Botijo de rosca

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Un botijo de rosca, probablemente salmantino, en un bodegón de Juan de Espinosa, hacia 1620. Museo del Louvre.

Botijo de rosca, de aro, de timón, de rueda, o trenza de rosca, es un modelo de botijo circular, levantado sobre un modesto pie o base plana, provisto de pitorro y boca de llenado en la parte alta de la estructura, a ambos lados de un asa redonda, que corona la circunferencia en orientación perpendicular u horizontal. Es una pieza tradicional presente en los alfares de toda la península ibérica y con cierta tradición conservada en los alfares gallegos de Buño, Niñodaguía y Bonxe.[1]

Tipología y localización[editar]

El botijo de rosca, de timón o «botixo de roda», está basado en un cuerpo hueco y circular, similar a una rueda de bicicleta, que puede complicarse con otras circunferencias más pequeñas y unidas por ejes, todo ello hueco y comunicado para que pase el líquido. En su origen se colocaba en el centro del círculo una custodia,[2]​ que luego se convertiría en un gallo, una oveja, etc. Es una de las formas tradicionales de piezas ornamentales de posible origen religioso o mágico, que se han recuperado para el comercio de la cerámica decorativa.[3]

El botijo de rosca -arriba, a la derecha-, en un catálogo de formas recogidas por la producción botijera de Agost.

Los más conocidos quizá se fabrican en la provincia gallega de Orense, en centros alfareros de larga tradición e importante producción como Buño y Niñodaguía,[4]​ e imitados luego por emporios de la cerámica como Sargadelos. [5][6]​ Pero también se han documentado y en algunos casos se ha recuperado la elaboración en diversos focos alfareros de la España septentrional, como los elaborados en Asturias,[7]​ representantes de la cerámica negra de Llamas del Mouro y Miranda.«Cerámica negra de Llamas del Mouro». artesaniadeasturias.com. Consultado el 8 de octubre de 2017. 

La morfología de rosca, rueda o rollo, se repite en importantes focos alfareros como Agost en Alicante,[8]​ y la Guía de los alfares de España da documentación gráfica de su fabricación en Hinojosa del Duque (Córdoba), Verdú (Lérida), Bonxe (Lugo), Miravet (Tarragona) o Toledo.[9]​ También se han producido en Astudillo, llamados en esa localidad palentina los “babosillos”, como comenta Natacha Seseña.

Referencias[editar]

  1. Vossen, Seseña y Kopke, 1981, pp. 44, 59, 208.
  2. González Hontoria, 1998, p. 33.
  3. García Alén, 1986.
  4. Useros, 2005, p. 93.
  5. Seseña, 1997, pp. 95-99.
  6. Fernández , Xosé (1929). «Cerámica de Niñodaguía». E.A. Dacal. Arquivo do seminario de estudos galegos III. 
  7. Seseña, 1997, p. 101.
  8. Vossen, Seseña y Kopke, 1981, p. 32.
  9. Vossen, Seseña y Kopke, 1981, pp. 104, 164, 172, 226,.

Bibliografía[editar]

  • García Alén, Luciano (1986). X.M. Gómez Vilaso, ed. A alfarería tradicional de Buño. ISBN 978-84-398-7361-7. 
  • González-Hontoria, Guadalupe (1998). Las Artesanías de España I. Zona septentrional. Barcelona: Ediciones del Serbal. ISBN 8476282184. 
  • Seseña, Natacha (1997). Cacharrería popular. La alfarería de basto en España. Madrid, Alianza Editorial. ISBN 842064255-X. 
  • Useros Cortés, Carmina; Belmonte Useros, Pilar (2005). Museo de cerámica nacional. Piezas de alfarería de toda España. Albacete, Museo de Cerámica Nacional. Chinchilla de Montearagón. ISBN 84-609-5626-1. 
  • Vossen, Rüdiger; Seseña, Natacha; Köpke, Wulf (1975). Guía de los alfares de España. Madrid, Editora Nacional. ISBN 8427612931. 

Enlaces externos[editar]