Diferencia entre revisiones de «Consejo Nacional de Defensa»

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Negrín y sus ministros volvieron a España días después, pero no acudieron a [[Madrid]] ni a [[Valencia]] (las dos principales ciudades que aún quedaban la zona republicana), prefiriendo instalarse en la pequeña localidad alicantina de [[Elda]], cercana a un importante aeródromo militar en [[Monóvar]]. Tal ubicación despertaba sospechas en los mandos militares pues Negrín y el PCE reclamaban al ejército mantener la ''resistencia a ultranza'' mientras que en la práctica la proximidad al aeródromo de Monóvar permitía a Negrín y sus ministros abandonar rápidamente territorio español. Asimismo el [[Partido Comunista Español]] (PCE), principal aliado gubernamental de Negrín, también había fijado su nuevo cuartel general, e instalado a sus máximos líderes, en una finca campestre cercana a [[Elda]] y a Monóvar, lo cual también les facilitaría una rápida huida.
Negrín y sus ministros volvieron a España días después, pero no acudieron a [[Madrid]] ni a [[Valencia]] (las dos principales ciudades que aún quedaban la zona republicana), prefiriendo instalarse en la pequeña localidad alicantina de [[Elda]], cercana a un importante aeródromo militar en [[Monóvar]]. Tal ubicación despertaba sospechas en los mandos militares pues Negrín y el PCE reclamaban al ejército mantener la ''resistencia a ultranza'' mientras que en la práctica la proximidad al aeródromo de Monóvar permitía a Negrín y sus ministros abandonar rápidamente territorio español. Asimismo el [[Partido Comunista Español]] (PCE), principal aliado gubernamental de Negrín, también había fijado su nuevo cuartel general, e instalado a sus máximos líderes, en una finca campestre cercana a [[Elda]] y a Monóvar, lo cual también les facilitaría una rápida huida.


La situación bélica de la República Española era muy mala tras el desmoronamiento final de Cataluña. Aunque el [[Ejército Popular]] contaba con casi 500.000 soldados en teoría (el ''Grupo de Ejércitos de la Región Central'') los generales republicanos [[Antonio Escobar]] y Manuel Matallana, celebraron una conferencia el 12 de febrero ante el primer ministro Negrín reclamando que dichas tropas estaban con insuficiente vestuario y comida, con escasez de armamento (apenas 95.000 [[fusil]]es disponibles para todo el ejército) y con muy poca cobertura aérea (unos 150 [[avion]]es aptos para el combate), y por tanto los soldados serían incapaces de resistir una ofensiva seria de las tropas de Franco, ante ello demandaron entablar negociaciones con el [[bando nacional]] al considerar la guerra como perdida para la República. Sólo el general [[José Miaja]], presente en la reunión, sostuvo la postura del Jefe del gobierno, adhiriéndose a la necesidad de seguir resistiendo.
La situación bélica de la República Española era muy mala tras el desmoronamiento final de Cataluña. Aunque el [[Ejército Popular]] contaba con casi 500.000 soldados en teoría (el ''Grupo de Ejércitos de la Región Central'') los generales republicanos [[Antonio Escobar]] y Manuel Matallana, reclamaron el 12 de febrero ante Negrín que dichas tropas estaban con insuficiente vestuario y comida, con escasez de armamento (apenas 95.000 [[fusil]]es disponibles para todo el ejército) y con muy poca cobertura aérea (unos 150 aviones), incapaces de resistir una ofensiva seria de las tropas de Franco, y demandaron entablar negociaciones con los nacionales al considerar la guerra como perdida para la República.


Pese a los reclamos de los jefes militares para un fin negociado de la guerra, Negrín y el [[PCE]] insistieron en continuar la resistencia; en tanto el PCE consideraba que una ''gran guerra europea'' (de Gran Bretaña y Francia contra Alemania e Italia) salvaría a la República, lo cual era también un deseo evidente de [[Stalin]]: que el renovado poderío militar de [[nazi]]s y [[fascista]]s se lanzara primero contra [[Europa Occidental]] y no contra la [[URSS]].
Pese a los reclamos de los militares para un fin negociado de la guerra, Negrín y el [[PCE]] insistieron en continuar la resistencia, en lo cual serían apoyados por el general [[José Miaja]]; en tanto el PCE consideraba que una ''gran guerra europea'' (de Gran Bretaña y Francia contra Alemania e Italia) salvaría a la República, lo cual era también un deseo de [[Stalin]]: que el renovado poderío militar de [[nazi]]s y [[fascista]]s se lanzara primero contra [[Europa Occidental]] y no contra la [[URSS]].


