Discusión:Theodore Roosevelt

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La primera esposa de Theodore (primera dama) se llamaba ALICE hATHAWAY LEE. MARRIED 10/ 27 /1880, DIED 1884. — El comentario anterior sin firmar es obra de 75.74.161.115 (disc.contribsbloq). KETAMINOScrībe mihi 12:09 29 dic 2009 (UTC)[responder]


Propongo añadir el siguiente texto:

THEODORE ROOSEVELT Y EL NUEVO IMPERIALISMO. En una primera fase la expansión continental de las primitivas trece colonias de Nueva Inglaterra se hizo sobre territorios de los imperios francés (compra de Luisiana a Napoleón en 1803), británico (guerra de 1812), español (compra de Florida en 1819), y posesiones de los indígenas americanos (derrota de las tribus del sureste y traslado forzoso al llamado Territorio Indio); apoderarse de Texas (1845) además de California y Nuevo México (1846-1848) fue el resultado de la guerra contra México, que poseía los territorios del suroeste desde su independencia de España en 1921. Tras el cierre de la frontera (el fin de la expansión hacia el oeste) Estados Unidos comienza un nuevo tipo de dominación imperial: dirige sus ambiciones expansionistas hacia el Caribe, el Pacífico y el istmo centroamericano, donde toma especial importancia la apertura de una vía rápida para acceder a los mercados asiáticos evitando el cabo de Hornos. Si esa primera fase expansiva era la culminación de un designio divino (núcleo de la ideología del "destino manifiesto"), el nuevo imperialismo se apoyó en las tesis de autores como W. H. Seward y F.J. Turner sobre la necesidad de abrir una nueva frontera extracontinental, y Brooks Adams -autor de "La ley de la civilización y la decadencia"- sobre las virtudes del expansionismo para quebrar la acechante "decadencia". La administración del presidente W. McKinley proclamó a Brooks Adams su profeta, y durante la presidencia de Theodore Roosevelt (1901-1908) la política del «gran garrote» se convirtió en el símbolo de la voluntad hegemónica de Estados Unidos.

SUPERIORIDAD RACIAL Y CIVILIZADORA. El consenso social era muy amplio acerca de que el derecho al sufragio y a la propiedad era exclusivo de los blancos europeos protestantes frente a los nativos americanos, los esclavos negros y cualquier otro pueblo considerado inferior por raza, religión y cultura. Tras el periodo reformista que concluyo con la guerra civil, las tesis de los supremacistas blancos acerca de la superioridad racial y civilizadora de las naciones arias se revitalizaron, cultivadas por teóricos como J.W. Burgess, profesor de Theodore Roosevelt. En los cuatro tomos de El vencedor del Oeste (The Winning of the West,1889–1896), Roosevelt llega a la conclusión de que "una guerra racial hasta el final era invetable", y que "el desarrollo americano representa la culminación de esta vigorosa historia de crecimiento racial". Roosevelt argumenta que las duras condiciones de la frontera crearon una nueva raza de Americanos que reemplazaron a una raza inferior: "scattered savage tribes, whose life was but a few degrees less meaningless, squalid, and ferocious than that of the wild beasts with whom they held joint ownership"; y también, "the conquest and settlement by the whites of the Indian lands was necessary to the greatness of the race and to the well-being of civilized mankind". Convencido de un "modelo evolutivo" según el cual la sustitución de poblaciones humanas por otras ("razas") es inevitable consecuencia de la evolución natural -tesis del "Darwinismo social"-, Roosevelt militó en el supremacismo anglosajón ("anglosajonismo"): "The settler and pioneer have at bottom had justice on their side; this great continent could not have been kept as nothing but a game preserve for squalid savages". "The most ultimately righteous of all wars is a war with savages". "American and Indian, Boer and Zulu, Cossack and Tartar, New Zealander and Maori, — in each case the victor, horrible though many of his deeds are, has laid deep the foundations for the future greatness of a mighty people". "..it is of incalculable importance that America, Australia, and Siberia should pass out of the hands of their red, black, and yellow aboriginal owners, and become the heritage of the dominant world races". "The world would have halted had it not been for the Teutonic conquests in alien lands; but the victories of Moslem over Christian have always proved a curse in the end. Nothing but sheer evil has come from the victories of Turk and Tartar".

