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Usuario:Rafstr/Lituma en los Andes

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Rafstr/Lituma en los Andes

Lituma en los Andes es una novela de 1993 del premio Nobel de Literatura peruano Mario Vargas Llosa, [1][2]​la primera escrita por el autor luego de su derrota en la campaña electoral de 1990. [3][4]

El argumento sigue al personaje Lituma, que también está presente (con diversos rangos) en otras novelas de Mario Vargas Llosa (La casa verde, ¿Quién mató a Palomino Molero?, El héroe discreto, así como la obra de teatro La Chunga). [5]

Trama[editar]

Lituma, un cabo de la Guardia Civil, oriundo de la región costera de Piura, en el noroeste de Perú, recibe como destino ingrato el pequeño campamento minero de Naccos, en el departamento de Junín, en la zona montañosa andina de la Sierra Central, cuya capital es Huancayo. Lo ayuda en este puesto el joven guardia Tomás Carreño, apodado 'Tomasito' o Carreñito', originario de Sicuani, en la región montañosa del Cuzco. [6]

Ambos agentes de policía deben investigar la desaparición de tres hombres en la zona de obras de la carretera de Naccos. Las tres personas desaparecidas son forasteros entre los trabajadores indios de la construcción de carreteras: El joven Pedrito Tinoco de Abancay es mudo y Casimiro Huarcaya es albino. [7]​ Finalmente, don Medardo Llantac, vicegobernador de Andamarca, [8]​ disfrazado de capataz de los simulacros explosivos en Naccos, se esconde de los terroristas del Sendero Luminoso bajo el nombre falso de Demetrio Chanca. [9]

Los dos policías se instalan en su puesto, un refugio de emergencia, en una zona abandonada. A veces logran captar la emisora de radio Junín. Armados y atrincherados, los representantes del Estado peruano esperan temerosos a los terroristas por la noche. Estos últimos se mantienen alejados a lo largo de la novela, pero se habla de varias masacres en el comedor de los constructores de carreteras.

A Lituma le preocupa especialmente la desaparición de Pedrito Tinoco. El gendarme Tomás Carreño lo había traído desde Andahuaylas. Pedrito, un pastor de vicuñas con retraso mental, había sobrevivido a un ataque de terroristas en lo alto de la Pampa Galeras. [10]​ Más tarde se hizo útil para todo en la pequeña comisaría de Nacco. [11]

Durante su investigación, Lituma se concentra desde el principio en el matrimonio de posaderos de la cantina, porque los responsabiliza de incitar a los indios. Es recibido con indiferencia por parte de Doña Adriana, de quien el cabo cree que es la principal culpable. Su marido, también endurecido, incluso se ríe del policía. Ambos cónyuges expresan repetidamente una convicción profundamente arraigada: detrás de toda adversidad, detrás de toda maldad, se encuentra la deidad de la montaña. Entre otras cosas, se deshicieron de los huaycos. Se trata de torrentes que, tras una tormenta, arrastran tierra y cantos rodados hacia el valle como una avalancha. En la segunda mitad de la novela, Lituma sobrevive - a pie de regreso a casa después de un acto oficial en la vecina mina de plata "La Esperanza" - sólo con suerte a un espectáculo natural que destruye en apenas medio año el trabajo de los constructores de carreteras. una noche. En cualquier caso, la pareja realmente quiere hacer creer al investigador Lituma que un pishtaco, un monstruo mítico devorador de hombres de los antiguos peruanos, había devorado a los tres desafortunados. Los verdaderos gobernantes de las montañas alrededor de Naccos son los apus mencionados anteriormente.

