Alfa-Bungarotoxina

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Diagrama esquemático tridimensional de la estructura de la α-bungarotoxina. Los enlaces disulfuro se muestran en color amarillo. De PDB 1IDI .

La α-bungarotoxina es uno de los componentes del veneno de serpiente de las serpientes rayadas taiwanesas, a veces llamadas krait (Bungarus multicinctus). Se une irreversible y competitivamente a los receptores de acetilcolina que se encuentran en la unión neuromuscular, causando parálisis, fallo respiratorio y muerte de la víctima.

La α-bungarotoxina además es un antagonista selectivo del receptor nicotínico de la acetilcolina α7 en el cerebro, y como tal tiene aplicaciones en investigación en neurociencias, aunque no se utiliza en terapia medicinal. la α-bungarotoxina ha sido caracterizada, debido a que es Similar a las Neurotoxinas Tipo II grande o larga de otros Venenos Elapidicos

Historia[editar]

La Bungarotoxina fue descubierta por Chuan-Chiung Chang y Chen-Yuan Lee de la Universidad Nacional de Taiwán en 1963.[1][2]

Toxicología[editar]

El envenenamiento de serpiente es un problema clínico importante, con una media de 2,5 millones de casos en todo el mundo cada año. Es un problema particularmente importante en Asia y África, donde se calcula que la tasa anual de mortalidad debido a las mordeduras de serpiente en 100.000 y 20.000, respectivamente. En Estados Unidos, hay aproximadamente 8000 mordeduras de serpientes venenosas por año, lo que resulta en 5 a 10 muertes. Las víctimas de mordeduras de serpientes envenenamiento krait tienen un amplio espectro de síntomas, como pueden ser ptosis, exolftalmos, disfagia, disnea, y debilidad neuromuscular. En pacientes severamente envenenados con volúmenes corrientes a menos de 200 ml, cianosis y el habla no, se requiere respiración mecánica. El tiempo entre la mordedura y el inicio de los síntomas osciló entre 30 minutos y 50 horas.

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Chang C (1999). «Looking back on the discovery of alpha-bungarotoxin». J. Biomed. Sci. 6 (6): 368-75. PMID 10545772. 
  2. Chu N (2005). «Contribution of a snake venom toxin to myasthenia gravis: the discovery of alpha-bungarotoxin in Taiwan». Journal of the history of the neurosciences 14 (2): 138-48. PMID 16019658. doi:10.1080/096470490881770.