Diferencia entre revisiones de «Juana Inés de la Cruz»
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--poemas-- |
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DETENTE SOMBRA |
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Detente, sombra de mi bien esquivo, |
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imagen del hechizo que más quiero, |
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bella ilusión por quien alegre muero, |
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dulce ficción por quien penosa vivo. |
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Si al imán de tus gracias, atractivo, |
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sirve mi pecho de obediente acero, |
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¿para qué me enamoras lisonjero |
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si has de burlarme luego fugitivo? |
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Mas blasonar no puedes, satisfecho, |
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de que triunfa de mí tu tiranía: |
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que aunque dejas burlado el lazo estrecho |
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que tu forma fantástica ceñía, |
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poco importa burlar brazos y pecho |
|||
si te labra prisión mi fantasía. |
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REDONDILLAS |
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Hombres necios que acusáis |
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a la mujer, sin razón, |
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sin ver que sois la ocasión |
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de lo mismo que culpáis; |
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si con ansia sin igual |
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solicitáis su desdén, |
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por qué queréis que obren bien |
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si las incitáis al mal? |
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Combatís su resistencia |
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y luego, con gravedad, |
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decís que fue liviandad |
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lo que hizo la diligencia. |
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Parecer quiere el denuedo |
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de vuestro parecer loco, |
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al niño que pone el coco |
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y luego le tiene miedo. |
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Queréis, con presunción necia, |
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hallar a la que buscáis |
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para prentendida, Thais, |
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y en la posesión, Lucrecia. |
|||
¿Qué humor puede ser más raro |
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que el que, falto de consejo, |
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él mismo empaña el espejo |
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y siente que no esté claro? |
|||
Con el favor y el desdén |
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tenéis condición igual, |
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quejándoos, si os tratan mal, |
|||
burlándoos, si os quieren bien. |
|||
Opinión, ninguna gana, |
|||
pues la que más se recata, |
|||
si no os admite, es ingrata, |
|||
y si os admite, es liviana. |
|||
Siempre tan necios andáis |
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que, con desigual nivel, |
|||
a una culpáis por cruel |
|||
y a otra por fácil culpáis. |
|||
¿Pues como ha de estar templada |
|||
la que vuestro amor pretende?, |
|||
¿si la que es ingrata ofende, |
|||
y la que es fácil enfada? |
|||
Mas, entre el enfado y la pena |
|||
que vuestro gusto refiere, |
|||
bien haya la que no os quiere |
|||
y quejaos en hora buena. |
|||
Dan vuestras amantes penas |
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a sus libertades alas, |
|||
y después de hacerlas malas |
|||
las queréis hallar muy buenas. |
|||
¿Cuál mayor culpa ha tenido |
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en una pasión errada: |
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la que cae de rogada, |
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o el que ruega de caído? |
|||
¿O cuál es de más culpar, |
|||
aunque cualquiera mal haga; |
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la que peca por la paga |
|||
o el que paga por pecar? |
|||
¿Pues, para qué os espantáis |
|||
de la culpa que tenéis? |
|||
Queredlas cual las hacéis |
|||
o hacedlas cual las buscáis. |
|||
Dejad de solicitar, |
|||
y después, con más razón, |
|||
acusaréis la afición |
|||
de la que os fuere a rogar. |
|||
Bien con muchas armas fundo |
|||
que lidia vuestra arrogancia, |
|||
pues en promesa e instancia |
|||
juntáis diablo, carne y mundo. |
|||
FINJAMOS QUE SOY FELIZ |
|||
Finjamos que soy feliz, |
|||
triste pensamiento, un rato; |
|||
quizá prodréis persuadirme, |
|||
aunque yo sé lo contrario, |
|||
que pues sólo en la aprehensión |
|||
dicen que estriban los daños, |
|||
si os imagináis dichoso |
|||
no seréis tan desdichado. |
|||
Sírvame el entendimiento |
|||
alguna vez de descanso, |
|||
y no siempre esté el ingenio |
|||
con el provecho encontrado. |
|||
Todo el mundo es opiniones |
|||
de pareceres tan varios, |
|||
que lo que el uno que es negro |
|||
el otro prueba que es blanco. |
|||
A unos sirve de atractivo |
|||
lo que otro concibe enfado; |
|||
y lo que éste por alivio, |
|||
aquél tiene por trabajo. |
|||
El que está triste, censura |
|||
al alegre de liviano; |
|||
y el que esta alegre se burla |
|||
de ver al triste penando. |
|||
Los dos filósofos griegos |
|||
bien esta verdad probaron: |
|||
