Discusión:Lophophora

Contenido de la página no disponible en otros idiomas.
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Lophophora (Lophophora Wiliamsii: Peyote)


Datos generales - Origen - Etimología y denominaciones / Química - Identificación - Composición - Formas de adulteración / Farmacología - Mecanismos de acción y formas de empleo - Usos terapéuticos - Dosificación - Efectos fisiológicos y psicológicos - Potencial de dependencia / ¿Qué hacer en caso de emergencia? / Hechos interesantes / Régimen legal actual / El Santo Oficio contra la planta que hace que los ojos se maravillen / A la caza del peyote / Viaje a la Sierra Tarahumara / Las tribus norteamericanas y la fundación de la Native American Peyote Church / Testimonios de la Iglesia Nativa Americana / Aldous Huxley abre las puertas de la percepción al movimineto psiquedélico SEGUNDA PARTE: Hechos interesantes El turbulento infinito de Henri Michaux / Las certeras apreciaciones de Octavio Paz respecto a la prohibición de los enteógenos / Las experiencias de Carlos Castaneda con "Mescalito" / Las experiencias de Ann Shulguin con peyote y Alexander Shulguin con mezcalina / Las expediciones de ecoturismo a la zona huichola o los "Peyote tours" / Las peregrinaciones de los "seudojipis de Coyoacán" a la zona de Real de Catorce TERCERA PARTE: Hechos interesantes Aventuras de un amigo en el desierto mexicano / Las experiencias de un miembro del Foro de Chamanismo Esencial / Algunas recomendaciones para el consumo no ritual del peyote Mi experiencia personal Fuentes de consulta


 DATOS GENERALES

Origen El peyote (Lophophora wiliamsii), "la planta que hace que los ojos se maravillen", según la describió un autor francés, es una cactácea de origen americano que crece en las regiones desérticas de Norteamérica, sobre todo en la sierra que corre entre Nayarit y San Luis Potosí. De acuerdo a las estimaciones de uno de los primeros cronistas españoles, fray Bernardino de Sahagún, los toltecas y los chichimecas conocían el peyote por lo menos dos milenios antes de la llegada de los europeos al continente americano. El etnólogo Carl Lumholtz estima que en realidad se remonta a más de tres mil años de antigüedad ya que un símbolo utilizado por los tarahumaras en la ceremonia del peyote aparece en tallas rituales que datan de esa fecha preservadas en rocas volcánicas.

Los primeros testimonios escritos sobre este cacto sagrado pertenecen a Sahagún: "Hay otra hierba como tunas de tierra, se llama peyotl, es blanca, se encuentra en el norte del país; los que la comen o beben, ven visiones espantosas o irrisibles: dura esta intoxicación de dos a tras días y después de quita; es común manjar de los chichimecas, pues los mantiene y les da ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed, ni hambre y dicen que los guarda de todo peligro." (22)

El consumo del peyote ha subsistido en norteamérica a pesar de la llegada de los Europeos y la imposición de sus creencias y costumbres. Los pueblos que lo emplean ancestralmente con fines rituales (coras, tarahumaras, tepehuanis, huicholes y varias tribus estadounidenses), se comportan ante él con temor reverencial. Consideran que los hace entrar en contacto con fuentes divinas y suponen que si no se han "purificado" previamente, los dioses les harán sufrir tremendos castigos.

Por su parte el San Pedro (Trichocereus pachanoi) es un cactus columnar que puede llegar a ser gigantesco, crece en México, Bolivia, Ecuador y Perú. En estos dos últimos países se utiliza dentro de rituales chamánicos.

Etimología y denominaciones

El nombre más común del peyote viene de la voz náhuatl peyotl; los tarahumaras lo llaman ciguri; los tepehuanis, kamaba; los huicholes, hikuri; los coras, hualari; y los comanches, wokow. Al peyote seco se le conoce también como botón de peyote.

Se cree que el nombre de San Pedro hace referencia a las propiedes enteogénicas del cactus, pues lleva el nombre del santo cristiano que precisamente guarda las puertas del Cielo. En centroamérica el San Pedro recibe también los nombres de "aguacolla" o "gigantón".

QUÍMICA Identificación El peyote crece en conjuntos llamados "manchas", al abrigo de arbustos o plantas con púas que lo protejan de las heladas y de los depredadores. Es un cacto pequeño de color verde grisáceo cuyas raíces en forma de cono se hunden profundamente en la tierra. Su crecimiento es muy lento. Requieren más de15 años para llegar a la madurez. Normalmente tiene un diámetro de 2 a 15 cm.

El peyote puede tener entre 5 y 13 meristemas (gajos). A los que tienen cinco se les conoce como "estrellas". Se supone que son los más buscados debido a sus poderosas concentraciones psicoactivas.