UNA ESPLÉNDIDA GUERRITA EN CUBA, FILIPINAS, PANAMÁ Y EL GRAN GARROTE. Cuando 300 banqueros -representantes de los inversionistas de Estados Unidos en Cuba- solicitaron la intervención en Cuba, que estaba siendo sacudida por la revolución (1895 a 1897), el presidente McKinley amenazó a España con intervenir si no era capaz de restablecer el orden. El Tribunal de Instrucción norteamericano consideró culpable a España de la explosión del acorazado Maine, y cuando las gestiones para comprar Cuba fracasaron la guerra fue presentada como inevitable. Roosevelt, que ocupaba la subsecretaría de Marina, organizó el Primer Regimiento de Voluntarios de Caballeria, los Rough Riders, formado por vaqueros, policías de Nueva York, universitarios de Princeton y Harvard y algunos indios. Su comandante,Leonard Wood -el «doctor guerrero»- era conocido por su campaña contra Gerónimo. Un millon de voluntarios, banderas agotadas, y una avalancha de patriotismo saludaron la declaración de guerra. La guerra podía suturar los desgarrones producidos por la guerra civil y por la guerra social de 1890. Además de los soldados afroamericanos que servían en las guerras contra los indios, los famosos «soldados búfalo», diez mil voluntarios negros se unieron al desembarco en Cuba: pero ni siquiera en el campo de batalla pudieron escapar a la segregación. La conexión retórica entre bandera y dinero, entre patriotismo y capital, había sido expuesta un par de años antes por McKinley: "...this year is going to be a year of patriotism and devotion to country. I am glad to know that the people in every part of the country mean to be devoted to one flag, the glorious Stars and Stripes; that the people of this country mean to maintain the financial honor of the country as sacredly as they maintain the honor of the flag". La guerra USA-España de 1898 se presentó en su tiempo como la más moral y altruista de las guerras. Ademàs, el término prensa amarilla se acuño para definir el estilo manipulador y sensacionalista del New York Journal de William Randolph Hearst y el New York World de Joseph Pulitzer, que alentaron la guerra desde sus páginas, imputando a los españoles crímenes horribles contra las mujeres. Theodore Roosevelt eligió la canción There'll Be a Hot Time in the Old Town Tonight como himno de los Rough Riders:

Come along, get you ready Wear your bran', bran' new gown For there's gwine to be a meeting In that good, good old town Where you knowded everybody And they all know - ded you And you've got a rabbit's foot To keep away de hoo-doo. When you hear that the preaching does begin Bend down low for to drive away your sin And when you gets religion, you want to shout and sing There'll be a hot time in the old town tonight, My baby CHORUS: When you hear dem a bells go ding ling ling All join 'round and sweetly you must sing And when the verse am through in the chorus all join in There'll be a hot time in the old town tonight. There'll be girls for ev'ry body: In that good, good old town, For there's Miss Consola Davis And there's Miss Gondolia Brown And there's Miss Johanna Beasly She am dressed all in red, I just hugged her and I kissed her And to me then she said: Please oh please, oh do not let me fall, You're all mine and I love you best of all, And you must be my man, or I'll have no man at all, There'll be a hot time in the old town tonight, My baby,

