Diferencia entre revisiones de «Evangelización en la Nueva España»

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Tres franciscanos llegaron en la expedición cortesiana, pero no sería hasta el 15 de mayo de [[1524]] cuando arribó al puerto de Veracruz el grupo de los llamados '''Doce primeros franciscanos''': [[Martín de Valencia]], Francisco de Soto, Martín de la Coruña, Juan Xuarez, Antonio de Ciudad Rodrigo, [[Toribio de Benavente]] (Motolinía), García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Jiménez, Andrés de Cordoba y Juan de Palos. Un interesante testimonio de su arribo y el primer contacto con los tlamatinime indígenas fue recogido de la tradición oral por [[Bernardino de Sahagún]] en sus ''Colloquios y doctrina christiana con que los doze frayles de San Francisco enbiados por el Papa Adriano Sesto y por el Emperador Carlos quinto convirtieron a los indios de la Nueva España en lengua Mexicana y Española''
Tres franciscanos llegaron en la expedición cortesiana, pero no sería hasta el 15 de mayo de [[1524]] cuando arribó al puerto de Veracruz el grupo de los llamados '''Doce primeros franciscanos''': [[Martín de Valencia]], Francisco de Soto, Martín de la Coruña, Juan Xuarez, Antonio de Ciudad Rodrigo, [[Toribio de Benavente]] (Motolinía), García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Jiménez, Andrés de Cordoba y Juan de Palos. Un interesante testimonio de su arribo y el primer contacto con los tlamatinime indígenas fue recogido de la tradición oral por [[Bernardino de Sahagún]] en sus ''Colloquios y doctrina christiana con que los doze frayles de San Francisco enbiados por el Papa Adriano Sesto y por el Emperador Carlos quinto convirtieron a los indios de la Nueva España en lengua Mexicana y Española''


''== Las ordenes mendicantes ==
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Aunque muchos monasterios han sido modificados añadiéndoles campanarios, naves laterales o plantas de cruz latina, la mayoría fueron construidos con una sola nave rectangular, ligeramente trapezoidal en el [[ábside]], con un techado de palma o [[artesonado]] de madera, el cual fue sustituido por bóvedas de piedra de cañón corrido ornamentadas con nervaduras adosadas (góticas, sin alguna función estructural y voluntariamente arcaizantes).
Aunque muchos monasterios han sido modificados añadiéndoles campanarios, naves laterales o plantas de cruz latina, la mayoría fueron construidos con una sola nave rectangular, ligeramente trapezoidal en el [[ábside]], con un techado de palma o [[artesonado]] de madera, el cual fue sustituido por bóvedas de piedra de cañón corrido ornamentadas con nervaduras adosadas (góticas, sin alguna función estructural y voluntariamente arcaizantes).

=== Claustro ===


== Transmisión de los valores de occidente ==
== Transmisión de los valores de occidente ==
los españoles intentaron inculcar las costumbres católicas europeas como la navidad y otras festividades católicas para rehacer el mundo perfecto prometido por dios ya que en Europa estaba llena de pecados lujuria, gula, pereza etcétera.
los españoles intentaron inculcar las costumbres católicas europeas como la navidad y otras festividades católicas para rehacer el mundo perfecto prometido por dios ya que en Europa estaba llena de pecados lujuria, gula, pereza etcétera.

== Resistencia e idolatría ==


== Bibliografía ==
== Bibliografía ==

Revisión del 23:05 20 may 2009

Portada del convento franciscano de Tecali, Puebla, México.

La evangelización en la Nueva España, también llamada por Robert Ricard Conquista Espiritual, fue un proceso que implicó -mediante la enseñanza fuera voluntaria u obligatoria de la religión católica- en los territorios de la Nueva España la transmisión de la cultura occidental, involucrando además de la religión, la lengua española y usos y costumbres europeos. La religión católica fue un elemento clave en la expansión del Imperio Español y punto fundamental en su desarrollo posterior al ser la Iglesia Católica un aliado político de los españoles y los conquistadores, quienes justificaron en todo momento sus acciones expansivas en el derecho divino y la enseñanza de la fe católica para los infieles.