Lophophora wiliamsii



Lophophora wiliamsii

Sus flores, blancas con una aureola rosácea, miden cerca de 2,5 cm. Se recoge antes del tiempo de lluvias que antecede a la floración cortándose al raz del suelo (para que de la raíz brote una nueva cabeza). Cuando se seca, se encoge y adquiere un color gris oscuro, entonces se le conoce como "botón de peyote". 

Lophophora wiliamsii


Trichocereus pachanoi El San Pedro es un cactus columnar, largo y de crecimiento rápido.

Cada año se eleva aproximádamente un metro y su diámetro aumenta alrededor de 12 centímetros.

San Pedros en un mercado mexicano

La mezcalina pura tiene el aspecto de pequeños cristales de color blanco y sabor muy amargo.

Composición El peyote es una planta rica en alcaloides. A la fecha se han aislado más de 50, entre ellos: peyotina, anhalina, anhaloidina, anhalinina, anhalonina y lofoforina. El más importante de ellos es la mezcalina.

Fue aislada en 1896 por el farmacólogo Artur Heffter. Se le llamó así porque fue extraída del peyote seco que según los científicos europeos de la época se conocía como botón de mezcal.

El San Pedro es la tercera cactácea con mayor concentración de mezcalina después del peyote y la variedad Trichocereus peruvianus que es más difícil de encontrar.

La mezcalina es un alcaloide sumamente estable. Se ha detectado en antiguas muestras de un entierro mexicano que data de hace 1000 años. (17)

Formas de adulteración No existen. Sin embargo algunos otros cactos se han hecho pasar por peyote para engañar a los consumidores novatos, especialmente el Pelecyphora aselliformis y el Ariocarpus retusus llamados por los indígenas de México peyotillos o falsos peyotes.

La mezcalina pura es muy difícil de conseguir porque tanto la prohibición como sus altos costos de manufactura han hecho que prácticamente no exista en el mercado. El farmacólogo Jonathan Ott dice que la mezcalina, más que ninguna otra droga, ha sido suplantada en el mercado ilícito, principalmente por LSD. Dice que "Es altamente improbable que más de unas pocas decenas de miles de personas hayan ingerido auténtica mezcalina en su forma pura". (17)

FARMACOLOGÍA

Mecanismo de acción y formas de empleo En estado natural los gajos del peyote se mastican solos o en compañía de algún líquido, preferentemente jugos cítricos pues su sabor es bastante amargo. Cuando el cacto se deshidrata retiene la mezcalina indefinidamente y puede reducirse a polvo para prepararse en té o añadirse a un jugo de fruta.

El San Pedro se consume en polvo debido a la consistencia poco agradable del cactus y la amargura de su sabor. Además las mayores concentraciones de mezcalina se hallan en la piel verde del cactus, que se pela cuidadosamente y se seca a bajas temperaturas para después reducirse a polvo. Hay reportes de que también se utiliza como componente de una bebida llamada "cimora" hecha con el cocimiento de sus tallos y el de otras plantas, probablemente Daturas de efectos propiamente alucinógenos.

La mezcalina pura se administra por vía oral o intravenosa.

Los efectos del peyote o del San Pedro ingeridos crudos o secos, al igual que el de la mezcalina por vía oral, comienzan entre los 60 y 90 minutos después de la ingestión y duran entre 7 y 10 horas. Los efectos de la mezcalina inyectada comienzan entre los 10 y los 20 minutos.

La mezcalina posee casi la misma estructura química que la noradrenalina, por lo que actúa instalándose en los receptores de esta droga cerebral ocasionando alteraciones en la conciencia y en la percepción, principalmente a nivel visual. Aunque gran parte de los efectos de estas cactáceas se deben a la mezcalina, otros alcaloides contribuyen a que la experiencia con peyote o San Pedro sea diferente a la de la mezcalina pura; la peyotina, por ejemplo, presenta efectos narcóticos cuando se consume de forma aislada.

Usos terapéuticos En su estudio etnobotánico de la Nueva España, Francisco Hernández, médico personal del rey Felipe II de España, aseguró que "proporciona alivio cuando se aplica machacado en las articulaciones doloridas." En la actualidad varias personas con conocimientos herbolarios suelen macerarlo en alcohol y utilizarlo como remedio contra el reumatismo. (1) Los indígenas norteamericanos afirman que "si el peyote se usa correctamente, todas las demás medicinas son superfluas." (25)

Se ha demostrado que el extracto de peyote tiene actividad antibiótica, justificando su uso para tratar heridas y como analgésico. (17)

Dosificación Las dosis bajas son de 1 a 2 cabezas de peyote; las medias de 3 a 6; y las altas de 7 a 10 cabezas. No hay reportes sobre dosis letales. Algunos peyoteros comanches se jactan de ingerir hasta 12 peyotes secos en una sesión.

Respecto al San Pedro, se calcula que la superficie de 30 cm de piel seca del cacto reducido a polvo constituye una dosis media. También puede ingerirse como decocción siendo la dosis media de un vaso. La corteza verde de 40 cm de cactus fresco (se desprecia la médula), se pone a hervir con una corteza de naranja, canela y clavo durante 4-5 horas.