pues lo que en el uno risa, |
|||
causaba en el otro llanto. |
|||
Célebre su oposición |
|||
ha sido por siglos tantos, |
|||
sin que cuál acertó, esté |
|||
hasta agora averiguado. |
|||
Antes, en sus dos banderas |
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el mundo todo alistado, |
|||
conforme el humor le dicta, |
|||
sigue cada cual el bando. |
|||
Uno dice que de risa |
|||
sólo es digno el mundo vario; |
|||
y otro, que sus infortunios |
|||
son sólo para llorados. |
|||
Para todo se halla prueba |
|||
y razón en qué fundarlo; |
|||
y no hay razón para nada, |
|||
de haber razón para tanto. |
|||
Todos son iguales jueces; |
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y siendo iguales y varios, |
|||
no hay quien pueda decidir |
|||
cuál es lo más acertado. |
|||
Pues, si no hay quien lo sentencie, |
|||
¿por qué pensáis, vos, errado, |
|||
que os cometió Dios a vos |
|||
la decisión de los casos? |
|||
O ¿por qué, contra vos mismo, |
|||
severamente inhumano, |
|||
entre lo amargo y lo dulce, |
|||
queréis elegir lo amargo? |
|||
Si es mío mi entendimiento, |
|||
¿por qué siempre he de encontrarlo |
|||
tan torpe para el alivio, |
|||
tan agudo para el daño? |
|||
El discurso es un acero |
|||
que sirve para ambos cabos: |
|||
de dar muerte, por la punta, |
|||
por el pomo, de resguardo. |
|||
Si vos, sabiendo el peligro |
|||
queréis por la punta usarlo, |
|||
¿qué culpa tiene el acero |
|||
del mal uso de la mano? |
|||
No es saber, saber hacer |
|||
discursos sutiles, vanos; |
|||
que el saber consiste sólo |
|||
en elegir lo más sano. |
|||
Especular las desdichas |
|||
y examinar los presagios, |
|||
sólo sirve de que el mal |
|||
crezca con anticiparlo. |
|||
En los trabajos futuros, |
|||
la atención, sutilizando, |
|||
más formidable que el riesgo |
|||
suele fingir el amago. |
|||
Qué feliz es la ignorancia |
|||
del que, indoctamente sabio, |
|||
halla de lo que padece, |
|||
en lo que ignora, sagrado! |
|||
No siempre suben seguros |
|||
vuelos del ingenio osados, |
|||
que buscan trono en el fuego |
|||
y hallan sepulcro en el llanto. |
|||
También es vicio el saber, |
|||
que si no se va atajando, |
|||
cuando menos se conoce |
|||
es más nocivo el estrago; |
|||
y si el vuelo no le abaten, |
|||
en sutilezas cebado, |
|||
por cuidar de lo curioso |
|||
olvida lo necesario. |
|||
Si culta mano no impide |
|||
crecer al árbol copado, |
|||
quita la sustancia al fruto |
|||
la locura de los ramos. |
|||
Si andar a nave ligera |
|||
no estorba lastre pesado, |
|||
sirve el vuelo de que sea |
|||
el precipicio más alto. |
|||
En amenidad inútil, |
|||
¿qué importa al florido campo, |
|||
si no halla fruto el otoño, |
|||
que ostente flores el mayo? |
|||
¿De qué sirve al ingenio |
|||
el producir muchos partos, |
|||
si a la multitud se sigue |
|||
el malogro de abortarlos? |
|||
Y a esta desdicha por fuerza |
|||
ha de seguirse el fracaso |
|||
de quedar el que produce, |
|||
si no muerto, lastimado. |
|||
El ingenio es como el fuego, |
|||
que, con la materia ingrato, |
|||
tanto la consume más |
|||
cuando él se ostenta más claro. |
|||
Es de su propio Señor |
|||
tan rebelado vasallo, |
|||
que convierte en sus ofensas |
|||
las armas de su resguardo. |
|||
Este pésimo ejercicio, |
|||
este duro afán pesado, |
|||
a los ojos de los hombres |
|||
dio Dios para ejercitarlos. |
|||
¿Qué loca ambición nos lleva |
|||
de nosotros olvidados? |
|||
Si es para vivir tan poco, |
|||
¿de qué sirve saber tanto? |
|||
¡Oh, si como hay de saber, |
|||
hubiera algún seminario |
|||
o escuela donde a ignorar |
|||
se enseñaran los trabajos! |
|||
¡Qué felizmente viviera |
|||
el que, flojamente cauto, |
|||
burlara las amenazas |
|||
del influjo de los astros! |
|||
Aprendamos a ignorar, |
|||
pensamiento, pues hallamos |
|||
que cuanto añado al discurso, |
|||
tanto le usurpo a los años. |
|||
PUES ESTOY CONDENADA |
|||
Pues estoy condenada, |
|||
Fabio, a la muerte, por decreto tuyo, |
|||
y la sentencia airada |
|||
ni la apelo, resisto ni la huyo, |
|||
óyeme, que no hay reo tan culpado |
|||
a quien el confesar le sea negado. |
|||
Porque te han informado, |
|||
dices, de que mi pecho te ha ofendido, |
|||
me has, fiero, condenado. |
|||
¿Y pueden, en tu pecho endurecido |
|||
más la noticia incierta, que no es ciencia, |
|||
que de tantas verdades la experiencia? |
|||
Si a otros crédito has dado, |
|||
Fabio, ¿por qué a tus ojos se lo niegas, |
|||
y el sentido trocado |
|||
de la ley, al cordel mi cuello entregas, |
|||
pues liberal me amplías los rigores |
|||
y avaro me restringes los favores? |
|||
Si a otros ojos he visto, |
|||
mátenme, Fabio, tus airados ojos; |
|||
si a otro cariño asisto, |
|||
asístanme implacables tus enojos; |
|||
y si otro amor del tuyo me divierte, |
|||
tú, que has sido mi vida, me des muerte. |
|||
Si a otro, alegre, he mirado, |
|||
nunca alegre me mires ni te vea; |
|||
si le hablé con agrado, |
|||
eterno desagrado en ti posea; |
|||
y si otro amor inquieta mi sentido, |
|||
sáqueseme el alma tú, que mi alma has sido. |
|||
Mas, supuesto que muero, |
|||
sin resistir a mi infeliz suerte, |
|||
que me des sólo quiero |
|||
licencia de que escoja yo mi muerte; |
|||
deja la muerte a mi elección medida, |
|||
pues en la tuya pongo yo la vida. |
|||
ESTA TARDE MI BIEN |
|||
Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba, |
|||
como en tu rostro y tus acciones vía |
|||
que con palabras no te persuadía, |
|||
que el corazón me vieses deseaba; |
|||
y Amor, que mis intentos ayudaba, |
|||
venció lo que imposible parecía: |
|||
pues entre el llanto, que el dolor vertía, |
|||
el corazón deshecho destilaba. |
|||
Baste ya de rigores, mi bien, baste: |
|||
no te atormenten más celos tiranos, |
|||
ni el vil recelo tu inquietud contraste |
|||
con sombras necias, con indicios vanos, |
|||
pues ya en líquido humor viste y tocaste |
|||
mi corazón deshecho entre tus manos. |
|||
ESTOS VERSOS LECTOR MÍO |
|||
Estos versos, lector mío, |
|||
que a tu deleite consagro, |
|||
y sólo tienen de buenos |
|||
conocer yo que son malos, |
