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Ska

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El Ska es un género musical originado a finales de la década de 1950 y popularizado durante la primera mitad de los años 1960, que deriva principalmente de la fusión de ritmos caribeños como el Mento jamaiquino y el Calipso de Trinidad y Tobago y ritmos propios de los Estados Unidos, como el R&B, el Jazz y el Soul de la época, siendo el precursor del Rocksteady y más tarde del Reggae.[1]​ Se interpreta con batería, bajo, guitarra, instrumentos de viento (saxofón, trompeta, trombón) y teclado. Su sonido característico es el chucking realizado por el sincopado de la guitarra, del teclado o de los instrumentos de viento. Su baile es conocido como Skank, ya que fue el primer término utilizado en Jamaica en los 60's por la gente que gustaba de bailarlo.[2]

Ska
Ska-black-and-white-stamp
Orígenes musicales Mento, Calipso, R&B, Jazz, Soul
Orígenes culturales Jamaica, finales de los años 1950.
Instrumentos comunes guitarra,bajo, batería, teclado, trompeta, trombón, saxofón
Popularidad Alta en Jamaica y en Gran Bretaña desde años 1960, alta en todo el mundo a partir de años 1980.
Derivados Ska Tradicional, Two-Tone, Third Wave, Ska-Jazz
Subgéneros
Rocksteady, Reggae
Fusiones
Ska Punk, Ska Core, Latin-Ska, Mex-Ska, J-Ska
Muestra de ska

El Ska es reconocido como baile y música nacional de Jamaica, puesto que describe o da un carácter de identidad a la cultura de ese país. Siendo antecedente directo del Rocksteady y del Reggae, ha tenido serias desventajas históricas, debido a que con el paso del tiempo el Reggae cobró mayor importancia y trascendencia a nivel mundial.

Orígenes musicales del Ska

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Si bien el Ska es un género que hoy en día se escucha bastante por todo el mundo, se suele desconocer la historia de sus orígenes, ligada a la resistencia contra el racismo, la xenofobia y la opresión a los jóvenes trabajadores de las colonias y los barrios obreros de la Inglaterra de los años 50’s, 60’s y 70’s, pero tambien de las raíces musicales que dieron paso a la cración y evolución musical de Jamaica durante todo el siglo XX. Como género, es una conexión con África, un medio de expresión y protesta, y un respiro de las luchas de la colonización y la pobreza extrema. Pero además, el ska es una propuesta: mensaje, estética e historia son los tres componentes básicos de esta música, que se ha caracterizado desde sus orígenes por sus bases marginales.

Las raíces autóctonas

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Las raíces de toda la música caribeña se remontan a los días de la trata de esclavos. Durante los siglos en los cuales permaneció bajo el dominio británico, Jamaica recibió una gran cantidad de esclavos desde el África occidental, los descendientes de los cuales representan hoy el 92.1% de la población. A los esclavos se les prohibía celebrar cualquier tipo de actividad cultural por el miedo a que pudiesen favorecer la revuelta. Pese a la represión, se las ingeniaron para conservar, adaptando y mezclando, su cultura de origen, para lo cual la música se convirtió en un importante medio dado que era una parte fundamental de los rituales religiosos. Acompañada por danzas, en gran parte se basaba en tambores y percusiones, por lo que no era extraño que los propietarios de las plantaciones y las autoridades coloniales interpretaran estas ceremonias como una instigación a la revuelta.

Las dos tradiciones rítmicas que más lograron mantenerse fueron el kumina, utilizado en lo que se conoce como pocomania o pukumina, un ritual que sobrevivió disfrazado de cristianismo negro, y el burru, la única música permitida en las plantaciones, ya que marcaba el ritmo al cual los esclavos debían trabajar. Ésta se basaba en los tambores y las percusiones, el ritmo era la parte fundamental, mientras la melodía, confiada al canto repetitivo o a alguna percusión era un adorno.[3]

La población jamaiquina creció con la música africana, lo que originó que se incrementara la demanda por música nativa que reflejara más las raíces africanas con las cuales la población se identificaba. Por entonces el terreno de la música popular jamaicana había estado dominado por la tradición imperante euro-americana. Cuando terminó la esclavitud y a medida que el colonialismo se precipitaba a su fin durante 1950, la música en Jamaica volvió a experimentar una transformación, ya que durante gran parte de los siglos XVIII y XIX se había mantenido relativamente aislada del curso principal de la sociedad.