El origen directo del golpe está en el [[26 de febrero]] de ese año, tras difundirse la noticia que el régimen de [[Francisco Franco|Franco]] había sido reconocido ese mismo día por [[Gran Bretaña]] y [[Francia]], en tanto la República solo controlaba la región suroriental del país, tenían un ejército bastante debilitado, y el triunfo final del bando nacional parecía cuestión de tiempo tras la caída de [[Cataluña]] en manos franquistas. El día [[28 de febrero]] [[Manuel Azaña]], desde [[París]], dimite de la presidencia de la República alegando que carece de todos los elementos necesarios para ejercer funciones gubernamentales e instancia a una paz negociada con los sublevados; Azaña también se había negado antes a responder las peticiones de [[Juan Negrín]] para que regresara a España.
El origen directo del golpe está en el [[26 de febrero]] de ese año, tras difundirse la noticia que el régimen de [[Francisco Franco|Franco]] había sido reconocido por [[Gran Bretaña]] y [[Francia]], en tanto la República solo controlaba la región suroriental del país y el triunfo final del bando nacional parecía cuestión de tiempo. El día 28 de febrero [[Manuel Azaña]], desde [[París]], dimite de la presidencia de la República; Azaña también se había negado antes a responder las peticiones de [[Juan Negrín]] para que regresara a España. Con esta actitud, parecía evidente la falta de autoridad auténtica de Negrín y la desmoralización que imperaba inclusive entre los principales dirigenets republicanos, lo que motivó que militares profesionales, republicanos de [[izquierda]], [[socialista]]s y [[anarquista]]s (con la expresa exclusión de [[comunista]]s) conspiraran para la formación de un gobierno ''sustituto'', con el único fin de intentar negociaciones de paz con las fuerzas de Franco. Ciertamente [[Diego Martínez Barrio]] asumía en París el mando presidencial como sucesor de Azaña, pero también rechazó la idea de retornar a suelo español.


== Creación del Consejo ==
Con esta actitud, parecía evidente la falta de autoridad auténtica de Negrín como Jefe de Gobierno y la desmoralización que imperaba inclusive entre los principales dirigentes republicanos, lo que motivó que militares profesionales, republicanos de [[izquierda]], [[socialista]]s y [[anarquista]]s (con la expresa exclusión de [[comunista]]s) conspiraran para la formación de un gobierno ''sustituto'', con el único fin de intentar negociaciones de paz con las fuerzas de Franco. Ciertamente [[Diego Martínez Barrio]] asumía en París el mando presidencial como sucesor de Azaña, pero también rechazó la idea de retornar a suelo español.
El 2 de marzo Negrín intentó calmar los rumores de una sublevación en las filas republicanas, formulando una serie de ascensos militares (incluyendo el ascenso de [[José Miaja]] a [[capitán general]] aunque dicho puesto fuera abolido en [[1931]]) y una amplia modificación de mandos que no llegó a realizarse, designando militantes comunistas (o afectos al PCE) para diversos puestos clave. La única designación de Negrín que pudo cumplirse fue el nombramiento del oficial [[comunista]] Francisco Galán como jefe de la guarnición de la ciudad portuaria de [[Cartagena]], base de la escuadra naval republicana; tal hecho causó el amotinamiento masivo de los marineros (mayormente simpatizantes de los [[anarquista]]s) quienes el [[4 de marzo]] tomaron posesión de todos los buques de la flota y huyeron con ellos a [[Argelia]] para evitar que las tropas comunistas se apoderasen de dichos navíos. Una vez en el Norte de [[África]], los marineros debieron dejar la flota en manos de las autoridades francesas y dejarse internar.


La rebelión de Cartagena precipitó la sublevación militar en [[Madrid]], la cual ocurrió el [[5 de marzo]] dirigida por el coronel [[Segismundo Casado]]. Negrín se comunicó con los rebeldes desde [[Elda]] pero no convenció a los sublevados. La presidencia del Consejo le fue ofrecida al veterano líder socialista [[Julián Besteiro]], el personaje más popular de los miembros, que no aceptó al considerar que debería presidirla un militar debido a las circunstancias, aunque aceptó una consejería de las ocho que componían el Consejo, y quedando la presidencia en manos del [[José Miaja|general Miaja]].
== Creación del Consejo y caída del Gobierno Negrín ==
El [[2 de marzo]] el premier Negrín intentó calmar los rumores de una sublevación en las filas republicanas, formulando una serie de ascensos militares (incluyendo el ascenso de [[José Miaja]] a [[capitán general]] aunque dicho puesto fuera abolido en [[1931]]) y una amplia modificación de mandos que no llegó a realizarse, designando militantes comunistas (o afectos al PCE) para diversos puestos clave. La única designación de Negrín que pudo cumplirse fue el nombramiento del oficial [[comunista]] Francisco Galán como jefe de la guarnición de la ciudad portuaria de [[Cartagena]], base de la escuadra naval republicana; tal hecho causó el amotinamiento masivo de los marineros (mayormente simpatizantes de los [[anarquista]]s) quienes el [[4 de marzo]] tomaron posesión de todos los buques de la flota y huyeron con ellos a la colonia francesa de [[Argelia]] para evitar que las tropas comunistas se apoderasen de dichos navíos. Una vez en el Norte de [[África]], los marineros debieron dejar la flota en manos de las autoridades francesas y dejarse internar.

