Discusión:Henri Peña-Ruiz

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Capítulo 1 El comienzo Todo comenzó en una tarde de Septiembre. Nuestra principal protagonista se llamaba Nefertiri que vivía en casa con sus padres (Rogelia y Pablo) y su abuela (Amelia) que era viuda. Nefertiri tenía unas amigas con las que jugaba siempre en una plazoleta que tenían en aquel pueblecito. Estas eran Yesenia, Yeida y Marina. Nefertiri y Yesenia iban para el colegio, era su primer dia en 2º curso. Estaban nerviosas por saber con que compañeros les tocaría. A Yeida y Marina les tocó en otra clase. -Uff, menos mal que estamos juntas en clase – dijo Nefertiri.

-Sí – contestó Yesenia. Menos mal.

-¿A la tarde ya que no tenemos colegio vamos llamar a Marina y jugamos las tres en la plazoleta del Lagar? – preguntó Yesenia.

-Por mi bien – le contestó Nefertiri. Es una pena que a Marina no le tocara en nuestra clase.

-Sí – le dijo Yesenia. Pero podemos verla en el recreo. Tampoco le tocó a Yeida en nuestra clase. A ver que nos cuentan en el recreo – dijo Yesenia.

-Sí, a ver. Espero que por lo menos les tocara juntas – contestó Nefertiri.

-Y yo – dijo Yesenia. Pasaron días y fueron conociendo a otras compañeras de clase, pero con las que estaban siempre en el recreo eran Antía, Andrea, Rosa y Juana. Un día en el recreo Nefertiri les dijo a sus amigas: -Parece ser que hay una montaña de arena en el patio de atrás por la que sube y baja todo el mundo. No hicieron más que repetirlo en clase, ¿no lo oísteis?

-Sí, pero creímos que lo decían de broma – dijeron Juana y Yesenia a la vez. Fueron a comprobar si era verdad y así era. Nada más llegar empezaron a tirarse por la montaña. Al volver a clase no hacían más que preguntarles sus compañeros: -¿Dónde estuvisteis? ¿En la isla de supervivientes? Y en esto les preguntó Carminia la chica más graciosa de la clase: -¿Me traeríais algún coco verdad? Y contestó Josevery: -Que vienen de las montañas de arena que no te enteras.

-¿Qué pasa en las montañas no puede haber cocos también? – preguntó Carminia.

-No se lo tengas en cuenta – dijo Josevery. En esto llegó la profesora y dijo: -Que no se le ocurra a nadie más subir por las montañas de arena que esto en vez de una clase va a parecer un desierto de lo llenos de arenas que venis. Entonces dijo Josevery un alumno de la clase comentando en voz alta: -Si no nos dejan subirnos allí, ¿para que crearon las montañas de arena en este colegio? ¿de adorno o que?

-Eso digo yo – le contestó su amigo Severino. Y la profesora ya cansada de tanto drama les contestó: -Josevery y Severino, fuera de clase por listos. Y estos replicando dijeron los dos: -¿Por qué si no hicimos nada? Y les contestó la profesora: -Por eso por no hacer nada fuera de clase. A la media hora los llamó para que entraran y siguió la clase tan normal hasta que tocó el timbre para irse a casa y como era un sonido parecido al del teléfono dijo Nefertiri: -A alguien le está sonando el teléfono. Y empezaron todos a mirar los móviles a ver si los llamaban hasta que la profesora cayó en la cuenta y dijo: -Eso es el timbre de la salida. Recoger y iros para casa. Nos vemos mañana de nuevo. Al llegar a casa, Nefertiri estaba agotada y al verla la madre le preguntó: -¿Dónde te metiste, que parece que caíste? Y ella le respondió: -Pues te cambiarás de ropa ahora mismo y que no se te ocurra volverme así eh. Después de cambiarse, Nefertiri le comentó a su madre: -Quedé a las 5 con Yesenia para jugar ahí en la plazoleta. Y la madre le recordó: -Pero hoy es el día que quedamos para ir a ve a tus tíos de Rusia y a tu prima Ania, ¿ya no te acordabas?

-Pues voy a llamar a Yesenia por teléfono para decirle que no puedo quedar hoy. Nefertiri llamó a Yesenia para darle la noticia y Yesenia le respondió: -Quedamos mañana entonces. Poco después Nefertiri fue con su madre a ser a su prima y a sus tíos. El padre de nuestra protagonista estaba de excursión en Soria pues era profesor de un instituto que había en una aldea cercana. Nefertiri estaba impaciente por que llegara. Tan pronto llegaron a Rusia, entraron el palacio de sus tíos y Nefertiri se fue a la calle con su prima. Antes de salir les dijeron Santiago y Ifni, los padres de Ania: -No os alejéis mucho, no os vayáis a perder. Y ellas respondieron: -Tranquilos que no nos vamos a Madrid. Cuando estuvieron ellas dos solas fuera, le dijo Ania a Nefertiri: -Para el año voy a ir a tu colegio. Me van a inscribir en verano. Le dije yo a mis padres que quería ir al colegio de la Coruña, para asi, poder estar contigo. ¿Te parece bien?

