Acoso Electrónico Organizado

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Acoso electrónico, hostigamiento electrónico, tortura electromagnética, acoso organizado, acoso grupal o tortura psicotrónica es un hecho real según la cual los agentes del gobierno o personas malintencionadas utilizan la radiación electromagnética (el efecto auditivo por microondas), radar, y técnicas de vigilancia para transmitir sonidos y pensamientos a las cabezas de las personas, afectar los cuerpos de las personas, y acosar personas.[1][2]​ Las personas quiénes afirman experimentar esto se llaman a sí mismas "víctimas" o "personas objetivo" ("TIs" en inglés por "targeted individuals"). Afirman que son víctimas del acoso electrónico organizado y muchos han unido a grupos de apoyo y defensa.[3][4]

Múltiples profesionales médicos han evaluado que ataques con Neuroweapons (Armas de energía dirigida (DEW’s)) generando como resultado de trastornos delirantes o psicosis,[5][6]​ Estos ataques pueden inducir depresión angustia y trastornos que pueden llevar a la víctima al suicidio .[1][2]

Experiencias[editar]

Las experiencias de las personas que se describen a sí mismas como víctimas de acoso electrónico utilizando tecnología esotérica, y que se autodenominan "víctimas objetivo" o "targeted individuals" ("T.I.") en inglés, varían, pero las experiencias frecuentemente incluyen escuchar voces en sus cabezas llamándolos por su nombre, muchas veces burlándose de ellos o de otras personas alrededor, así como también sensaciones físicas como sensación de quemazón.[1][2]​ También describen estar bajo vigilancia física por una o más personas. Muchas de estas personas actúan y funcionan normalmente e incluidos entre ellos están personas que son exitosas en sus carreras y sus vidas, y que encuentran estas experiencias confusas, molestas y, a veces, vergonzosas, pero completamente reales. Utilizan noticias, diarios militares y documentos de seguridad nacional desclasificados para respaldar sus afirmaciones de que los gobiernos han desarrollado tecnología que puede enviar voces a las cabezas de las personas y hacer que sientan cosas. El caso más sonado de entre estos T.I. el de Sebastián Piñera (Presidente de Chile) presentando la red 5G: "Las máquinas podrán leer nuestros pensamientos e incluso insertarnos pensamientos y sentimientos” El 5G se transformará en el verdadero sistema nervioso de la sociedad".'The New York Times estimó que hay más de 10,000 personas que se autoidentifican como "víctimas objetivo".[7][8]

La psicóloga Lorraine Sheridan fue coautora de un estudio sobre el acoso electrónico en el Journal of Forensic Psychiatry & Psychology. Según Sheridan, "hay que pensar en el fenómeno del T.I. en términos de personas con síntomas paranoicos que se han topado con la idea del acoso electrónico como una explicación de lo que les está sucediendo".[7]​ Los profesionales de la salud mental dicen que los T.I.s pueden experimentar alucinaciones y sus explicaciones de ser un objetivo o de ser acosado surgen de trastornos delirantes o psicosis.[1][6][9][5][10]​ El profesor de psiquiatría de Yale, Ralph Hoffman, afirma que las personas a menudo atribuyen voces en sus cabezas a fuentes externas como el acoso del gobierno, Dios, o parientes muertos, y puede ser difícil convencer a estas personas de que su creencia en una influencia externa es meramente una ilusión. Otros expertos comparan estas historias con relatos de abducciones por extraterrestres.[2]

Noticias en la prensa han documentado a personas que aparentemente creyeron ser víctimas de acoso electrónico y, en algunos casos, persuadieron a los tribunales para que aceptaran. En 2008, James Walbert acudió a los tribunales alegando que su antiguo socio comercial lo había amenazado con "sacudidas de radiación" después de un desacuerdo, y luego afirmó sentir síntomas como sensaciones de descargas eléctricas y escuchar sonidos extraños en sus oídos. El tribunal decidió emitir una orden que prohíbe los "medios electrónicos" para seguir hostigando a Walbert .[11]

Delitos notables[editar]

Varias personas quiénes se describen a sí mismas como víctimas de acoso electrónico han cometido delitos; entre esos crímenes están los tiroteos masivos .

