Ir al contenido

Usuario:Conquettor/Taller

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Modelo agroexportador (1880-1930) o liberal industrialista (1853-1930)[editar]

En la actualidad, los colegios y universidades argentinas insisten en llamar "Modelo agroexportador" a la economía de libre mercado que fue instaurada en la constitución de 1853 por su autor ideológico Juan Bautista Alberdi, basado en el respeto a la vida, la libertad y la propiedad privada. Con ese marco nuestro país se convirtió en uno de los más avanzados, con una estructura productiva diversificada. Posiblemente por que intentan desvalorizarlo, diciendo que fue un modelo que solo beneficiaba a la oligarquía vacuna y que producía gran desigualdad.[1]

Jeffrey Williamson de Harvard, publicó un estudio de los salarios reales en América Latina en relación a los de Gran Bretaña hasta la Segunda Guerra Mundial. Argentina era el país con los salarios más altos de la región y como se puede apreciar en el gráfico, incluso superaban a los de los obreros ingleses antes de la 1ª Guerra Mundial
Jeffrey Williamson de Harvard, publicó un estudio de los salarios reales en América Latina en relación a los de Gran Bretaña hasta la Segunda Guerra Mundial. Argentina era el país con los salarios más altos de la región y como se puede apreciar en el gráfico,  incluso superaban a los de los obreros ingleses antes de la 1ª Guerra Mundial

El modelo incorporado en la constitución de 1853, era de la escuela industrialista escocesa de Adam Smith,[2]​ y con el que logramos convertirnos en uno de los 5 países más desarrollados del mundo en tan solo 40 años y nos mantuvimos entre los 10 más ricos durante las 6 décadas en que se aplicó. No solo en términos de producción y consumo per cápita, sino también por el poder adquisitivo de los salarios.[3]

Evolución de la red ferroviaria
Red ferroviaria 1870 - 1910

Ciertamente el campo creció muy rápido, ya que se multiplicaron las hectáreas útiles gracias a la construcción de los nuevos ferrocarriles (para 1914 se habían terminado la mayor parte de los 47000 kilómetros), era la décima red ferroviaria más extensa del mundo.[4]

Pero la industria creció más rápido aun porque efectivamente era un modelo industrialista, en un sistema libre el agro y la industria se potencian mutuamente. En 1914 el 71 % de todos los productos manufacturados consumidos en el país eran de producción nacional.[5]​ En 1922 la industria ya había superado definitivamente a la producción agropecuaria. En 1932 la industria argentina era mayor que la de México y Brasil juntas. Para 1943 la industria ya exportaba el 20 % de su producción. Argentina era uno de los países más desarrollados, fue de los primeros países en eliminar el analfabetismo, más tarde su industria editorial llegó a ser la mayor de habla hispana y el cine nacional era el 4.° del mundo después de Estados Unidos, Francia e Italia. Es cierto que el campo exportaba una buena parte de su producción, así permitiendo importar la maquinaria de última tecnología que permitiría el desarrollo del país. Pero no era el único que se beneficiaba, también lo hacía la industria, el comercio, el transporte, la construcción, teníamos pleno empleo y llegaban cientos de miles de inmigrantes gracias a lo que para la época eran altísimos salarios,[6]​ más altos que los de los obreros ingleses, franceses o alemanes.[7]​ La moneda era sana y casi no había inflación, la gente podía ahorrar y salir de la pobreza. La industria argentina competía con las mejores del mundo. Podemos nombrar algunos ejemplos[8]​ tales como: La compañía Cervecería Bieckert (fue de consumo popular en nuestro país), Bagley, Dulces NOEL (había sido líder en Latinoamérica), Bodega El Trapiche por Tiburcio Benegas (salto cualitativo en la vitivinicultura argentina). Las pequeñas industrias elaboradoras y comercializadoras de productos derivados de la leche prosperaban imparables, como Magnasco Hnos. o La Martona entre Monte Grande y Cañuelas que fueron una explosión alrededor de las estaciones de tren. En 1884 Bunge y Born para dedicarse a la comercialización de cereales a escala mundial (un trading "internacional"). En 1899 la misma empresa adquiere un taller de hojalatería y comienza a fabricar envases (Centenera fue una lider continental en producción de envases), en 1902 instalan un Molino en el dique 3 de Puerto Madero y nace Molinos Río de la Plata (proveían y proveen una gran cantidad de productos de consumo diario hasta el día de hoy). En 1911 constantemente en huelga de obreros de la panificación, Torcuato Di Tella inventó una máquina amasadora de pan de éxito nacional e internacional (fue tan grande su éxito que tuvo que crear una industria para fabricarlas, "SIAM"), que empezó fabricando máquinas amasadoras de pan, prosiguió con heladeras, cocinas, autos, motos. Otros ejemplos, Bartolomé Long que inventó la desgranadora argentina, en 1917 la primera cosechadora autopropulsada del mundo por José Frick, 1878 Nicolas Schneider se vuelca al rubro de fabricar los primeros arados en Esperanza, Jacobo Peuser un alemán en 1867 creó un emporio de artes gráficas y puso a la actividad editorial argentina en la cima de Iberoamérica por mucho tiempo, en 1870 Sebastián Bianchetti se hizo presente con sus famosas balanzas que hasta el día de hoy se ve en algunos comercios, pequeñas industrias de cerillas de fósforos prosperaban tanto así que hasta el día de hoy la Compañía General de Fósforos (1889) continúa hasta nuestros días. Fundición Zamboni, los astilleros de Berisso, Cerámica Ferrum, las siderúrgicas TAMET y Sansinena, en 1886 Ernesto Tornquist inviertiendo en ferrocarriles (también en exploración y explotación de petroleo), en 1860 el austro húngaro Nicolás Mihanovich inicia un imperio naviero que después continua Luis Dodero (hoy en día la mayor parte de la flota fluvial que transporta el Paraná está en manos de empresarios paraguayos), en 1924 Joris Steverlynck funda algodonera Flandria (industria floreciente, en su entorno crece la ciudad de Flandria).