-¿Y por qué no me iba a parecer bien estar en la misma clase que mi prima? Pero, por otra parte, ¿No prefieres seguir en clase con tus amigos?

-Que va, los veo todos los fines de semana, pero sino a ti solo te vería en las fiestas de aquí, en las de la Coruña y algunos días que te trajeran o que yo fuera allá. Nefertiri quedó pensando durante un breve período de tiempo y le preguntó: -¿Cómo vas hacer para ir y venir todos los días?

-Tendría que ir vivir a tu casa, sino todos los días no me podrían llevar.

-Ojalá tengamos suerte y te toque en mi clase pero sino también podríamos quedar juntas en el recreo. Desde esa tarde Nefertiri estaba deseando que llegara el próximo año y una tarde le dijo a su madre: -Mamá, no quiero que me lleves en coche al colegio a partir de para el año, quiero ir en el bus con Ania. Y la madre le explicó: -Ania va al colegio en Rusia y tú vas seguir yendo a este. Aunque si quieres te puedo cambiar para su colegio. -Mamá, ella me dijo hoy, que para el año se iba a cambiar de colegio, que quería ir conmigo a clase.

-Bueno, vale, pero de aquí al año que viene, dios dirá.- dijo su madre. – Por mí puedes ir en el bus, vaya tu prima o no, si quieres. Esa misma noche, Amelia llenó la ducha para ducharse y como no tenía el champú llamó por Nefertiri y le dijo: -Nefertiri, tráeme un bote de champú que aquí no tengo en este momento. Pero como la niña no la oía, efectivamente no le llevó el champú, entonces, Amelia fue a buscarlo y como al lado de los champús había un bote de fairy y Amelia lo cogió por confusión. Después de varios días a Rogelia le pareció extraño que el fairy se acabara tan rápido y le empezó a preguntar a la niña: -Oye, ¿tu me cogiste el fairy para algo? – dijo toda enfadada. Con eso no se juega que es solo para lavar la loza.

-Mamá, yo no fui. ¿para que iba querer yo el fairy?

-Pues nada habrá agujeros en esta casa. De casualidad, Nefertiri, fue un momento al baño a ducharse y se encontró allí con el fairy. -Mamá – la llamó. Tienes aquí el fairy que me lo acabo de encontrar.

-¿Y que hacía en la bañera? – preguntó la madre. ¿No me estarás gastando una broma no?

-No, mamá nada que ver, ni es el día de los inocentes ni gastaría bromas tan malas. En ese preciso momento coincidió por la puerta del baño Amelia y les dijo: -¿Qué haceis con el champú de aquí para allá? Luego no lo encuentro. Y dicho esto, intento cogérselo a la madre de Nefertiri. -Mira tu por donde quien te cogía el fairy – dijo Nefertiri.

-Ahora ya está resuelto el misterio. Muy bonito mamá, yo riñéndole a la niña por gastarme el fairy y tu dando ejemplo – dijo enfadada la madre de la niña.

-¿Qué fairy? – preguntó la abuela de la niña. Yo solo quiero ducharme asique tráeme el champú – dijo agarrando el bote de fairy.

-Esto es fairy – le dijo la madre de la niña.

-Ya decía yo que notaba el pelo muy raro últimamente – contestó la abuela. Y esa noche Nefertiri no dejaba de reírse entre sueños recordando el drama de aquella tarde. A los dos días, llegó su padre de la excursión y llevó a Nefertiri a las pistas de tenis. -Papá, paso para tercer curso – le dijo. – Y para el año viene Ania en mi clase.

-Muy bien hija, sigue estudiando así y siempre aprobarás todo.

-Si siempre me quedó una por lo menos, lo sabes de sobra, no me da la cabeza para tanto.

-Algún año aprobarás todo lo sé, a mi también me pasaba lo mismo a tu edad y matemáticas te puedo enseñar yo que ya se que es lo que peor llevas.

-¿Y que tal todo en Soria? – le preguntó Nefertiri queriendo ya cambiar de tema.

-Muy bien hija, aunque el invierno es demasiado frío, pero del resto muy bien, tienen unos parques preciosos para pasear mucho más grandes que el jardín que tenemos en nuestro pueblo – le contó su padre.

-¿Y nevar nieva más que aquí verdad? – preguntó Nefertiri.

-Si aquí no nieva que estamos al lado del mar – dijo su padre.

-Pues por eso lo digo – replicó la niña.

-Tengo que llevarte allí alguna vez – le dijo su padre. Eso es para verlo.

-¿Por qué zona estuviste en Soria luego? ¿Cómo es? – quiso saber Nefertiri.

-Estuve por la calle de la aduana vieja que tiene palacio y casas muy antiguos. Parece increíble que se conserven aún hoy en día, pues lleva ahí desde la época de los romanos. La calle de la aduana vieja nace en la calle del collado y termina en la calle del rosario enfrente de la iglesia de santo domingo. Y además por allí cerca está la plaza de san clemente donde están situados en palacio de los ríos y la antigua casa de la inquisición.

