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Usuario:Pazzajera/Taller

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Eduardo Martínez Boneti
Información personal
Nombre completo Eduardo Alfredo Martínez Bonati
Otros nombres Eduardo Bonati
Nacimiento Santiago, Chile
Nacionalidad Chileno
Educación
Educación

Universidad de Chile State University of Iowa, EEUU

Pratt Institute de Nueva York, EEUU
Educado en Universidad de Chile
Información profesional
Ocupación Pintor, grabador, muralista y artista visual, profesor.
Años activo Siglo XX
Distinciones

1957 Primer Premio, Concurso de Pintura CAP, Museo de Arte Contemporáneo, Universidad de Chile, Santiago, Chile.
1957 Primer Premio, Bienal de Grabado, La Habana, Cuba.
1957 Premio B, Certamen Edwards del Salón Oficial, Santiago, Chile.
1957 Primer Premio de Pintura XXIII Salón de Verano, Santiago, Chile.
1959 Primer Premio, Grabado del Salón Oficial, Santiago, Chile.
1959/60 Beca Fullbright, Estados Unidos.
1961 Primer Premio de Pintura del Salón Oficial, Santiago, Chile.
1963 Premio Joao Goulart al mejor grabador chileno, I Bienal Americana de Grabado, Santiago, Chile.
1964 Premio CRAV de pintura, Museo de Arte Contemporáneo, Universidad de Chile, Santiago, Chile.
1964/65 Beca Guggenheim, Estados Unidos.
1967 Premio CRAV de pintura, Museo de Arte Contemporáneo, Universidad de Chile, Santiago, Chile.
1968 Beca Guggenheim, Estados Unidos.
1970 Primer Premio Concurso para decorar paso bajo nivel Santa Lucía de Santiago, Chile. Junto a Carlos Ortúzar e Iván Vial.

2001 Condecorado por el Gobierno de Chile con la orden Gabriela Mistral, en Madrid, España.

Eduardo Martinez Bonati (Santiago de Chile, en 1930) es pintor, muralista y profesor de arte, fundador del “Grupo Signo” (1962) junto a José Balmes, Gracia Barrios y Alberto Pérez.

Una de las obras más destacadas es el mural ubicado en el paso bajo nivel Santa Lucía en Santiago de Chile, que realizó junto a los artistas Carlos Ortúzar e Iván Vial, declarado Monumento Histórico Nacional en la categoría de Monumento Histórico en julio de 2021.

Reseña biográfica[editar]

Eduardo Martinez Bonati (Bonati) nace en Santiago de Chile en el año 1930. Pintor, muralista y académico de las artes tanto en Chile como en España, destaca principalmente por su rol de gestor y como impulsor del arte moderno en Chile durante el Siglo XX.

Durante la primera mitad del siglo XX el arte en Chile respondía a cánones tradicionales en el ámbito artístico donde la técnica y los temas tratados respondían a lo formal y figurativo a través del lenguaje de naturalezas muertas, marinas, paisajes, entre otros. Bonati, siendo en sus inicios un pintor que respondía a este precedente, comenzó, junto a otros artistas de su generación, a cuestionar los límites plásticos del arte de la época, tanto en la metodología del desarrollo de la obra, la integración del arte en la arquitectura y espacios públicos, el lenguaje y las técnicas que se utilizaban.

Fue durante este período en que Bonati fue reconocido y premiado con la beca Fullbright (1959-1960) y la beca Guggenheim (1965 y 1968) indistintamente, lo que lo llevó a experimentar experiencias formativas y plásticas nuevas en el epicentro del arte moderno, (Pratt Institute de Nueva York, Estados Unidos), generando una fuerte influencia en las prácticas y pensamiento de Bonati a lo largo de su carrera.