La victoria en Cuba, la toma de Puerto Rico y de Manila, llevaron a España a firmar el protocolo de paz cediendo Puerto Rico y Guam, en Washington el 12 de agosto de 1898. El proceso de paz fue cerrado con la firma de la regente Maria Cristina el 19 de marzo de 1899, aceptando los 20 millones de dólares que Estados Unidos ofreció a España por Filipinas. Cubanos, filipinos y puertorriqueños fueron excluidos del proceso de paz. En cuba, Estados Unidos no reconoció ni la independencia ni el gobierno provisional, optando por ocupar militarmente la isla de 1899 a 1902, antes que dejarla en manos de los cubanos, a los que consideraban, analfabetos, ladrones y, en su mayoría, negros o mestizos. Con cincuenta mil muertos la guerra para España fue un desastre, mientras que para Estados Unidos esta “espléndida pequeña guerra” -como escribiera John Hay a Theodore Roosevelt- significó el comienzo del imperio estadounidense en ultramar. Cuba perdió su independencia antes de haberla obtenido. Bajo la presión de la ocupación militar, Cuba “liberada” debe incorporar un apéndice a su Constitución, la enmienda Platt, aprobada por el Senado estadounidense en 1901. En virtud de dicha enmienda, La Habana debe aceptar el derecho de intervención de Estados Unidos para “preservar la independencia cubana” (sic), y mantener un gobierno que proteja “la vida, la propiedad y las libertades individuales”. “Con el fin de cumplir con las condiciones requeridas por Estados Unidos para mantener la independencia de Cuba y proteger a su pueblo, así como para su propia defensa -señala asimismo el documento- el gobierno de Cuba venderá o alquilará a Estados Unidos el territorio necesario para el establecimiento de depósitos de carbón o de estaciones navales en algunos puntos determinados (...)”. Así nace la base de Guantánamo. Estados Unidos intervino militarmente en Cuba en 1906, 1912 y 1917. Protectorado estadounidense hasta 1934, los cubanos cambiaron el declinante imperio español por una serie de gobernantes marionetas respaldados por EEUU, mientras que Filipinas, Puerto Rico, Guam y Hawai proporcionaron bases para la flota. La actualización de la doctrina Monroe confirma a Estados Unidos como potencia dominante en el Caribe y Centroamérica, garantizándose un acceso fácil a los mercados asiáticos, objetivo que tras la guerra civil y las décadas de rápida industrialización sustituye a la conquista de territorios. Con la anexión como destino, EEUU se negó a permitir la entrada de sus aliados filipinos en Manila, y vetaron el reconocimiento de la República de Filipinas lanzada pr los partidarios de Emilio Aguinaldo. CuAndo la derrota les obligó a pasar a la guerrilla, las tropas estadounidenses iniciaron un combate brutal contra la población civil, una guerra como la que habían practicado contra los nativos americanos que motivó la constitución de Ligas Antiimperialistas en varias ciudades de EEUU y la protesta de Mark Twain en su famosos ensayo To the Person Sitting in the Darkness. McKinley basó su dominio colonial en Filipinas en la inferioridad racial y cívica de los filipinos: no quedaba otra alternativa "que hacernos cargo de ellos y educarlos, elevarlos, civilizarlos y cristianizarlos". Con estos planteamientos, la larga guerra de contrainsurgencia en Filipinas fue tratada como una guerra contra los indios (cerca del 90% de los generales en servicio en Filipinas habían luchado en las guerras indias), a los que -como señalara Theodore Roosevelt- "cuando estuvieran maduros para el autogobierno se les garantizaría la igualdad, pero no hasta entonces...". La ley del Gobierno Filipino aprobada el 1 de julio de 1902 hizo de las islas Filipinas un «territorio no incorporado» bajo el control soberano de Estados Unidos. El capitalismo americano necesitaba una base para defender sus intereses comerciales y promover su expansión hacia China, en dura competencia con los imperios británico, alemán y japonés. Incluso después de su independencia formal en 1946, Filipinas siguió siendo una base de primer orden para el imperialismo, especialmente durante la guerra de Vietnam. La herencia de atraso, pobreza, desigualdad social y grave deterioro ambiental que muestra el archipiélago de las Filipinas en la actualidad es también la herencia de ese periodo conocido como «nuevo imperialismo».

