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Usuario:EnriqueJavierPeralta/Taller

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Melacio Castro Mendoza
Información personal
Nacimiento Caín, Perú
Residencia Essen, Alemania
Nacionalidad Peruano
Información profesional
Ocupación Escritor y activista social
Obras notables El hombre de Rupak Tanta
Batallas y sueños de Uchku Pedro

Melacio Castro Mendoza (1947), Caín, Chepén, La Libertad, Perú, es un escritor y activista social radicado en Essen, Alemania. En América Latina, en especial en Argentina y Perú, viene siendo descubierto por la crítica.

Biografía[editar]

Melacio Castro Mendoza nació en Caín, en fecha incierta. Fue registrado en el municipio de Pacanga, el 23 de diciembre de 1947. Víctor Castro Julca y Juana Mendoza Novoa, sus padres, emigraron de los campos de San Gregorio (Cajamarca), al valle del río Jequetepeque, y se asentaron en el caserío de Caín, distrito de Pacanga, La Libertad. Su madre bajó de los Andes con él en su vientre; una semana después, en un alojamiento rústico, lo alumbró como el noveno de un total de dieciséis criaturas. Ajeno a su voluntad, fue él el primero, de entre sus hermanas y hermanos, en nacer como «costeño».

Sus estudios primarios y secundarios los alternó ejerciendo labores agrícolas y de pastoreo, en las haciendas aledañas a Caín, y entre las comunidades andinas de Nanchoc y de San Gregorio. Parte de los estudios primarios los hizo en la fiscal de Caín y, parte, en la de Pacanga. Los estudios secundarios, del primero al tercer año, los absolvió en el Instituto Nacional Agropecuario Nº 19 de Chepén, y el cuarto y quinto años, en la Gran Unidad Escolar José Andrés Rázuri de San Pedro de Lloc. En este colegio, el año 1966, fue elegido como secretario de cultura de la promoción Javier Heraud Pérez, la primera que, en el Perú, tomó el nombre de un poeta y luchador social. Los estudios universitarios peruanos, hechos en dos etapas (1967-1969/1973-1975), los hizo en la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), donde se graduó, a fines de 1975, en la especialidad de historia, filosofía y ciencias sociales. En diciembre de 1969 inició un viaje por América y Europa, financiándose con la lectura de sus poemas o realizando trabajos de ocasión. En Alemania hizo nuevos estudios, en las mismas disciplinas de la UNT, en la Universidad de Duisburg-Essen (UDE), situada en el Estado Federal de Renania del Norte-Westfalia, donde volvió a graduarse.

Su viaje por América y Europa lo inició el 5 de diciembre de 1969. Transitó por cuarentiocho países. Confesó, alguna vez, que, al parecer, esta experiencia le aportó el mejor aprendizaje y las más sanas reflexiones. Sobre su estadía en Estados Unidos y Canadá, en una carta escrita a uno de sus amigos, dijo: «En los Estados Unidos la democracia es un concepto disminuido por la práctica del racismo y de la intolerancia en contra de las minorías étnicas y de género, algo que vi y me tocó en cuerpo y alma; en Canadá, en cambio, la intolerancia y la exclusión social son combatidas por la práctica de una democracia similar a la de los países del norte de Europa.».

En noviembre de 1970, procedente de Montreal, llegó a Madrid, ciudad desde la cual emprendió sus primeros viajes hacia el centro y norte de Europa. Partiendo desde Barcelona, vio Europa hasta mayo de 1971. En España el poder político estaba en manos de la dictadura de Franco. Concluida su primera gira por Europa, volvió a visitar Francia e Inglaterra, en compañía de Manuel Antonio Diez Salazar, peruano de origen chiclayano, ex-estudiante de medicina en la universidad de Zaragoza, expulsado de esta institución por su activismo antifranquista. Con Diez Salazar, leyendo sus poemas, vio el interior de España. Ambos, durante el verano y el otoño de 1971, trabajaron de camareros en Vilasar de Mar, en el restaurante playero El Pesce. A comienzos del año de 1972, arribaron a Mallorca, la isla Balear de mayor destino turístico veraniego de los europeos, un lugar donde el trabajo, la literatura y la bohemia, en un sano equilibrio, se hizo una rutina.

En Barcelona compartió sus escritos literarios con intelectuales antifranquistas; junto a algunos de ellos sufrió, por sus ideas políticas antidictatoriales, la represión policial franquista. Por lo demás, en una recepción del Consulado del Perú, a propósito de las fiestas patrias, el 28 de julio de 1971, conoció a algunos autores del boom literario latinoamericano. Poco antes, en el invierno de ese mismo año, había conocido, en la Embajada del Perú en París, a Julio Ramón Ribeyro, autor, entre otros libros, de la pieza teatral Atusparia. J. R. Ribeyro se interesó por sus apuntes sobre Uchku Pedro, lugarteniente de Atusparia, estimulándole a seguir escribiendo el poemario Batallas y sueños de Uchku Pedro.