Fuaed Abdo Ahmed, un hombre de 20 años de edad, tomó como rehenes a un hombre y dos mujeres en la sucursal del Tensas State Bank de St. Joseph el 13 de agosto de 2013, y finalmente mató a dos rehenes antes de suicidarse. Una investigación policial posterior concluyó oficialmente que Ahmed sufría problemas mentales, como escuchar voces y esquizofrenia paranoide. Ahmed había acusado a la familia de su exnovia de implantar un "dispositivo de micrófono" de algún tipo en su cabeza.[12]

El 16 de septiembre de 2013, Aaron Alexis disparó fatalmente contra doce personas e hirió a otras tres en el Washington Navy Yard con una escopeta en la que había escrito "mi arma ELF", antes de ser asesinado por los agentes de policía que respondieron.[13][14]​ El FBI concluyó que Alexis sufría de "creencias ilusorias" de que estaba siendo "controlado o influenciado por ondas electromagnéticas de muy baja frecuencia".[15]

El 20 de noviembre de 2014, Myron May disparó e hirió a tres personas en el campus de la Universidad Estatal de Florida y fue asesinado por los agentes de policía que respondieron. Antes del evento, se había vuelto cada vez más ansioso de que estuviera bajo vigilancia del gobierno y escuchara voces.[16][17][18]

Gavin Eugene Long, quien asesinó a tres policías e hirió a otros tres en Baton Rouge, Luisiana, el 16 de julio de 2016, creía en numerosos movimientos antigubernamentales y teorías de conspiración, pero lo más notable era un miembro de un grupo dedicado a ayudar personas que sufren de "experimentación cerebral remota, monitoreo neuronal remoto de todo el cuerpo humano".[19]

Teorías de conspiración[editar]

Los defensores de la conspiración de control mental creen que han encontrado referencias a armas secretas en programas gubernamentales como el "Proyecto Pandora" de DARPA sobre los efectos biológicos y conductuales de la radiación de microondas encargada después del incidente de la Señal de Moscú, cuando la embajada de los Estados Unidos en Moscú fue bombardeada con microondas por los soviéticos a partir de 1953. Se descubrió que la intención de los soviéticos era escuchar a escondidas y bloquear electrónicamente en lugar de control mental.[1]​ El Proyecto Pandora estudió los efectos de la exposición a la radiación ocupacional, y el comité de revisión científica del proyecto concluyó que la radiación de microondas no podía usarse para el control mental.[20]​ Los defensores de la conspiración también citan con frecuencia la patente del Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de 2002 por usar microondas para enviar palabras habladas a la cabeza de alguien. Aunque no hay evidencia de que exista control mental usando microondas, los rumores de una investigación clasificada continúan alimentando las preocupaciones de las personas que creen que están siendo víctimas de ataques electrónicos.

En 1987, un informe de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU. encargado por el Instituto de Investigación del Ejército señaló a la psicotrónica como uno de los "ejemplos coloridos" de afirmaciones de guerra psíquica que surgieron por primera vez en descripciones anecdóticas, periódicos y libros durante la década de 1980. El informe citaba presuntas armas psicotrónicas, como un "obús nuclear hiperespacial" y la creencia de que las armas psicotrónicas rusas eran responsables de la Legionelosis y del hundimiento del USS Thresher entre las afirmaciones que "van de increíble a increíblemente increíble". El comité observó que, aunque existen informes e historias, así como usos potenciales imaginados para tales armas por parte de los tomadores de decisiones militares, "nada de la literatura científica respalda las afirmaciones de armamento psicotrónico".[21]

Según los informes, la Federación de Rusia estaba estudiando armas psicotrónicas durante la década de 1990[22]​ con el analista militar teniente coronel Timothy L. Thomas diciendo en 1998 que había una fuerte creencia en Rusia de que las armas para atacar la mente de un soldado eran una posibilidad, aunque no se informaron dispositivos de trabajo. En Rusia, un grupo llamado "Víctimas de Experimentación Psicotrónica" intentó recuperar los daños del Servicio federal de Seguridad a mediados de la década de 1990 por presunta violación de sus libertades civiles, incluidos "rayos radiantes", poner químicos en el agua y utilizar imanes para alterar sus mentes. Estos temores pueden haber sido inspirados por revelaciones de investigaciones secretas sobre técnicas de guerra psicológica "psicotrónicas" durante la década de 1990, con Vladimir Lopatkin, miembro del comité Duma Estatal en 1995, conjeturando que "algo que fue secreto durante tantos años es el caldo de cultivo perfecto para teorías de conspiración".[23]