|||
ni disputártelos quiero, |
|||
ni quiero recomendarlos, |
|||
porque eso fuera querer |
|||
hacer de ellos mucho caso. |
|||
No agradecido te busco: |
|||
pues no debes, bien mirado, |
|||
estimar lo que yo nunca |
|||
juzgué que fuera a tus manos. |
|||
En tu libertad te pongo, |
|||
si quisieres censurarlos; |
|||
pues de que, al cabo, te estás |
|||
en ella, estoy muy al cabo. |
|||
No hay cosa más libre que |
|||
el entendimiento humano; |
|||
pues lo que Dios no violenta, |
|||
por qué yo he de violentarlo? |
|||
Di cuanto quisieres de ellos, |
|||
que, cuanto más inhumano |
|||
me los mordieres, entonces |
|||
me quedas más obligado, |
|||
pues le debes a mi musa |
|||
el más sazonado plato |
|||
(que es el murmurar), según |
|||
un adagio cortesano. |
|||
Y siempre te sirvo, pues, |
|||
o te agrado, o no te agrado: |
|||
si te agrado, te diviertes; |
|||
murmuras, si no te cuadro. |
|||
Bien pudiera yo decirte |
|||
por disculpa, que no ha dado |
|||
lugar para corregirlos |
|||
la priesa de los traslados; |
|||
que van de diversas letras, |
|||
y que algunos, de muchachos, |
|||
matan de suerte el sentido |
|||
que es cadáver el vocablo; |
|||
y que, cuando los he hecho, |
|||
ha sido en el corto espacio |
|||
que ferian al ocio las |
|||
precisiones de mi estado; |
|||
que tengo poca salud |
|||
y continuos embarazos, |
|||
tales, que aun diciendo esto, |
|||
llevo la pluma trotando. |
|||
Pero todo eso no sirve, |
|||
pues pensarás que me jacto |
|||
de que quizá fueran buenos |
|||
a haberlos hecho despacio; |
|||
y no quiero que tal creas, |
|||
sino sólo que es el darlos |
|||
a la luz, tan sólo por |
|||
obedecer un mandato. |
|||
Esto es, si gustas creerlo, |
|||
que sobre eso no me mato, |
|||
pues al cabo harás lo que |
|||
se te pusiere en los cascos. |
|||
Y adiós, que esto no es más de |
|||
darte la muestra del paño: |
|||
si no te agrada la pieza, |
|||
no desenvuelvas el fardo. |
|||
YA QUE PARA DESPEDIRME |
|||
Ya que para despedirme, |
|||
dulce idolatrado dueño, |
|||
ni me da licencia el llanto |
|||
ni me da lugar el tiempo, |
|||
háblente los tristes rasgos, |
|||
entre lastimosos ecos, |
|||
de mi triste pluma, nunca |
|||
con más justa causa negros. |
|||
Y aun ésta te hablará torpe |
|||
con las lágrimas que vierto, |
|||
porque va borrando el agua |
|||
lo que va dictando el fuego. |
|||
Hablar me impiden mis ojos; |
|||
y es que se anticipan ellos, |
|||
viendo lo que he de decirte, |
|||
a decírtelo primero. |
|||
Oye la elocuencia muda |
|||
que hay en mi dolor, sirviendo |
|||
los suspiros, de palabras, |
|||
las lágrimas, de conceptos. |
|||
Mira la fiera borrasca |
|||
que pasa en el mar del pecho, |
|||
donde zozobran, turbados, |
|||
mis confusos pensamientos. |
|||
Mira cómo ya el vivir |
|||
me sirve de afán grosero; |
|||
que se avergüenza la vida |
|||
de durarme tanto tiempo. |
|||
Mira la muerte, que esquiva |
|||
huye porque la deseo; |
|||
que aun la muerte, si es buscada, |
|||
se quiere subir de precio. |
|||
Mira cómo el cuerpo amante, |
|||
rendido a tanto tormento, |
|||
siendo en lo demás cadáver, |
|||
sólo en el sentir es cuerpo. |
|||
Mira cómo el alma misma |
|||
aun teme, en su ser exento, |
|||
que quiera el dolor violar |
|||
la inmunidad de lo eterno. |
|||
En lágrimas y suspiros |
|||
alma y corazón a un tiempo, |
|||
aquél se convierte en agua, |
|||
y ésta se resuelve en viento. |
|||
Ya no me sirve de vida |
|||
esta vida que poseo, |
|||
sino de condición sola |
|||
necesaria al sentimiento. |
|||
Mas, por qué gasto razones |
|||
en contar mi pena y dejo |
|||
de decir lo que es preciso, |
|||
por decir lo que estás viendo? |
|||
En fin, te vas, ay de mi! |
|||
Dudosamente lo pienso: |
|||
pues si es verdad, no estoy viva, |
|||
y si viva, no lo creo. |
|||
Posible es que ha de haber día |
|||
tan infausto, funesto, |
|||
en que sin ver yo las tuyas |
|||
esparza sus luces Febo? |
|||
Posible es que ha de llegar |
|||
el rigor a tan severo, |
|||
que no ha de darle tu vista |
|||
a mis pesares aliento? |
|||
Ay, mi bien, ay prenda mía, |
|||
dulce fin de mis deseos! |
|||
Por qué me llevas el alma, |
|||
dejándome el sentimiento? |
|||
Mira que es contradicción |
|||
que no cabe en un sujeto, |
|||
tanta muerte en una vida, |
|||
tanto dolor en un muerto. |
|||
Mas ya que es preciso, ay triste!, |
|||
en mi infeliz suceso, |
|||
ni vivir con la esperanza, |
|||
ni morir con el tormento, |
|||
dame algún consuelo tú |
|||
en el dolor que padezco; |
|||
y quien en el suyo muere, |
|||
viva siquiera en tu pecho. |
|||
No te olvides que te adoro, |
|||
y sírvante de recuerdo |
|||
las finezas que me debes, |
|||
si no las prendas que tengo. |
|||
Acuérdate que mi amor, |
|||
haciendo gala de riesgo, |
|||
sólo por atropellarlo |
|||
se alegraba de tenerlo. |
|||
Y si mi amor no es bastante, |
|||
el tuyo mismo te acuerdo, |
|||
que no es poco empeño haber |
|||
empezado ya en empeño. |
|||
Acuérdate, señor mío, |
|||
de tus nobles juramentos; |
|||
y lo que juró la boca |
|||
no lo desmientan tus hechos. |
|||
Y perdona si en temer |
|||
mi agravio, mi bien, te ofendo, |
|||
que no es dolor, el dolor |
|||
que se contiene atento. |
|||
Y adiós; que con el ahogo |
|||
que me embarga los alientos, |
|||
ni sé ya lo que te digo |
|||
ni lo que te escribo leo. |
|||
DIME VENCEDOR RAPAZ |
|||
Dime vencedor Rapaz, |
|||
vencido de mi constancia, |
|||
¿Qué ha sacado tu arrogancia |
|||
de alterar mi firme paz? |
|||
Que aunque de vencer capaz |
|||
es la punta de tu arpón, |
|||
¿qué importa el tiro violento, |
|||
si a pesar del vencimiento |
|||
queda viva la razón? |
|||
Tienes grande señorío; |
|||
pero tu jurisdicción |
|||
domina la inclinación, |
|||
mas no pasa el albedrío. |
|||
Y así librarme confío |
|||
de tu loco atrevimiento, |
|||
pues aunque rendida siento |
|||
y presa la libertad, |
|||
se rinde la voluntad |
|||
pero no el consentimiento. |
|||
En dos partes dividida |
|||
tengo el alma en confusión: |
|||
una, esclava a la pasión, |
|||
y otra, a la razón medida. |
|||
Guerra civil, encendida, |