El posadero Dionisio quiere venderle a Lituma el secreto del paradero de los tres desaparecidos para que él y su esposa puedan finalmente salir de Naccos. Dado que el policía es insolvente, le revela aun así lo sucedido. [12]

Lo más probable es que ningún superior crea los escandalosos hallazgos de la investigación del cabo Lituma porque se basan en declaraciones, pero no en pruebas sólidas. Así, el policía se limita a decirle al lector: Los operadores del comedor de la obra, Dionisio y Adriana, habían incitado a los doscientos trabajadores, es decir, a los indios supersticiosos locales de las regiones montañosas circundantes de Huancayo, Ayacucho y Apurímac, al canibalismo. [13]​ Los restos de las tres espantosas comidas habían sido arrojados al pozo de una mina abandonada. [14]​ El motivo de los participantes era contrarrestar posibles desastres como deslizamientos de tierra y otros accidentes, apaciguando a los espíritus de las montañas y a los demonios de las minas, como los apus, amarus y muquis. Al mismo tiempo querían llevarse bien con los terroristas que ocasionalmente merodeaban sin previo aviso en la obra. [15]

Aunque el cabo Lituma es ascendido a sargento, debe comandar el remoto puesto de Santa María de Nieva en la selva. El gendarme Tomás Carreño tiene más suerte: lo trasladan a Piura, la ciudad natal de su amada esposa Mercedes. [16]

Personajes[editar]