El 28 octubre de 1972, vía Düsseldorf y Londres, Castro Mendoza regresó al Perú, a continuar sus estudios universitarios. Su actividad cultural la alternó, en Trujillo, con diversos trabajos. Como dirigente estudiantil independiente de los partidos políticos, impulsó las luchas universitarias en contra del régimen militar que, en agosto de 1975, echó del poder al general Juan Velasco Alvarado, sustituyéndolo por el general Francisco Morales Bermúdez Cerruti, responsable de una política fascistoide. La desaparición, el encarcelamiento y las expulsiones de los oponentes a su régimen, incluían la tortura y el terror.

El 25 de enero de 1975, una espontánea protesta popular en contra de las corruptas autoridades de Pacanga, devino una revuelta reprimida con dureza por la dictadura. Melacio Castro Mendoza fue acusado de ser el autor mediato de la asonada, por lo que se inició un proceso de persecución que tuvo como desenlace, primero, su detención y, después, en abril de 1976, su expulsión a Ecuador, país gobernado por una Junta Militar encabezada por el general Guillermo Rodríguez Lara, presidente del Consejo Supremo de Gobierno​. La estadía de Castro Mendoza en Ecuador se tornó, en consecuencia, en un imposible. Solo la solidaridad de los estudiantes universitarios, y en especial, de la mayoría de la Federación de Estudiantes de la Universidad Central de Quito, presidida por Marco Villarroel, le pudieron garantizar, dentro de la universidad, cierta tranquilidad. El 16 de mayo de aquel 1976, en un vuelo de Quito a Frankfurt (Alemania), con un pasaje aéreo financiado por Manuel Antonio Diez Salazar, retornó a Europa. De Frankfurt del Meno se desplazó a Düsseldorf y a Essen.

En Essen recurrió a viejos amigos que había conocido en Mallorca. Por suerte, una familia lo acogió las primeras semanas. En alguna oportunidad conoció a Víctor Palomino, un chiclayano jefe de personal de la fábrica Pressewerk, quien lo empleó como obrero «rodante». En el desempeño de diversas ocupaciones, sufrió un accidente laboral; la empresa, sin más, le dio de baja. Acogido al seguro de desempleo, pudo cubrir sus necesidades básicas. Carente de una habitación segura, debió de pernoctar una u otra noche, igual donde fuera. Uno de sus lugares preferidos fue el parque Stadtgarten ("Jardín de la ciudad"), experiencia que vertió en El hombre de Rupak Tanta, novela del encuentro de dos culturas: la europea y la indígena.

Gracias a la comunicación que aún mantenía con dirigentes universitarios ecuatorianos, contactó, en Essen, con el médico ecuatoriano Diego Heredia Montesinos, quien ejercía su profesión en la Universitätklinikum Essen, el hospital de la universidad local. Heredia lo alojó en su departamento. En una manifestación por el Primero de Mayo de 1977 conoció al pastor protestante Walter Zielke, un activista de los Derechos Humanos, quien le ayudó a obtener un trabajo como profesor de español en la Universidad de Duisburg–Essen (UDE), labor que ejerció mientras estudiaba, a un nivel más alto, las disciplinas concluidas en el Perú, en la UNT.

Miembro activo de la comunidad protestante Evangelische Studentengemeinde Essen, dirigida por el pastor Walter Zielke, desplegó una serie de actividades culturales y sociales, canalizadas al público por el Peru-Komitee Essen, asociación fundada por su iniciativa, el 16 de noviembre de 1977. Vocero informativo de prensa de difusión federal del Peru-Komitee fue Peruinformationen, revista que tuvo veinticinco ediciones. Sus actividades estaban vinculadas con la solidaridad hacia el pueblo peruano y con las luchas populares antidictatoriales de América Latina. Francisco Morales Bermúdez, quien años después fue sentenciado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad por el Tribunal de Apelaciones de Roma, fue el personaje central de sus denuncias, a causa de las violaciones perpetradas por su régimen. 

Ejerciendo como profesor de español en la UDE conoció a Annette Seyfarth, con quien más tarde contrajo matrimonio. Producto de esta unión, tuvo como hija a Johanna Castro-Mendoza, profesora en Holanda, y a Simón Castro-Mendoza, chef de cocina peruana en Alemania.

