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Viaje de la Fuente de la Reina

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El viaje de la Fuente de la Reina fue un «viage» o «qanat» de la ciudad de Madrid, construido en 1855 y considerado el último del primitivo sistema de conducción de agua en la capital de España. Proyectado y realizado por la Comisión de Obras de la Villa,[1]​ fue un viaje complementario del de la Fuente de la Salud.[2]​ Tenía una longitud de 4.113 metros, y aportaba 581.097 litros cada 24 horas,[3]​ surtiendo unas 32 fuentes públicas.[4]​ Modelo de las obras inútiles del reinado de Isabel II de España, tres años después de su creación fue inaugurado el Canal de Isabel II.

Recorrido y uso

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El «viage» de la Fuente de la Reina fue uno de los viajes que partían de acuíferos de la cuenca del río Manzanares, en el curso inferior del arroyo del Fresno, confluyendo en él vertientes de los arroyos de Peña Grande, Claudiata, Regilla y Beacos que alimentaban la primitiva Fuente de la Reina en El Pardo. Como obra de ingeniería hidráulica, tenía su mina inicio cerca de la Puerta de Hierro, en el camino de El Pardo.[a]​ Seguía dicho camino hasta La Moncloa y en el paraje denominado Montaña del Príncipe Pío, quedaba regulado su caudal en una sala de máquinas, que elevaba el agua mediante una máquina de vapor y una tubería de hierro hasta la calle de Ferraz, desde donde se distribuía por la ciudad.

Fue inaugurado en 1855 por el alcalde Valentín Ferraz. Su caudal, además del abastecimiento a la vecindad, contribuyó al riego de los nuevos jardines de la plaza de Oriente, y surtir las modernas fuentes de hierro fundido situadas en las vecinas plazuelas de San Marcial (luego plaza de España), las Capuchinas, Celenque, Consejos y plaza de la Encarnación; además de aportar nuevo caudal a las viejas fuentes de las plazas de Santa Cruz, plaza de la Cebada, Puerta de Moros, y a los caños y fuentes de la calle de Toledo y del cerrillo del Rastro.

Tres años después de concluirse su construcción, el 24 de junio de 1858, se inauguró el Canal de Isabel II.[b][3]

Véase también

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Notas

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  1. Como era habitual en este tipo de alcantarillas estaba fabricada de ladrillo, y cal hidráulica, y con registros para su ventilación.
  2. Al parecer, este último viaje madrileño fue fruto de la desordenada gestión y falta de acuerdo entre el gobierno isabelino y el Ayuntamiento de Madrid; este último, al ver paralizada la apertura del Canal de Isabel II (pues el informe de los ingenieros Rafo y Rivera ya aceptado, sufrió una nueva paralización, y no fue aprobado hasta el 18 de junio de 1851), y acuciado por la necesidad de agua en la creciente urbe, emprendió la construcción del viaje de la Fuente de la Reina, sin contar con el Estado; proyecto que, además de caro (pues incluía el citado montaje del elevador a vapor hasta la calle de Ferraz), conllevaba cierto riesgo al pretender aprovechar las aguas subterráneas que se recogían en las laderas de la Florida y las que se filtraban del Manzanares. La obra se aprobó en 1850 y empezó en 1851; prevista su duración en 18 meses, no quedó terminada hasta 1855.

Referencias

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Bibliografía

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  • Guerra Chavarino, Emilio (2011). Los viajes de agua y las fuentes de Madrid. Madrid: La Librería. pp. 211-213. ISBN 9788498731194.