Éste era el país que en 1889 asombraba al mundo con motivo de los 100 años de la revolución francesa, había dos cosas que todos miraban, una era la Torre Eiffel y la otra era el Pabellón argentino que imitaba un palacio donde se veían los productos agrícolas y ganaderos, pero así también multitud de industrias como por ejemplo la cámara de conservación en frío de la empresa Sansinena y tantos otros que maravillaban. Todo ésto hacía decir a algunos periódicos franceses: "Su futuro es tan grande, su prosperidad creciente, su situación excepcional comparable a los Estados Unidos del Norte".[9]

Todo ésto se logró gracias al sistema económico Alberdiano plasmado en la constitución nacional.

Las guerras mundiales y la crisis del 30 generaron un gran desafío en todo el mundo. Países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda, similares a la Argentina volvieron de la posguerra a ser abiertos y competitivos. En cambio en Argentina se ensalzaron las ideas proteccionistas, nacionalistas, estructuralistas.[10]

A partir de la década del 30 se abandona el libre comercio, se comienza a gravar el campo para subsidiar y proteger el desarrollo industrial, lo que se profundizó con el Peronismo. El resultado fue pésimo, la idea de esquilmar al campo empobreció muchos de los 250 000 productores y benefició a unas pocas familias de industriales, a los políticos populistas y sindicalistas. Pero así Argentina se apartó del camino del progreso, multiplicó la pobreza y cada vez más gente depende del Estado. Caímos al puesto 65 del ranking de producción per cápita, nuestra industria subsidiada y protegida ya no pudo competir con los países centrales como Estados Unidos o los europeos, pero tampoco pudo competir con los países pobres como lo eran China, India e Indonesia, ni siquiera con las de América Latina que decidieron abrirse al mundo como Mëxico, Chile, Perú o Colombia. Eso demuestra que la industria argentina se estancó con el proteccionismo nacionalista.[11]


_______________________________________________________________________________________________________________________________



1950-1990- Intervención estatal[editar]

Entre 1950 y 1973, periodo en que se instauró el “modelo sueco” de intervención estatal en la provisión de servicios públicos, el crecimiento de Suecia fue el más lento de Europa Occidental con la excepción del Reino Unido. Lo mismo sucedió para el periodo entre 1973 y 1998 pero esta vez solo Suiza demostraba un peor crecimiento.

Suecia duplicó su carga tributaria entre 1960 y 1989 (del 28 al 56% del PIB). Durante 1960 y 1980, el gasto público pasó del 31 al 60% del PIB y el empleo público como porcentaje del total de la fuerza laboral se triplicó. La adjudicación de más y más responsabilidades exclusivas del Estado sueco (léase monopolios estatales) resultaron en que el país se convirtió en “el paraíso de la producción en masas, ya sea de automóviles, viviendas, educación o salud”.