Las dosis bajas de mezcalina pura van de 150 a 200 mg; las medias de 300 a 500 mg; y las altas de 800 a 1,000 mg. En este caso tampoco se han reportado la existencia de una dosis letal.

Efectos psicológicos y fisiológicos Ludwig Lewin, el primer farmacólogo que estudió los alcaloides del peyote aseguró tras varias ingestiones:

No hay en el mundo una planta que provoque en el cerebro modificaciones funcionales tan prodigiosas. Aunque las procure solamente bajo la forma de fantasmas sensoriales, o por la concentración de la más pura vida interior, esto acontece bajo formas tan particulares, tan insospechadas, que quien es su objeto se siente transportado a un mundo nuevo de sensibilidad e inteligencia. Comprendemos que el viejo indio de México haya visto en esta planta la encarnación vegetal de una divinidad. (25)

Para Schultes y Hoffman, según establecen en Plantas de los Dioses, el más espectacular de los múltiples efectos del peyote es

el juego caleidoscópico de visiones coloridas de indescriptible belleza […] se perciben destellos y centelleos de colores, cuya intensidad y pureza desafían cualquier descripción. Frecuentemente las visiones llevan una secuencia que va de figuras geométricas a objetos extraños y grotescos, cuyas características varían de un individuo a otro. (22)


Richar Heffern, por su parte, ofrece en Secrets of the Mind altering plants of Mexico (12) una detallada descripción respecto a los efectos que opera el buen cacto sobre la conciencia:

Quería que mi primera experiencia con peyote fuera perfecta en cada detalle, así es que la planeé tan cuidadosamente como pude. Mi acompañante y yo decidimos dormir la mayor parte del día para estar alerta por la noche… deliberadamente escogimos una noche de luna llena para no necesitar luz artificial… Aproximadamente una hora antes del atardecer ingerimos cada uno el equivalente a 500 miligramos de mescalina. Alrededor de 40 minutos después... caminé cuesta abajo hasta llegar a un nopal y de pronto tuve la extraña sensación de que sería muy descortés pasar junto a la planta sin saludarla. En esos momentos, la planta era tan importante como yo. Ambos - la planta y yo - estábamos en esta tierra juntos, y además de este hecho, me embargaba el sentimiento de que existía un vínculo entre nosotros. Estábamos "en esto" juntos… Durante toda la experiencia, hubo un pronunciado regocijo. Sentía que estaba parado más erectamente que de costumbre; sentía un gran orgullo por ser una criatura viviente. En esos momentos, la conciencia de estar vivo me parecía suficiente para ser completamente feliz. Al mismo tiempo, parecía que me quedaba muy poco "ego"; sentía que era una pequeña parte de un todo mucho más grande. Estaba en la tierra para vivir, para experimentar, para aprender. El mundo alrededor mío era un gran lugar sagrado - un lugar que debía ser reverenciado y respetado. Ahora que lo veo a distancia... me pregunto si las cosas habrían sido diferentes de haber estado rodeado de un ambiente urbano en el que prevalecieran las cosas hechas por el hombre… De alguna manera, sentí un gran desamparo. Me sentí como un niño en un mundo extraño, poco familiar pero fascinante. Sentí que estaba aprendiendo todo de nuevo, por así decirlo… La cresta de la experiencia pareció venir después de las cuatro horas, aunque era muy difícil estar conciente del paso del tiempo. En algún punto, parecía que en verdad podía sentir la rotación de la tierra sobre su propio eje, un fenómeno que ocurre constantemente, aunque la vida parece insensible a esta clase de movimiento. Era una noche de neblina, y la niebla parecía tomar la forma de un dragón enorme, iluminado por la luna… En algún punto indiscernible, una suerte de retrospectiva se convirtió en el aspecto dominante de la experiencia. Era como si mi mente estuviera tratando muy duro, en otro nivel, de encontrar el significado de la experiencia completa. Tenía un conocimiento intuitivo de que la experiencia tenía un gran significado y yo no estaba siendo capaz de captar la totalidad de su significado… En los días que siguieron, pensé muchas veces en todo lo que había pasado, ya que lleva algo de tiempo comprenderlo todo. (12)

El siguiente relato es de un viajero anónimo que tomó 300 mg de mezcalina pura administrado en forma oral:

Me habría gustado, y estaba esperando, tener un día de excitación visual, pero parece que fui incapaz de escapar al auto-análisis… Aprendí muchas cosas acerca de mí mismo y de mi trabajo interior… Comencé a cobrar conciencia de un punto, una brillante luz blanca, que parecía ser por donde Dios estaba entrando, y era inconcebiblemente maravilloso percibirla y estar cerca de ella. Uno deseaba con todo el corazón que se aproximara. Pude entender por qué la gente se sienta y medita durante horas sólo con la esperanza de que esta poca de luz los contacte. Supliqué que continuara acercándose. Pero no lo hizo. Se desvaneció y no regresó en esa forma particular durante el resto del día. Escuchando el Requiem de Mozart encontré magníficas crestas de belleza y gloria. El mundo estaba tan lejos de Dios, y nada era más importante que volver a entrar en contacto con Él. Pero vi como creamos el fiasco nuclear para amenazar la existencia del planeta, como si fuera sólo a través de la amenaza de la aniquilación completa como la gente podría despertar y comenzar a preocuparse por los demás… Un efecto remarcable de esta droga es la extrema empatía que se siente por todas las cosas pequeñas; una piedra, una flor, un insecto. Creo que sería imposible dañar a alguien -cometer un acto dañino o doloroso sobre alguien o algo está más allá de las capacidades de uno. Ni siquiera se puede cortar una flor… Terminé la experiencia sintiendo que había pasado por muchas cosas, que había logrado algo importante. Me sentía maravillosamente, libre y despejado. (23)

Antonio Escohotado (6) advierte que el malviaje no está descartado. Asegura que la personalidad autoritaria, la paranoica, la marcadamente depresiva u obsesiva, la pusilánime y la muy ambivalente tienden a asimilar mal todos o algunos momentos de la excursión psíquica.

A nivel físico, tras la ingestión aumenta el ritmo cardiaco y respiratorio, las pupilas se dilatan y ocasionalmente se experimentan náuseas y vómito debido al sabor amargo del cacto. Puede presentarse también un dolor de cabeza pasajero. No hay reportes sobre daños ocasionados por el consumo prolongado de peyote.

Potencial de dependencia

La tolerancia es prácticamente nula si las dosis se espacian un mes como mínimo. Sólo tras años o décadas de administraciones mensuales o quincenales, la dosis puede doblarse o triplicarse. No hay indicios de que el consumo de peyote genere adicción física o psicológica.

¿Qué hacer en caso de emergencia?

Una sobredosis ocasiona arritmias peligrosas por lo que debe considerarse como urgencia médica. Los efectos de un mal viaje pueden ser suavizados con 20 mg de diacepam (Valium®) o suspenderse con 50 mg de clorpromazina (Largactil®) o haloperidol (Haldol®).

HECHOS INTERESANTES

Régimen legal actual

El cultivo del peyote está prohibido; su principal alcaloide, la mezcalina pertenece a la Lista I. En la práctica esto significa que si no eres un indígena norteamericano perteneciente a la Native American Peyote Church, institución protegida por el derecho a la libertad de culto, no puedes cultivar, comerciar o consumir peyote en territorio estadounidense. En el caso de México, aunque no hay excepciones legislativas formales, el gobierno se muestra tolerante únicamente con ciertos grupos indígenas que pueden recogerlo y consumirlo en lugares de difícil acceso propios de su geografía teológica. El resto de la población está sujeta a la aplicación de la ley (o a la extorsión).

En el caso de la legislación mexicana en materia de drogas, de acuerdo a las Tablas de penas previstas en el artículo 195 bis del Código Penal para el Distrito Federal en materia común y para toda la República en materia federal, portar menos de 2.5 gramos de mezcalina se considera como consumo personal y no se aplica ninguna sanción, según el artículo 199 del mismo código. Una cantidad mayor se considera como tráfico y sí está sujeta a penalización, dependiendo de la cantidad (consultar las tablas). Una dosis media de mezcalina consignada en esta página de Las drogas tal cual... es de 500 a 800 mg, así es que el margen es bastante amplio.


El Santo Oficio contra la planta que hace que los ojos se maravillen

Aunque el ceremonial del peyotl fue proscrito por una instrucción del Santo Oficio español en 1638, su represión fue cada vez más extrema porque no se podía extirpar. El Padre Andrés Pérez de Rivas, jesuita del siglo XVII, denunciaba a sus superiores que los indígenas de Sinaloa consumían el cacto regular y clandestinamente. En 1760, más de un siglo después de la prohibición cristiana, ciertos manuales para la confesión de los conversos incluían preguntas como estas:

¿Has comido carne de hombre? ¿Has comido peyote? ¿Eres tú adivino? ¿Has anunciado eventos futuros mediante la lectura de augurios, interpretando sueños o trazando figuras en el agua? ¿Has adornado con guirnaldas de flores los sitios donde hay ídolos? ¿Has chupado la sangre de otros? ¿Has caminado durante la noche convocando la ayuda de los demonios? ¿Has bebido peyote o se lo has dado a beber a otros para descubrir secretos o el lugar donde se encuentran objetos perdidos o robados? (22)


A la caza del peyote

Los huicholes identifican al peyote con el venado y emprenden una auténtica cacería anual para obtener hikuri. Estas peregrinaciones culminan en Wirikuta, una región cercana a Real de Catorce en San Luis Potosí. En la geografía huichola Wirikuta es el centro del mundo, el lugar de los dioses antepasados, el sitio donde se origina la vida sagrada de la tribu. Hasta no hace mucho sus antepasados caminaban unos 300 kilómetros para llegar allí. Aunque actualmente buena parte del trayecto la hacen en vehículos, el viaje sigue siendo largo y pesado.