La rebelión de Cartagena precipitó la sublevación militar en [[Madrid]], la cual ocurrió el [[5 de marzo]] por la noche, dirigida por el coronel [[Segismundo Casado]]. Negrín se comunicó con los rebeldes desde [[Elda]] en cuanto tuvo conocimiento de la sublevación tras una transmisión radiofónica del líder del [[PSOE]] [[Julián Besteiro]], desde Madrid; pese a sus esfuerzos Negrín no convenció a los sublevados para que depusieran su actitud. La presidencia del Consejo le fue ofrecida al veterano líder socialista [[Julián Besteiro]], el personaje más popular de los miembros, que no aceptó al considerar que debería presidirla un militar debido a las circunstancias, aunque aceptó una consejería de las ocho que componían el Consejo, y quedando la presidencia en manos del [[José Miaja|general Miaja]].


El Consejo se constituyó con los siguientes miembros:
El Consejo se constituyó con los siguientes miembros:
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Las tropas republicanas simpatizantes de los [[comunista]]s atacaron al Consejo en Madrid los días 6 y [[7 de marzo]], enfrentándose también a los batallones anarquistas de [[Cipriano Mera]], que se dirigieron a Madrid para apoyar al Consejo. Al igual que en [[Barcelona]] en mayo de [[1937]], surgía una ''guerra civil interna'' dentro del [[bando republicano]], mientras Negrín y su gobierno se esforzaban en mantener la lealtad de algunos jefes militares afectos al [[PCE]] para continuar resistiendo, usando para ello la línea telefónica instalada en Elda durante la madrugada del 6 de marzo.
Las tropas republicanas comunistas atacaron al Consejo en Madrid los días 6 y [[7 de marzo]], enfrentándose también a los batallones anarquistas de [[Cipriano Mera]], que se dirigieron a Madrid a apoyar al Consejo. Al igual que en [[Barcelona]] en mayo de [[1937]], surgía una ''guerra civil interna'' dentro de un bando de la [[Guerra Civil]], mientras Negrín y su gobierno se esforzaban en mantener la lealtad de algunos jefes militares afectos al PCE para continuar resistiendo.


No obstante, los asesores soviéticos que permanecían en el cuartel general del PCE preparaban por su cuenta una rápida evacuación el mismo [[6 de marzo]], dando por perdida a la República Española. Tras varios intentos de formar un núcleo de resistencia, en la mañana del [[6 de marzo]] llegó a Elda la noticia que las tropas de [[Alicante]] se unían a Casado, lo cual precipitó la evacuación del Gobierno y de los jefes principales del PCE. Al mediodía Negrín requirió que se preparasen aviones en Monóvar y se dirigió allí con sus ministros y los líderes del PCE presentes en Elda. La tarde de ese mismo día Negrín abandonó España saliendo en avión desde [[Monóvar]] con el gobierno. Inmediatamente le seguían desde el mismo punto los asesores soviéticos y toda la jefatura máxima del [[PCE]] que estaba presente allí junto con otros muchos líderes comunistas extranjeros que les acompañaban. Los líderes comunistas Pedro Checa y el italiano [[Palmiro Togliatti]] quedaron en España sólo con la misión de ''organizar la clandestinidad'' del PCE, desistiendo de todo acto para recuperar el gobierno de la República.
No obstante, los asesores soviéticos que permanecían en el cuartel general del PCE preparaban por su cuenta una rápida evacuación el mismo [[6 de marzo]], dando por perdida a la República. Tras varios intentos de formar un núcleo de resistencia, en la mañana del [[6 de marzo]] llegó a Elda la noticia que las tropas de [[Alicante]] se unían a Casado, lo cual precipitó la evacuación del Gobierno y de los jefes principales del PCE. La tarde de ese mismo día Negrín abandonó España saliendo en avión desde [[Monóvar]] con sus ministros. Pocas horas después le seguían desde el mismo punto los asesores soviéticos y toda la jefatura máxima del [[PCE]] que estaba presente allí junto con otros muchos líderes comunistas extranjeros que les acompañaban.