  • Lituma, cabo de la Guardia Civil del Perú. Es piurano y había servido previamente en su tierra natal y en Talara. Enviado a la sierra para tomar el mando de un pequeño puesto policial situado en Naccos (departamento de Junín), es fiel cumplidor de su deber, pues permanece en su puesto pese a la amenaza de los terroristas, y se esfuerza en investigar la desaparición de tres personas. Como costeño y criollo le cuesta entender las costumbres e idiosincrasia de los habitantes del lugar, andinos y quechuahablantes. Lituma es protagonista en dos anteriores novelas de Vargas Llosa: La casa verde y ¿Quién mató a Palomino Molero?. Fue además secundario en la obra de teatro La Chunga y también personaje menor en el cuento “Un visitante” (incluido en Los Jefes), Historia de Mayta y en un radioteatro de Pedro Camacho en La tía Julia y el escribidor, aunque este último libro no tiene conexión directa al resto de sus apariciones. En una entrevista Vargas Llosa se pronunció sobre su recurrente personaje: "Lituma aparece desde mis primeros cuentos, aparece desde Un visitante. En Lituma en los Andes aparece por primera vez como protagonista. Es curioso, porque tú sabes que yo no tengo ninguna explicación, de porque ese personaje más bien anodino, más bien comparsa, más que protagonista, es un personaje que ha reaparecido tantas veces a lo largo de mis historias y otros personajes con mucho más relieve, con más personalidad se han borrado, la verdad que no ha sido en absoluto deliberado, escribía las historias y de pronto comparecía “motu proprio”. Es un personaje que supongo que la explicación es que siempre estuvo allí y del que tuve y que tengo todavía la sensación, pero es algo bastante inconsciente, de no haberlo aprovechado del todo, como si el personaje potencialmente diera más de lo que realmente yo he hecho con él hasta ahora. Supongo que es una explicación, pero no tengo ninguna explicación racional. Es como el personaje que aparece ahí en el subconsciente o sale del subconsciente como diciendo bueno, aquí estoy, todavía estoy vivo, todavía tengo posibilidades de desarrollarme, actuar, participar, vivir, porque no estoy suficientemente aprovechado." [17]
  • Tomás Carreño, llamado familiarmente Tomasito o Carreñito, proviene de Sicuani (departamento del Cuzco) y habla quechua, aunque también domina el castellano y parece criollo. Es de contextura delgada pero maciza, “con unos ojos hondos y vivos, una piel cetrina y unos dientes blancos y protuberantes”. [18]​Subordinado de Lituma, convive con él en el puesto policial de Naccos, siempre con la aprensión de que los terroristas los sorprendan.
  • Mercedes, bailarina de un cabaret limeño y piurana de origen, es mencionada constantemente por Tomasito en sus diálogos nocturnos con Lituma. Tomasito la conoció en Tingo María, a donde Mercedes había ido, contratada por un mafioso apodado "El Chancho" para que le realizara prácticas sadomasoquistas. Tomasito, enamorado de Mercedes, mata a "El Chancho", huye con ella y por un tiempo viven juntos. Mercedes, sin embargo, termina por abandonarlo. Tomasito, desolado, parte a Naccos, sin importarle el riesgo que tal misión supone. Al final de la obra Mercedes visita inesperadamente a Tomás. Se la puede identificar con la Mercedes que aparece en la obra teatral del mismo autor, titulada La Chunga, pero cuya historia se sitúa en 1945. [19]
  • Dionisio es el cantinero de Naccos, borrachín, gordo y fofo. En el pasado fue un comerciante de pisco que recorría el país seguido de un cortejo de danzantes, músicos y mujeres. Cantaba, brincaba, tocaba el charango y hacía de ukuku. [20]​Se dice que convocaba al demonio vestido de mujer. Se casa con Adriana, a quien enseña las artes adivinatorias, y se instalan en Naccos.
  • Adriana, esposa de Dionisio, de entre 40 y 50 años, de rasgos aindiados pero de tez clara, corpulenta y de amplias caderas, es la bruja o curandera del pueblo, y practica la cartomancia y la quiromancia. También ayuda a su esposo atendiendo en la cantina a los obreros que trabajan en la construcción de la carretera.
  • Timoteo Fajardo, pareja de Adriana antes de que conociera a Dionisio. Hombre temerario y narigón, lo que le será útil en su empeño por eliminar al pishtaco Salcedo que asola la región.
  • Pedrito Tinoco, el mudito, era un ser humilde y servicial, a quien las personas motejaban de opa (idiota) y con el que evitaban tener relación cercana, según la costumbre andina frente a las personas de su temperamento. Muy niño había sido abandonado en Abancay. Se crio en la parroquia del pueblo. Ya joven se dedicó a ser barrendero, cargador, lustrador de botas, acomodador de circos, entre otros oficios. Un día fue levado para servir en el ejército pero huyó y se internó en la puna, donde unos pastores lo encontraron casi muerto de hambre y de frío. Se recuperó y aprendió los oficios del campo. Poco después se le encargó la cría de vicuñas en un paraje alejado. Un día llegaron senderistas armados, quienes exterminaron a todas las vicuñas, aduciendo que su crianza era uno de los roles que el imperialismo imponía a los pueblos explotados. Pedrito quedó desolado ante tal matanza, pero se recuperó y llegó a Naccos, donde consiguió trabajo como sirviente en el puesto policial. Se ganó pronto la confianza de Lituma y Tomasito, para quienes hacía mandados, limpiaba los barracones y lavaba la ropa, hasta que un día desapareció sin dejar rastro.
  • Casimiro Huarcaya, albino de Yauli, es hijo de un tinajero. A los 15 años se escapa de su pueblo con un comerciante viajero, con el que recorre la sierra aprendiendo el oficio. Se relaciona con la joven Asunta, quien le comunica que espera un hijo suyo. En un primer momento Casimiro la rechaza, pero luego la busca, comienza a visitarla y a ofrecerle regalos. Asunta desaparece y su familia no quiere comunicarle su paradero. La busca mucho tiempo hasta que la encuentra formando parte de un grupo de senderistas, quienes lo condenan muerte por violador. Asunta se encarga de la ejecución, fallando -intencionadamente o no- el disparar. Huyendo de los terroristas, Casimiro recala en Naccos, donde consigue trabajo en la construcción de la carretera. Es uno de los desaparecidos.
  • Demetrio Chanca es el capataz de barreneros de la obra de la carretera que pasa por Naccos, su verdadero nombre es Medardo Llantac. Había sido alcalde de Andamarca, y una noche escapó de morir a manos de los senderistas. Su salvación se debió a una pura casualidad, pues en el momento en que los terroristas asaltaron su casa, se hallaba afuera, en una acequia cercana, víctima de una incontenible diarrea. Se ocultó dentro de un sepulcro, hasta que los senderistas se retiraron. huyendo luego a a Naccos. Adriana le predice el futuro: "Que lo iban a sacrificar para aplacar a los malignos que tantos daños causan en la zona. Y que lo habían escogido a él porque era impuro." [21]
  • Paul Stirmsson, llamado Escarlatina, un profesor danés que pasa desde hace treinta años sus vacaciones en Perú. Domina el español y el quechua. Enseña en Odense las costumbres, los mitos y la historia del Perú. Dice del mismo: "Es un país que no hay quien entienda [...] Y no hay nada más atractivo que lo indescifrable, para gente de países claros y transparentes como el mío." [22]​Le explica a Lituma que los chancas y los huancas sacrificaban gente cuando iban a abrir un camino para mostrar su respeto a los espíritus del monte a los que iban a perturbar. "Para ellos no había catástrofes naturales. Todo era decidido por una voluntad superior, a la que había que ganarse con sacrificios." [22]
  • Hortensia d’Harcour, investigadora francesa asesinada por el Sendero Luminoso en Huancavelica. [N 1]​Un miembro del grupo terrorista argumenta antes de matarla: "Esta es una guerra y usted es un peón del enemigo de clase --explicó, mirándola con su mirada blanca, monologando con su voz sin matices-. Usted ni siquiera se da cuenta de que es un instrumento del imperialismo y del estado burgués. Y encima se da el lujo de tener buena consciencia, de sentirse la gran samaritana del Perú. Su caso es típico." [23]
  • Michèle y Albert, una joven pareja de mochileros franceses, asesinados por el Sendero Luminoso.