En el caso de la Nueva España la enseñanza de la religión fue una necesidad primordial al tener enormes núcleos de población en Mesoamérica con un grado avanzado de desarrollo religioso, así como estados teocráticos y prácticas opuestas a principios religiosos occidentales como el sacrificio humano y la poligamia. Millones de indígenas tenían que ser adoctrinados en el cristianismo por el Imperio Español para dos fines fundamentales: la salvación eterna y la profesión de la fe católica y la integración inmediata a los usos occidentales.

España poseía a principios del siglo XVI aún el llamado espíritu de Reconquista para combatir a los infieles y la creencia en un plan divino para llevar el evangelio, la verdadera fe y la civilización a todos los rincones de la tierra, según las enseñanzas de Jesucristo, justificación ideológica adecuada para las acciones del primer imperio capitalista de la historia de la humanidad.

Carlos V y Felipe II fueron los principales impulsores de este proceso que tuvo como protagonistas principales a los frailes de las llamadas órdenes mendicantes, las cuales además de atender las carencias espirituales indígenas con notables soluciones y métodos -que incluyeron esfuerzos importantes en arquitectura, pintura, música, teatro, traducción de textos y aprendizaje de lenguas indígenas- intentaron implementar entre las cantidades ingentes de indígenas mesoamericanos el estilo de vida europeo con alfabetización, la enseñanza de artes y oficios, modos de gobierno y organización civil, leyes, urbanización occidental y la construcción de edificios de diversa índole.

Inicios

Hernán Cortés -a sabiendas de la situación del clero secular en España- solicitó en su tercera Carta de Relación a Carlos V "misioneros de las Órdenes de San Francisco y Santo Domingo, los cuales tengan los más largos poderes que Su Majestad pudiere", los cuales arribarían a los territorios recién conquistados a enseñar la religión católica a los conquistados. Los religiosos de dichas órdenes poseían una trayectoria misional anterior y fueron designados por el Imperio Español como los encargados de liderar la labor misional en la Nueva España con atribuciones especiales como la posibilidad de impartir sacramentos y la administración de fondos económicos propios basados en el establecimiento del Regio Patronato Indiano.

El 25 de abril de 1521 el Papa León X concedió la bula Alias Felicis que autorizó a las órdenes mendicantes el encabezar la tarea misional en los nuevos territorios. Al año siguiente, el 9 de mayo de 1522, su sucesor Adriano VI, reiteró con la bula Exponi Nobis Fecisti al emperador Carlos V la autoridad mendicante de la administración de sacramentos (bautizo, matrimonio, comunión y confesión) en donde no hubiera obispos a menos de dos jornadas de distancia del sitio misional.

Tres franciscanos llegaron en la expedición cortesiana, pero no sería hasta el 15 de mayo de 1524 cuando arribó al puerto de Veracruz el grupo de los llamados Doce primeros franciscanos: Martín de Valencia, Francisco de Soto, Martín de la Coruña, Juan Xuarez, Antonio de Ciudad Rodrigo, Toribio de Benavente (Motolinía), García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Jiménez, Andrés de Cordoba y Juan de Palos. Un interesante testimonio de su arribo y el primer contacto con los tlamatinime indígenas fue recogido de la tradición oral por Bernardino de Sahagún en sus Colloquios y doctrina christiana con que los doze frayles de San Francisco enbiados por el Papa Adriano Sesto y por el Emperador Carlos quinto convirtieron a los indios de la Nueva España en lengua Mexicana y Española

Las ordenes mendicantes

El edificio conventual

Esquema de las partes de un conjunto-monasterio del siglo XVI en la Nueva España. La orientación de los edificios siempre fue con el altar apuntando hacia el oriente.
Esquema de las partes de un conjunto-monasterio del siglo XVI en la Nueva España. La orientación de los edificios siempre fue con el altar apuntando hacia el oriente.

