Ciénega de Chapala (Michoacán)

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Ciénega de Chapala (Michoacán)
Localización geográfica
Continente América
Región América del Norte
Localización administrativa
País Bandera de México México
Estado Bandera de Michoacán Michoacán
Región socioeconómica Lerma-Chapala
Características geográficas
Tipo Planicie, depresión
Ecorregión Bosques secos del Bajío
Población 232 514 hab. (2020)
Clima Clima templado subhúmedo
Mapas
Mapa de la Ciénega de Chapala en Michoacán.
Mapa de la Ciénega de Chapala en Michoacán.

La Ciénega de Chapala en Michoacán es una región histórico-geográfica emplazada dentro de lo que hoy es la región socioeconómica Lerma-Chapala y conformada por una planicie desecada que en tiempos anteriores irrigaba el lago de Chapala. Los municipios que la integran son: Briseñas, Cojumatlán de Régules, Ixtlán, Jiquilpan, Pajacuarán, Sahuayo, Venustiano Carranza, Villamar y Vista Hermosa.[1]

Historia[editar]

En la época prehispánica la agricultura regional consistía en el autoconsumo, sin embargo, durante el Virreinato de la Nueva España se introdujo la ganadería y se incrementaron la pesca y las labores agrícolas debido a la instauración del modelo de producción europeo, que disponía a las zonas rurales al beneficio de las zonas urbanas.[2]​ Con la expansión de la clase ganadera, a los indígenas asentados se les fue desplazando, con lo que fue mermando su presencia en la Ciénega hasta prácticamente desaparecer.[3]

En tiempos de la Independencia las haciendas de la región fueron blancos primordiales para los sublevados debido a su apoyo a la España napoleónica.[4]​ Al finalizar el conflicto armado la burguesía regional ya no tenía que rendir cuentas a la Corona, lo que les brindó una mayor autonomía en la realización de sus proyectos.[4]

Durante el Porfiriato, las haciendas se transformaron en empresas capitalistas y se volvieron a consolidar como la unidad económica primordial de la producción agropecuaria y el núcleo de la organización socioeconómica.[5]​ El ejemplo más representativo de este nuevo modelo económico en la Ciénega fue la hacienda de Guaracha.[6]

Es en este periodo de la historia de México que se dio uno de los mayores cambios para la Ciénega, puesto que entre 1904 y 1908 se desecaron alrededor de 560km² de zona lacustre del lago de Chapala con al levantamiento de un bordo de contención;[5]​ todo a iniciativa del hacendado Manuel Cuesta Gallardo —gobernador de Jalisco en 1911— que veía un potencial productivo en la región al usar las tierras desecadas como sembradíos.[5]​ El proyecto afectó seriamente al ecosistema lacustre[7]​ y permitió que se consolidara la hegemonía de las haciendas.[5]

Aun con todo esto, la región pudo dar un paso adelante durante el gobierno de Lázaro Cárdenas (1934-1940), ya que impulsó el reparto agrario de modo masivo con la conformación de ejidos y se dio fin al modelo agroeconómico de la Hacienda —ejemplo de ello fue la expropiación de las hacienda de Guaracha, Cumuato, Buenavista y San Simón—.[8]​ Ello posibilitó que los campesinos cultivaran tierras de sus pertenencia con ayuda del gobierno federal.[9]​ No obstante, debido a que los ejidatarios contrajeron deudas que no pudieron pagar, varios se vieron en la necesidad de irse como braceros a los Estados Unidos.[10]

Entre 1940-1970 en la Ciénega se empezó a tecnificar la agricultura y a aplicar agroquímicos que más adelante tendrán un impacto negativo en el ecosistema y en la salud humana.[11]​ Asimismo, el Distrito de Riego de la Ciénega empezó a construir más infraestructura hidráulica con el motivo de incluir más terrenos dentro del sistema de riego, entre otras obras.[12]​ La «revolución verde» también permitió que se aumentaran los créditos para los agricultores, lo que ayudó a la obtención de maquinaria y fertilizantes químicos, plaguicidas, etc.[12]​ No obstante, debido a que el proyecto fue mal dirigido no permitió el desarrollo de las zonas rurales,[13]​ lo que provocó una división entre productores rurales: unos con maquinaria, fertilizantes, mano de obra, etc., y otro con pocos medios de producción.[14]

Alrededor de 1980 la Ciénega se abrió a los mercados internacionales.[15]​ Al establecerse el modelo neoliberal, el Estado empezó a favorecer la inversión extranjera, dio fin a los subsidios,[16]​ permitió la compra y venta de las tierras ejidales, entre otras reformas.[17]​ También se empezaron a cosechar hortalizas, que requirieron mayor inversión,[18]​ lo que condujo la renta y venta de más tierras ejidales.[18]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

Bibliografía[editar]

  • Boehm, Brigitte (1985). «Cultura criolla y migración en la Ciénega de Chapala». Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad 6 (24). 
  • Cotler, Helena (2010). «Evolución y perspectivas de la conservación de suelos en México». En J. L. Lezama y B. Graizbord, ed. Los grandes problemas de México: medio ambiente, volumen IV. México: El Colegio de México. pp. 141-164. 
  • Covarrubias, Francisco; Ojeda, Alejandra (2009). Población y agricultura en la Ciénega de Chapala. México: Instituto de Investigaciones Sociales y Humanas, Instituto Politécnico Nacional. 
  • Gledhill, John (1997). «¿El fin de toda ilusión? Neoliberalismo, relaciones económicas trasnacionales y reforma agraria en la Ciénega de Chapala, Michoacán». Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad 18 (71). 
  • Loeza, Pedro D.; Ramírez, Rubén D.; Reyes, Mario A. (2015). «La Ciénaga de Chapala, Michoacán: cambios y permanencias en la construcción regional». Relaciones 142: 237-259. ISSN 0185-3929. 
  • Sandoval, Adriana (2011). «Entre el manejo comunitario y gubernamental del agua en la Ciénega de Chapala, Michoacán, México». Agricultura, sociedad y desarrollo 8 (3): 367-385. ISSN 1870-5472.