Análisis[editar]

El libro puede leerse como una novela policíaca. [24]​La resolución del caso no sorprende al final de la novela. Un tema, el sacrificio humano de los antiguos peruanos durante la construcción de carreteras, se menciona explícitamente en la mitad de la obra. El camino de mulas será sustituido por una carretera y se debe apaciguar a la enojada deidad de la montaña.

Los diez capítulos se dividen en dos partes y un epílogo. La primera parte tiene cinco capítulos y la segunda parte tiene cuatro. En el primer capítulo se abren tres historias. Primero, los dos policías entran en la escena del crimen de Nacco y miran a su alrededor. En segundo lugar, Michèle y Albert, una joven pareja de mochileros franceses, son asesinados a pedradas por los terroristas durante un ataque al autobús con destino a Andahuaylas. [25]​ En tercer lugar, el gendarme le cuenta extensamente al cabo la historia de su gran amor por la piurana Mercedes Trelles. [26]​ Más precisamente, el enamoramiento es un hilo que se extiende a lo largo de toda la novela y no tiene nada que ver con el caso criminal descrito anteriormente. Esta loca y divertida historia de amor tiene tres pequeñas funciones. En primer lugar, está motivado por la presencia del gendarme, este desertor de la gendarmería, que con remordimiento se deja enviar voluntariamente al lugar muy remoto del crimen en una zona de emergencia en la región de Andahuaylas. [18]​En segundo lugar, entretiene a Lituma y al lector como una larga historia con final feliz. En tercer lugar, Lituma sufre una grave escasez de mujeres en el mundo masculino de la construcción de carreteras. Por eso, en cualquier momento absorbe con entusiasmo la historia del atractivo Mercedes. Hace tiempo que se prepara un punto culminante a este respecto. Cuando Mercedes aparece cubierta de barro en la obra de los Andes, Lituma se pregunta: ¿Esa es la Meche? Sin embargo, el lector debe conocer la obra La Chunga para entender la pregunta.

Una cuarta historia refiere a la narradora Adriana, quien aparece varias veces con un discurso literal, largo y cargado de mitos. El lector sólo puede identificar a los destinatarios del monólogo hacia el final de la novela después de que Lituma hace un comentario al respecto. El cabo pregunta al hablante por qué, siendo su principal culpable, ella nunca le dijo esto, sino que sólo se lo dijo a los indios en la cantina. Misha Kokotovic opina que la forma narrativa de la novela "establece una especie de equivalencia estructural entre Sendero Luminoso, por un lado, y Adriana y Dionisio, por el otro. Esta equivalencia estructural se ve reforzada por la investigación de Lituma, que vincula a ambos e identifica a ambos como expresiones de una barbarie indígena atávica. La supuesta supervivencia de creencias y prácticas andinas precolombinas, como los sacrificios humanos rituales, finalmente se revela como la principal fuente de la violencia que azota al Perú de finales del siglo XX." [27]

Al describir la segunda lapidación, de la que fueron víctimas la activista medioambiental señora d'Harcourt, [22]​ que llevaba décadas trabajando en los Andes, y su colega, ambos de Lima, sólo se insinúa al final. El lector lo sabe de todos modos. Sin embargo, la enunciación clara de la forma de muerte se hace de manera inequívoca más adelante.