En 2012, el Ministro de Defensa ruso Anatoly Serdyukov y el Primer Ministro Vladímir Putin, comentaron los planes para redactar propuestas para el desarrollo de armas psicotrónicas.[24]​ El editor de ciencia de NBC News, Alan Boyle, descartó las nociones de que tales armas realmente existían y dijo: "No hay nada en los comentarios de Putin y Serdyukov que sugiera que los rusos estén cerca de tener armas psicotrónicas".

Mike Beck, un ex espía de la NSA, cree que su Enfermedad de Parkinson fue causada por acoso electrónico.[25]​ Según el abogado de Beck, Mark Zaid, la NSA declaró que una potencia extranjera no identificada construyó un arma de microondas diseñada para causar daños al sistema nervioso. Según los informes, Zaid declaró que cree que los ataques encubiertos con haces de microondas han estado ocurriendo durante décadas.[26]​ Las afirmaciones de Zaid son disputadas por la NSA y el Departamento de Trabajo.

Comunidades de apoyo y defensa[editar]

Existen amplias redes de apoyo en línea y numerosos sitios web mantenidos por personas que temen el control mental. El psiquiatra de Palm Springs, Alan Drucker, ha identificado evidencia de trastornos delirantes en muchos de estos sitios web,[5]​ y los psicólogos están de acuerdo en que dichos sitios refuerzan negativamente los problemas mentales, mientras que algunos dicen que compartir y aceptar un delirio común podría funcionar como una forma de terapia cognitiva grupal.[2]

Según el psicólogo Sheridan, la cantidad de contenido en línea sobre acoso electrónico que sugiere que es un hecho sin debate sobre el tema, crea una plataforma dañina e ideológica para tal comportamiento.[7]

Como parte de un estudio británico realizado en 2006 por Vaughan Bell, psiquiatras independientes determinaron que "las señales de psicosis están muy presentes" basándose en la evaluación de una muestra de cuentas de control mental en línea en los que quienes publicaban eran "muy probablemente esquizofrénicos."[6]​ Psicólogos han identificado muchos ejemplos de gente que reportan "experiencias de control mental" (MCEs por sus siglas en inglés) en páginas web auto-publicadas que "tienen una alta probabilidad de ser influenciadas por creencias ilusorias". Los temas comunes incluyen "gente mala" utilizando "psicotrónicos" y "microondas", menciones frecuentes del proyecto MKULTRA de la CIA y citas frecuentes de un artículo científico titulado "Respuesta dl sistema auditivo humano a la energía electromagnética modulada."[27]

Algunas personas que se describen como víctimas de acoso electrónico se han organizado y han hecho campaña para detener el uso de supuestas armas psicotrónicas y otras armas de control mental.[1][2]​ Estas campañas han recibido cierto apoyo de figuras públicas, incluido el excongresista estadounidense Dennis Kucinich, quien incluyó una disposición que prohíbe las "armas psicotrónicas" en un proyecto de ley de 2001 que luego se retiró, y el exrepresentante del estado de Misuri, Jim Guest.

