Debate electoral

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Candidatos en el debate presidencial a las elecciones de 2005 en Chile (Tomás Hirsch, Sebastián Piñera, Michelle Bachelet y Joaquín Lavín).

El debate electoral o también conocido como debate presidencial es un tipo de debate político en el cual, los candidatos a un proceso de elecciones, se confrontan ideológicamente, en igualdad de condiciones, exponiendo las propuestas de sus eventuales programas de gobierno, así como también su postura frente a diferentes temas contingentes o controversiales de interés nacional. De este modo, los votantes, en especial los llamados "indecisos",[1]​ pueden despejar sus dudas sobre un candidato e incluso cambiar o definir su intención de voto,[2]​ además de informar a la opinión pública con respecto a quienes son y qué es lo que pretende realizar cada candidato, si es que sale electo. El hecho de que un candidato se presente a debatir frente a sus contendores políticos, demuestra un buen ejercicio de la democracia, la transparencia política y la libertad de expresión en un país determinado.

El debate en los medios de comunicación[editar]

Desde la masificación de los medios de comunicación suelen tener una alta audiencia los debates de carácter nacional para altos cargos políticos, ya sea el de presidente o primer ministro, dependiendo de la forma de gobierno de cada país. También se realizan debates a nivel local para los candidatos a gobernadores, alcaldes o al poder legislativo de cada entidad subnacional. La televisión y la radio son los dos medios más usados para este propósito, quienes, por lo general, transmiten de manera conjunta en cadena nacional para difundir con la mayor cobertura posible. Usualmente, los moderadores son periodistas con trayectoria reconocida en la prensa de cada país.

Efecto en las redes sociales[editar]

En paralelo, como consecuencia de los dichos de los candidatos, los usuarios de redes sociales en Internet vierten sus opiniones y crean discusiones en tiempo real sobre el debate e incluso en algunos países, se permite a través de este medio, formular preguntas a los participantes, previamente revisadas, con el fin de democratizar el evento.[3]

Historia de los Debates Electorales[editar]

Los debates presidenciales modernos son herederos de un linaje comunicativo que se remonta a los enfrentamientos dialécticos de la Grecia clásica. Desde tiempos antiguos, la idea de que el diálogo y el debate pueden desembocar en verdades trascendentes ha sido un pilar en diversas culturas, desde los eruditos de India y Judá hasta las protodemocracias de Grecia y Roma. Los diálogos socráticos, por ejemplo, idealizan el proceso de llegar a conclusiones profundas a través de la interacción verbal. En el contexto político, estos intercambios se observaron en el Senado romano o eventos públicos como en el ágora griega o el Pnyx ateniense. Este legado se perpetuó a lo largo de los siglos, adaptándose a las cambiantes arenas políticas y los medios tecnológicos.

El desarrollo del parlamentarismo y los ideales iluministas en la tradición anglosajona del siglo XVIII sucedió en paralelo a la formación de las primeras sociedades de debates. Una de las primeras es la American Whig-Cliosophic Society, fundada en 1765, pero luego muchas universidades y organizaciones educativas alrededor del mundo realizan debates cómo Oxford Union, Cambridge Union Society, Yale Political Union en la Universidad de Yale o la Harvard College Debating Union entre otras.

Estas sociedades dieron paso a una nueva era de debates públicos estructurados y competitivos, como los famosos debates entre Abraham Lincoln y Stephen Douglas en 1858, que no solo contendían por una banca senatorial en Illinois, sino que también atraían la atención nacional por abordar temas críticos como la esclavitud. Esta evolución marcó el comienzo de la modernización de los debates públicos, transformándolos en eventos donde el público participa más como espectador que como agente activo en la toma de decisiones.

En un sentido amplio, Suecia fue el país pionero en la organización de los debates mediáticos al organizar el primero en 1934 a través de la radio. A la tradición radial constante le siguió la migración a la televisión. En vísperas de las elecciones parlamentarias de 1948, el Primer ministro y líder socialdemócrata Tage Erlander debatió con el líder del Partido Popular Liberal, Bertil Ohlin en SVT, el canal de servicio público sueco.

Debate presidencial entre John F. Kennedy y Richard Nixon para las elecciones de Estados Unidos de 1960.

Con el crecimiento de la tenencia de televisores en los hogares, los debates presidenciales adquirieron una nueva dimensión que transformó radicalmente su impacto. El primer debate televisado, realizado en la elección presidencial de 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon marcó un punto de inflexión. El primer debate fue visto por unos 66 millones de televidentes y sirvió como muestra de la importancia que los medios audiovisuales empezaban a cobrar en la política. Suele recordarse que Kennedy, relajado y buen mozo, ganó ante las cámaras frente a un Nixon incómodo, mal dormido y que se negó a usar maquillaje[4]​. La reconstrucción histórica habitual cuenta que JFK ganó entre los que vieron el debate en televisión, debido a su estilo televisivo. Entretanto, quienes escucharon el debate por radio prefirieron a Nixon, cuyas dotes de orador eran superiores. La elección tenía planifica cuatro debates en total y para los siguientes debates, Nixon recuperó su peso, se preparó para la televisión e incluso estudió sus mensajes[5]​. Los analistas políticos de la época sostuvieron que Kennedy ganó el primer debate, Nixon el segundo y tercero y que el cuarto debate fue un empate. Sin embargo, tenemos pocas evidencias[6]​ para respaldar todas esas afirmaciones frecuentes[7]​.