|||
aflige el pecho importuna: |
|||
quiere vencer cada una, |
|||
y entre fortunas tan varias, |
|||
morirán ambas contrarias |
|||
pero vencerá ninguna. |
|||
Cuando fuera, Amor, te vía, |
|||
no merecí de ti palma; |
|||
y hoy, que estás dentro del alma, |
|||
es resistir valentía. |
|||
Córrase, pues, tu porfía, |
|||
de los triunfos que te gano: |
|||
pues cuando ocupas, tirano, |
|||
el alma, sin resistillo, |
|||
tienes vencido el Castillo |
|||
e invencible el Castellano. |
|||
Invicta razón alienta |
|||
armas contra tu vil saña, |
|||
y el pecho es corta campaña |
|||
a batalla tan sangrienta. |
|||
Y así, Amor, en vano intenta |
|||
tu esfuerzo loco ofenderme: |
|||
pues podré decir, al verme |
|||
expirar sin entregarme, |
|||
que conseguiste matarme |
|||
mas no pudiste vencerme. |
|||
COGIÓME SIN PREVENCIÓN |
|||
Cogióme sin prevención |
|||
Amor, astuto y tirano: |
|||
con capa de cortesano |
|||
se me entró en el corazón. |
|||
Descuidada la razón |
|||
y sin armas los sentidos, |
|||
dieron puerta inadvertidos; |
|||
y él, por lograr sus enojos, |
|||
mientras suspendió los ojos |
|||
me salteó los oídos. |
|||
Disfrazado entró y mañoso; |
|||
mas ya que dentro se vio |
|||
del Paladión, salió |
|||
de aquel disfraz engañoso; |
|||
y, con ánimo furioso, |
|||
tomando las armas luego, |
|||
se descubrió astuto Griego |
|||
que, iras brotando y furores, |
|||
matando los defensores, |
|||
puso a toda el Alma fuego. |
|||
Y buscando sus violencias |
|||
en ella al príamo fuerte, |
|||
dio al Entendimiento muerte, |
|||
que era Rey de las potencias; |
|||
y sin hacer diferencias |
|||
de real o plebeya grey, |
|||
haciendo general ley |
|||
murieron a sus puñales |
|||
los discursos racionales |
|||
porque eran hijos del Rey. |
|||
A Casandra su fiereza |
|||
buscó, y con modos tiranos, |
|||
ató a la Razón las manos, |
|||
que era del Alma princesa. |
|||
En prisiones su belleza |
|||
de soldados atrevidos, |
|||
lamenta los no creídos |
|||
desastres que adivinó, |
|||
pues por más voces que dio |
|||
no la oyeron los sentidos. |
|||
Todo el palacio abrasado |
|||
se ve, todo destruido; |
|||
Deifobo allí mal herido, |
|||
aquí Paris maltratado. |
|||
Prende también su cuidado |
|||
la modestia en Polixena; |
|||
y en medio de tanta pena, |
|||
tanta muerte y confusión, |
|||
a la ilícita afición |
|||
sólo reserva en Elena. |
|||
Ya la Ciudad, que vecina |
|||
fue al Cielo, con tanto arder, |
|||
sólo guarda de su ser |
|||
vestigios, en su ruina. |
|||
Todo el amor lo extermina; |
|||
y con ardiente furor, |
|||
sólo se oye, entre el rumor |
|||
con que su crueldad apoya: |
|||
"Aquí yace un Alma Troya |
|||
¡Victoria por el Amor!" |
|||
ESTE AMOROSO TORMENTO |
|||
Este amoroso tormento |
|||
que en mi corazón se ve, |
|||
se que lo siento y no se |
|||
la causa porque lo siento |
|||
Siento una grave agonía |
|||
por lograr un devaneo, |
|||
que empieza como deseo |
|||
y para en melancolía. |
|||
y cuando con mas terneza |
|||
mi infeliz estado lloro |
|||
se que estoy triste e ignoro |
|||
la causa de mi tristeza. " |
|||
Siento un anhelo tirano |
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por la ocasión a que aspiro, |
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y cuando cerca la miro |
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yo misma aparto la mano. |
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Porque si acaso se ofrece, |
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después de tanto desvelo |
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la desazona el recelo |
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o el susto la desvanece. |
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Y si alguna vez sin susto |
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consigo tal posesión |
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(cualquiera) leve ocasión |
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me malogra todo el gusto. |
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Siento mal del mismo bien |
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con receloso temor |
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y me obliga el mismo amor |
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tal vez a mostrar desdén. |
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VERDE EMBELESO |
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Verde embeleso de la vida humana, |
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loca esperanza, frenesí dorado, |
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sueño de los despiertos intrincado, |
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como de sueños, de tesoros vana; |
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alma del mundo, senectud lozana, |
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decrépito verdor imaginado; |
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el hoy de los dichosos esperado, |
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y de los desdichados el mañana: |
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sigan tu sombra en busca de tu día |
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los que, con verdes vidrios por anteojos, |
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todo lo ven pintado a su deseo; |
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que yo, más cuerda en la fortuna mía, |
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tengo en entrambas manos ambos ojos |
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y solamente lo que toco veo. |
Revisión del 01:18 4 sep 2009
Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana (de Asuaje, según algunos), conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, (Tlalpan, México, 12 de noviembre de 1651 (o 1648, de acuerdo a algunas fuentes) – Ciudad de México, México, 17 de abril de 1695) fue una religiosa católica, poeta y dramaturga novohispana. Por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres de El Fénix de América y La décima Musa.