Los planes de construcción de un canal en Centroamérica aumentaban el interés de tomar Cuba. El 29 de junio de 1902 el Congreso estadounidense ratifica la decisión del Presidente Theodore Roosevelt de comprar a los accionistas franceses por 40 millones de dólares su parte en la compañía que pretende construir el canal. Colombia, que además de accionista mantiene la soberanía del territorio, no es tenida en cuenta. El 3 de noviembre de 1903 los separatistas panameños declaran la independencia en base a una Constitución redactada en EEUU, gesto reforzado por el desembarco de tropas estadounidenses. Panamá se convierte en un protectorado de Estados Unidos, y bajo su jurisdiccion se inaugura el canal de Panamá el 15 de agosto de 1914, coincidiendo con el estallido en Europa de la Guerra Mundial. Entre 1908 y 1930 Estados Unidos estableció 14 bases militares convirtiendo a Panamá en una colonia norteamericana de facto. Para desempeñar un papel de liderazgo en la política internacional, Roosevelt impulsó un gran desarrollo de la marina, la Gran Flota Blanca, que mandó en un viaje a dar la vuelta al mundo (1907-1909) para mostrar la potencia de Estados Unidos en el Pacífico: "Speak softly and carry a big stick", de forma que el «gran garrote» se convirtió en el emblema de su política exterior. Un rosario de intervenciones en Venezuela, Nicaragua, Santo Domingo, Cuba, Alaska, salpicaron su presidencia. “La persistencia en conducirse mal o la incapacidad que lleva a un debilitamiento general de los lazos propios de una sociedad civilizada pueden finalmente tornar necesaria, tanto en América como en otro lugar, la intervención de cualquier nación civilizada. En el hemisferio occidental, la adhesión de Estados Unidos a la doctrina Monroe puede obligarlo, en casos flagrantes donde se encuentre frente a determinada mala conducta o a determinada incapacidad, a ejercer, aunque se resistiera a hacerlo, un poder internacional de policía”. Theodore Roosevelt lanzó en 1903 esta advertencia, conocida como «corolario Roosevelt» a la doctrina Monroe. Menos hipócrita, el presidente William Taft declara en 1912: “El hemisferio todo nos pertenecerá como de hecho ya nos pertenece moralmente en virtud de la superioridad de nuestra raza”.

REFORMISMO PROGRESISTA. En las elecciones para alcalde de Nueva York de 1886, el candidato de los sindicatos fue el economista Henry George, cuyo libro Progress and Poverty fue leido por decenas de miles de trabajadores; el Partido Demócrata nominó al empresario Abram Hewitt y los Republicanos nominaron a Theodore Roosevelt. Hewitt fue elegido con el 41% de los votos, George obtuvo un 31% y Roosevelt el 27%. Una década más tarde, en 1896, la victoria de William McKinley (el potente movimiento populista del National Allianze Farmers decidió apoyar al candidato del partido Demócrata), supuso el nombramiento de Theodore Roosevelt como subsecretario de la Marina que le abrió el camino hacia la guerra y la presidencia: elegido gobernador de Nueva York en agosto de 1898 y vicepresidente con McKinley en 1900, accedió a la presidencia con 42 años, tras el asesinato de McKinley en septiembre de 1901. La necesidad de buscar un nuevo equilibrio entre el capitalismo tradicional y las grandes corporaciones que emergen en esa fase del desarrollo capitalista marcan su presidencia. La llamada "era de la codicia" en los EEUU posteriores a la guerra civil se caracterizó, aparte de por grandes negocios sucios y corrupciones, por la aparición de los famosos Robber Barons (los barones ladrones), los ancestros de muchas de las actuales grandes fortunas en Norteamérica como John D. Rockefeller (petróleo), Andrew Carnegie (acero), J.P. Morgan (banca), Henry Clay Frick (carbón y acero), Meyer Guggenheim (minería), E.H. Harriman y Leland Stanford (ferrocarriles), que determinaban a su gusto la política de la nación tejiendo y destejiendo en el Congreso. Los monopolios desataron la ira popular que motivó al Congreso para que votara a favor de la Sherman Antitrust Act en 1890. El senador John Sherman explicaba la necesidad de conciiliar la crítica a los monopolios: "They had monopolies ... of old, but never before such giants as in our day. You must heed their appeal or be ready for the socialist, the communist, the nihilist. Society is now disturbed by forces never felt before...". Pero los esfuerzos para hacerla cumplir fueron mínimos: los tres presidentes que reinaron en los años 1890-1900 Benjamin Harrison, Grover Cleveland, y William McKinley — no se caracterizaron por hacer frente a los intereses de los "barones ladrones". La clase media urbana instruida, de origen anglosajón, protestante, denunciaba el peligro de las grandes corporaciones para la democracia norteamericana, la corrupción política y la falta de servicios en las ciudades. El nacimiento del periodismo de denuncia y obras como las del escritor socialista Upton Sinclair conmocionaron a la población. Para conciliar el igualitarismo republicano con la desigualdad generada por los monopolios, tanto Roosevelt como los presidentes que le sucedieron hasta la primera guerra mundial (William H. Taft y Wodrow Wilson) apoyaron la intervención del gobierno federal para regular los monopolios, democratizar la política con el fin de debilitar el poder de los corruptos aparatos de los partidos políticos, reformar y modernizar el Estado con una burocracia permanente y con nuevos cuadros de profesionales independientes, así como facilitar el acceso al consumo de masas por una gran mayoría. Estos fueron los ejes que caracterizaron el "reformismo progresista". La expansión económica permitió la construcción de un nuevo consenso social, fraguado entre clases medias, la nueva elite industrialista, trabajadores cualificados de las industrias punta y electores nuevos como las mujeres (aunque la concesión del voto femenino tuvo lugar tras la primera guerra mundial, el movimiento sufragista se convirtió en un movimiento de masas durante este periodo). Fueron excluidos del nuevo consenso, con una violencia proporcional a su firmeza, el mundo del trabajo organizado, el radicalismo político, los inmigrantes recientes y los afroamericanos en el sur, sometidos a la proscripción política y a la segregación racial. Aunque ya antes de 1900 las Leyes de Segregación indicaban que los liberales del norte estaban dispuestos a sacrificar al ciudadano negro en aras de la reconciliación de los blancos del norte y del sur, la guerra contra España y el nuevo imperialismo confirmaron esta reconciliación y facilitaron la aceptación del racismo en el norte como una "dominación civilizadora" sobre pueblos inferiores no blancos, una imagen fácilmente trasladable al sur doméstico. Roosevelt consideraba a la gran empresa no sólo como inevitable sino como la característica distintiva del capitalismo de Estados Unidos. Su objetivo de regular (no prohibir) los monopolios fue evolucionando hacia un estatalismo que el denominó "nuevo nacionalismo". Mientras que Roosevelt era partidario de una aplicación estatal de la Ley Sherman Antimonopolios (1890) una ley que consideraba a los sindicatos "combinaciones ilegales", y de la intervención directa del gobierno nacional en la regulación del mercado, Taft y Wilson eran partidarios de una intervención indirecta, dejando la autoridad al poder judicial. Por otra parte, Theodore Roosevelt legisló sobre la inspección, etiquetado y condiciones sanitarias de ganado y carnes (en gran medida debido al impacto del libro "The Jungle" del escritor socialista Upton Sinclair). Tras la ruptura con su antiguo partido el Partido Progresista liderado por Theodore Roosevelt llevó en su programa para las elecciones de 1912 las bases de un Estado del bienestar. Las elecciones fueron ganadas por el demócrata Wodrow Wilson con el apoyo formal del sindicalismo “apolítico” de la AFL, pero la campaña del nuevo partido de Roosevelt contribuyó a modernizar el contenido del liberalismo político.