El narrador hace causa común con Lituma; habla de “tierras altas de mierda” Por supuesto, la frívola narración no puede estar exenta de perdonables violaciones de lógica: ¡Qué tontería: los desaparecidos Huarcaya y Pedrito aparecen en las historias de Lituma! Hay otro ejemplo relevante. Cuando el gendarme Tomás Carreño le cuenta en forma de diálogo a su superior Lituma interminables relatos sobre peripecias con su Mercedes, Lituma sigue hablando en el medio, como si hubiera estado allí como un tercero.

El Sendero Luminoso[editar]

La acciones del Sendero Luminoso son descritas en cinco secciones independientes contadas en tercera persona. La primera (17-25) describe el brutal asesinato por parte de la guerrilla de la pareja de turistas franceses. En la segunda (47-57), matan a una manada de vicuñas en una "reserva que inventó el imperialismo" (56-57), para el horror de Pedrito Tinoco, a quien perdonan. En su tercera aparición (74-86) ocupan el pueblo de Andamarca, ejecutan a funcionarios del gobierno local y enfrentan a los residentes entre sí en un frenesí sangriento de denuncia mutua por delitos reales e imaginarios. Enla cuarta parte un grupo de ecologistas liderados por la aristocrática Hortensia d'Harcourt, una rica ambientalista limeña nacida en Europa, son sus víctimas. Son ejecutados por colaborar con el gobierno trabajando con comunidades andinas en proyectos de reforestación. La quinta sección (149-158) cuenta la historia de Casimiro Huarcaya, un comerciante albino, quien en uno de sus viajes deja embarazada a una joven y luego la abandona. Cuando se reencuentra con ella, ella es la líder de una unidad de Sendero Luminoso que lo condena a muerte. Ella es su verdugo, pero su disparo falla, aparentemente a propósito, y él sobrevive. [27]

Contexto[editar]

En la Masacre de Uchuraccay murieron asesinados ocho periodistas, su guía y un comunero, supuestamente ajusticiados por el movimiento maoísta Sendero Luminoso. [28]​ Vargas Llosa presidió en 1983 la Comisión Investigadora de los Sucesos de Uchuraccay, [29][30]​ que llegó a la conclusión de que quienes realmente llevan a cabo el crimen habían sido campesinos del lugar que habrían confundido los implementos de trabajo de los periodistas (cámaras, trípodes, filmadoras) con armas de fuego. [31]​Los uchuraccaínos afirmaron haber sido incitados a actuar de esa manera por la policía: "Los mismos sinchis dijeron: nosotros no vendremos por tierra, sólo en helicóptero. Y si algún desconocido viene por tierra, lo matan." [32]

Mitos[editar]

Vargas Llosa incorpora en la novela tanto la mitología griega como la incaica, así como la de los huancas, antiguos peruanos, que anteriormente vivían en Junín. La pareja griega Dioniso y Ariadna son los modelos a seguir de la pareja criminal Dionisio y Adriana. Dionisio, por ejemplo, toca la quena durante sus Dionisias. [3][33]​ El autor tiene el hilo de Ariadna en la novela, pero a su manera: Timoteo Fajardo, el intruso de nariz grande en el laberinto, come mucho de antemano y, por lo tanto, puede dejar sus heces a lo largo del camino para orientarse en su retorno. Gracias a su sistema olfativo sobredimensionado, el regreso no es problemático. El personaje del Minotauro es sustituído por el del pishtaco Salcedo. [34]​ Vargas Llosa explicó su idea de mezclar el mito clásico con un ambiente andino en una entrevista con Miguel Pérez: "Vi que un alumno que trabajaba a mi lado leía un libro sobre los mitos griegos. Una nota decía que el de Dionisio no era tanto el mito sobre la embriaguez divina sino más bien un mito en torno a la violencia que surge en la vida y en la Historia cuando uno se entrega a la irracionalidad. Y me di cuenta de que eso era lo que estaba viviendo el Perú. Así surgió la idea de introducir en la novela el mito de Dionisio recreado en el ambiente andino". [35]

La mezcla de mitologías contiene también elementos cristianos apropiados: antes de que Pedrito Tinoco encuentre su destino en la cantina, recibe varias veces el beso de Judas de manos del posadero Dionisio. [36]

Vargas Llosa remite a la antigua tradición peruana. En un matriarcado, después de un festival anual, un hombre soltero rodeado de mujeres salvajes era invariablemente el sacrificio para ser mutilado. En el siglo XX, sólo los hombres estaban disponibles como caníbales.

