Biocorporalidad

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La biocorporalidad alude al concepto de cuerpo vivo. Como reflexión pedagógica, aborda la experiencia, conocimiento y cuidado del ser humano como cuerpo vivo[1]​ y su interacción consigo mismo, con los demás y con su entorno.[2]

Las concepciones sobre la biocorporalidad se hallan insertas en una interpretación más global de la realidad; considera al ser humano como una totalidad integrada por dimensiones o subsistemas: biológico (cuerpo físico), mental (procesos de pensamiento y cognición), y el espiritual (emociones y el desarrollo del ser).

Estas dimensiones conforman una totalidad que se concreta en el cuerpo humano vivo y a partir de la cual existe una relación con el mundo,[3]​ es decir, la biocorporalidad sustenta las actividades humanas a partir de la articulación entre cuerpo, cognición, emociones y pensamiento.[4]

La biocorporalidad acaba con la muerte, es entonces cuando se deja la biocorporalidad, para terminar siendo un cuerpo.[5]

Referencias[editar]

  1. Astacio, Martín. Qué es un cuerpo. 
  2. Guatari, Félix (1990). Las tres ecologías. Valencia: Pre-textos. 
  3. Grasso, Alicia (2005). Construyendo identidad corporal. Buenos Aires-México, D.F.: Novedades Educativas. 
  4. Ortega y Gasset, José (2010). Encuentro, ed. Cuerpo vivido. Madrid. 
  5. Paredes, Jesus (2003). Revista Digital - Buenos Aires, ed. Desde la corporeidad a la cultura.