Pero el modelo era insostenible y eso se volvió dolorosamente evidente entre 1991 y 1993, periodo durante el cual se perdieron medio millón de empleos y el PIB sufrió una pérdida acumulada de un 6%. El gasto público se disparó a un 72,4% del PIB.[12]

Para 1960, antes de que se instaurase el Estado de Bienestar, Suecia ya era una potencia industrial con una población educada. Esa fue la base económica que le proveyó a la social democracia los recursos necesarios para la implementación del Estado benefactor.[13]


1990 en adelante[editar]

El crecimiento económico de Suecia ha tenido una pauta similar a la de los otros países escandinavos. En los años 1990 su PIB per cápita nominal decayó al igual que en Finlandia, en parte por factores que tuvieron que ver con el colapso económico de la URSS. A partir de finales de la década el PIB se recuperó alcanzando nuevamente niveles altos.

Fölster desglosa las distintas reformas liberales que se aprobaron en Suecia:

Control del gasto público. En 1994, la deuda pública llegaba el 80% del PIB… pero casi veinte años después, en 2012, el pasivo estatal había caído hasta el 30% del PIB. Esta fuerte reducción es inseparable de la Regla Fiscal aprobada en 1997. Dicha norma exige que, en el medio y en el largo plazo, el presupuesto registre un superávit estructural del 1% del PIB. Además, también requiere que cada ministerio que solicite más gasto en una partida apruebe recortes equivalentes en otras áreas de gobierno, asegurando que los desembolsos totales no aumentan.

Reforma de las pensiones. En la década de 1990 se aprobó un cambio en el sistema de pensiones. El modelo anterior estaba basado en el mismo mecanismo de reparto que está en vigor en España. Sin embargo, el nuevo paradigma combina los aportes genéricos a la caja de la Seguridad Social con el ahorro personal que cada trabajador acumula en un fondo privado. Además, se ha introducido un factor de sostenibilidad que ajusta las pensiones de manera automática, dependiendo de la buena o mala salud del sistema a medio y largo plazo.

Rebaja de impuestos. El tipo superior del IRPF rondaba el 80% en el momento en que se empezaron a introducir reformas liberales. Entre 1990 y 1991 se aplicó un primer cambio que aseguró que el 85% de los trabajadores pagaría menos de un 30% y que el resto no tributaría más de un 55%. Entre las empresas, se redujo el tipo general del Impuesto de Sociedades del 50% al 28%, con rebajas adicionales vía deducciones.

Estabilidad monetaria. El entorno inflacionista del periodo 1976-1990 fue corregido con una reorientación de la política del Banco Central, que subió notablemente los tipos de interés hasta asegurarse la contención de los precios. Poco a poco, la corona ganó en estabilidad y permitió que las subidas nominales de los sueldos se tradujesen realmente en ganancias reales de poder adquisitivo.

Reforma del Estado del Bienestar. Se liberalizaron los sectores más intervenidos de la economía: medios de comunicación, electricidad, transporte, telecomunicaciones, servicios postales… Además, se introdujo un modelo de “cheques” para permitir que empresas privadas compitan para prestar servicios públicos en campos como la educación, la sanidad, la búsqueda de empleo

  1. «La situaciòn de los obreros antes de Peròn». 
  2. «Sistema econòmico y rentìstico de la confederaciòn Argentina». 
  3. «PRECIOS Y SALARIOS EN BUENOS AIRES DURANTE LA GRAN EXPANSIÓN (1850-1914) E. Martín Cuesta*». 
  4. «Red Ferroviaria Argentina». 
  5. Argentina. Comision nacional del censo. (1916-19). Tercer censo nacional : levantado el 1o de junio de 1914, ordenado por la Ley no. 9108 bajo la presidencia del Dr. Roque Saenz Pena, ejectado durante la presidencia del Dr. Victorino de la Plaza.. Talleres graficos de L.J. Rosso. OCLC 262293493. Consultado el 9 de junio de 2020. 
  6. «Pleno empleo». 
  7. «PRECIOS Y SALARIOS EN BUENOS AIRES DURANTE LA GRAN EXPANSIÓN (1850-1914). E. Martín Cuesta». 
  8. «50 años ininterrumpidos de crecimiento en Argentina». 
  9. «MITOS CRIOLLOS: MODELO AGROEXPORTADOR VS. MODELO INDUSTRIALISTA». 
  10. «Industrializaciòn por Sustituciòn de Importaciones (ISI)». 
  11. Dorfman, Adolfo. (1983). Cincuenta años de industrialización en la Argentina 1930-1980 : desarrollo y perspectivas. Ediciones Solar. ISBN 950-9086-13-4. OCLC 1024519934. Consultado el 9 de junio de 2020. 
  12. «Desempleo y fuerte crisis.». 
  13. «Suecia antes de 1960».