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Vanguardismo iberoamericano

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Los poetas iberoamericanos Oliverio Girondo, Oswald de Andrade, Mário de Andrade, César Vallejo y Vicente Huidobro y el narrador Arturo Uslar Pietri fueron referentes de la llamada vanguardia.

El vanguardismo iberoamericano corresponde al período de vanguardismo literario vivido esencialmente en Iberoamérica entre fines del siglo xix y la primera mitad del siglo xx, como respuesta artística a un período de importantes cambios sociales, enmarcados por eventos como la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la guerra civil española (1936-1939) y la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Se desarrolló fuertemente sobre todo a comienzos del siglo xx.[1]

Este período también es considerado como el posmodernismo iberoamericano, debido a que surgió como respuesta al modernismo hasta entonces imperante.[2]​ Aunque para otros autores, la estética vanguardista pueda también conectarse con la innovadora obra de modernistas como José Asunción Silva, Manuel Díaz Rodríguez o Rubén Darío.[1]​ A este período artístico pertenecen diversas corrientes poéticas, entre las que destacan el simplismo del peruano Alberto Hidalgo, el creacionismo del chileno Vicente Huidobro, el estridentismo del mexicano Manuel Maples Arce, el ultraísmo del argentino Jorge Luis Borges, el nadaísmo del colombiano Gonzalo Arango, así como la narrativa surrealista de Arturo Uslar Pietri, o el teatro de Miguel Ángel Asturias.[1][3][4]

Características

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Primera edición de Las lanzas coloradas, de Arturo Uslar Pietri.

Ortega y Gasset identifica varios recursos de las vanguardias para romper con el sentimentalismo y antropocentrismo del artista del siglo xix, como son la abstracción, autorreferencialidad, puerilidad, ludismo, ironía, e incluso las tendencias suicidas.[2]

Kahler sostiene que la vanguardia es el clima de argentina es una tendencia destructiva del modernidad, que tiende a quebrar con los principios de coherencia y organicidad que regían el arte occidental hasta el siglo xviii. Se trata entonces de una desintegración de la forma artística, como consecuencia de dos factores: un interés romántico en las «fuerzas obscuras de la psique» (que culmina en el absurdismo y el automatismo vanguardista) y la «creciente inseguridad del artista ante el lenguaje y la comunicación» (que se manifiesta en un aumento obsesivo del ejercicio metalingüísico).[2]

Para Poggioli, por su parte, el término avant-garde se comenzó a consolidar, durante la segunda mitad del siglo xix, en el momento que al artista se le comenzó a demandar una postura política activa, frecuentemente izquierdista y siempre radical, de negación o renovación del statu quo. Las vanguardistas, para el estudioso, se pueden caracterizar así por su «activismo» o entusiasmo agitador, típicamente juvenil; su «antagonismo» o agresividad sistémica; su «nihilismo» o inclinación destructiva, y su «agonismo» o predisposición para el autosacrificio, en nombre de futuros valores.[2]​ En su libro Delirio americano, Carlos Granés dice que, a diferencia del resto del mundo, en el caso latinoamericano las vanguardias nacieron siendo derechistas y nacionalistas, y que en muchos casos los poetas, ensayistas y artistas plásticos estaban entusiasmados por el fascismo italiano.[5]​ Dice, por ejemplo, que en el caso de Argentina, "José Félix Uriburu evocaba el mito del gaucho (ganadero aguerrido, hábil jinete, luchador anticolonial) popularizado por el poeta Leopoldo Lugones y establecía una analogía: si en el pasado los gauchos se enfrentaron a los españoles y les hicieron retroceder, ahora los militares como él se enfrentarían a la inmigración anarquista y judía que llegaba de Europa. La idea de que la revolución pudiera ser de izquierdas no llegaría hasta Castro. En realidad, su revolución ni siquiera empezó siendo de izquierdas, era una revolución nacionalista más que izquierdista."[5]​ En algunos países esto se habría traducido en la búsqueda de una supuesta pureza racial o étnica, en otros simplemente sirvió como forma de justificar regímenes dictatoriales. Esto se puede observar en la veta tremendamente nacionalista del arielismo de José Enrique Rodó o del Grupo de Guayaquil,[6]​ así como también en la cercanía de autores como Ramos Sucre, Pedro Emilio Coll o Uslar Pietri a la dictadura de Juan Vicente Gómez.

Portada de la revista vanguardista válvula (1928), fundada por el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri.

