Diferencia entre revisiones de «Toribio Rodríguez de Mendoza»

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Durante su larga estancia en el Convictorio, reforzó los estudios de ciencias naturales y [[matemáticas]], propugnó la ampliación de las asignaturas: "''¿qué razón hay para ignorar la [[Geografía]] y la [[Historia]] del suelo que pisamos?''", escribió. Prescinde también del [[latín]] en la enseñanza; pues, como diría [[Ricardo Palma]], ese estudio es "''aquello que se aprende en cinco años y se olvida en cinco días''". Sostiene enfáticamente Rodríguez de Mendoza.
Durante su larga estancia en el Convictorio, reforzó los estudios de ciencias naturales y [[matemáticas]], propugnó la ampliación de las asignaturas: "''¿qué razón hay para ignorar la [[Geografía]] y la [[Historia]] del suelo que pisamos?''", escribió. Prescinde también del [[latín]] en la enseñanza; pues, como diría [[Ricardo Palma]], ese estudio es "''aquello que se aprende en cinco años y se olvida en cinco días''". Sostiene enfáticamente Rodríguez de Mendoza.


loco
lo mejor de toribio es que fue un muy buen precursor

Revisión del 23:34 11 ago 2009

Toribio Rodríguez de Mendoza, maestro chachapoyano y rector sanmarquino.

(Toribio Rodriguez* Chachapoyas, Amazonas, 17 de abril de 1750 - † Lima, 12 de junio de 1825), fue un sacerdote precursor de la Independencia del Perú.

Es considerado habitualmente un precursor ideológico de la independencia del Perú, y lo es efectivamente en el sentido profundo de sembrador de ideas que, en su desarrollo, conducirían a la independencia. Estudió en el Seminario de San Carlos y San Marcelo de Trujillo y en el Seminario de Santo Toribio en Lima. En la Universidad Mayor de San Marcos optó los grados de licenciado y doctor en Teología (1770). Al fundarse al año siguiente el Real Convictorio de San Carlos fue nombrado profesor de Filosofía y Teología. Recibió órdenes sagradas y también se recibió de abogado ante la Real Audiencia de Lima. Por oposición obtuvo un curato en Marcabal, pero al poco tiempo es llamado nuevamente al Convictorio para que asuma el vicerrectorado y, luego, el rectorado interino y en 1788 el titular, que conservó varias décadas hasta renunciar en 1817, en plena efervescencia revolucionaria y cuando el Convictorio estaba sindicado de ser proclive a las ideas libertarias.

Durante su larga estancia en el Convictorio, reforzó los estudios de ciencias naturales y matemáticas, propugnó la ampliación de las asignaturas: "¿qué razón hay para ignorar la Geografía y la Historia del suelo que pisamos?", escribió. Prescinde también del latín en la enseñanza; pues, como diría Ricardo Palma, ese estudio es "aquello que se aprende en cinco años y se olvida en cinco días". Sostiene enfáticamente Rodríguez de Mendoza.

loco