EXPLOTACIÓN Y CONSERVACIÓN. Amante del boxeo y la taxidermia, desde niño dotado con una memoria fotográfica, devorador de libros, hiperactivo, T. Roosvelt escribió una treintena de libros de historia natural e historia naval, además de su autobiografía. Roosevelt alcanzó una reputación como gran intelectual nacional que le valió su nombramiento como presidente de la Asociación Americana de Historia. Durante la presidencia de Roosevelt se avanzó en la preservación de ciertos territorios considerados de especial valor paisajístiico o naturalístico: fue el primer presidente en poner en marcha el sistema de parques nacionales y reservas naturales, creando un sistema de bosques del Estado con una superficie de 170.000 km2. Trabajó con políticos conservacionistas como Gifford Pinchot, partidario de una explotación más eficiente de los recursos naturales, y con John Muir, preservacionista y fundador del Sierra Club, opuesto a la comercialización de la naturaleza más que partidario de una gestión eficiente de los "recursos naturales" convertidos en mercancía. En 1897 Pinchot autorizó la entrada de ganado ovino en las reservas forestales para aprovechar los pastos, desencadenando uno de los debates preservación versus explotación (mantenidos en revistas populares como Outlook, Harper's Weekly, Atlantic Monthly, World's Work, Century) que contribuyeron a alumbrar el moderno movimiento ecologista. — El comentario anterior sin firmar es obra de JMSAMOS (disc.contribsbloq). KETAMINOScrībe mihi 12:09 29 dic 2009 (UTC)[responder]

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