Biografía
Nació en un pueblo del valle de México, San Miguel Nepantla, (actualmente en el municipio de Tepetlixpa, estado de México). Hija ilegítima, su madre fue la criolla Isabel Ramírez de Santillana y su padre Pedro Manuel de Asbaje y Vargas Machuca, militar español de Vergara, en la provincia vasca de Guipúzcoa. Aprendió náhuatl con sus vecinos.[1] Asimismo, aprendió a leer y escribir a los tres años al tomar las lecciones con su hermana mayor a escondidas de su madre. [2]
Descubrió la biblioteca de su abuelo y así se aficionó a los libros. [3] Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y la teología del momento. El amor al saber de la niña Juana era tanto que, deseosa de aprender, le propuso a su madre disfrazarse de hombre para asistir a la universidad, según ella misma escribió. [4]
La mandaron a vivir con unos tíos en la ciudad de México, quienes le hicieron entrar en la corte virreinal novohispana.[5] De este tiempo hay muy pocos datos biográficos, aunque se sabe que fue dama de la virreina, la marquesa de Mancera. Durante esta época ya escribía poemas cortesanos y la asombrosa inteligencia de la jovencita maravillaba a todos, al grado que el virrey decidió reunir a cuarenta sabios para que la interrogaran, y a todos contestó con inteligencia y conocimiento.[6] De esta manera terminó llamando la atención del padre Núñez de Miranda, confesor de los virreyes, quien, al saber que la jovencita no deseaba casarse, le propuso entrar en religión. [7] Aprendió latín en veinte lecciones impartidas por Martín de Olivas y probablemente pagadas por Núñez de Miranda.[nota 1] [8] Después de un intento fallido con las Carmelitas, cuya regla era de una rigidez extrema que la llevó a enfermarse, ingresó en la orden de las Jerónimas, donde la disciplina era algo más relajada, y tenía una celda de dos pisos y sirvientas.
Allí pasó la vida, escribiendo versos sacros y profanos, villancicos para festividades religiosas (San Pedro, Santa Catarina, Navidad...) autos sacramentales y dos comedias . También sirvió como administradora del convento, con buen tino, y realizó experimentos científicos.[9]
Su confesor, el jesuita Antonio Núñez de Miranda, le reprochaba que se ocupara tanto de temas mundanos, lo que junto con el frecuente contacto con las más altas personalidades de la época debido a su gran fama intelectual, desencadenó las iras de éste, principalmente después de que Sor Juana fuese elegida para realizar un Arco Triunfal en honor a los recién llegados virreyes, quienes le dispensaron inmediatamente su favor. Bajo la protección de la entonces virreina, marquesa de la Laguna, decidió rechazarlo como confesor. [10]
Esta amistad con las virreinas queda plasmada en poemas al uso de la época, esto ha llevado a que algunos lectores del siglo XX pretendan encontrar en ellos "tendencias homosexuales". A las dos que coincidieron temporalmente con ella les escribió poemas bastante encendidos, y a una le dedicó un retrato y un anillo. Fue precisamente la condesa de Paredes quien se llevó las obras de Sor Juana a España y financió la edición de sus obras. [11]
Sor Juana se vio involucrada en una disputa teológica, a raíz de una crítica privada que realizó de un sermón del muy conocido predicador de treinta años atrás, el jesuita António Vieira, que fue publicada por el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz; éste la prologó bajo el seudónimo de Sor Filotea, recomendándole que dejara de dedicarse a las "humanas letras" y se dedicase en cambio a las divinas, de las cuales, según el obispo de Puebla, sacaría mayor provecho. Esto provocó la reacción de la poetisa a través del escrito Respuesta a Sor Filotea, donde hace una encendida defensa de su labor intelectual y en la que reclamaba los derechos de la mujer a la educación.[9]
Hasta la fecha no se sabe por qué dejó de escribir, los críticos católicos han visto en Sor Juana una mayor dedicación a las cuestiones sobrenaturales y una entrega mística a Jesucristo,[12] otros han visto, en cambio, una conspiración misógina tramada en su contra, tras la cual fue condenada a dejar de escribir y se le obligó a cumplir lo que las autoridades eclesiásticas consideraban las tareas apropiadas de una monja.[13] Hasta la fecha no han existido datos concluyentes, pero sí se han avanzado en investigaciones donde se ha descubierto la polémica que causó la "Carta Atenagórica".[14]
Lo cierto es que llamó a Núñez de Miranda para que la asistiese otra vez y poco antes de su muerte fue obligada por su confesor a deshacerse de su biblioteca y su colección de instrumentos musicales y científicos, los cuales se vendieron para ayudar a los pobres. Murió por una epidemia el 17 de abril de 1695.[15]
Obras
Entre sus obras se cuentan poemas galantes, poemas de ocasión para regalos o cumpleaños de sus amigos, poemas de vestíbulo sobre pies o consonacias sugeridos por otros, letras para cantarse en diversas celebraciones, como los villancicos para ser cantados en las iglesias, entre los cuales intercaló una forma lírica de su invención llamada tocotín, el cual se caracteriza por tener pasajes en náhuatl. Entre estos villancicos destacan también los "Cantares de negros".
Escribió por encargo de la corte de Madrid tres autos sacramentales cuyas loas hablan sobre el descubrimiento, la conquista y la evangelización de América; entre ellos destaca el Divino Narciso, nombrado así en alusión a la obra de Pedro Calderón de la Barca, en el cual Sor Juana presenta la caída y la redención del género género humano por medio del sacrificio de Jesucristo, que permanece en la hostia para salvar a sus hijos una y otra vez mediante una alegoría mítica. Narciso es Dios creador y Jesús salvador, la Naturaleza Humana (reflejo de Narciso) representa a la humanidad y finalmente Eco simboliza al demonio. Aquí Sor Juana retoma recursos del teatro de Pedro Calderón de la Barca y las usa para crear pasajes líricos de gran hermosura.