Cuando los diversos estilos musicales africanos se fusionaron, compartieron un terreno común en la medida en que todas las formas se concentraron en el ritmo. Esta mezcla de música africana en muchos sentidos resultó más compleja que la música europea, ciertamente en términos de patrones rítmicos.

Las raíces caribeñas: Mento y Calypso

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La cultura y tradición autóctona han sido un importante elemento de todas las formas artísticas de la isla jamaicana, pero sobre todo, de su expresión musical. Pero no todo es tan sencillo, pues la larga y distinguida historia de la música grabada en Jamaica no comenzó sino a partir de dos estilos que surgieron de las raíces rurales para barrer a Jamaica en los años de la posguerra: el Mento, una música principalmente acústica que incorpora influencias que incluyen canciones populares, música religiosa y percusión africana y que solía ser más humorístico e incluso profano y sobre todo tiraba más hacia el sexo, en algunos casos con letras casi pornográficas, anticipándose a la tendencia adoptada posteriormente en la época del Dancehall y más tarde en el Ragga, y el Calypso (cuyo nombre se deriva de la palabra africana "Ka'iso") desarrollado en Trinidad y Tobago y que fue utilizado originalmente por los esclavos para ridiculizar a sus "amos" al estilo de un griot africano, donde el cantante podía arengar a sus subordinados sin temor a represalias, ya que el verso tópico se cantaba en un idioma africano seguido de un coro en el patois local.

Una banda típica de Mento incluiría guitarra, banjo, tambores de mano, un tipo de piano en miniatura llamado “caja de rumba” y tal vez una flauta y saxofón. Las bandas se presentaban en bailes tradicionales, bodas y para los turistas que visitaban la isla en cantidades cada vez mayores a medida que la austeridad en tiempos de guerra disminuía. El mento empezó a popularizarse en el transcurso de los años 20's, siendo la primera forma de música jamaicana que atrajo la atención del resto del mundo.

Por su parte, el calypso se interpretaba con percusiones elaboradas a partir de barriles de petróleo, destacando entre ellos el tambor “Bumbac” y el tambor “Grande”, además de maracas, rallos, silbatos y campanas. Se caracteriza por ser un canto de denuncia, información y transmisión de los hechos de la vida y de la historia del pueblo afrocaribeño. Se hizo tan popular en el Caribe, que los turistas llegaron a pensar que cada isla tenía su propia versión de este estilo musical.

Con la independencia, la búsqueda de una nueva identidad nacional dio a algunos jamaiquinos una nueva esperanza, lo que también se expresó en la música. Al generarse una gran necesidad de expresión, los músicos jamaiquinos buscaron crear, hacia los años 50's un ritmo bailable hecho en Jamaica , ya que la música estadounidense que tanto les gustaba comenzaba a ser muy difícil de conseguir.

Olas del ska

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El pasado histórico del ska como música eminentemente jamaicana ha repercutido de forma decisiva en las siguientes fases de su historia, correspondientes a contextos distintos al jamaicano. El persistente vínculo con Jamaica impreso en esta música se manifiesta en los usos, discursos y significados que se han otorgado al ska en todo el mundo. [4]

Con sus numerosas variantes, ha estado definido por una serie de cualidades musicales que han condicionado de forma definitiva la historia e imagen de este género, es por eso que ha logrado sobrevivir a la evolución (en ciertas ocasiones contra todo pronóstico), creándose así 4 diferentes etapas conocidas como “Olas” (como se les suelen llamar), que se encuentran diferenciadas por la regionalidad (lugar donde se desarrolla), temporalidad (año cuando toma fuerza) y características musicales. Es importante tener en cuenta que las cuatro olas, así como las transiciones entre una y otra, son cualitativamente muy distintas. Cada una corresponde a contextos en los cuales se formaron particulares posibilidades musicales y organizativas. Así, debemos considerar cada etapa del ska en al menos dos sentidos: tanto como un proceso histórico-cultural situado espacial y temporalmente como también un referente musical que se toma como base para la reinterpretación personal y colectiva dentro del género.

