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Usuario:Xenoforme/Comentarios sobre la Guerra de Hitler

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Me pillas en un tema, el de la guerra de Hitler, por el cual me he interesado bastante permíteme que te resuma lo que se. Hitler sí quería su guerra. Y hay numerosas pruebas que lo avalan. Otra cosa diferente es como tu bien dices que la quisiera empezar precisamente contra los ingleses quienes eran considerados por los nazis casi hermanos de sangre "aria". Pero las pruebas de que quería una guerra son numerosas. Primero rearmó su ejército dando tal presupuesto que la administración militar no era capaz de gastárselo todo. Y todo ese gasto no era solo para recuperar el orgullo perdido. Eso se hace con bastante menos dinero. Si gastó en tal cantidad de armamento era por algo. La economía alemana tiraba para arriba aparentemente porque había reducido el paro a casi cero (a base de soldados y fábricas de armamento claro está) impulsando también enormemente la industria nacional. Pero había una crisis financiera encuebierta ya que ese increible y ruinoso gasto militar corría el riesgo de resentir su economía planificada más pronto que tarde tal y como le ocurrió a la URSS en su colapso final allá por los años 90. Pero Hitler y el partido para evitar eso ya habían trazado un plan de expansión para adquirir más espacio vital. La solución era sencilla, el ejército está para usarlo y Hitler pretendía usarlo, contra quien fuera aunque preferentemente no contra las potencias occidentales. Antes de que los efectos negativos del ingente gasto militar se hiciesen notar en la economía alemana el Reich pretendía haberse expandido tanto que los dividendos traídos por las regiones saqueadas compensaran con creces dicho gasto. Esto es lo que yo llamo créditos de ejército por territorios conquistados. Te embarcas en un gran gasto militar para recuperar luego esos gastos a través de los beneficios que esperas conseguir con las conquistas. Así pues Hitler había comprometido la economía alemana en ese viaje sin retorno. Algo así hicieron los "neocons" con la guerra de Irak solo que les está saliendo el tiro por la culata. Cuando le preguntaron a Rumsfeld cómo pensaban costear la guerra este respondió que lo harían con el petróleo iraquí que expoliarían. Está claro que no se han cumplido sus optimistas previsiones.

Pero volvamos a Hitler. Cuando este lanzó su reivindicación de los Sudetes aun era visto como un líder que pretendía recuperar espacios de mayoría étnica alemana. Hasta entonces se había anexionado Austria y Alsacia Lorena si no me equivoco. En conversaciones con el enviado inglés Chamberlain acordó que los Sudetes serían su última reivindicación. Si Hitler no quería la guerra hubiese podido detenerse aquí y nadie le hubiese dicho nada. En cambio no se detuvo. La toma de los sudetes por parte de los alemanes desprotegió las fronteras checoslovacas dejándolos totalmente desnudos ante la inminente entrada "por la cara" del ejército nazi. Y eso hicieron. A partir de aquí Hitler se quitó la máscara. No quería solo recuperar territorios tradicionalmente germánicos deseosos de recuperar su orgullo perdido tras la primera guerra mundial sino que también deseaba invadir lugares donde no era bien recibido como era el caso de Checoslovaquia. Tras aquella reunión con Chamberlain él mismo dijo me han robado mi guerra, me han estafado. Hitler se sintió estafado porque no quería la paz quería abiertamente la guerra pero eso, obviamente ,solo lo sabían sus círculos más cerrados por aquel entonces. Tardaría aun un tiempo en hacerse evidente. Por eso declaró nulos los compromisos con Chamberlain alegando que le habían tomado el pelo y tomó Checoslovaquia sin dar tiempo a nuevas negociaciones. Porque en realidad no quería negociar, quería conquistar y no entendía porque un país como Inglaterra poseedor de numerosas colonias en ultramar no le iba a dejar a Alemania hacer las suyas propias en la Europa oriental que era su pretensión original, ir al este.