En 1960 un grupo de antropólogos recibió autorización de los huicholes para acompañarlos en algunos de sus viajes. Gracias a ello sabemos que un experimentado mara'akame o chamán, que está en contacto con Tatewari (Nuestro Abuelo Fuego) es quien guía el viaje. Tatewari, conocido también como Hikuri, el dios peyote, es la deidad huichola de mayor antigüedad. Tatewari condujo la primera peregrinación del peyote a Wirikuta y los participantes siguen sus pasos a fin de "encontrar su vida".

La preparación para emprender la cacería incluye la confesión y la purificación rituales. Al llegar ante las sagradas montañas de Wirikuta, los peregrinos reciben un baño ritual y realizan plegarias en favor de la fertilidad y la lluvia; posteriormente el chamán inicia una serie de prácticas ceremoniales, relata historias sobre la antigua tradición del peyote, invoca protección para lo que ha de venir y conduce a los participantes hasta los "umbrales cósmicos" donde sólo él puede ver las huellas del venado. Cuando localiza el peyote, lanza una flecha que va a dar al cacto. Entonces se lleva a cabo una ofrenda y todos buscan más peyote y llenan varias canastas para compartirlo con los que se quedaron en casa y para vendérselo a coras y tarahumaras que, aunque usan el peyote, no suelen ir en su búsqueda. Por la noche tiene lugar el rito a través del cual los cazadores del peyote entran en contacto con las Primeras Gentes. Se colocan cuatro flechas apuntando hacia los cuatro puntos cardinales y justo a la media noche se enciende una fogata.

El chamán bendice tabaco tocándolo con plumas antes de distribuirlo entre los participantes. Después de fumar tabaco, cada uno ingieren entre 8 y 13 gajos de hikuri. Todos encienden velas y murmuran plegarias mientras el chamán se comunica con los elementos y maneja kupuri (fuerza de energía vital). Se inicia entonces "el peligroso tránsito hacia el otro mundo". Este paso consta de dos etapas: "la primera es el puente hacia las nubes estruendosas y la segunda, la separación de las nubes. Esto no representa un lugar en la Tierra sino que pertenece a la "geografía de la mente"; para los participantes, pasar de una etapa a otra es un evento lleno de emoción… la cacería del peyote es un regreso a Wirikuta, al paraíso, al arquetípico principio y final de un pasado mitológico." (22)

Un chamán huichol busca entrar en contacto con la divinidad a fin de obtener visiones del pasado que le permitan adquirir conocimiento para orientar su vida y ayudar a los demás. Su meta última es un clarísimo ejemplo de sabiduría: dejar de contactar a la divinidad a través del peyote, toda vez que aprenda a quedarse con él en su interior.

A sus más de ochenta años un renombrado chamán huichol, Don José Matsúwa, le confió a su aprendiz Prem Das: "El camino del mara'akame [chamán] nunca termina. Yo soy un viejo y sin embargo sigo siendo un nunutsi [bebé] frente al misterio del mundo." Ramón Medina Silva, otro chamán huichol entrevistado por la antropóloga Barbara Myerhoff, dice: "Todos nuestros símbolos, el venado, el peyote, el maíz de cinco colores, todos los que has visto ahí en Wirikuta, cuando vamos a cazar el peyote, son bellos. Y son bellos porque son verdaderos." (22)


Viaje a la Sierra Tarahumara

Entre los tarahumaras, la danza del peyote puede realizarse en cualquier época del año, por motivos de salud o prosperidad de la tribu. En ocasiones se incorpora a otras fiestas ya establecidas. La parte principal de la ceremonia consiste en una serie de bailes y rezos precedidos y seguidos por un día de ayuno. Se realiza en un área despejada donde se colocan leños de roble y pino orientados en dirección este-oeste para posteriormente encender una fogata. El guía es secundado por varias mujeres encargadas de moler el cacto fresco en metates. El guía se ubica al oeste del fuego, frente a él hay un pequeño hoyo en el que se coloca el peyote cubierto con una jícara que sirve como caja de resonancia de un raspador. El peyote está bajo la caja de resonancia "porque le gusta el sonido". Las canciones que se entonan durante la ingestión alaban al peyote por la protección que brinda a la tribu.