En la primera etapa (Ska Tradicional) se contempla como una fase en la evolución estilística y discográfica de la música popular jamaicana. La segunda etapa (Two-Tone) hace alusión a una iniciativa que consistió en la intencional recuperación y evolución de algunos elementos del antiguo ska, integrándolos en un contexto musical y sociopolítico completamente nuevo. La tercera etapa (Third-Wave) es más bien una continuación de la segunda, pero teniendo como trascendencia la expansión mundial del género. En la cuarta etapa (Jazz-Ska) se aprecia el resurgimiento que tiene al retomar el sonido y ejecución musical de la primera ola, pero mostrando una mayor educación musical por parte de los músicos, siendo esta su principal característica. La historia del ska muestra que, desde su origen, y a través del tiempo, ha sido una forma pacífica de difundir las injusticias cotidianas que ocurren en cada país, en el mundo entero. Así también, se le ha acogido en multitud de terrenos estilísticos como el jazz, el rock o el punk, generando distintas opiniones sobre qué es y qué no es (o debería ser) el ska, qué significados implica o cómo ha de ser interpretado, y hasta qué punto se ha de ser consecuente con los orígenes de esta música enraizada en la cultura jamaicana.

Primera ola (Traditional Ska)

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El ska nació en Kingston, la capital Jamaica, a principios de los 1950, en un momento en que la población empezaba a afluir del medio rural al urbano. En las ciudades, los habitantes se congregaban en plazas donde los “sound systems” ponían las últimas novedades estadounidenses de jazz, soul y, sobre todo, rhythm and blues. En un principio, se trataba de furgonetas con un ruidoso y primitivo equipo de sonido. Las dos principales fueron Trojan de Duke Reid y Sir Coxsone Downbeat, de Clement «Coxsone» Dodd, a los que más tarde se les uniría Cecil Bustamante, conocido como Prince Buster. Las “sound systems” no tenían otro remedio que pinchar música de Estados Unidos, puesto que la industria musical jamaiquina era inexistente. Salvando algunas cintas de mento de Stanley Motta, hasta 1954 no apareció el primer sello musical, Federal, que, además, está orientado hacia la música estadounidense. Sus propietarios se desplazaban a Miami o Nueva Orleans en busca de material nuevo con el que satisfacer la gran demanda musical que había en la isla. Para gozar de exclusividad sobre las grabaciones y mantener la exclusividad sobre la clientela, se recurría a trucos como quitar la etiqueta de los discos para que no fueran identificables, o enviar matones (Dance Crashers) a los “sound systems” de la competencia para boicotearlos.

Tapiz con algunos de los símbolos típicos del 2 Tone (2.ª ola) y Tercera ola del ska (cuadros blancos y negros).

El catalizador que inició la carrera musical jamaicana fue el futuro primer ministro Edward Seaga, que en 1958 fundó West Indian Records Limited, produciendo música de artistas locales, reinterpretando ritmos estadounidenses. Ese mismo año, Chris Blackwell produjo una grabación del aún desconocido Laurel Aitken. Un año después, Duke Reid y Clement Coxsone, viendo la posibilidad de tener grabaciones exclusivas para sus “sound systems”, fundaron sus propios sellos, Treasure Isle y Studio One, respectivamente.[5]​ A finales de la década los músicos de Kingston comenzaron a experimentar con la fusión de jazz y rhythm & blues estadounidenses con ritmos autóctonos del Caribe, como el mento y el calypso,[5]​ adaptándolo al gusto de la isla según las tendencias que se imponían en las Sound Systems.[6]

En los estudios Federal se registró el tema Easy Snappin, de Theophilus Beckford, producido por Clement Dodd, con Cluet Johnson al contrabajo y el saxofonista Roland Alphonso, posterior miembro fundador de The Skatalites, banda de estudio del sello Studio One. Este tema se podría calificar como la primera grabación de música jamaiquina moderna.

Parte de la formación actual de Skatalites. De izquierda a derecha, Lester “Ska” Sterling (saxo alto), Karl “Cannonball” Bryan (saxo tenor), Kevin Batchelor (trompeta) & Vin “Don Drummond Jr.” Gordon (trombón). En segundo plano, Val Douglas (bajo).