Bonati participó de un movimiento de vanguardia que se gestaba en el país en aquellos años, iniciando la pintura moderna en primera instancia fundando el Grupo Signo (1961-1963) junto a José Balmes, Gracias Barrios y Alberto Pérez “Considerado el primer movimiento genuino de arte modernos en nuestro país”[1]​, que nace de un encuentro entre los artistas en el trabajo común y en la experimentación material lo que les proporciona gran libertad creativa, según Ivlélic y Galaz “ellos (Grupo Signo) consideraron en un momento la pintura figurativa que realizaban había perdido vitalidad y relación con la realidad y se estaba quedando solo en apariencias”[2]​, adentrándose a un nuevo lenguaje informalista de ideales estéticos donde la materia y el gesto se posicionaban como la expresión interna que destruye las convenciones “que va desde el signo a la pintura”. En este sentido, el arte informalista se enfrenta la postura del arte como objeto, sin valor comercial, entrando al tema social (obra-museo / obra -espacio Público) y material en la conformación de la obra, siendo Signo un grupo de vanguardia no sólo en la pintura u obra, sino también en la integración del espacio.

Machuca comenta de este grupo: “Signo puede considerarse el primer movimiento verdaderamente “moderno” en el arte chileno. En ese sentido, constituye por primera vez la emancipación de la pintura de las ataduras de la historia oficial. la imitación discursiva […] fue reemplazada por la intencionalidad generada por la propia práctica estética”[1], ya no se trata de imitar la realidad, sino de crear a través de la experimentación y la eliminación de formas ilusionistas.

Durante este período, la obra de Bonati “se caracterizó por grandes masas de pasta, quebradas por signos de grafismo agudo asimilando de modo personal las proposiciones del informalismo y de la pintura textural”[2], cuyo objetivo era generar un arte más informalista (tendencia europea de posguerra), abstracto, orientado a la materialidad y la técnica de la obra, rompiendo así con el pasado indagando en los principios del arte moderno.

Otro colectivo de gran influencia en el Chile moderno donde Bonati fue gran propulsor, entre los años 1968-1973, fue el Taller de Diseño Integrado (DI) que impartía en la Universidad de Chile junto al artista  Carlos Ortúzar, donde “la práctica del DI implicó una nueva mirada conceptual y material sobre el arte y el diseño, en la que se priorizó la experimentación y lo multidisciplinar y el trabajo colaborativo sobre el individual”[3], donde el colectivo se dedicó a la mezcla material industrial (utilizacón de cerámica, hormigón, hierro, aluminio, etc.) para concretar obras en espacios públicos, logrando integrar arte y arquitectura denominado por Bonati como “el contexto en el medio urbano”[4]. “En un movimiento de expansión de los límites del arte, los y las artistas comenzaron un tránsito hacia el espacio público. A la vez que surgía fuertemente la idea de integrar arte y diseño al entorno urbano”[5], desde el concepto de arte de caballete, donde el artísta se enferentaba al lienzo de manera individual con materiales delimitados, las fuertes influencias de la época, el pasar por el Pratt Institue, el desarrollo del taller DI, conllevaron a Martinez Bonati a romper con la forma de ver y hacer arte en el Chile del Siglo XX, generando colectivos multidisciplinares y plástica industrial a través de proyectos integrados al espacio público generando una suerte de democratización del arte al exponerlo para todos como lo es en el caso del mural del paso nivel de Santa Lucía (junto a Carlos Ortúzar y Iván Vial), la gestión de incorparción de obras en la UNCTAD III en 1972 (actual GAM) como “la idea de hacer confluir arte y espacio público como nueva experiencia de habitar el paisaje urbano”, internandose así en el informalismo, la abstracción y como postula Cecilia Valdés Urrutia en una entrevista personal  para El Mercurio en 2020 a Bonati “…constituyó una liberación hacia una pintura moderna”[6].

Su trayectoria fuertemente marcada por el Grupo Signo y el DI, sus estudios en Estados Unidos, lo lleva a ser actor principal en unir espacio y arte en medios urbanos.En 1972 es invitado a incorporar el arte en la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo del Tercer Mundo (UNCTAD III) bajo la coordinación del trabajo de diversos artistas nacionales, desarrollado en lo que hoy se conoce como el edificio del GAM, exponiendo obras de Roser Bru, el mural de madera de Santos Chávez, entre otros, gerenado un diálogo entre arte y arquitectura nunca antes visto en Chile. Este tipo de proyectos es lo que logra Martinez Bonati mediante su articulación entre colectivos, lo que lo promueve como gran gestor del arte moderno ya que es quien es capaz de integrar el arte no como ornamento arquitecónico sino como parte integral a la obra “El Arte Incorporado es de otro modo. Tiende a crear un museo en toda la ciudad, en todo ambiente. No está confinado a un recinto especializado, pasa a formar parte de la vida común y diaria, pasa a enriquecer, a embellecer la existencia de todos los que entran en contacto con él. No es propiedad de ni un ser especial, es propiedad de un medio social colectivo”[7].

