Céfiro

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Céfiro y Flora, por William-Adolphe Bouguereau (1875).
Grabado La letra z. Céfiro y otro dios del viento vuelan ante la letra, que está formada por un pergamino. Un niño sentado de espaldas sobre la letra con una cesta de flores. Grabado anónimo italiano de 1775, de 233 × 326 mm. Se encuentra en poder del Museo Smithsoniano de Diseño Cooper Hewitt.

En la mitología griega, Céfiro (en griego Ζέφυρος, Zéphyros) era el dios del viento del oeste,[1]​ hijo de Astreo y de Eos,[2]​ o bien de Gea, según un autor.[3]​ Céfiro, «de aliento dulce», era el más suave de todos[4]​ y se le conocía como el viento fructificador, mensajero de la primavera.[5]​ Se creía que vivía en una cueva de Tracia.[6]​ En los textos homéricos se lo considera el más rápido de todos los vientos.[7]​ También se dice que tras la caída y muerte de Faetonte Céfiro se unió a varios cisnes para entonar un lamento fúnebre.[8]

En diferentes historias se narraba que Céfiro tenía varias esposas. En una ocasión se representa como el marido de Iris, la diosa del arcoíris con quien tuvieron a Poto[9]​ o incluso a Eros.[10]​ Raptó a otra de sus hermanas, la diosa Cloris, a la que dio el dominio de las flores; de esta unión alegórica nació Carpo (‘fruta’).[11]​ Se decía que había competido por el amor de Cloris con su hermano Bóreas, a quien terminó ganando. También se cuenta de él que con otra de sus hermanas y amantes, la arpía Podarge, fue padre de Balio y Janto, los caballos de Aquiles.[12]​ Si bien otro autor, en cambio, nos dice que Céfiro fue el padre del caballo Arión, en su unión con otra de las Harpías.[13]​ Incluso se dice que engendró a los tigres.[14]

Uno de los mitos conservados en los que Céfiro aparece más prominentemente es el de Jacinto, un hermoso y atlético príncipe espartano. Céfiro se enamoró de él y lo cortejó, al igual que Apolo. Ambos compitieron por el amor del muchacho, este eligió a Apolo, y Céfiro enloqueció de celos. Más tarde, al sorprenderlos practicando el lanzamiento de disco, Céfiro les mandó una ráfaga de viento, y el disco, al caer, golpeó en la cabeza a Jacinto que murió. Con la sangre del muchacho muerto, Apolo haría la flor homónima.[15]

En la historia de Cupido y Psique, fue Céfiro quien sirvió a Eros transportando a Psique hasta su cueva.[16]

Se le representa como un hombre joven, con alas de mariposa o hada, sin barba, semidesnudo y descalzo, cubierto en parte por un manto sostenido entre sus manos, del cual lleva y va esparciendo una gran cantidad de flores.

Su equivalente en la mitología romana era Favonio[17]​ (Favonius, ‘favorable’), quien ostentaba el dominio sobre las plantas y flores. Su nombre era muy común en la Antigua Roma.

Varios autores dejaron atestiguados al menos dos templos en donde se le rendía culto, uno en Rodas[18]​ y otro en el Ática.[19]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Himno órfico 81, a Céfiro
  2. Hesíodo: Teogonía 378; Higino: Fábulas, prefacio 15; Nono: Dionisíacas VI, 18 y 47, 340.
  3. Esquilo: Agamenón 690
  4. Píndaro: Nemeas VII 29; Filóxeno de Citera: fragmento 835.
  5. Calímaco: Himno 2, a Apolo 81 ss.; Séneca: Fedra 11; Nono: Las dionisíacas II 133
  6. Homero: Ilíada IX 5
  7. Homero: Ilíada XIX 415, 416
  8. Filóstrato el viejo: Imágenes I 9 y 11
  9. Nono: Las dionisíacas 47.340; Alceo: fragmento 327
  10. Alceo: fragmento 327
  11. Ovidio: Fastos V 223; Servio: sobre las Églogas de Virgilio 48
  12. Homero: Ilíada XVI 149, XIX 415; Quinto de Esmirna III 743
  13. Quinto de Esmirna IV 569
  14. Apiano: Sobre la caza III 350
  15. Pausanias: Descripción de Grecia III 19. 3 - 5; Filóstrato el viejo: Imágenes I 24; Filóstrato el joven: Imágenes XIV; Ovidio: Fastos V 223; Coluto: El rapto de Helena 240 ss.; Nono: Las dionisíacas III 153, X 253, XI 362, XXIX 95.
  16. Apuleyo: El asno de oro IV 35, V 4.
  17. Higino: Fábulas, proemio 15. El autor por error menciona a Céfiro y Favonio como seres separados.
  18. Baquílides: Epigramas I
  19. Pausanias: Descripción de Grecia I 37, 2

Enlaces externos[editar]