Ese mismo día el ''Consejo Nacional de Defensa'' seguía combatiendo a los comunistas en [[Madrid]] (quienes dominaban ya el centro de la ciudad). Al saber de la fuga de sus líderes con los asesores soviéticos, las unidades del [[PCE]] quedaron muy confundidas e intentaron proseguir la lucha pero pronto desistieron al advertir que habían quedado librados a su suerte y sin recibir instrucciones de sus líderes ya evacuados. El [[11 de marzo]], tras días de deliberaciones, los comunistas depusieron las armas a cambio que Casado no tomase represalias.
Ese mismo día el ''Consejo Nacional de Defensa'' seguía combatiendo a los comunistas en [[Madrid]] (quienes dominaban ya el centro de la ciudad). Al saber de la fuga de sus líderes con los asesores soviéticos, las unidades del [[PCE]] quedaron muy confundidas e intentaron proseguir la lucha pero pronto desistieron al advertir que habían quedado librados a su suerte y sin recibir instrucciones de sus líderes ya evacuados. El [[11 de marzo]], tras días de deliberaciones, los comunistas depusieron las armas a cambio que Casado no tomase represalias.

Revisión del 02:37 10 may 2010

El Consejo Nacional de Defensa fue un organismo que asumió el papel de gobierno provisional en lo que quedaba de la República Española tras el golpe militar protagonizado por el coronel Casado contra el Gobierno de Negrín.

Mediante este golpe, que tuvo lugar en Madrid, el 5 de marzo de 1939, se pretendió poner fin a la guerra civil mediante un acuerdo entre militares, que limitara las anunciadas represalias de los vencedores del bando nacional y evitar el intento comunista de prolongar el conflicto hasta enlazarlo con la inmediata conflagración europea; única posibilidad de pervivencia del ya derrotado gobierno republicano.

Antecedentes

El presidente del Gobierno republicano, Juan Negrín, había huido a Francia con sus ministros el 8 de febrero ante el triunfo del bando nacional en la Ofensiva de Cataluña, terminada el 10 de febrero. El mismo 8 de febrero, las nacionalistas habían tomado Menorca, mientras las autoridades locales de la República (encabezadas por el almirante Luis González de Ubieta) evacuaban pacíficamente en buques de la marina británica. Mientras tanto, la Unión Soviética había suprimido los suministros a la República el 5 de febrero.

Negrín y sus ministros volvieron a España días después, pero no acudieron a Madrid ni a Valencia (las dos principales ciudades que aún quedaban la zona republicana), prefiriendo instalarse en la pequeña localidad alicantina de Elda, cercana a un importante aeródromo militar en Monóvar. Tal ubicación despertaba sospechas en los mandos militares pues Negrín y el PCE reclamaban al ejército mantener la resistencia a ultranza mientras que en la práctica la proximidad al aeródromo de Monóvar permitía a Negrín y sus ministros abandonar rápidamente territorio español. Asimismo el Partido Comunista Español (PCE), principal aliado gubernamental de Negrín, también había fijado su nuevo cuartel general, e instalado a sus máximos líderes, en una finca campestre cercana a Elda y a Monóvar, lo cual también les facilitaría una rápida huida.

La situación bélica de la República Española era muy mala tras el desmoronamiento final de Cataluña. Aunque el Ejército Popular contaba con casi 500.000 soldados en teoría (el Grupo de Ejércitos de la Región Central) los generales republicanos Antonio Escobar y Manuel Matallana, reclamaron el 12 de febrero ante Negrín que dichas tropas estaban con insuficiente vestuario y comida, con escasez de armamento (apenas 95.000 fusiles disponibles para todo el ejército) y con muy poca cobertura aérea (unos 150 aviones), incapaces de resistir una ofensiva seria de las tropas de Franco, y demandaron entablar negociaciones con los nacionales al considerar la guerra como perdida para la República.

Pese a los reclamos de los militares para un fin negociado de la guerra, Negrín y el PCE insistieron en continuar la resistencia, en lo cual serían apoyados por el general José Miaja; en tanto el PCE consideraba que una gran guerra europea (de Gran Bretaña y Francia contra Alemania e Italia) salvaría a la República, lo cual era también un deseo de Stalin: que el renovado poderío militar de nazis y fascistas se lanzara primero contra Europa Occidental y no contra la URSS.