Escribió dos comedias, Los empeños de una casa, para una fiesta palaciega y que hasta la fecha es quizá su obra más conocida, y Amor es más laberinto, escrita junto con Juan de Guevara. Asimismo se le ha atribuido la autoría de un posible final de la comedia de Salazar y Torres La segunda Celestina basándose en un pasaje de Los empeños de una casa; en la década los 90 Guillermo Schmidhuber encontró una suelta que contenía un final diferente al que se conocía, propuso que esas mil líneas eran de Sor Juana. Algunos sorjuanistas han aceptado la coautoría de sor Juana, entre ellos Octavio Paz, Luis Leal y Georgina Sabat-Rivers,[16] en tanto que otros, como Antonio Alatorre[17] y José Pascual Buxó, la han refutado.
Según ella, casi todo lo escrito era por encargo y la única cosa que escribió por gusto propio es un poema filosófico llamado Primero sueño, llamado así como una manifestación de su admiración a Luis de Góngora y Argote y sus Soledades. Se trata de varios cientos de versos, con forma de silva, a propósito del ansia de saber, el vuelo del pensamiento y su consecuente trágica caída. Asimismo tiene pasajes líricos de gran descripción como el inicial, que usa más de cien versos para narrar la caída de la noche y el sueño de los seres, así como el gran colorido de la parte final, donde se escribe del triunfo del Sol sobre la noche. Se trata quizá del último gran poema barroco.
Además de estas obras Sor Juana también escribió por encargo de la virreina de Paredes unos poemas que probaban el ingenio de sus lectores, conocidos como enigmas, para un grupo de monjas portuguesas aficionadas a la lectura y el conocimiento y grandes admiradoras de la obra de Sor Juana, que intercambiaban cartas y formaban una sociedad a la que dieron el nombre de Casa del placer. Las copias manuscritas que hicieron estas monjas de la obra de Sor Juana fueron descubiertas recientemente por Antonio Alatorre en la Biblioteca de Lisboa.
Sor Juana también escribió un tratado de música llamado "El Caracol", que no ha sido hallado.
Barroca hasta la médula, Sor Juana era muy dada a hacer retruécanos, a verbalizar sustantivos y a sustantivizar verbos, a acumular tres adjetivos sobre un mismo sustantivo y repartirlos por toda la oración, y otras libertades gramáticas que estaban de moda en su tiempo. Por ello, y porque también gustaba mucho de hacer referencias mitológicas que actualmente caen fuera de la cultura general de la gente, su lectura puede ser muy difícil.
Curiosidades
- Sor Juana aparece en los billetes mexicanos de alta denominación. Es la única artista que aparece en los billetes, aparte de Nezahualcóyotl, también poeta. Inicialmente apareció en los billetes de mil pesos, que con la inflación terminaron volviéndose monedas. Después del recorte de los tres ceros al peso, Sor Juana salió de circulación brevemente, para reaparecer en los billetes de doscientos pesos.
- El poeta sardo José Zatrilla y Vico Dedoni y Manca escribió un poema dedicado a Sor Juana con el título: Poema heroico al merecido a/plauso del el único Oraculo de/las/Musas, glorioso assombro de los Ingenios, y/Ce/lebre Phenix de la Poesía, la Esclarecida y Ve/ne/rable Señora, Sor Juana Ines de la Cruz Religiosa Professa en el Monasterio de San Geronimo de la Imperial Ciudad de México, Barcelona, 1696
- La directora de cine argentina Maria Luisa Bemberg, se basó en la historia de Sor Juana para rodar Yo, la peor de todas
Bibliografía
- Inundación castálida de la única poetisa, musa décima, Sor Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa en el monasterio de San Jerónimo de la Imperial Ciudad de México, que en varios metros, idiomas y estilos, fertiliza varios asuntos: con elegantes, sutiles, claros, ingeniosos, útiles versos: para enseñanza, recreo y admiración. Dedícalos a la Excelma. Señora D. María Luisa Gonzaga Manrique de Lara, Condesa de Paredes, Marquesa de la Laguna, y los saca a la luz D. Juan Camacho Gayna, caballero del orden de Santiago, Mayordomo y Caballerizo que fue de su Excelencia Gobernador actual de la Ciudad del Puerto de Santa María. Con privilegio. En Madrid: Por Juan García Infanzón. Año de 1689. Para ediciones modernas ver, Inundación Castálida. Madrid: Castalia, 1982. Editora Georgina Sabat-Rivers. Para facsímile ver el editado en México: Frente de Afirmación Hispanista, 1995, con prólogo de Fedro Arias de la Canal. También edición facsimilar en México: Instituto Mexiquense de Cultura, 1995; con estudios de Aureliano Tapia Méndez y Tarsicio Herrera Zapién. También edición facsimile en México: UNAM, 1995, pról. de Sergio Fernández.
- Segundo volumen de las obras de Sor Juana Inés de la Cruz, monja profesa en el monasterio del señor san Gerónimo de la ciudad de México, dedicado por su misma autora a D. Juan de Orue y Arbierto caballero de la orden de Santiago. Año 1692. Con privilegio, en Sevilla, Por Tomás López de Haro, impresor y mercader de libros. Para una edición facsimilar ver Segundo tomo de las obras de sor Juana Inés de la Cruz y La segunda Celestina. México: Frente de Afirmación Hispanista, 1995; con introducción de Fredo Arias de la Canal y prólogo de Guillermo Schmidhuber de la Mora. Otra edición facsimilar, México: UNAM, 1995, pról. de Margo Glantz.
- Fama y obras pósthumas del Fénix de México, décima musa, poetisa americana, Sor Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa en el convento de San Gerónimo de la Imperial Ciudad de México, que sacó a luz el Doctor Don Juan Ignacio de Castorena y Ursúa, Capellán de Honor de su Majestad, Protonotario Juez Apostólico por su Santidad, Teólogo, Examinador de la Nunciatura de España, prebendado de la Santa Iglesia Metropolitana de México. Consagradas a la majestad católica de la Reina nuestra señora Doña Mariana de Neoburg Baviera Palatina del Rhin, por mano de la Excma. Señora Doña Juana de Aragón y Cortés, Duquesa de Monteleón y Terra Nova, Marquesa del Valle de Oaxaca, etc. El doctor Don Juan Ignacio de Castorena y Ursúa, Capellán de Honor de su Majestad, Protonotario Juez Apostólico por su Santidad, teólogo, examinador de la Nunciatura de España, prebendado de la Santa Iglesia Metropolitana de México Con privilegio, En Madrid: en la calle de la Habana. Año de 1700. Edición facsimilar, México: UNAM, 1995, pról. de Antonio Alatorre.