En 1961 Prince Buster terminó de definirlo durante las primeras grabaciones para su sello Wild Bells.[5]​ La sesión estaba financiada por Duke Reid, que debía quedarse con la mitad de los temas a distribuir. Finalmente solo recibió uno, del trombonista Rico Rodríguez. Entre los temas grabados estaban “They Got To Go”, “Oh Carolina” y “Shake a Leg”. Según el historiador del reggae Steve Barrow, durante aquellas sesiones, Prince Buster pidió al guitarrista Jah Jerry que “cambiara la marcha” (“change the gear, man, change the gear”). El guitarrista empezó a enfatizar el segundo y cuarto pulso, dando origen al nuevo sonido. La percusión se obtuvo de los estilos tradicionales jamaicanos y de marchas. Lo que hizo Prince Buster fue invertir los shuffles de rhythm and blues, acentuando los offbeats con la ayuda de la guitarra y un ritmo de batería 4/4, acentuando el segundo y cuarto pulsos.[1]​ A partir de 1970 destacó otro éxito del ska de Desmond DekkerIsraelites”, que sirvió para popularizar el ska en Inglaterra primero y después en Europa.

El guitarrista Ernest Ranglin

El ska ya está plenamente asentado como la música por excelencia de Jamaica, y suenan temas ad hoc con motivo de la independencia de la isla del Reino Unido, como Sound of Freedom de Skatalites o Forward March de Derrick Morgan. En 1964, aprovechando la Feria Mundial de Nueva York se presenta este estilo en sociedad ante el mundo, siendo los elegidos para ello Byron Lee & The Dragonaires, con la ayuda de Prince Buster y Peter Tosh. En ese mismo año, alcanzó el primer puesto en las listas británicas y el segundo en las estadounidenses (Billboard) con una versión del éxito de 1957 de Barbie Gaye, My Boy Lollipop, interpretada por Millie Small, con Ernest Ranglin encargado de los arreglos de guitarra, y Rod Stewart, conocido entonces como Rod the Mod, tocando la armónica: fue prácticamente un éxito mundial.

Durante el resto de la década de 1960, se implanta en Europa rápidamente, gracias a la popularidad de la que gozó en el Reino Unido, país al que se trasladaron un gran número de estrellas jamaicanas como Laurel Aitken, Derrick Morgan o Alton Ellis para proseguir allí sus carreras, pues este estilo contaba con una gran aceptación entre la numerosa colonia antillana que había emigrado a la metrópolis, donde abundaban los Rude Boys, y entre la juventud británica, principalmente entre los mods. Después, en la segunda mitad de la década, a medida que el soul americano se hace más pausado y suave, el ska evoluciona paralelamente en rocksteady.[5][7]​ También a mediados de los años 60, en Hispanoamérica, Toño Quirazco, Los Yorsy's, Los Socios del Ritmo en México, Las Cuatro Monedas y Los Diony en Venezuela o Ronnie Montalbán en Argentina, entre otros artistas, versionaron temas clásicos del ska en castellano, que han sido valorizados por muchos seguidores del sonido jamaiquino de esta parte del mundo. Las Cuatro Monedas, de la mano del productor y músico Hugo Blanco, realizaron arreglos de temas como Shanty Town (llamado Buena Suerte), Soul Time (Ritmo del alma), I've been hurt (Me siento herido), Hold Me Tight (Caminando por la calle) y Los Dionys, que hicieron el clásico Jamaica Ska que también fue interpretado tanto por Toño Quirazco como Montalbán, lo que constituye el génesis del sonido jamaiquino en dichos países antes del éxito que tuvo el 2-Tone (blue beat británico), gracias a la fusión entre el punk, new wave y el ska clásico, cuando realmente el ska logra masificarse en el resto del mundo gracias a esta última influencia.

Segunda ola (Two Tone)

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Madness fue una de las bandas punteras de la segunda ola

La segunda ola se dio de 1978 a 1983 aproximadamente, porque del 2 Tone fue un periodo muy corto: el auge fue en 1979 y 1980, y poco a poco fue terminando; sin embargo, otras bandas en otros países, principalmente Estados Unidos, Alemania y España lo siguieron pero ya se consideraba la tercera ola. Entre finales de los 70's y principios de los 80's, en plena era New Wave inglesa, el sello 2 Tone —entre otros— dio a conocer a algunos de los grupos más famosos internacionalmente. Tales fueron The Specials —cuyo teclista Jerry Dammers fundaría el sello Two Tone—,Madness The Selecter o Bad Manners. Otros exponentes de la época, con diferentes estilos, fueron The Bodysnatchers, Rhoda Dakar, The Beat (llamada The English Beat en Estados Unidos) y Fàshiön Music (que luego cambiaría de cantante y guitarrista y cambiaría al género New Romantic, transformándose en Fashion).