1975 parte en exilio a España donde se desempeña como profesor del Taller Elementos Básicos de la Plástica en la Universidad Complutense de Madrid y coordinador de los talleres de Arte Actual en Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el año 1984. Durante su estadía en España, Bonati integra en su obra manchas de color, movimiento y fuerza “donde lo central fue el gesto, el movimiento que se intuía detrás de gruesas capas de color”[8].


Años después, en 2011, presentó la exposición «Vuelvo a casa» en el Museo de Bellas, una retrospectiva de su producción entre 1978 y 1986, donde integra toda la influencia que tuvo en su vida, desde sus vivencias hasta su estudios de budismo y meditación, pasando desde lo irónico o humorístico hasta la armonía y la búsqueda de lo existencial.

En abril de 2022 la Academia de Bellas Artes le otorga el premio a las Artes Visuales Marco Bontá por su notable trayectoria, poco conocida en Chile y muy alabada en España. Hoy reside en Pirque (Chile) donde continúa pintando a sus 93 años.

La obra de Eduardo Bonati, siempre se ha visto influenciada por sus vivencias y etapas, tanto en su desarrollo como profesor en la U. De Chile, el grupo Signo, sus influencias sobre el informalismo y vivencias en Nueva York, su exilio en España y el dolor que le producía el momento hitórico de su país, como también su retorno y aislamiento en Pirque hasta el día de hoy, sin duda un gran artísta que marcó el devenir del arte chileno gracias al movimiento que rompío con los canones conservadores en favor del arte moderno, la integración del arte en el espacio urbano y la democartización del arte con fin social en lo colectivo.


[1] Guillermo Machuca. Realismo y crisis de la representación pictórica. En: Chile 100 años, segundo período: 1950-1973: Entre Modernidad y Utopía. (Santiago: MNBA) 130-147.

[2] https://www.ecured.cu/Eduardo_Mart%C3%ADnez_Bonati

[3] Taller de Diseño Integrado (1968-1973): una experiencia de trabajo colaborativo en la escena artística chilena, Stella Salinero Rates, Mónica Salinero Rates, www.scielo.cl/scielo.php?script=sci artex&pid=S0718-7182014000200009


[4] Taller de Diseño Integrado (1968-1973): una experiencia de trabajo colaborativo en la escena artística chilena, Stella Salinero Rates, Mónica Salinero Rates, www.scielo.cl/scielo.php?script=sci artex&pid=S0718-7182014000200009, referencia entrevista personal 2012.


[5] Taller de Diseño Integrado (1968-1973): una experiencia de trabajo colaborativo en la escena artística chilena, Stella Salinero Rates, Mónica Salinero Rates, www.scielo.cl/scielo.php?script=sci artex&pid=S0718-7182014000200009


[6] Valdés Urrutia, Cecilia. "Figura mítica del arte devela pasajes de su historia". El mercurio, 26 de junio de 2020. https://digital.elmercurio.com/2020/07/26/E/OK3QUF5A/light?gt=173510.


[7] Martinez Bonati, Eduarto “Arte de antimuseo” en Revista Quinta Rueda, N3 Diciembre de 1972, editorial Quimantú, Santiago de cHILE, página 4.

[8] https://www.ecured.cu/Eduardo_Mart%C3%ADnez_Bonati


Distinciones[editar]

  • Mención (premio, año)
  • Otra mención (premio, año)
  • ...

Referencias[editar]

  1. digital.elmercurio.com https://digital.elmercurio.com/2020/07/26/E/OK3QUF5A/light?gt=173510. |url= sin título (ayuda). Consultado el 18 de abril de 2023. 
  2. Ivelic, Galaz, Milan, Gaspar (1998). Chile, Arte Actual. Ed. Universitaria de valparaíso. U. Católica de Valparaiso. ISBN 9789561703506. Consultado el 18 de abril de 2023. 

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]