Una de las soluciones arquitectónicas únicas en el mundo e ideado por los frailes de las órdenes mendicantes fueron los monasterios o conjuntos-monasterio, llamados así por ser integrados de diversos componentes e ideados para la tarea evangelizadora para un número enorme de indígenas. El historiador Arturo Schroeder Cordero[1]​ resaltó su importancia frente a otras soluciones arquitectónicas como los rascacielos. La historiografía sobre el tema -siendo el historiador del arte Manuel Toussaint el primero en denominarlo así- los ha llamado "conventos-fortaleza", debido a la reciedumbre y elementos de inspiración militar con los que fueron construidos, si bien el principal estudios de estos edificios, George Kubler, señaló en su Arquitectura mexicana del siglo XVI la inutilidad militar en caso de un posible ataque indígena que sólo ocurrió en Xilitla, San Luis Potosí, en 1548.

Los edificios mendicantes del siglo XVI tienen una distribución semejante en sus elementos básicos así como en su decoración y características constructivas al ser edificados bajo la dirección de los propios frailes con manuales europeos semejantes, guardando simetrías y medidas que imitaban de forma arcaizante el esquema de monasterio benedictino europeo del siglo IV los cuales tuvieron la misma estereotomía de inspiración bélica con muros y contrafuertes gruesos, altura significativa y almenados, entre otros elementos, semejantes a los europeos que constituyeron reductos militares contra moros o sarracenos.

Los frailes mendicantes expresaron en sus edificios mediante recursos arquitectónicos, escultóricos y pictóricos los deseos -basados en el milenarismo,[2]joaquinismo y la refundación de la Iglesia Católica en un nuevo suelo- y expectativas que confiaron al proyecto evangelizador, siendo el conjunto monasterio una suma de elementos didácticos y simbólicos con programas iconográficos y elementos diversos que condensaron las creencias acumuladas por la experiencia mendicante en tareas semejantes de Europa, Asia y África.

Los edificios conventuales en todos sus elementos, como señaló Kubler, incluyeron una carga voluntariamente medieval y arcaizante, incluyendo elementos góticos (como las bóvedas de nervadura decorativas más que funcionales o sustentantes, rosetones, arcos ojivales), románicos (la propia dimensión de las naves de los templos y torres, el grosor de muros y la utilización de contrafuertes y arbotantes) y mudéjares en su construcción y disposición por la firme intención de volver a la Iglesia primitiva, así como soluciones y espacios pensados con la intención de guardar la regula de San Benito de Nurcia, hecho todo ello siglos después de su apogeo arquitectónico en Europa y con técnicas del siglo XVI.

La función religiosa de estas edificaciones se pensó para un número enorme de indígenas por evangelizar, aunque pronto por la política de reducción el convento se convirtió en el centro de enseñanza de sus comunidades y de los modos civiles de occidente, así como el castellano y diversos artes y oficios, salud, e incluso servicios fúnebres.

Dentro de estos edificios, repartidos por el centro del actual México y con ejemplos soberbios de maestría en la arquitectura y decoración, es posible hallar un arte originado tanto en la talla de la piedra como en la decoración pictórica: el arte tequitqui o indocristiano, una suerte de estilo hecho por indígenas basado en los patrones europeos.

Atrio

El atrio (del latín atrium) fue una solución única en Nueva España como característica ideada por los frailes al ser ocupadas como explanadas masivas para la celebración de la misa, aunque con el paso del tiempo como mostró Fray Diego de Valadés en su Rethorica Cristiana, el atrio se convirtió en el espacio principal de la vida social de los indígenas al ser el espacio principal de reproducción de la civilización occidental. Ahí se enseñaban artes y oficios europeos, lengua española así como preceptos religiosos y civiles.