Los rituales curativos son bastante distintos. El chamán tarahumara cura al amanecer. Después de haber ingerido peyote y bailado buena parte de la noche, termina la danza con tres golpes seco. Todos los asistentes que han estado haciendo lo mismo, se detienen. El chamán se yergue acompañado por un joven asistente y camina en círculo bendiciendo con agua la frente de todos los participantes. Entonces toca tres veces al enfermo con su bastón mientras golpea el suelo también tres veces. El polvo que se levanta es considerado un poderoso dador de vida y se recupera para uso medicinal. El rito culmina cuando el chamán envía al espíritu del peyote de vuelta a su lugar, para ello abre sus brazos al incipiente sol y golpea tres veces el suelo con sus pies: "Una vez que el espíritu del peyote ha concedido sus bendiciones, se convierte en una bola y vuela de regreso a su refugio." (2)

Tras algún tiempo en contacto con su cultura y sus tradiciones, el poeta francés Antonin Artaud consiguió ser invitado sus ceremonias. Tiempo después consignaría sus experiencias en Viaje al país de los tarahumaras. Allí relata que antes de probar el peyote en medio de un ritual de sanación bastante elaborado, escuchó en boca de uno de sus anfitriones esta sencilla y magnífica recomendación:

El que verdaderamente ha bebido ciguri, HOMBRE y no FANTASMA indeterminado, sabe cómo están hechas las cosas y no puede ya perder la razón porque es Dios el que está en sus nervios y desde allí lo conduce. Pero beber ciguri es justamente no exceder la dosis porque ciguri es lo infinito, y el misterio de la acción terapéutica de los remedios está ligado a la proporción que nuestro organismo absorbe. (2)


Las tribus norteamericanas y la fundación de la Native American Peyote Church

Son más de 40 las tribus de indígenas que en diversas partes de Estados Unidos y Canadá emplean el peyote con fines religiosos. Parece ser que los kiowas y los comanches fueron los primeros en introducir el uso sacramental de este cacto después de haber visitado a los indígenas del Norte de México. Como es bien sabido, los indígenas de Estados Unidos se han visto obligados a vivir en reservaciones desde la última mitad del siglo XIX y gran parte de su herencia cultural ha desaparecido.

Se cuenta que antes de este inevitable desastre, varios líderes indios, especialmente los de las tribus ubicadas en Oklahoma, empezaron a propagar en forma activa "un nuevo culto del peyote que se adapta a las necesidades de los grupos indígenas más avanzados de los Estados Unidos." (22) La exitosa propagación del culto generó una fuerte oposición entre los misioneros y los grupos locales del gobierno. La ferocidad de esa oposición alentó a los gobiernos locales a promulgar legislaciones represivas. Como bien observa Brau: "los propagadores del Peyote Cult, al incitar a buscar a la divinidad en el interior de sí mismo, no podían sino ganarse los anatemas de los defensores de una religión oficial, que identifica las leyes de Dios con las del Estado para justificar la perennidad de una sociedad expansionista." (4)

Con la intención de protegerse, cerca de cincuenta tribus se unieron en 1918 para fundar la Native American Peyote Church, cuya meta es "Proteger y promover la creencia en el Todopoderoso, estimulando la moralidad, la sobriedad, la industriosidad y el correcto vivir, mediante un uso sacramental del peyote." En la actualidad se afirma que sus miembros sobrepasan los 250,000 y han conseguido que el gobierno más poderoso del mundo les reconozca su derecho a consumir peyote como una extensión del derecho a la libertad de culto que protege la Constitución estadounidense. Gracias a ello, los miembros de esta iglesia pueden cultivarlo, adquirirlo y distribuirlo legalmente.

Las ceremonias religiosas varían de una tribu a otra, entre los comanches de Oklahoma, por ejemplo, el culto se celebra en un tipi especial cuya puerta está orientada hacia el Este. En el interior hay un altar rudimentario hecho con arcilla en forma de media luna con las puntas mirando también hacia el Este. El chamán del culto es el Roadman (Hombre del Camino) o el Kapana karigwapi (Jefe Sentado del Oeste), que recibe ayuda del Kotowapi, (Guardían del Fuego) y el Tiroyawapi (Jefe del Cedro). Los instrumentos rituales están constituidos por una serie de tambores metálicos, calabazas que contienen grava y un silbato de madera o de hueso de águila. La ceremonia comienza al ponerse el sol. El jefe entra al tipi y se sienta al Oeste. Los demás participantes entran después de él, se orientan hacia el Sur y se trasladan de izquierda a derecha hasta encontrar un lugar desocupado. El Guardián del fuego lo mantiene ardiendo entre el altar de arcilla y la puerta. Tras el canto de introducción a la ceremonia, se suceden los demás cánticos acompañados por los tambores y la calabaza, instrumentos que van pasándose de mano en mano en el sentido de las agujas del reloj. Lo mismo ocurre con los mezcal-buttons que se consumen desde la apertura de la ceremonia hasta la media noche.