Hitler, convencido de la incapacidad britanica invadió Checoslovaquia el mes de marzo de 1939 momento en el que, paralelamente, sucedía el golpe de Casado en España dando a la República el golpe de gracia definitivo. Por lo que Hitler sabía que ya tenía un aliado más. La Guerra Civil Española no era más que una extensión del gran proyecto que Hitler tenía para Europa en el cual el triumfo de la sublevación militar no era más que una pieza más del rompecabezas del nuevo mundo que deseaba construir. Hitler soñaba frecuentemente en sus futuras ciudades refundadas del Reich de los mil años perdiendo horas y horas en inútiles planos sobre futuras y grandiosas construcciones. Cuando Checoslovaquia cayó, Polonia se vio en seguida en el punto de mira de las ansias de conquista de Hitler por lo que solicitó apoyos y garantías de auxilio ante la amenaza nazi. Francia y Inglaterra le ofrecieron dichas garantías creyendo que con eso detendrían las ambiciones de Hitler o, al menos, le obligarían a pensárselo. Y efectivamente se lo pensó. Pero no para bien sino para mal ya que ello condujo al, aparentemente contranatura, pacto Molotov-Ribbentrop. El pacto se hizo naturalmente para cubrirse las espaldas en el este y poder emprender la guerra contra las potencias occidentales una vez conquistada Polonia algo que hizo respirar con alivio a los artífices del pacto del Eje. Hitler era un hombre convencido de las posibilidades de su ejército y guiado por una salvaje ambición y una obsesión desmedida, la erradicación del bolchevismo y el triumfo de la supremacia de la raza aria. Naturalmente, en público no hacía gala de tales "virtudes" y se limitaba a explotar su gran poder de convicción sobre todo aquel con quien hablaba. Solo sus mas allegados conocen su reales intenciones, gente como Heinrich Himmler quien siempre le instará a ir hacia Rusia. Lo cierto es que el pacto con la URSS encajaba perfectamente en el pacto del Eje [1] ya que en este se hace referencia expresa a que no se alterarán los acuerdos que cualquiera de las partes firmantes tenga con el gigante soviético. No está pues en el papel el ataque a la URSS y nadie fuera de los círculos cerrados que rodean a Hitler conoce sus intenciones. La verdad es que los engañó a todos primero a ingleses y luego a los rusos y también a sus propios negociadores. Hizo un doble juego de alianzas que volvió locos a quienes trataban de intuir su próximo movimiento eso le permitió lograr grandes éxtios como la victoria sobre Francia o escandalosos fracasos como la incursión en tierras rusas.

Hitler conocía perfectamente las consecuencias que un ataque sobre Polonia traerían. La guerra pero no contra quienes siempre había deseado sino contra las potencias occidentales. Pero esto no le incomodó demasiado. Se lo tomó más como un bache que había que superar para proseguir su expansión al este, su verdadero objetivo. El pacto con Stalin estaba sellado, la Wermacht y la Luftwaffe preparadas solo faltaba la orden decisiva. El momento crucial que desencadenó la segunda guerra mundial sucedio en la residencia de veraneo de Hitler de los alpes bávaros, en Obersalzber, Berchtesgaden. Había reunido allí a toda la plana mayor del Gran Reich Alemán y se pasaron todos horas mirando mapas revisando el estado de las tropas las estrategias que se seguirían etc. Hitler no hacía más que dar vueltas y vueltas nervioso y pensativo. Hablando más bien poco. Sabía que el momento era crucial. El alto mando estaba a la espera de una orden para poder levantar las vallas de las aduanas que separaban las fronteras entre Alemania y Polonia y justo antes de dar "luz verde" dijo muy bien si los ingleses lo han querido así que así sea.

La conquista de Polonia como todos sabéis fue rápida y brillante. Dominada por la guerra de la Blitzkireg o guerra relámpago. El pacto con Stalin decía que cuando alemania atacara Polonia la URSS podría hacerse con el control del sector más oriental de Polonia entrando desde el este. Y así fue. Aunque el ejército alemán era bien capaz de someter a todo el país sin ayuda de los rusos les fue entregado ese caxo de Polonia como obsequio a la garantía de paz en las fronteras orientales.

Stalin veía en Hitler un enemigo de sus enemigos, las democracias occidentales, y, por tanto, un útil aliado. Nunca pensó cuan equivocado estaba al confiarse tanto en las pretensiones que el Fuhrer tenía para con respecto a la nación rusa. Hitler volcó sus efectivos sobre Francia e Inglaterra consiguiendo derrotar a la primera pero no a la segunda. El contratiempo de la batalla de Inglaterra en vez de suponer la preparación de un mejor plan de guerra reforzando al Africa Korps en las colonias del norte de áfrica y de invasión de la Isla Hitler abortó los planes de invasión y acabó por retirar tropas de áfrica. Como un niño con un juguete nuevo Hitler quería estrenar su enorme potencia industrial adquirida y volcarla toda al completo sobre Rusia para erradicar al bolchevismo sin importar dar oxígeno a un enemigo que había dejado contra las cuerdas. Se estaba gestando la operación Barbaroja.

