Usuario:Marcuusfax/prueba mfs

A pesar de la desazón que se cierne en toda Europa, los líderes del continente demostraron ayer que todavía conservan el compromiso de permanecer unidos cuando la situación lo requiere. El primer presidente de la UE, Herman Van Rompuy, depositó sus esperanzas en la breve toma de contactos de esta semana en Bruselas con el propósito de levantar los ánimos y convencer al grupo, que ha pasado una década entera centrando todas sus fuerzas en reescribir sus normas, mirar hacia delante y hacia el exterior, y asentar los cimientos de un futuro en el que Europa pueda soportar todo tipo de embestidas.

Por desgracia, no todo salió como se esperaba, aunque difícilmente iba a ocurrir en medio de la inestabilidad monetaria más seria que acaece sobre el euro. La cepa de gripe griega en el mercado de bonos amenaza con mutar en una cepa española e incluso italiana, con la fuerza desgarradora de finiquitar con el euro. Los líderes nacionales son sólo capaces de concebir un mínimo esbozo del remedio, pero al menos han reconocido que la eurozona puede, con el tiempo, resurgir o desplomarse como una.

Estabilizar el agitado mercado ha sido probado como una acción insuficiente, y es que la voluntad de actuar no es lo mismo que actuar. La reunión de la próxima semana entre los ministros financieros puede fracasar por culpa del detalle de que aquellos que se encuentran en problemas puedan salirse, y de qué tipo de ayuda que recibirán. Los alemanes, quienes siempre han albergado los profundos miedos de que el euro es un instrumento para permitir a los derrochadores vecinos un viaje gratis por las fuerzas del antiguo marco alemán, esperarán que su gobierno encuentre un medicamento lo suficientemente amargo para asegurarse de que no sea tomada a la ligera/sin pensarlo dos veces. Los griegos, que son bastante más aficionados a gastarse el presupuesto estatal que a pagar sus impuestos, pondrán todo su empeño en reafirmar que la economía, como la política, debería ser un arte de lo posible. La discusión no tiene pinta de ser agradable.