Tercera ola (Third Wave)

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El grupo inglés de ska, Bad Manners (2.ª ola).

Mientras que por una parte hay bandas que continúan el estilo 2 Tone, como The Busters, Mr Review, Scofflaws, The Pietasters, The Toasters o Pama International otras recuperan el ska clásico, llamado a veces revival, que se distancia completamente de la segunda ola y se acerca más a los sonidos originales, como Reel Big Fish, Bim Skala Bim, Mighty Mighty Bosstones,The Slackers, Westbound Train, Hepcat, Inspecter 7, Moon Stomper o The Israelites.

Es importante resaltar que en esta ola es cuando se genera la incursión "masiva" del género musical a Latinoamérica, incursión que daría como resultado la mezcla de los acordes e instrumentalización de cada país; dicho de otra forma, cada país pasaría a desarrollar su propia forma de ska usando sus instrumentos locales y tradiciones propias, siendo este un fenómeno bastante curioso, puesto que en si el Ska asimiló muchas de las culturas latinoamericanas con total facilidad, mismas que generaron y aun generan propuestas bastante novedosas, además de que en muchos casos las canciones si bien tienen su actitud, pueden hablar casi de cualquier tema sin suponer una pérdida de identidad y estilo, si no consolidándose como una propuesta sólida en el ámbito musical y en la subcultura correspondiente. Entre estas propuestas se encuentran: Banda Bassotti, Dr. Calypso, Desorden Público, Hepcat, Skalariak, Los Fabulosos Cadillacs, The Refrescos, Los Intocables, Panteón Rococó, Los Auténticos Decadentes, La Mosca Tsé-Tsé, Talco, Ska-P, La Gran Orquesta Republicana, Inspector, Los Garbanzos y Los Rabanes.

El Ska como escena alternativa

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La asimilación del ska como manifestación estilística de la cultura jamaicana

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La adopción del ska ha ido casi siempre acompañada por una asimilación de significados, ideologías y datos históricos relativos a la música popular jamaicana y su desarrollo sociopolítico de las últimas décadas. El papel del ska en la historia de Jamaica y su estrecha vinculación con el reggae han provocado que en muchas partes del mundo el desarrollo de esta música transcurra a la par con el culto hacia ciertos valores y prácticas originados en Jamaica y más tarde integrados en la cultura occidental.

El vínculo del ska con ciertos grupos sociales y con realidades de corte ideológico ó político

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A lo largo de su historia, el Ska ha ocupado muy diversos contextos culturales y geográficos, situándose alternativamente en distintos planos de lo underground y lo comercial. Durante distintas fases de esa historia, el Ska ha estado ligado a ciertos sectores sociales y/o políticamente definidos, como las clases desfavorecidas (clases bajas en Jamaica, la juventud de la clase obrera en Inglaterra), los colectivos Mod y Skinhead o los ambientes de lucha contra el sistema propios del rock o del punk. Esto ha derivado en el uso reivindicativo que caracteriza a algunas vertientes del ska, ha influido en la recepción de esta música en distintos contextos socioculturales, ha motivado un interés hacia ella por parte de los grupos mencionados y en general ha definido su imagen a ojos del público.[4]

Además de estar sujeto a una serie de implicaciones socioculturales, el Ska es un género musical que tiene una identidad propia como manifestación sonora, y este hecho también determina de forma drástica su recepción, difusión y demás procesos de integración en la cultura.

