Careproctus longifilis

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Careproctus longifilis comúnmente conocido como "pez sable peludo", es una especie que habita en las profundidades del océano Pacífico, específicamente en la región del Ártico y en aguas profundas de Siberia y Alaska.

Descubrimiento[editar]

El pez Careproctus longifilis fue recolectado por primera vez en 1892 durante la expedición del buque de investigación USS Albatross en el Estrecho de Bering y el Mar de Bering. Samuel Garman, quien posteriormente lo describió y nombró en 1892, fue el responsable de clasificar y catalogar muchos de los especímenes recolectados durante esa expedición. Por lo tanto, Garman se considera el descubridor científico de esta especie de pez.

La descripción original de Samuel Garman de Careproctus longifilis se publicó en un artículo titulado "Reports on an exploration off the west coasts of Mexico, Central and South America, and off the Galapagos Islands, in charge of Alexander Agassiz, by the U.S. Fish Commission Steamer 'Albatross', during 1891, Lieut. Commander Z.L. Tanner, U.S.N., Commanding", como también "The fishes" como parte que apareció en el Bulletin of the Museum of Comparative Zoology de la Universidad de Harvard en 1892 y 1899. Esta publicación es donde Garman formalmente describió y nombró la especie.

Biología y Características Físicas[editar]

El Careproctus longifilis es miembro de la familia Liparidae, una familia de peces abisales adaptados a vivir en condiciones extremas de profundidad y frío. Este pez se caracteriza por su aspecto único, con un cuerpo alargado y delgado que se asemeja a un sable, de ahí su nombre común "pez sable". Una de sus características más distintivas son los pelos o cerdas que recubren su cuerpo, lo que le otorga una apariencia peluda y contribuye a su camuflaje en los fondos marinos.

Hábitat[editar]

 
Careproctus longifilis
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Actinopterygii
Orden: Scorpaeniformes
Familia: Liparidae
Página no enlazada a Wikidata y añade el enlace en español: Careproctus longifilis.

Hábitat y Distribución: El Careproctus longifilis se encuentra principalmente en aguas profundas, generalmente a profundidades que van desde los 200 hasta los 2000 metros. Habita en fondos marinos fangosos o rocosos, donde se camufla entre los sedimentos y las formaciones rocosas. Su distribución se centra en las regiones del Ártico y en aguas profundas de Siberia y Alaska, aunque también se ha registrado en otras áreas del Pacífico Norte.

Alimentación y Comportamiento: La información sobre la dieta específica del Careproctus longifilis es limitada, pero se cree que se alimenta principalmente de pequeños organismos marinos que habitan en el fondo del océano, como crustáceos, moluscos y otros peces más pequeños. Su cuerpo alargado y su capacidad para camuflarse le permiten acechar a sus presas y atraparlas con eficacia en su entorno oscuro y poco iluminado, este animal es inofensivo para los humanos.

En cuanto a su comportamiento, se sabe poco debido a la dificultad de estudiar a estos peces en su entorno natural. Sin embargo, se cree que son animales solitarios que pasan la mayor parte de su tiempo cerca del fondo marino, moviéndose con cautela entre las formaciones rocosas y los sedimentos en busca de alimento.

Tamaño[editar]

  • 12,6 cm SL macho.
  • 16,2 cm SL hembra.

Importancia Ecológica[editar]

A pesar de su aspecto peculiar y su hábitat en las profundidades del océano, el Careproctus longifilis desempeña un papel importante en los ecosistemas marinos. Como depredador de nivel inferior, contribuye al equilibrio de las poblaciones de especies en las comunidades marinas profundas al regular las poblaciones de sus presas. Además, al ser una especie nativa de las aguas frías del Pacífico Norte, es indicador de la salud y la biodiversidad de estos ecosistemas.

Desafíos y Conservación: A pesar de su importancia ecológica, el Careproctus longifilis enfrenta varios desafíos en términos de conservación. La explotación pesquera en aguas profundas y la degradación del hábitat marino debido a actividades humanas, como la minería en el fondo del mar y la contaminación, representan amenazas para esta especie y su hábitat. Además, la falta de información detallada sobre su biología y distribución dificulta los esfuerzos de conservación y gestión de estas poblaciones.

Referencias[editar]