El pacto del Eje era un pacto contra las democracias occidentales e incluía, en secreto, la ambición japonesa contra EEUU. De hecho fue un espía alemán quien desde Pearl Harbour pasaría importantes informes que facilitarían el posterior bombardeo japonés. Espía que sería pillado y condenado a muerte pero posteriormente conmutada su pena por Trhuman por miedo a represalias con los prisioneros de guerra aliados. Además conviene resaltar que no fue EEUU quien declaró la guerra a Alemania sino que fue Hitler quien, exultantemente, se la declaró a los EEUU en una aparición televisada. El pacto del Eje era realmente estratégico y contemplaba una triple alianza sin prejuicios de raza (menos arios que los japoneses pocos hay) y una pax e incluso una alianza con rusia para poder demoler el dominio anglosajón y al resto de democracias europeas.

Había dos tendencias en el Reich, una geoestratégica y la otra ideológico-racial. La primera abogaba por no extender la guerra, era realista y creía en una alianza seria con rusia. Conocía de las posibilidades de las diferentes potencias y sabían que más pronto que tarde se podría apoyar a los japoneses en su empresa contra EEUU, además sabía que el verdadero rival era américa. El país que algunos analistas ya pronosticaban que adquiriría la supremacía mundial si Europa se inmolaba por segunda vez. La segunda tendencia era la ideológico-racial. Esta mezclaba el bolchevismo con una inherente predisposición de judíos y eslavos a tener tales ideas. Esta paranoia racial fue la que condujo a la apertura del frente ruso y definitivamente al colapso del Reich alemán. Ambas tendencias declararon las guerras que querían unos contra las democracias los otros contra los bolcheviques. El problema fue que ambas tendencias eran desde un punto de vista estrictamente militar imposibles de llevar al mismo tiempo.

No se puede decir que Hitler y el partido nazi en general no buscaba la guerra. Pruebas sobradas hay de que hicieron todo lo posible por conseguirla. España fue un pequeño campo de entrenamiento sí. Muchas de esas tácticas serían usadas en los primeros compases de sus ofensivas. Rusia desde luego nunca quiso la guerra contra Hitler. De hecho, Stalin no se podía creer a los informadores que le decían que Hitler atacaba desde el este. Aquel hombre con quien no hacía muchas semans había estrechado afectuosamente su mano. Los rusos tardaron mucho en reaccionar pero inevitablemente cuando lo hicieron ocurrió lo que Stalin dijo. Por cada alemán que pongaís en nuestra tierra nosotros pondremos diez rusos más. Y esto no solo ocurrió con los soldados sino también con los tanques, de excelente factura por cierto. Hitler mismo diría tiempo después: Si llego a saber que tenían tantos tanques no hubiese atacado Rusia. Vanos quejidos para un tímido reconocimiento del mayor error en toda su estrategia.

Conclusiones

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El Reich se preparaba para la guerra, eso era claro. Contra quien no lo estaba claro. Diversas tendencias luchaban entre sí para ir hacia un lado o hacia otro. Al final las circumstancias hicieron que por un tiempo triumfara la tendencia más racional de socabe de las debilitadas democracias occidentales pero los triumfos absolutos volvieron la mirada a los viejos deseos más impulsivos que racionales de erradicación y aniquilación de las razas inferiores y del bolchevismo haciendo que la guerra tomara otro color más negro y crudo. La suerte desde ese momento abandonó a los nazis toda una lección de estrategia para futuros aprendices a conquistadores de la que me parece que los americanos no sabrán extraer sus dignas conclusiones. No se puede pretender hacer una cosa y la contraria al mismo tiempo. Hitler no dejó de repetir que no caería en el mismo error que Napoleón. Diría a sus generales: No conquisten Moscú! Napoleón lo hizo y perdió. Pero el hizo algo peór conquistó Stalingrado, o mejor dicho, lo intentó.

De todo lo que se sabe solo se puede concluir una cosa: Hitler buscó la guerra desde el principio hasta conseguirla. Que no consiguiera estrictamente lo que él personalmente deseara es otra cosa pero una vez empezó la guerra se movió como pez en el agua. La suerte demostró ser favorable con los ambiciosos pero finalmente no con los temerarios.

--Xenoforme 13:44 16 sep, 2005 (CEST)