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. a b c d e f Weinberger, Sharon (14 de enero de 2007). «Mind Games». Consultado el 12 de enero de 2014. 
  2. a b c d e f Kershaw, Sarah (12 de noviembre de 2008). «Sharing Their Demons on the Web». The New York Times.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «nyt20081112» está definido varias veces con contenidos diferentes
  3. Brian A. Sharpless (15 de noviembre de 2016). Unusual and Rare Psychological Disorders: A Handbook for Clinical Practice and Research. Oxford University Press. pp. 40-. ISBN 978-0-19-024586-3. 
  4. "Mind Games", Washington Post, January 14, 2007
  5. a b c Monroe, Angela (13 de noviembre de 2012), Electronic Harassment: Voices in My Mind, KMIR News, archivado desde el original el 29 de agosto de 2015, consultado el 10 de marzo de 2016 .
  6. a b c Aboujaoude, Elias. «Psychotic Websites. Does the Internet encourage psychotic thinking?». Psychology Today. Sussex Publishers, LLC, HealthProfs.com. Consultado el 19 de marzo de 2016. 
  7. a b c McPhate, Mike. «United States of Paranoia: They See Gangs of Stalkers». The New York Times. Consultado el 20 de julio de 2016. 
  8. Yan, Laura (4 de marzo de 2018). «Mind Games: The Tortured Lives of ‘Targeted Individuals’». ISSN 1059-1028. Consultado el 21 de enero de 2019. 
  9. Dietrich, Elizabeth E. «Gang stalking : internet connectivity as an emerging mental health concern». Smith College Libraries. Smith College School for Social Work Theses 2007. Consultado el 15 de marzo de 2016. 
  10. Aldax, Mike. «Space weapons resolution ’embarrassed’ city and negatively impacted mentally ill, vice mayor says». Richmond Standard. Chevron Richmond. Archivado desde el original el 21 de junio de 2016. Consultado el 15 de marzo de 2016. 
  11. Court to Defendant: Stop Blasting That Man’s Mind! Wired magazine BY DAVID HAMBLING July 1, 2009
  12. «Jim Mustian, Man who killed hostages in north Louisiana bank had mental illness, March 12». Baton Rouge Morning Advocate. Archivado desde el original el 13 de marzo de 2014. Consultado el 6 de diciembre de 2019. 
  13. BBC News (25 de septiembre de 2013). «Profile: Navy Yard shooter Aaron Alexis». BBC News. Consultado el 25 de septiembre de 2013. 
  14. Tom Vanden Brook (18 de marzo de 2014). «Report: Concerns about Navy Yard shooter never reported». USA TODAY. Consultado el 19 de octubre de 2014. 
  15. McDonald, Ian (26 de septiembre de 2013). «FBI: Navy Yard Shooter ‘Delusional,’ said ‘Low Frequency Attacks’ Drove Him to Kill». FOX40. Consultado el 12 de febrero de 2018. 
  16. Holley, Peter (20 de noviembre de 2014). «FSU gunman was in 'state of crisis' during shooting, investigators say». 
  17. Southall, Ashley (20 de noviembre de 2014). «Gunman at Florida State Spoke of Being Watched». 
  18. Queally, James (21 de noviembre de 2014). «FSU gunman mailed 10 packages before shooting, contents not dangerous». Los Angeles Times. 
  19. Berlinger, Joshua (18 de julio de 2016). «Gavin Long: Who is Baton Rouge cop killer?». p. CNN. Consultado el 18 de julio de 2016. 
  20. Sharon Weinberger (14 de marzo de 2017). The Imagineers of War: The Untold Story of DARPA, the Pentagon Agency That Changed the World. Knopf Doubleday Publishing Group. pp. 195-. ISBN 978-0-385-35180-5. 
  21. Kendrick Frazier (1991). The Hundredth Monkey: And Other Paradigms of the Paranormal. Prometheus Books, Publishers. pp. 153-. ISBN 978-1-61592-401-1. Consultado el 4 de mayo de 2013. 
  22. Leigh Armistead autofilled (2004). Information Operations. Potomac Books, Inc. pp. 197-. ISBN 978-1-59797-355-7. Consultado el 30 de abril de 2013. 
  23. Matthews, Owen (11 de julio de 1995). «Report: Soviets Used Top-Secret 'Psychotronic' Weapons». Consultado el 5 de marzo de 2014. 
  24. Boyle, Alan (April 2012). «Reality check on Russia's 'zombie ray gun' program». NBC News. Consultado el 30 de abril de 2013. 
  25. Shapira, Ian (5 de diciembre de 2017). «Was a spy’s Parkinson’s disease caused by a secret microwave weapon attack?». Washington Post (en inglés). Consultado el 7 de enero de 2019. 
  26. Broad, William J. (1 de septiembre de 2018). «Microwave Weapons Are Prime Suspect in Ills of U.S. Embassy Workers» (en inglés estadounidense). ISSN 0362-4331. Consultado el 6 de enero de 2019. 
  27. Bell, Vaughan. «'Mind control' experiences on the internet: implications for the psychiatric diagnosis of delusions.». Psychopathology. Psychopathology, 39(2), 87-91. Consultado el 10 de marzo de 2016. 

Enlaces externos[editar]