Entre 1986 y 1988, Melacio Castro Mendoza, su esposa Annette Seyfarth y su hija Johanna, residieron en el distrito limeño de San Miguel. Fueron los años del primer Gobierno de Alan García Pérez en que los grupos terroristas Sendero Luminoso y el MRTA desarrollaron, protagonizaron, a igual que el régimen, una gran violencia. La hiperinflación, al mismo tiempo, agobió a los sectores populares y medios, en tanto la corrupción generalizada, dañó al Perú. Los Derechos Humanos, en este contexto, no contaban.

En 1990 Alberto Fujimori Fujimori sucedió en el Gobierno a Alan García. En abril de 1992, sin embargo, en alianza con los militares, clausuró el parlamento e inició una dictadura que Transparencia Internacional la calificó como una de las más violentas y corruptas del mundo.            

En Lima, Castro Mendoza continuó con sus labores sociales, gremiales y barriales relacionadas con el SUTEP, el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú, y la ONG Centro de Promoción de la Mujer del Pueblo - CEPROMUP, una de las organizaciones de mujeres con sede en Villa El Salvador, beneficiarios, asimismo, del apoyo del Peru-Komitee Essen. Sus actividades en el distrito de Lima Villa El Salvador, en las que colaboró su esposa, sirvieron para capacitar a las mujeres de extracción popular, con quienes coorganizó CEPROMUP, cuya fundación oficial fue en octubre de 1986. CEPROMUP aportó un apoyo técnico-organizativo a la Federación Popular de Mujeres de Villa El Salvador, como a los Comedores Populares y a los Talleres de Producción. Paralelo a estas animó actividades culturales en Lima, Trujillo y Cajamarca. En agosto de 1988, él y su familia regresaron a Essen, Alemania, donde, ante todo, se entregó a creación literaria difundida en países como Suiza, España y Dinamarca. Comparte, de cuando en cuando, en tertulias, como la Tertulia Ambulante de la ciudad de Colonia. Con frecuencia suele desplazarse a los Países Bajos y a Berlín, donde radican su hija y su hijo. La Casa Pérez Galdós, con sede en Las Palmas de Gran Canaria, lo ha tenido como a su invitado.

En Alemania ejerce actividades de docente. Parte de su actividad social ha sido gestionar con éxito un apoyo financiero destinado a la infraestructura vial y educativa de Caín, el pueblo en que nació. Ha logrado, así, contribuir a la construcción de cuatro puentes y una escuela. Coordinadores de estas labores fueron, el sacerdote Fernando Rojas Morey, su exprofesor de religión, y su hermana, María Victoria Castro Mendoza, fallecida en mayo de 1990.

Como gestor cultural invitó, a Alemania, a representantes gremiales, defensores de los Derechos Humanos y del campesinado, a músicos y a literatos, quienes se desplazaron por diversas ciudades alemanas, y países otros europeos, difundiendo sus trabajos. Ha contribuido, también, a dar tratamientos médicos a Gonzalo Fernández Gascó y a Horacio Zeballos Gámez, este último, fundador del SUTEP. Entre 1990 y el 2010 ejerció la representación del SUTEP en Europa, función que le permitió invitar a Alemania, y a otros países de Europa, a los secretarios generales que le sucedieron a Horacio Zeballos Gámez: Cesar Barrera Bazán, Olmedo Aurich Melgar, José Ramos Bosmediano, Soledad Lozano y Lúber Cáceres Tantarico. Alfonso Barrantes Lingán, líder de la Izquierda Unida del Perú, fue, en coordinación con Heiner Stinnhas y el médico y escritor Walter Lingán, uno de sus invitados, beneficiario de una operación renal realizada en un hospital de Wuppertal, la ciudad natal del filósofo Fridrich Engels.

Daniel Idrogo, líder organizador de las Rondas Campesinas de Chota, César Rojas Huaroto, Javier Peralta Chávez, Jorge Tarrillo y otros activistas de Derechos Humanos, gracias a las gestiones de Castro Mendoza, contribuyeron a denunciar a las dictaduras militares, y a las cívico-militares. En Essen coordinó con Amnistía Internacional, y otras instituciones, ayuda para los perseguidos y presos políticos de Bolivia, Argentina, Chile, Nicaragua y Guatemala

Sus invitados más representativos en la música fueron los peruanos Manuelcha Prado, Raúl García Zárate y Julio Humala, y el uruguayo Daniel Viglietti, todos, de gran acogida entre el público y entre los medios de difusión europeos.

El año 2015 fue, por primera vez, editado en España. En junio de 2019 una editorial de Estados Unidos publicó su poemario Siempre hay un más allá, y en agosto del mismo año, en Lima, Campodónico Editores, su novela El hombre de Rupak Tanta. El primer año de la pandemia de COVID-19, el 2020, lo pasó escribiendo su autobiografía, Mi República Ignorada.