- Fama y obras pósthumas del Fénix de México, Décima Musa, poetisa americana, Sor Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa en el convento de San Gerónimo de la Imperial Ciudad de México, que sacó a luz el Doctor Don Juan Ignacio de Castorena y Ursúa, Capellán de honor de Su Majestad, Protonotario Juez Apostólico por Su Santidad, Teólogo, Examinador de la Nunciatura de España, Prebendado de la Santa Iglesia Metropolitana de México. Consagradas a la Soberana Emperatriz de Cielo, y Tierra, María Nuestra Señora. Con licencia, En Madrid: En la Imprenta de Antonio González de Reyes, año de 1714. Prólogo de Fredo Arias de la Canal. México: Frente de Afirmación Hispanista, 1989 [facsímile de la edición de 1714].
- Auto sacramental del divino Narciso, por alegorías: compuesto por el singular numen y nunca bien alabado ingenio, claridad y propiedad de frase castellana, de la Madre Juana Inés de la Cruz, Religiosa Profesa en el Monasterio del señor San Gerónimo de la Imperial Ciudad de México, a instancias de la Excma. Señora Condesa de Paredes, Marquesa de la Laguna, virreina de esta Nueva España, singular patrona y aficionada de la Madre Juana, para llevarlo a la Corte de Madrid para que se representase en ella. Sácalo a la luz pública el Dr. D. Ambrosio de Lima, que lo fue de Cámara de su Excia., y pudo lograr una copia¼En la Imprenta de la Viuda de Bernardo Calderón, 1690. Existen además dos sueltas sin fecha, editadas en Madrid, ver Obras Completas vol. 4, pp. 513.
- Agustín de Salazar, La gran comedia de la segunda Celestina, Fiesta para los años de nuestra Señora, año de 1676. Coautoría atribuida a Sor Juana por Guillermo Schmidhuber. Cuarto suelto con loa y comedia, sin fecha ni lugar de publicación, 48 páginas.
- Juana Inés de la Cruz. Obras completas. 4 volúmenes. México: Fondo de Cultura Económica, 1976. En el vol. 1 se edita la lírica personal; en el vol. 2 se reúnen los villancicos y las letras sacras; en el vol. 3 se agrupan los autos y loas, y en el volumen 4, las comedias, sainetes y la prosa. Los editores son Alfonso Méndez Plancarte de los tres primeros volúmenes, y Alberto G. Salceda, del último. Para facilitar, esta edición es citada como OC, y se agrega el número de vo-lumen y de página, por ejemplo OC 4: 207.
- Obras completas, en CD-ROM. Rosario, Argentina. Ediciones Nueva Hélade 2004. Con la colaboración de Héctor A. Piccoli, Ailén Delmonte, Guadalupe Correa y Tadeo Stein.
- Agustín de salazar y Torres y Sor Juana Inés de la Cruz, La segunda Celestina, ed. Guillermo Schmidhuber y Olga Martha Peña Doria. México: Editorial Vuelta, 1990. Con prólogo de Octavio Paz (“¿Azar o jus-ticia?”) y un estudio critico de Guillermo Schmidhuber.
- Agustín de Salazar y Torres y Vera Tassis, El encanto es la hermosura y el hechizo sin hechizo, La segunda Celestina. Binghamton, New York: Medieval and Renaissance Texts and Studies, 1994. Edición crítica e introducción de Thomas Austin O’Connor.
- La gran comedia de La segunda Celestina, en Guillermo Schmidhuber, Sor Juana Inés de la Cruz y La gran comedia de La segunda Celestina. Estado de México: Instituto Mexiquense de Cultura, 2005. Edición de Olga Martha Peña Doria.
- "La gran comedia de La segunda Celestina", pieza teatral iniciada por el dramaturgo español Agustín de Salazar y Torres, quien murió en 1675 dejando la obra incompleta, y que se piensa que fue terminada por sor Juana. El descubrimiento de este final diferente al de Vera Tassis fue de Guillermo Schmidhuber de la Mora (Universidad de Guadalajara, México), el cual la atribuyó a Sor Juana; el hallazgo fue publicado en 1990 con un prólogo de Octavio Paz (Editorial Vuelta, 1990). Posteriormente hay varias ediciones, descatan el facsimilar publicado por el Frente de Afirmación Hispanista y la edición crítica de Guillermo Schmidhuber publicada por el Instituto Mexiquense de Cultura, Toluca, México.
- "Protesta de Fee y renovación de votos", escrito religioso de sor Juana que no está incluido en sus obras antiguas ni en la edición de las obras completas de Méndez Plancarte. La oración fue descubierta por Guillermo Schmidhuber de la Mora en la Hispanic Society de Nueva York y publicada por la revista Hispania (USA), y posteriormente en forma facsimilar fue editada por el Frente de Afirmación Hispanista, México, D.F.
- Sor Juana Inés de la Cruz, Obras escogidas, ed. de Juan Carlos Merlo. Barcelona: Bruguera, 1968.
- Sor Juana Inés de la Cruz, Obras selectas, ed. de Georgina Sabat de Rivers y Elias Rivers. Barcelona: Noguer, 1976.
- Sor Juana Inés de la Cruz, Los empeños de una casa, pról. de Julio Jiménez Rueda. 5ª ed., México: UNAM, 1991.
- Sor Juana Inés de la Cruz, Antología, ed. de Dolores Bravo. México: CONACULTA, 1992. (Col. Teatro mexicano historia y dramaturgia, 7).
- Sor Juana Inés de la Cruz, Poesía lírica, ed. de José Carlos González Boixo. Madrid: Cátedra, 1992.
- Sor Juana Inés de la Cruz, Enigmas ofrecidos a la casa del placer, ed. de Antonio Alatorre. México: El Colegio de México, 1994.
