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Usuario:Alejandra Ramos S/Taller

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La presión social en jóvenes hace que las personas no se sientan en plena libertad y engloba la tensión que se genera al ingresar a un grupo social con el que no se está plenamente identificado, por lo que viven en mundo donde tienen que cumplir ciertos estándares sociales. Esta se manifiesta normalmente en la adolescencia donde se experimentan nuevas sensaciones y se está en busca del quién soy y quién quiero ser realmente. Durante esta etapa, existe una desvinculación familiar, dónde los hijos empiezan a independizarse y generan una relación de pertenencia con la gente que conviven o están la mayoría del tiempo, esto puede llevar tanto a buenas como a malas acciones.

Definición[editar]

La presión social es la influencia que ejerce un grupo en alentar a una persona a cambiar actitudes, valores o comportamientos en forma de adaptación a las reglas del grupo. Una persona afectada por la presión social puede o no querer pertenecer al grupo en el que se encuentra.

Paradójicamente la presión social es un acto individual. Solo lo percibe el individuo afectado y no el entorno al que pertenece, esto lo convierte en un factor en contra porque complica la situación de esta persona y es difícil detectar el problema lo cual complica la ayuda de terceros.[1]

Consecuencias[editar]

Si los jóvenes o adolescentes no se ajustan a los estándares de su grupo social, el bullying se convierte en el riesgo latente. Algunas consecuencias pueden ser alcoholismo, tabaquismo, drogadicción, depresión, problemas relacionados con sexualidad, desórdenes alimenticios e incluso suicidio. Generalmente no se manifiesta con facilidad hasta llegar a un punto grave. Otra práctica que también ha sido consecuencia de esta presión es el cutting, práctica en donde los adolescentes se provocan lesiones para hacer frente al dolor emocional, cortándose brazos, tobillos y/o muñecas. Según La Jornada, se calcula que el 10% de los jóvenes incurre en conductas de autoagresión como solución a sus problemas.[2]

Según datos de la UNICEF, la presión social propicia que muchos adolescentes contraigan adicción al alcohol, tabaco y drogas, lo que lleva a un problema cada vez más grande en México. En 2009, 44% de los adolescentes en México se rodean de una sociedad consumista de tabaco, 7% fuma por primera vez a los 10 años; 45% inicia entre los 11 y 14, el 48% entre 15 y 17. El 20% de estudiantes a nivel secundaria son fumadores activos y de los 14 millones de fumadores existentes en México en el año 2008, 10 millones empezaron a fumar antes de los 14. [3]

De acuerdo a la Ssa, 16 jóvenes se suicidan cada día, tasa que se ha duplicado en los últimos 10 años y datos la Organización Mundial de la Salud (OMS) registran que el suicidio es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 a 25 años. Según Martha Silvia Solís profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) la familia es un entorno para prevenir y detectar conductas de riesgo, ya que la mejor manera de evitar el suicidio es mediante la prevención. Si se genera esta relación sólida del adolescente con la familia, la presión social no generará los efectos negativos ya mencionados. Lo único que se necesita es afecta y comunicación ya que es lo que cualquier joven desea en esta etapa de su vida[4]

Prevención[editar]

La etapa de aceptación es complicada porque en la mayoría de casos, no se comunica la situación o por lo que están pasando debido al miedo o pena. El efecto de la presión social normalmente es debido a la necesidad de pertenencia a un grupo en donde existe popularidad. La manera de evitarlo es cambiar el grupo social a uno con individuos que brinden sensación de aceptación y con las que se facilite compartir intereses e ideales. Esto quiere decir, estar conforme con la gente de al rededor sin la necesidad de cambiar. El acto de terceros esta presente en estos casos por lo que los valores y presencia son necesarios en cualquier grupo al que se pertenezca.

  1. Barrionuevo, José (2011). Adolescencia y juventud consideraciones desde el psicoanálisis. Buenos Aires, Argentina: Eudeba. 
  2. «Se infligen 10% de jóvenes "para afrontar el dolor emocional"». La Jornada. Consultado el 05 / 03 /2017. 
  3. «La adolescencia». UNICEF. Consultado el 12/03/2017. 
  4. «En México se suicidan 16 jóvenes cada día». El Universal. Consultado el 05/03/2017.