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Economía en la Revolución mexicana[editar]

Economía en el Porfiriato[editar]

El periodo previo a la Revolución mexicana, que abarcó parte del Porfiriato, entre 1900 y hasta el estallido de la guerra en 1910, representó para la economía mexicana una década de altibajos en materia económica. Primeramente, en 1907 hubo una crisis económica en Estados Unidos que trascendió y afectó a la economía mexicana, revelando la gran limitación que existía en la disponibilidad de fondos en los bancos. Indudablemente fue un periodo inestable económicamente para México, pero que después de dos años la actividad económica comienza a recuperarse de la crisis debido a que el gobierno comenzó con la llamada mexicanización de los ferrocarriles que entre los años de 1903 y 1907. Esta mexicanización consistió en la adquisición de acciones de compañías para conformas la corporación de Ferrocarriles Nacionales de México, en este sentido, la crisis en los últimos años del Porfiriaro se descarta como una de las posibles causas de la Revolución. No obstante, de igual forma son innegables los impactos indirectos generados por el descontento en algunos sectores de la población.[1]

Imagen del Ferrocarril Nacional de Mexico

En 1910, al contrario a lo comúnmente creído, el estallido de la guerra no provoco el completo e inmediato colapso de la economía mexicana y de las finanzas públicas, sino que por el contrario la recuperación paulatina de las previas crisis como muestra la información disponible de producción industrial, comercio exterior, depósitos bancarios e ingresos públicos, que había comenzado a tenerse desde 1909 con relativa normalidad hasta 1912, como remarca la doctora Sandra Kuntz en su libro La economía Mexicana 1520-2010.[1]

Rompimiento del sistema financiero y la red ferroviaria[editar]

El verdadero impacto de la guerra civil se concentró entre 1913 y 1926 con mayores efectos macroeconómicos, aunque desiguales, en los distintos sectores económicos. Geográficamente los efectos prácticamente no tocaron el sur ni la península de Baja California del país; en estados del centro hubo una incidencia transitoria y menor, mientras que todo fue mucho mayor en el norte y el centro-norte del territorio.[1]​Así mismo, los sectores más afectados fueron los sistemas monetario y ferroviario, donde estos tuvieron efectos dramáticos sobre el mercado interno, los precios y la circulación de bienes. En este nivel macro la industria padeció mas que las exportaciones, y en términos generales el campo se vio mucha mas afectado que la ciudad . [1]

Como se mencionó anteriormente, no fue hasta 1913 y 1916, cuando se generalizo completamente la guerra civil en el país, que la economía mexicana comenzó a sufrir los impactos directos. En este periodo, no solo existió una terrible destrucción material (debido claro esta al conflicto armado), sino que otro de los grandes efectos fue la perdida de muchos de los acuerdos institucionales que se habían logrado consolidar en tres décadas de estabilidad política, todos estos acuerdos le permitían al país gozar de certidumbre en la inversión y un amplio crédito externo. [1]

En primer lugar, el sistema monetario sufrió la fuga de capitales en manos de empresarios e individuos acaudalados, esto a su vez provoco escasez de dinero circulante y una disminución en las reservas bancarias. El problema únicamente se agravo mas cuando diversos gobiernos estatales y lideres revolucionarios de distintas partes de la república, como fue Venustiano Carranza y Francisco Villa comenzaron a hacer sus propias emisiones de billetes, lo que redujo la reserva legal y duplico la circulación de billetes. Este fenómeno inundo los mercados de dinero sin respaldo, lo cual termino por colapsar al sistema monetario nacional.

Pero, por el contario, el sector exportador fue el que menos sufrió durante la revolución mexicana, esto se debe a una parte por “el emplazamiento geográfico de muchas actividades exportadoras en áreas periféricas del territorio, y en arte a la parcial coincidencia temporal ente la revolución y la primera guerra mundial”; esto ya que gracias a esta ultima en el país se intensifico la demanda internacional de productos necesarios para la guerra, como petróleo y minerales. Es precisamente gracias a esta demanda de exportación que la producción del país nunca se detuvo aun en los peores escenarios de la guerra civil. [1]

Agricultura[editar]

La agricultura, esta padeció los efectos de manera desigual, ya que, fueron ciertos productos destinados al mercado interno, como el maíz y el frijol, los que mas sufrieron en comparación con bienes destinados a exportación como el henequén.[1]​Entre 1913 y 1919 la producción de maíz y trigo se mantuvo muy por debajo del promedio anual. En 1913, por ejemplo, a penas se produjo una décima parte de lo producido en 1910. En términos de datos, la producción se estima que la producción de maíz se redujo en un 70% respecto a 1910[2]​. Durante los saqueos de aquella época, el maíz fue un producto altamente demandado, aunque su producción no cumplió la demanda de la época por el abandono del campo[2]

Migración[editar]

A todos los impactos visibles de la guerra, se le deben agregar las consecuencias de la movilización de grandes contigentes, las huelgas y patros de trabajadores, las epidemias y la emigración a Estados Unidos, pues todos esto en conjunto implico grandes dificultades a la actividad productiva.[1]

Efectos macroeconómicos[editar]

Los efectos económicos de la revolución no se ven reflejados en un paro total de la producción, sino que por el contrario fue la guerra la que fracturo la conexión entre la generación de riqueza con la reinversión y el crecimiento económico. Las empresas extranjeras buscaban refugio en el exterior y las facciones revolucionaras demandaban demasiados recursos – imponían contribuciones de guerra, ocupaban fabricas y minas, incautaban la producción – y estos pocas veces eran reinvertidos productivamente en el país. [1]

Imagen de la Revolución mexicana

Fue hacia el final de la contienda cuando se dan los 3 peores efectos que significan el total retroceso a cualquier progreso que pudo existir con anterioridad. Primero en 1914 se suspende el pago de la deuda externa, lo que margina al país de la comunidad crediticia internacional durante varias décadas; luego en 1915 la confiscación de las principales empresas ferroviarias y finalmente en 1916, la incautación del sistema bancario. Así tres de los principales logros del régimen porfirista se destruyeron en menos de 3 años. [1]

  1. a b c d e f g h i j Historia mínima de la economía mexicana, 1519-2010: Mis recuerdos de los últimos meses de guerra de España (1936-1939). Colegio de Mexico. 2012. ISBN 978-607-462-314-7. Consultado el 2 de octubre de 2022. 
  2. a b «La historia de la Revolución Mexicana a través del maíz – CIMMYT | IDP». Consultado el 2 de octubre de 2022.