Las plegarias y cánticos terminan al amanecer, hora en que los participantes comparten un sustancioso desayuno antes de disgregarse para ir a cumplir sus respectivas obligaciones "con el alma en paz, y jubilosos de haber sentido entrar en sí a la divinidad." (4)

El antopólogo Weston Labarre, autor de El culto al peyote, piensa que "Acaso los aficionados al peyote hagan suya la frase del jefe comanche Quanah Parker, que alude a la superioridad del culto del peyote sobre el cristianismo: El hombre blanco va a la iglesia y habla de Jesús; pero el indio va a su tipi y habla a Jesús." (15)



Testimonios de la Iglesia Nativa Americana

Reuben Snake y Huston Smith compilaron el libro One nation under God: The triumph of the Native American Church (Santa Fe, Clear Light Publishers, 1996) que se originó con la finalidad política de ayudar a conseguir el derecho al uso sacramental del peyote, derecho que el Congreso aprobó antes de que el libro llegara a la imprenta, por lo que dicha publicación finalmente se convirtió en una celebración de la victoria de los nativos americanos y un testimonio del impresionante movimiento que promovieron para conseguir su meta.

En un libro posterior, La percepción divina: el significado religioso de las substancias enteógens (29), Huston Smith cuenta que su contribución al libro que realizó con Snake consistió en entrevistar a miembros de la Iglesia Nativa Americana (INA) acerca de lo que significaba para ellos dicha iglesia para mostrar cómo la fe que generan los enteógenos puede alcanzar proporciones que han requerido cierta institucionalización, aunque sólo sea de forma descentralizada y congregacionista como en el caso de la INA.

Estos son algunos de los testimonios que Smith reprodujo allí:


Voy a cumplir noventa y cuatro años, de modo que si quieren un ejemplo de alguien que haya tomado peyote toda su vida, creo que yo soy ese... Mi gente lo usa y encuentra guía espiritual. Cuando me siento en el tipi y comparto la medicina, me concentro y pienso cuánto deseo ser bendecido y en quién quiero rezar. El mundo exterior desaparece. Me siento humilde y los buenos pensamientos que acuden a mi mente me ayudan. [Truman Dailey, oto de Mussouri]

Esto es todo lo que sé. Cuando empecé a ingerir esta medicina empecé a verlo todo. Ya no discutía con nadie. Ya no enfadaba con nadie. Eso es todo. Cuando empecé a tomar esta medicina empecé a pensar siempre en el Gran Espíritu, cada día. [Una menomini de setenta años]

He vivido una vida de sobriedad durante veintitrés años. No fumo como solía hacer. No bebo alcohol ni consumo ningún tipo de droga, por la vida que llevo ahora en la iglesia nativa americana. Esto es lo que ha hecho por mí, por mi familia y parientes de ambos lados: mis cuñados winnebago, mis parientes sioux, mis familiares menomini, los creek, seminola, ottawa y iowa, mi gente que está en casa en Oklahoma. [Johny White Cloud, oto de Missouri]

Cuando tomé peyote por primera vez me puse muy mal. Parecía como si hubiera vomitado varias botellas de whisky, varios rollos de tabaco y dos bulldogs. Esta acumulación de porquería representaba todos los pecados que había cometido. Con su expulsión me volví puro y limpio ante los ojos de Dios y sabía que si continuaba tomando peyote seguiría en esa condición. Me transformé en un hombre nuevo. [Un winnebago]

Con los años el peyote me ha enseñado muchas cosas, aunque en realidad ha sido Dios quien lo ha hecho através de él. [Andy Kozard, kiowa]

El jefe Peyote nos dice que nuestras reuniones son para hacer que seamos mejores indios, que seamos amigos y que dejemos de luchar. Cuando comemos peyote sentimos un cálido resplandor hacia los demás en nuestros corazones, como si ellos fueran nuestros hermanos. [Ralph Kochampanaskin]

Mi corazón estaba lleno de pensamientos asesinos cuando tomé peyote pot primera vez. Quería matar a mi hermano y a mi hermana. Todos mis pensamientos se centraban en pelear. Algún espíritu del mal me había apresado. Hasta quería matarme a mí mismo. Cuando tomé esta medicina todo cambió. Empecé a querer a mi hermano y a mi hermana, a quienes quería matar. Esto es lo que la medicina ha hecho por mí. [John Rave]

Nunca he visto colores ni he experimentado alucinaciones de ningún tipo cuando he tomado peyote. Lo que siento es que estoy sentada al lado mismo de Dios Creador. Me comunico con Él. Por supuesto no está físicamente, pero espiritualmente puedo sentir que está cerca de mí. Y cualquier cosa que pido en mis rezos siento que me oye... Parte de la experiencia de estar cerca de Dios es que la medicina te saca las cosas malas que llevas dentro. Si tienes malos pensamientos o si estás bajo de estado de ánimo, generalmente lo verás todo claro. De este modo, si no vives bien tu vida, el peyote te purifica. Te ayuda a limpiar tu espíritu... [Patricia Mousetail Rusell, chayene del sur]

El peyote es mi Biblia. Sé lo que he de hacer y lo que no he de hacer. Cuando tomo ese peyote, me siento humilde y respetuoso en todo momento. El peyote no es como un narcótico. Cuando lo comes, tu mente se enfoca en el Gran Espíritu. [Larry Etsitty, navajo] (29)