El formato y las reglas de los debates[editar]

El formato y la estructura de los debates presidenciales pueden diferir significativamente de un país a otro, reflejando la diversidad de los sistemas políticos y culturales. En algunas naciones, los debates son regulados por leyes y organizados por instituciones gubernamentales específicas.[8]​Por ejemplo, en México, el Instituto Nacional Electoral se encarga de su organización, mientras que en Argentina, la tarea recae en la Cámara Nacional Electoral. Estas entidades aseguran que los debates se lleven a cabo de manera equitativa y conforme a regulaciones claras que garantizan la representación y la equidad entre los candidatos.

Por otro lado, en países como Estados Unidos, los debates son organizados por entidades cívicas no partidistas, tales como la Comisión de Debates Presidenciales, que opera independientemente de los partidos políticos y del gobierno. Esta organización se encarga de establecer las reglas y formatos del debate, buscando fomentar un espacio de intercambio entre los partidos. En otros casos, son principalmente los medios de comunicación quienes toman la iniciativa en la organización de los debates. Un ejemplo de ello es Brasil, Francia o Reino Unido. Esto refleja una tradición en la que los medios juegan un papel activo en la formación de la opinión pública.

Así, cada sistema trae consigo particularidades que responden tanto a la estructura política del país como a su cultura democrática, dando cuenta que los debates presidenciales son tan variados como las democracias mismas.

Países que realizan debates electorales nacionales[editar]

Los siguientes países realizan debates electorales:[9]

Candidatos presidenciales en el debate para las elecciones brasileñas de 2010 (José Serra, Dilma Rousseff y Marina Silva).

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. «Debate, vía para conquistar voto indeciso». El Informador (México) (Informador.mx). 22 de abril de 2018. Consultado el 7 de abril de 2019. 
  2. Caballero, Gerardo (21 de mayo de 2016). «Debates presidenciales serán decisivos para atraer a indecisos». El Comercio (Elcomercio.pe). Consultado el 7 de abril de 2019. 
  3. Notimex (11 de junio de 2018). «INE recibió mas de 11 mil preguntas en redes sociales para tercer debate presidencial». 24 Horas México (24-horas.mx). Consultado el 7 de abril de 2019. 
  4. Druckman, James (2003). «The Power of Television Images: The First Kennedy-Nixon Debate Revisited». The Journal of Politics. Vol. 65, No. 2,: 559-571. doi:10.1111/1468-2508.t01-1-00015. 
  5. http://www.ourcampaigns.com.  Falta el |título= (ayuda)
  6. Kraus, Sydney. «Winners of the First 1960 Televised Presidential Debate Between Kennedy and Nixon». Journal of Communication, Volume 46, Issue 4, December 1996. doi:10.1111/j.1460-2466.1996.tb01507.x. 
  7. https://news.gallup.com/poll/110674/presidential-debates-rarely-gamechangers.aspx.  Falta el |título= (ayuda)
  8. Grupo de Trabajo para debates presidenciales, Instituto Nacional Electoral. HACIA NUEVOS DEBATES PRESIDENCIALES. 
  9. Kettle, Martin (7 de abril de 2010). «All eyes on the leaders' debates». The Guardian (en inglés británico). ISSN 0261-3077. Consultado el 8 de abril de 2019. 
  10. «Se cumple un año del primer debate presidencial de la historia argentina». Infobae. 4 de octubre de 2016. Consultado el 7 de abril de 2019. 
  11. Bazán, Ignacio. «Historia oculta del primer debate presidencial». La Tercera (Latercera.com). Consultado el 7 de abril de 2019. 
  12. Youtube: Debate 1: Álvaro Gómez y Luis Carlos Galán 11 de febrero 1986
  13. Youtube: Debate 2: Álvaro Gómez y Luis Carlos Galán 25 de febrero 1986
  14. Los debates electorales en España clave
  15. Viana, Israel (5 de octubre de 2010). «Nixon vs. Kennedy: el día que cambio la televisión y la política». ABC. Consultado el 7 de abril de 2019. 
  16. «Commission on Presidential Debates». Debates.org (en inglés). Consultado el 7 de abril de 2019. 
  17. «Historia de los debates en América Latina». Excélsior. 24 de abril de 2018. Consultado el 8 de abril de 2019. 
  18. «A 25 años del primer debate presidencial en el Perú». El Comercio. Consultado el 8 de abril de 2019. 
  19. «Ley N° 19827». Impo.com.uy. 18 de septiembre de 2019.