Obra literaria[editar]

Melacio Castro Mendoza es un escritor formado desde de la leche materna. Su literatura y su estilo, propios de los narradores que escuchan durante su infancia los cuentos mágicos de sus casi murmurantes mayores, se nutren de las duras faenas de los campos. Alguna vez lo expresó: «Crecí entre muchas personas que ahora se me hacen de fábula: cercanos a mis padres, describían el mundo como un complejo de luchas y de amores.». El trabajo duro, los primeros estudios bajo un candil casero, y la pobreza, son, con frecuencia, sus fuentes de reflexión e inspiración.

José María Arguedas, su precedente, forjó su prosa y su verso con la rabia del que no solo escucha, sino vive el dramatismo de la marginalidad social, semejante a la semiesclavitud, escuchando en la cocina de la casa-hacienda, y más allá, historias indígenas ligadas a los Apus, a los gentiles, a los pastores y pongos carentes, muchas veces, de una madre. Ciro Alegría y Arturo Hernández, desde de la realidad peruana, o Li Bai (Li Po), en la poesía, desde el imaginario chino, influyeron en la obra de Castro Mendoza, admirador de Tolstoi, Dostoievski y de Omar Jayam. También como Graciliano Ramos, entiende él que el calor y la denuncia política deben ser fuente de una literatura mayor, ajena al panfleto.

En su exilio, contradictoriamente impuesto por una dictadura y asumido por él como un desafío, logra plasmar, en su narrativa, historias que remiten a sus orígenes. Su amplia experiencia le llevó a metaforizar sus personajes en migrantes andinos con consistencia cosmopolita. En la línea de mejores autores latinoamericanos, sus afanes son de reivindicación social y cultural. En su novela La última marinera nos presenta a un caserío de ficción, llamado Amargura, concordante en el El hombre de Rupak Tanta, donde su personaje Pureq Kañiwa y su pueblo Caín, son tan reales como fabulosos. Sus escritos ponen en escena una realidad que deja al desnudo las miserias del Perú, uno de los centros de extremas injusticias. Extrapolan, sus escenas, vidas entre sociedades dueñas de un bienestar en que los jardines públicos sirven de refugios nocturnos de último recurso como para lograr un reposo al aire libre.

El estilo literario de Castro Mendoza, muy suyo, además de sus personajes, nos ata a paisajes y a situaciones que capturan al lector hasta convencerlo de haber vivido, él mismo, lo que lee. 

Los escritores insertan en sus novelas pasajes de sus propias vidas. El Alter ego de Melacio Castro Mendoza sugiere ser de naturaleza mágica, capaz de tomar lo común y corriente, caso de Purek Kañiwa de El hombre de Rupak Tanta, un desdoble, al parecer, de su propia persona, o de M. Julca, cuyo apellido nos remite a su padre, en Las buenas intenciones (Memorias de M. Julca). Aquella M que precede a Julca, insinúa al autor una España viviendo bajo el régimen del dictador Francisco Franco. 

En su poesía aplica su rica sensibilidad andina, a temas enriquecidos por el exilio, influenciado por autores disímiles como César Vallejo, Li Bai y Omar Jayam. El mundo underground de la España bajo el régimen franquista, en contra del cual puso el hombro por el logro un cambio democrático, se siente más en su prosa. Mientras tanto, su poesía romántica, cargada de altas notas de sensualidad, no deja de tener pinceladas épicas. En el canto al amor de sus musas abarca a una escandinava, una andina, una alemana y una española. Con un lenguaje sencillo, muestra, a unas y a otras, tan cercanas y familiares a él, como tan cómplices y amantes. Su libro Malú tierra adentro y tierra afuera motivó decir al poeta Bethoven Medina Sánchez, que se trata de un «poemario cuyo tema central es el amor de pareja en formato de testimonio lírico, exhibiendo el más noble de los sentimientos. Es el amor meditado y convicto de fe en el itinerario de todo hombre que vuelve a la mujer, como los viajeros vuelven a revisar su visión y misión de vida.».

Sus versos de Batallas y sueños de Uchku Pedro están escritos, en opinión del escritor y docente Oscar Colchado Lucio, como para ser declamados en las calles y en las plazas públicas, un «libro único y múltiple a la vez, donde encontramos no solo historia, sino también mito, leyenda, religión ancestral y filosofía.»

Obras[editar]

  • Batallas y sueños de Uchku Pedro, Editorial ECU, España, 2016
  • Las buenas intenciones, Editorial ECU, España, 2016
  • La última marinera, Editorial ECU, España, 2017
  • Malú tierra adentro y tierra afuera, Editorial ECU, España, 2017
  • Siempre hay un más allá, Editorial Publicaciones entre líneas, 2019
  • El hombre de Rupak Tanta, Editorial Hipocampo de oro, 2019

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