Recepción[editar]

Marie Arana-Ward [37]​ escribe en el Washington Post del 25 de febrero de 1996 que no se trata de una novela policíaca, sino más bien de una crítica social hábilmente empaquetada. The Atlantic relaciona la campaa presidencial de Vargas Llosa con la novela: "En el relato de Vargas Llosa sobre su campaña presidencial, las fuerzas sangrientas y aberrantes del miedo, el resentimiento y el oscurantismo triunfaron sobre la razón urbana. Death in the Andes [título en inglés] recrea ese fracaso nacional y personal. El cabo decente, que representa la autoridad, está aislado e indefenso en Naccos. La novela ofrece vívidas demostraciones de porqué Perú, al que el naturalista del siglo XIX Antonio Raimondi llamó "un mendigo sentado en un banco de oro", se ha convertido en un símbolo internacional de autodestrucción. Al igual que los Jemeres Rojos camboyanos, el Sendero Luminoso –antes de que el presidente Fujimori mostrara a su legendario líder, Abimael Guzmán, cautivo en una jaula– era mundialmente conocido por su salvajismo al servicio del celo ideológico." [38]

Misha Kokotovic considera la novela racista: "La persistencia de las culturas indígenas aquí no es simplemente un obstáculo para la solución de problemas sociales apremiantes, es el problema, en la forma de la insurgencia guerrillera de Sendero Luminoso, que para Vargas Llosa es poco más que el producto de la atávica barbarie indígena. El racismo directo de Lituma en los Andes es aún más significativo porque es el primer compromiso literario sostenido de Vargas Llosa con los Andes y los pueblos indígenas andinos." [27]​ Juan Carlos Piñeyro destaca también que "en la trama de la novela se destacan positivamente las figuras que encarnan la cultura occidental (criollos y europeos) mientras que los habitantes originarios de los Andes aparecen como si estuvieran dominadas por creencias que los llevan a cometer actos de crueldad comúnmente atribuidos a los “bárbaros”. De ese modo, en Lituma se representa una visión degradada de los pueblos indígenas muy semejante a la que reproducen otras obras del mismo autor en las que se introducen las etnias amazónicas." [39]

Premios y reconocimientos[editar]

Notas[editar]

  1. Véase al respecto: Ricardo Caro Cárdenas, Sendero Luminoso in Huancavelica - Demonios encarnados. Izquierda, campesinado y lucha armada en Huancavelica. Lima: La Siniestra Ensayo, 2021.

Referencias[editar]