Aldous Huxley abre las puertas de la percepción al movimiento psiquedélico

Louis Lewin publicó en 1924 Phantastica un libro acerca de las drogas psicoactivas que hoy conocemos como enteógenos o visionarios para las cuales Lewin acuñó el término "phantastica". En este libro había un capítulo dedicado al peyote. La versión en inglés se publicó en Londres en 1931. Aldous Huxley, filósofo y escritor inglés, autor de Un mundo feliz, leyó la traducción de Phantastica y su entusiasmo por lo allí referido lo condujo a experimentar con la mezcalina en 1953 bajo la guía del psiquiatra canadiense Humprey Osmond.

Sus experiencias quedaron inmortalizadas en un ensayo que pronto se volvería un clásico: Las puertas de la percepción, publicado un año después.

Tras explicar detalladamente su experiencia, Huxley reflexionaba acerca de la ancestral necesidad humana de tomar "vacaciones químicas" para escapar de la propia personalidad y el ambiente hostil o aburrido en el que la gente habita comunmente: "alcohol y 'píldoras buenas' en el moderno Occidente, alcohol y opio en el Este, hachís en el mundo musulmán, alcohol y marihuana en América central, alcohol y coca en los Andes, alcohol y barbitúricos en las regiones más modernas". (13)


En su opinión, ya que éstos no son hechos exepcionales sino comunes en nuestras sociedades, le parecía mejor que las vacaciones químicas se realizaran con drogas como la mezcalina para sacar algún provecho de la experiencia. A sus ojos, "la mayoría de los usuarios de mezcalina experimentan sólo la parte paredisiaca de la esquizofrenia" y el alcaloide "sólo trae el infierno y el purgatorio a aquellos que han tenido enfermedades recientes, o que sufren de depresiones cíclicas o ansiedad crónica".

Huxley sostenía que era posible alcanzar a través de los estados místicos un conocimiento cósmico y más rico de lo que el hombre, con sus simples circuitos cerebrales, era capaz de conseguir y creyó encontrar en la mezcalina lo que buscaba: una llave para la ampliación del conocimiento y la conciencia.

Esto es lo que concluyó en Las puertas de la percepción, cuyas ideas influyeron a toda una generación que se lanzó a experimentar por su cuenta y riesgo:

No soy tan tonto como para igualar lo que pasa bajo los efectos de la influencia de la mezcalina o cualquier otra droga, preparada o preparable en el futuro, con la realización del fin y el propósito último de la vida humana: la iluminación, la Visión Beatífica. Todo lo que estoy sugiriendo es que la experiencia con mezcalina es lo que los teólogos católicos llaman "una gracia gratuita", no necesariamente la salvación, pero una ayuda potencial que hay que aceptar agradecidamente, si está disponible. Ser sacudido fuera de las raíces de la percepción ordinaria, que se le enseñen a uno durante unas pocas horas sin tiempo el mundo interior y el mundo exterior -no como aparecen a un animal obsesionado con la supervivencia o a un humano obsesionado con las palabras y los conceptos, sino como son aprehendidos, directa e incondicionalmente, por la Gran Mente- es una experiencia de inestimable valor para todos y especialmente para los intelectuales. (13)

Después de escribir este ensayo, Huxley probó la LSD, lo que supuso una experiencia aún más profunda para él y consideró que con esta droga podría alcanzarse una inteligencia mayor, más capacidad de amar y más espiritualidad, por lo que tras publicar un segundo ensayo, Cielo e infierno, donde relataba sus nuevas experiencias y profundizaba en sus anteriores reflexiones, se convirtió en el líder de una revolución cultural que penetró numerosos ámbitos sociales

Enlaces externos modificados[editar]

Hola,

Acabo de modificar 1 enlaces externos en Lophophora. Por favor tomaos un momento para revisar mi edición. Si tenéis alguna pregunta o necesitáis que el bot ignore los enlaces o toda la página en su conjunto, por favor visitad esta simple guía para ver información adicional. He realizado los siguientes cambios:

Por favor acudid a la guía anteriormente enlazada para más información sobre cómo corregir los errores que el bot pueda cometer.

Saludos.—InternetArchiveBot (Reportar un error) 21:49 15 feb 2020 (UTC)[responder]

Enlaces externos modificados[editar]

Hola,

Acabo de modificar 1 enlaces externos en Lophophora. Por favor tomaos un momento para revisar mi edición. Si tenéis alguna pregunta o necesitáis que el bot ignore los enlaces o toda la página en su conjunto, por favor visitad esta simple guía para ver información adicional. He realizado los siguientes cambios:

Por favor acudid a la guía anteriormente enlazada para más información sobre cómo corregir los errores que el bot pueda cometer.

Saludos.—InternetArchiveBot (Reportar un error) 00:28 1 abr 2020 (UTC)[responder]