-Vaya, no sabía yo que Soria tuviera tanta historia – comentó Nefertiri.

-Sí, hija si, es muy bonita y te encantará verla en persona, algún año te llevaré para que lo veas por ti misma.

-¿Enserio? Gracias, papá.

-Ya verás como nos los vamos pasar muy bien. Soria es cultura, hija mía, seguramente muchas cosas que aprendas allí te sirvan para clases de historia – dijo. Y mirando el reloj añadió – Dios mío, ya es tardísimo, vamos para casa. Y al llegar a casa le pregunta Rogelia a su marido: -Pablo, ¿Dónde estuvisteis desde la tarde hasta ahora que no se os ocurrió pasar por casa en toda la tarde, tan largo fue el partido de tenis?

-Aunque no te lo creas si – le respondió su marido – Enredamos bastante porque estuve poniendo al día a Nefertiri sobre la excursión que realicé a Soria con el colegio.

-Sí, es verdad mamá – dijo Nefertiri. Y cuando Nefertiri le dió las buenas noches a su padre antes de acostarse como siempre, éste le dijo: -Cuando tengas alguna duda con las matemáticas, ya sabes que yo te las puedo explicar, pregúntame lo que sea.

-De acuerdo – dijo la niña. Bueno, falta decir que desde ese día, Nefertiri al acabar las clases, le pedía siempre a su padre que le explicara las matemáticas. -Esto es un rollo – se quejaba Nefertiri – no hay quien se lo aprenda.

-¿Quieres aprender o no? – le decía el padre.

-Por ahora con aprobar me llega – decía la niña.

-Con ese empeño no llegamos a ninguna parte. Tienes que esforzarte en aprender – le decía su padre.

-Vale, pero tranquilito eh – le contestaba Nefertiri. Llegaron las navidades. A Nefertiri y a Yesenia es daba pena dejar tanto tiempo de ver a sus compañeras de clase, sabiendo que no las iban a ver hasta la vuelta de vacaciones. Sus otras compañeras eran de Ferrol y se escribían de vez en cuando mediante cartas. El día de noche buena Yesenia fue llamar a Nefertiri y pasaron la tarde juntas. Quedaron en la pista que había en la Coruña y sentadas en un banco empezaron a hablar de lo que hechaban de menos a sus amigas de clase. De pronto, Yesenia, le preguntó a Nefertiri: -¿No te gustaría que organizáramos una excursión a Ferrol de vez en cuando para visitarlas?

-Sí, es muy buena idea. ¿Vamos ya para el siguiente fin de semana?

-Por mí de acuerdo – dijo Yesenia. Y podríamos preguntarles a Yeida y a Marina si se apuntan y se vienen con nosotras.

-De acuerdo. Y luego deso bajaron la pueblo de al lado y fueron dar una vuelta las dos. Y antes desto fueron llamar a sus dos amigas inseparables Marina y Yeida y se apuntaron también. Aunque al final bajaron adrede para nada, pues eran las únicas cuando llegaron a un parque que había en aquel pueblo y dijo Yesenia: -Pues ahora subimos otra vez que si no hay nadie. ¿Qué vamos hacer?

-Descandar un poco – contestó Marina que estaba agotada.

-Si, oh descansaremos un poco que estoy baldada - . replicó Nefertiri. Y así lo hicieron quedaron allí una poco descansando y luego subieron para arriba. Cuando llegaron allí, les propusieron ir a Ferrol ese fin de semana para ver a sus amigas de clase y así lo hicieron, se fueron a visitarlas llegado el fin de semana. En la vuelta al colegio les preguntó a todos en clase la profesora que les trajeron por reyes y casi todos coincidían. -Hoy no empezamos las clases ya que es el primer día de colegio, pero mañana que nadie me diga que se le olvidó el libro, porque de aquella… Hoy podeis hablar entre vosotros de lo que queráis.

-Nefertiri – la llamó Andrea. ¿Qué tal te lo pasaste en estas vacaciones? Muy bien, estuve con mi prima en Rusia y ya tengo ganas de volver este veranito y me preguntó si podrías venirte unos días tu también. Vienen con nosotras Yesenia, Rosa, Juana y Antía.

-Por mi de acuerdo – contestó Andrea. Ahora también estoy yo impaciente para que llegue el verano. En ese momento llegaron Antía, Yesenia, Rosa y Juana a junta dellas y les preguntó Rosa: -¿Os pasa algo chicas?

-No nada – contestó Nefertiri – le taba comentando a Andrea que podría venirse con nosotras a casa de mi prima este verano y que para el año la tenemos aquí de compañera. Se pasaron el resto del año pensando en el verano, pero al final les cambiaron los planes, pues los padres decidieron mandarlas a campamentos de verano y a cada una le tocó en un campamento dieferente.

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