El regreso de Sabina

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El regreso de Sabina es una película venezolana de 1980 escrita y dirigida por el cineasta, escultor, apoderado taurino, escritor y empresario español Antonio García Molina, la cual significó su primer largometraje.

Sinopsis[editar]

Oscar Bermúdez es un reconocido arquitecto quien vive en la Isla de Margarita pero que aún no consigue superar el trauma causado por la muerte de su esposa, Sabina, en un accidente de tráfico hasta el día en que él conoce a una periodista muy parecida físicamente a la difunta y ambos comienzan a entablar una relación romántica pero, cuando van a consumarla, súbitamente ella es arrastrada hacia el mar por una extraña fuerza para luego emerger del mismo convertida en un pelícano y atacar a Oscar, lo que el viudo interpreta como una señal de que el espíritu de su mujer ha regresado.

Cuando Oscar aparece en su trabajo, al día siguiente, le cuenta a su secretaria y a su hombre de confianza el incidente pero ellos no se lo creen. Sin embargo el arquitecto continúa obsesionándose con el espíritu de Sabina y la secretaria (quien está enamorada en secreto de su jefe) trata por todos los medios de quitarle esa idea de la cabeza pero, poco a poco, todas las personas que pretenden descubrir la presencia de Sabina terminan siendo atacadas mortalmente por el ave hasta que, una noche, la secretaria descubre horrorizada que efectivamente Sabina sí ha regresado del más allá y está dispuesta a llevarse consigo a su marido a cualquier precio.

Elenco[editar]

Notas de la Producción[editar]

El estreno de esta película se llevó a cabo el 5 de noviembre de 1980 y recaudó 189.344,00 bolívares de la época.

La cinta fue filmada en su totalidad en las islas de Margarita, Coche y Cubagua, las cuales conforman el estado de Nueva Esparta, el único estado insular de Venezuela y el de menor superficie de ese país sudamericano.

Esta película significó el debut cinematográfico de la actriz, bailarina y cantante venezolana Herminia Martínez, quien se hizo famosa durante las décadas de 1970 y 1980 por interpretar, casi siempre, papeles de villanas en diversas telenovelas de la época.

Por otra parte, esta cinta significó uno de los últimos trabajos en donde participó el actor de carácter español Luis Calderón, quien vivió durante muchos años en Venezuela y también trabajó en diversas telenovelas producidas por Radio Caracas Televisión (como La usurpadora, Sacrificio de mujer, Raquel, La indomable y La Fiera, entre otras), ya que se retiraría del mundo del espectáculo para volver a su país natal, donde fallecería poco después.

Aunque esta película obtuvo en su época malas críticas y fue prácticamente ignorada por el público, posteriormente representaría a Venezuela en varios festivales internacionales de cine, entre ellos el Festival de Cine Imaginario y de Ciencia-Ficción de Madrid (IMAGFIC), España, donde obtendría el premio de Mención Especial de la Crítica.

Referencias[editar]

  • Equipo Cordillera, S.A., ed. (1982). Anuario iberoamericano de cine y televisión 1980-81, Volumen 2. Madrid. p. 337. ISBN 84-300-4904-5. 
  • Izaguirre, Rodolfo (1983). Cine venezolano: largometrajes. Caracas: Fondo Editorial Cinemateca Nacional / Fondo de Fomento Cinematográfico. p. 132. 
  • Equipo Reseña (1985). Cine para leer, 1984. Historia crítica de un año de cine. Bilbao: Mensajero Ediciones, S.A. p. 355. ISBN 978-842-71-1419-7. 
  • Tirado, Ricardo; Acosta Rubio, Dafne (2008). Amores públicos II. Caracas: Fundación para la Cultura Urbana. p. 139. ISBN 980-65-5379-9. 

Enlaces externos[editar]