  1. Arana-Ward, Marie (25 de febrero de 1996). «Ancient Sorceries and Modern Mysteries». The Washington Post. Archivado desde el original el 8 de agosto de 1997. Consultado el 16 de junio de 2024. 
  2. Smartt Bell, Madison (18 de febrero de 1996). «Mountains of the Mind». The New York Times. Archivado desde el original el 1 de noviembre de 2020. Consultado el 16 de junio de 2024. 
  3. a b Rebecca Thompson. «Lituma en los Andes Optimismo escondido». Dialnet. Consultado el 17 de junio de 2024. 
  4. «Lituma en los Andes». Consultado el 23 de junio de 2024. «Nacida de su experiencia como candidato presidencial, la novela es un descenso a los infiernos del atraso, la miseria, la superstición, el fanatismo, la irracionalidad, la barbarie casi, de un país que, en sus capas altas vive con un pie en la modernidad y trata de incorporarse al desarrollo, y con otro en el tercermundismo. Un país en cuya entraña profunda anidan todas esas lacras.» 
  5. Wendorff, Liliana (1 de enero de 2008). «Lituma: un heroe moderno en la narrativa de Mario Vargas Llosa.». La Nueva Literatura Hispanica (en spanish) 12: 91-110. Consultado el 16 de junio de 2024. 
  6. Vargas Llosa, 1993, p. 10.
  7. Vargas Llosa, 1993, p. 20.
  8. Vargas Llosa, 1993, p. 37.
  9. Vargas Llosa, 1993, p. 48.
  10. Vargas Llosa, 1993, p. 29.
  11. Vargas Llosa, 1993, p. 68.
  12. Vargas Llosa, 1993, p. 49.
  13. Vargas Llosa, 1993, p. 93.
  14. Vargas Llosa, 1993, p. 95.
  15. Vargas Llosa, 1993, p. 140.
  16. Vargas Llosa, 1993, p. 133.
  17. Navarro, Xiomara. La recurrencia de Lituma en la obra de Mario Vargas Llosa.Texas, Tech. University, 1998. p. 168
  18. a b Vargas Llosa, 1993, p. 11.
  19. Estela Leñero Franco (22 de diciembre de 2016). «"La Chunga", de Vargas Llosa». Consultado el 21 de junio de 2024. 
  20. «UKUKU. El hombre-oso, bailarín devoto, guardián de las nieves». Consultado el 21 de junio de 2024. 
  21. Vargas Llosa, 1993, p. 23.
  22. a b c Vargas Llosa, 1993, p. 84.
  23. Vargas Llosa, 1993, p. 57.
  24. Markus Mathias Platter (2016). «Das Thema der wiederkehrenden Figur bei Mario Vargas Llosa am Beispiel der Figur des Lituma» [El tema del personaje recurrente en Mario Vargas Llosa usando el ejemplo de la figura de Lituma] (en alemán). Tesis.
  25. Vargas Llosa, 1993, p. 15.
  26. Vargas Llosa, 1993, p. 76.
  27. a b c Kokotovic, Misha. “Vargas Llosa in the Andes: The Racial Discourse of Neoliberalism.” Confluencia, vol. 15, no. 2, 2000, pp. 156–67. JSTOR, http://www.jstor.org/stable/27922749. Consultado el 20 de junio de 2024.
  28. Santíni, Adrían (1999), Mitificación y violencia en Lituma en los Andes de Mario Vargas Llosa, Actas II congreso de hispanistas y lusitanistas nórdicos, Universidad de Estocolmo-Instituto Cervantes
  29. «¿Qué ocurrió hace 36 años en Uchuraccay? [FOTOS]». El Comercio. 26 de enero de 2019. Consultado el 20 de junio de 2024. 
  30. Mario Vargas Llosa et al., Informe de la Comisión Investigadora de los Sucesos de Achuraccay. Lima: Editora Perú 1983.
  31. «Uchuraccay : Noticia de un Desencuentro». Caretas (2011). 24 de enero de 2008. Archivado desde el original el 29 de enero de 2008. Consultado el 20 de junio de 2024. 
  32. «2.4. EL CASO UCHURACCA». Consultado el 20 de junio de 2024. 
  33. Figueroa, Armando. "El regreso del Cabo Lituma: Dos mundos andinos vistos por Mario Vargas Llosa." Quimera 122 (1994): 42.
  34. Vargas Llosa, 1993, p. 99.
  35. Perez, Miguel (2001) ’’Vargas Llosa. Haré lo posible para ser también unescritor del siglo XXI’’.
  36. Vargas Llosa, 1993, p. 121.
  37. «washingtonpost.com: Ancient Sorceries and Modern Mysteries». www.washingtonpost.com. Consultado el 21 de junio de 2024. 
  38. Steven G. Kellman (Marzo de 1996). «Vargas Llosa Returns to His Peaks». The Atlantic (en inglés). Consultado el 21 de junio de 2024. 
  39. Piñeyro, J. C. (2014). La construcción de la alteridad en Lituma en los Andes. Studia Neophilologica, 86(2), pp. 201–220. https://doi.org/10.1080/00393274.2014.933662
  40. Xavier Moret (10 de octubre de 1993). «Mario Vargas Llosa gana el Premio Planeta con la novela 'Lituma en los Andes'». El País. Consultado el 16 de junio de 2024. 

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]

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