De acuerdo con el crítico Miguel Gomes, posiblemente los estudiosos más importantes de la vanguardia sean Erich Kahler (autor de The Desintegration of Form in the Arts, 1968), Renato Poggioli (The Theory of the Avant-Garde, 1962) y José Ortega y Gasset (La deshumanización del arte y otros ensayos de estética, 1924-5).[2]

Poesía

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Algunos referentes literarios de esta época son los poetas Gabriela Mistral, César Vallejo, Vicente Huidobro, Oliverio Girondo, Oswald de Andrade, Mário de Andrade, José Antonio Ramos Sucre y las primeras etapas de Jorge Luis Borges y de Pablo Neruda.[2][1]

Además de los referentes más importantes, existen muchos otros autores que pueden considerarse vanguardistas. Un caso ejemplar es el de Omar Cáceres, cuyo único poemario, Defensa del ídolo (1934), es considerada un caso de vanguardismo paradigmático.[2]

Narrativa

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Entre los narradores más importantes de la primera vanguardia se encuentran Arturo Uslar Pietri con textos como Barrabás y otros relatos (1928),[3]​ y Las lanzas coloradas (1931),[7]Julio Garmendia con La tienda de muñecos (1927),[8][9][10][11]​ los cuentos de Felisberto Hernández, Pablo Palacio, o Roberto Artl[12][13][14][15]​ y Macedonio Fernández con Papeles de Recienvenido (1929) y Una novela que comienza (1940).[1][4]

Una segunda vanguardia narrativa surge a partir de la década de los 50 y producirá obras como La mano junto al muro (1952) y El falso cuaderno de Narciso Espejo (1952) de Guillermo Meneses, Rayuela (1963) de Julio Cortázar, o Museo de la novela de la Eterna (1967) de Macedonio Fernández o Escalera para Electra (1970) de Aída Cartagena Portalatín.

Referencias

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  1. a b c d e Burgos, Fernando (1989). «La vanguardia hispanoamericana y la transformacion narrativa». Nuevo Texto Crítico 2 (1): 157-169. ISSN 1940-9079. doi:10.1353/ntc.1989.0012. Consultado el 16 de marzo de 2023. 
  2. a b c d e f g Gomes, Miguel (1997). «El viaje interior de la vanguardia: Defensa del ídolo de Omar Cáceres». Mapocho (41). Consultado el 19 de octubre de 2016. 
  3. a b Cervantes, Biblioteca Virtual Miguel de. «Arturo Uslar Pietri. Introducción: El primer libro de Uslar Pietri y la vanguardia literaria de los años veinte / Nelson Osorio Tejeda | Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes». www.cervantesvirtual.com. Consultado el 16 de marzo de 2023. 
  4. a b Fuentes, Manuel; Tovar, Paco (5 de diciembre de 2011). A través de la vanguardia hispanoamericana. PUBLICACIONS UNIVERSITAT ROVIRA i VIRGILI. ISBN 978-84-8424-185-0. Consultado el 16 de marzo de 2023. 
  5. a b Férriz, Ramón González (25 de enero de 2022). «Carlos Granés: "Latinoamérica ha vuelto a escindirse en dos bloques incomunicados"». elconfidencial.com. Consultado el 26 de octubre de 2023. 
  6. «El Delirio americano de Carlos Granés - Revista Mundo Diners». Mundo Diners. 1 de marzo de 2023. Consultado el 26 de octubre de 2023. 
  7. R, Miguel E. Vásquez (13 de diciembre de 2022). «Oposiciones y ausencias en Las lanzas coloradas: un breve ensayo de filosofía en clave decolonial y política”». Escritura e Imagen 18: 121-135. ISSN 1988-2416. doi:10.5209/esim.84837. Consultado el 16 de marzo de 2023. 
  8. «LOS ORÍGENES DE LAS DISTOPÍAS EN LA CF LATINOAMERICANA, II - Gastón Germán Caglia - Opinion.Ensayo». www.ciencia-ficcion.com. Consultado el 13 de junio de 2023. 
  9. Alvarado Fariña, Carmen (2009). Fausto en América: estudio comparado de las recreaciones del pacto con el diablo en las literaturas venezolana y estadounidense. Universidad de León. Consultado el 13 de junio de 2023. 
  10. Arella, Daniel (2021). «La ciencia ficción venezolana (1960-2019): etapas y características». Historia de la ciencia ficción Latinoamericana, Vol. 2, 2021 (Desde la modernidad hasta la posmodernidad), ISBN 978-84-9192-236-0, págs. 527-557 (Iberoamericana Vervuert): 527-557. Consultado el 13 de junio de 2023. 
  11. «Cuestionamientos narrativos de lo real: modalidades de lo fantástico en el cuento venezolano contemporáneo (Julio Garmendia, Guillermo Meneses y Salvador Garmendia)». De Gruyter (en inglés). Consultado el 13 de junio de 2023. 
  12. Garmendia, Julio (2008). Oscar Sambrano Urdaneta, ed. La tienda de muñecos y otros textos. Caracas, Venezuela: Fundación Biblioteca Ayacucho. pp. 261-268. 
  13. «Manifiesto ficticio, por José Balza - FicciónBreve». ficcionbreve.org. Consultado el 13 de junio de 2023. 
  14. Alarcón Bermejo, Victor Alfonso (2012). «El mirar crítico: Julio Garmendia y Pablo Palacio». Vanguardias sin límites: ampliando los contextos de los movimientos hispánicos, Vol. 1, 2012, ISBN 978-963-284-259-2, págs. 63-80 (Universidad Eötvös Loránd): 63-80. ISBN 978-963-284-258-5. Consultado el 14 de junio de 2023. 
  15. Verani, Hugo J. (1987). «Felisberto Hernández: la inquietante extrañeza de lo cotidiano». Anales de literatura hispanoamericana (16): 127-144. ISSN 0210-4547. Consultado el 14 de junio de 2023.