- Sor Juana Inés de la Cruz, Obras selectas, sel. de Margo Glantz. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1994.
- Sor Juana Inés de la Cruz, Autos Sacramentales, pról. de Sergio Fernández, ed. de Alfonso Méndez Plancarte. 3ª ed., México: UNAM, 1995.
- Sor Juana Inés de la Cruz, El Sueño, ed. de Alfonso Méndez Plancarte. 3ª ed., México: UNAM 2004.
- Sor Juana Inés de la Cruz, Poesía, teatro, pensamiento: Lírica personal, lírica coral, teatro y prosa, ed. de Georgina Sabat de Rivers y Elias Rivers. Pozuelo de Alarcón-Madrid: Espasa, 2004.
- Antonio Alatorre (ed.), Sor Juana a través de los siglos, 2 vols. México: El Colegio de México-El Colegoi Nacional-UNAM, 2007.
- María Dolores Bravo Arriaga, La excepción y la regla: Estudios sobre espiritualidad y cultura en la Nueva España. México: UNAM, 1997.
- Ezequiel A. Chávez, Sor Juana Inés de la Cruz: Ensayo de Psicología. Barcelona, 1931. 2ª ed., México: Porrúa, 1970.
- G. C. Marras, Un poema sardo-ispano per suor Juana Inès de la Cruz, in AA. VV., G. C. Marras, (a cura di), Lingue, segni, identità nella Sardegna moderna., Roma, 2000 ISBN 88-430-1495-I
- José Pascual Buxó, Sor Juana Inés de la Cruz: Lectura barroca de lña poesía. Renacimiento, 2006.
- Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. 3ª ed., México: FCE, 1983.
- Alberto Pérez-Amador Adam.La ascendente estrella. Bibliografía de los estudios dedicados a Sor Juana Inés de la Cruz en el siglo XX. Madrid: Iberoamericana 2007.
- Sara Poot Herrera (ed.), Y diversa de mí misma entre vuestras plumas ando: Homenaje Internacional a Sor Juana Inés de la Cruz. México: El Colegio de México, 1993.
- José Antonio Rodríguez Garrido, La Carta Atenagórica de Sor Juana: Textos inéditos de una polémica. México: Conacyt-UNAM, 2004.
- Alejandro Soriano Vallés. Aquella Fénix más rara. Vida de Sor Juana Inés de la Cruz. México, Nueva Imagen, 2000.
- Ramón Xirau, Genio y figura de Sor Juana Inés de la Cruz. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1967; 2ª ed., México: El Colegio Nacional-UNAM, 1997.
Notas
- ↑ También Marco Aurelio Almazán menciona su aprendizaje del latín.
Referencias
- ↑ Ezequiel A. Chávez, Sor Juana Inés de la Cruz: Ensayo de psicología. México: Porrúa, 1970, pp.6-7
- ↑ Véase Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, en Obras completas, t. IV, ed. de Alberto G. Salceda. México: FCE, 1957, p. 455
- ↑ Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), Sor Juana a través de los siglos, t. I, p. 241
- ↑ Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, en Obras completas, p. 446
- ↑ Calleja, loc. cit.
- ↑ Diego Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), Sor Juana a través de los siglos, t. I. México: Colegio Nacional-Colegio de México-UNAM, 2007, pp. 241-242
- ↑ Diego Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), Sor Juana a través de los siglos, p. 243
- ↑ Diego Calleja, loc. cit., p. 241
- ↑ a b «Sor Juana Inés de la Cruz». Biografías y Vidas. Consultado el 11, 01
|fechaacceso=
y|Añoacceso=
redundantes (ayuda). - ↑ Véase Antonio Alatorre, "La Carta de Sor Juana al Padre Núñez", Nueva Revista de Filología Hispánica, XXXV (1987), pp. 591-673
- ↑ Antonio Alatorre, "Para leer la Fama y obras pósthumas de Sor Juana Inés de la Cruz", Nueva Revista de Filología Hispánica, XXIX (1980), pp. 457-458
- ↑ Véase Alfonso Méndez Plancarte, "Introducción", en Juana Inés de la Cruz, Obras completas, t. I, ed. de... México: FCE, 1951, pp. 31-33, y también Alberto G. Salceda, "Introducción", en Juana Inés de la Cruz, Obras completas, t. IV, ed. de... México: FCE, 1957, pp. 39-45
- ↑ Véase Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. 3ª ed., México: FCE, 1983, pp. 511-608, véase también Elías Trabulse, Los años finales de Sor Juana. México: Condumex, 1995.
- ↑ Véase Antonio Alatorre y Martha Lilia Tenorio, Serafina y Sor Juana: con tres apéndices. México: El Colegio de México, 1998, y también José Antonio Rodríguez Garrido, La Carta Atenagórica de Sor Juana: Textos inéditos de una polémica. México: Conacyt-UNAM, 2004. así como Elías Trabulse, El enigma de Serafina de Cristo. Tóluca: Instituto Mexiquense de Cultura, 1995
- ↑ «Sor Juana Inés de la Cruz». Encarta. 2006. Consultado el 11, 01
|fechaacceso=
y|Añoacceso=
redundantes (ayuda). - ↑ Georgina Sabat de Rivers, "Los problemas de la Segunda Celestina", en Bibliografía y otras cuestiúnculas sorjuaninas. Buenos Aires: Biblioteca de textos universitarios, 1995, pp. 76-105
- ↑ Antonio Alatorre, "La Segunda Celestina de Agustín de salazar y Torres: Ejercicio de crítica", Vuelta, 46 (diciembre de 1990), pp. 46-52
Enlaces externos
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- Wikisource contiene obras originales de Juana Inés de la Cruz.
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- Portal de Sor Juana en la Biblioteca Virtual Cervantes
- El divino narciso, descarga gratuita en elaleph.com
- Obras completas de Sor Juana Inés de la Cruz en CD-ROM - Incluye ediciones príncipe y facsimilares y textos no publicados en la edición de Méndez Plancarte
- Universidad del Claustro de Sor JuanaEn este inmueble, ahora convertido en Universidad, fue donde vivió la mayor parte de su vida y escribió su obra.
- [1] Imágenes relacionadas con Sor Juana, incluyendo varias de sus firmas.