La función primordial del atrio fue la de realizar todo tipo de celebraciones religiosas además de la misa, como procesiones y representaciones teatrales de las que gustaron los indígenas (teatro edificante) como forma didáctica de enseñanza. Los pueblos indígenas aceptaron la realización de las ceremonias multitudinarias al aire libre dado que en Mesoamérica fue una práctica usual.

Cruz atrial

En el punto central del atrio y como lugar simbólico y geográfico de la fundación del pueblo se colocaba una cruz de piedra sobre una peana. Los elementos contenidos en ella fueron atributos de la Pasión de Cristo.

Barda atrial

El espacio atrial fue delimitado por una barda atrial, la cual coincidió también como reminiscencia de los coatepantlis de los centros ceremoniales de los pueblos mesoamericanos. Fue decorada por lo general con almenados y remates finamente decorados. Sólo en el caso del atrio de Molango, Puebla, se colocó una espadaña exenta del templo en la barda atrial.

Camino procesional

Uno de los recursos más recurrentes fueron las procesiones multitudinarias. Su recorrido fue delimitado en el perimetro de la barda atrial con arbustos, pequeños muros o árboles.

Capillas posas

En los cuatro extremos del atrio fueron construidas cuatro capillas -un rasgo original de la Nueva España- abovedadas y decoradas y que tenían como función posar o descansar al Santísimo Sacramento en las procesiones hechas después de la misa. Estas fueron asignadas al cuidado de cada uno de los barrios de los pueblos, por lo que han sido llamadas también de comunidad o de indios. Son singularmente hermosas las de Huejotzingo y Calpan en Puebla.

Templo

En muchas poblaciones del actual México subsisten templos del siglo XVI con características arquitectónicas identificables y elevándose por su altura sobre las poblaciones en las que se asientan, dado que muchos de ellos fueron construidos sobre teocallis mesoamericanos (como en Texcoco, Tlaxcala, Huejotzingo, Cholula, Tula y Huexotla) con el fin de "desintegrar más el viejo modo de vida y susituir un culto sobre el otro".[3]​ Es notable en todos los monasterios erguirse inexpugnables en poblaciones que actualmente cuentan con pocos habitantes, pero que hace siglos fueron importantes centros de población; dicho efecto fue logrado con el sentido ascensional de sus muros y el grosor de los mismos, así como el uso de arbotantes, contrafuertes y una planta originalmente de nave rasa.

Nave

Aunque muchos monasterios han sido modificados añadiéndoles campanarios, naves laterales o plantas de cruz latina, la mayoría fueron construidos con una sola nave rectangular, ligeramente trapezoidal en el ábside, con un techado de palma o artesonado de madera, el cual fue sustituido por bóvedas de piedra de cañón corrido ornamentadas con nervaduras adosadas (góticas, sin alguna función estructural y voluntariamente arcaizantes).

Claustro

Transmisión de los valores de occidente

los españoles intentaron inculcar las costumbres católicas europeas como la navidad y otras festividades católicas para rehacer el mundo perfecto prometido por dios ya que en Europa estaba llena de pecados lujuria, gula, pereza etcétera.

Resistencia e idolatría

Bibliografía

  1. Schroeder Cordero, Arturo. "Las funciones del atrio conventual mexicano", en Conferencias del bicentenario de la fundación de la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura. México, UNAM-Facultad de Arquitectura, 1984.
  2. Por ejemplo, el investigador George Baudot ha señalado la importancia que el milenarismo de las enseñanzas del herético Joaquín de Flora tuvo en los franciscanos, llegando al punto de planear una posible autonomía de Roma mediante la fundación de una nueva Iglesia. Baudot, George. La experiencia franciscana en México. México, Conaculta, 1990, Colección Los Noventas.
  3. Robert Ricard, La Conquista Espiritual de México, FCE, 1949.