. Nulman, M. (1996). The Encyclopedia of Jewish Prayer: The Ashkenazic and Sephardic Rites. pp. 150-151. ISBN 1461631246. 
  17. Benito de Nursia. Regla. Traducción de I. Aranguren. Madrid. 2000. caps. XII-XIII.
  18. «Laudes». Consultado el 14 de junio de 2023. 
  19. Liturgia de las horas según el Rito Romano II. Bilbao. 2019. pp. 480; 1213; 1423; 2034. ISBN 9788433018915. 
  20. Church of England, Book of Common Prayer: The Psalter as printed by John Baskerville in 1762, p. 309
  21. «Luca della Robbia, Cantoria (con integrazioni e calchi), 1432-1438» [Luca della Robbia, Cantoria (con adiciones y calcos), 1432-1438] (en inglés). Consultado el 15 de junio de 2023. 
  22. «“The Cantoria" by Luca della Robbia» [«La Cantoria» por Luca della Robbia] (en inglés). Consultado el 15 de junio de 2023. 

Enlaces externos

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