El concepto de "Rude Boys"

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A mediados de los 50 en Jamaica, existía un grupo de gente, los rude boy. Eran jóvenes de la clase obrera, a los que les gustaba imitar el estilo gánster de la época, con pantalones negros, de color café o grises, playera blanca, tirantes y sombrero: la vestimenta no era tan estilizada como ahora se conoce. Disfrutaban de bailar en el dancehall con los DJ que viajaban con sus camionetas troyanas. Para 1958 ya apareció el ska y el inicio de lucha de independencia de la isla. Por eso ahora se dice que los rude boy cargaban con armas, algo lógico en una lucha de independencia. Los rude boy de la primera generación así se mantuvieron, con la evolución del ska en rocksteady hasta su migración y el nuevo ritmo entre Jamaica e Inglaterra: el skinhead reggae, en donde se da la primera fusión entre jamaiquinos e ingleses, visten botas Dr. Martens, pantalones arremangados, llevan la cabeza rapada y tirantes, o camisa a cuadros, chaleco de lana, bomber, la primera generación de skinhead, blancos y negros unidos, la influencia fueron los rude boy y los mod para crear esta nueva tendencia, también copian la conducta violenta de los dance hall crashers. Su conducta fue reprimida por la policía: prácticamente desaparecieron y quedan algunos fieles como los suedeheads o los smoothies.

A mediados de los 70, se inició una segunda generación de ska, con músicos que tocaban ska revival y reggae al que añadieron el ritmo del característico y afamado rock inglés. Así nació el 2 Tone. Es una generación con más ideología, retoman el orgullo Rude Boy como imagen de su nueva propuesta, La igualdad, representándola con el antirracismo y como bandera cuadros negros y blancos, expresando la unión, el respeto. Actualmente, muchas de estas costumbres ya se perdieron entre los nuevos rude boy. La forma de vestirse de esta segunda generación es más estilizada, al estilo mod, con trajes sastre con pantalones más cortos, que permitían ver el contraste entre zapatos negros, medias blancas y pantalones negros. También llevaban camisa blanca, corbata, tirantes y gafas oscuras. Se modificó la forma de bailar con pasos muy marcados. El 2 Tone y el ska casi aparecieron simultáneamente: el street punk o punk callejero tomó el nombre de Oi! y a los jóvenes ingleses a quienes les gustó, muchos siendo hooligan, tomaron la idea de ser skinheads: algunos de ellos eran de izquierda o anarquistas y la otra, de la extrema derecha nacionalista. Para los 80 se creó un grupo de skinheads opuestos a los llamados skinheads neonazis (boneheads: ‘cabezas huecas’): los S.H.A.R.P. o Skinheads Against Racial Prejudice (Cabezas rapadas en contra de los prejuicios raciales). Su música es el Oi!, punk, ska tradicional, skinhead reggae y ska-oi!, todo esto ya en la tercera ola del ska. A principios de los 90 surge otro grupo de skin head, más radical pero con mayor apertura a los círculos sociales: los R.A.S.H. Red & Anarchist Skin Heads (Cabezas rapadas rojos y anarquistas). Crearon varias secciones alrededor del mundo, su posición es más anti capitalista, antifascista y multiracial, antihomofóbica, acepta en sus líneas a punk, skankers, rudes y a toda aquella gente que quiera participar en movilización activa.

Véase también

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Referencias

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  1. a b «Ska». Enciclopedia Británica. Hussey Dermot. pp. http://www.search.eb.com/eb/article-9118222. 
  2. Analco, Aída; Zetina, Horacio; et., al.: (2000). Del negro al blanco: Breve historia del ska en México. México: Instituto Mexicano de la Juventud. ISBN 968-5224-03-X. 
  3. Farinelli, Marcel A. (2016). «A ritmo de descolonización. Música e independencia en Jamaica». El Pentagrama político. Ensayos sobre música y nacionalismo. Barcelona: Nova Editorial. pp. 127-147. Consultado el 3 de julio de 2024. 
  4. a b Fernández Monte, Gonzalo Javier (2012). El ska en España: escena alternativa, musical y trasnacional. Madrid: Universidad Complutense de Madrid. 
  5. a b c d Nidel, Richard O. (2005). World Music: The Basics. Nueva York: Routledge Taylor and Francis Group. pp. 282. ISBN 0-415-96800-3. 
  6. «Ska Revival» (Web). Genre Listing. All Music Guide. 2007. Consultado el 2 de febrero de 2007. 
  7. Moskowitz, David V. (2006). Caribbean Popular Music. Westport, Connecticut: Greenwood Press. pp. 270. ISBN 0-313-33158-8. 

Bibliografía

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