El origen directo del golpe está en el 26 de febrero de ese año, tras difundirse la noticia que el régimen de Franco había sido reconocido por Gran Bretaña y Francia, en tanto la República solo controlaba la región suroriental del país y el triunfo final del bando nacional parecía cuestión de tiempo. El día 28 de febrero Manuel Azaña, desde París, dimite de la presidencia de la República; Azaña también se había negado antes a responder las peticiones de Juan Negrín para que regresara a España. Con esta actitud, parecía evidente la falta de autoridad auténtica de Negrín y la desmoralización que imperaba inclusive entre los principales dirigenets republicanos, lo que motivó que militares profesionales, republicanos de izquierda, socialistas y anarquistas (con la expresa exclusión de comunistas) conspiraran para la formación de un gobierno sustituto, con el único fin de intentar negociaciones de paz con las fuerzas de Franco. Ciertamente Diego Martínez Barrio asumía en París el mando presidencial como sucesor de Azaña, pero también rechazó la idea de retornar a suelo español.

Creación del Consejo

El 2 de marzo Negrín intentó calmar los rumores de una sublevación en las filas republicanas, formulando una serie de ascensos militares (incluyendo el ascenso de José Miaja a capitán general aunque dicho puesto fuera abolido en 1931) y una amplia modificación de mandos que no llegó a realizarse, designando militantes comunistas (o afectos al PCE) para diversos puestos clave. La única designación de Negrín que pudo cumplirse fue el nombramiento del oficial comunista Francisco Galán como jefe de la guarnición de la ciudad portuaria de Cartagena, base de la escuadra naval republicana; tal hecho causó el amotinamiento masivo de los marineros (mayormente simpatizantes de los anarquistas) quienes el 4 de marzo tomaron posesión de todos los buques de la flota y huyeron con ellos a Argelia para evitar que las tropas comunistas se apoderasen de dichos navíos. Una vez en el Norte de África, los marineros debieron dejar la flota en manos de las autoridades francesas y dejarse internar.

La rebelión de Cartagena precipitó la sublevación militar en Madrid, la cual ocurrió el 5 de marzo dirigida por el coronel Segismundo Casado. Negrín se comunicó con los rebeldes desde Elda pero no convenció a los sublevados. La presidencia del Consejo le fue ofrecida al veterano líder socialista Julián Besteiro, el personaje más popular de los miembros, que no aceptó al considerar que debería presidirla un militar debido a las circunstancias, aunque aceptó una consejería de las ocho que componían el Consejo, y quedando la presidencia en manos del general Miaja.

El Consejo se constituyó con los siguientes miembros:

Presidencia José Miaja
Estado Julián Besteiro, (PSOE)
Gobernación Wenceslao Carrillo, (PSOE)
Defensa Segismundo Casado
Hacienda Manuel González Marín,[1]​(CNT)
Trabajo Antonio Pérez, (UGT)
Justicia Miguel San Andrés (Izquierda Republicana)
Instrucción Pública José del Río (Unión Republicana)
Comunicaciones Eduardo Val (CNT)


Las tropas republicanas comunistas atacaron al Consejo en Madrid los días 6 y 7 de marzo, enfrentándose también a los batallones anarquistas de Cipriano Mera, que se dirigieron a Madrid a apoyar al Consejo. Al igual que en Barcelona en mayo de 1937, surgía una guerra civil interna dentro de un bando de la Guerra Civil, mientras Negrín y su gobierno se esforzaban en mantener la lealtad de algunos jefes militares afectos al PCE para continuar resistiendo.

No obstante, los asesores soviéticos que permanecían en el cuartel general del PCE preparaban por su cuenta una rápida evacuación el mismo 6 de marzo, dando por perdida a la República. Tras varios intentos de formar un núcleo de resistencia, en la mañana del 6 de marzo llegó a Elda la noticia que las tropas de Alicante se unían a Casado, lo cual precipitó la evacuación del Gobierno y de los jefes principales del PCE. La tarde de ese mismo día Negrín abandonó España saliendo en avión desde Monóvar con sus ministros. Pocas horas después le seguían desde el mismo punto los asesores soviéticos y toda la jefatura máxima del PCE que estaba presente allí junto con otros muchos líderes comunistas extranjeros que les acompañaban.

Ese mismo día el Consejo Nacional de Defensa seguía combatiendo a los comunistas en Madrid (quienes dominaban ya el centro de la ciudad). Al saber de la fuga de sus líderes con los asesores soviéticos, las unidades del PCE quedaron muy confundidas e intentaron proseguir la lucha pero pronto desistieron al advertir que habían quedado librados a su suerte y sin recibir instrucciones de sus líderes ya evacuados. El 11 de marzo, tras días de deliberaciones, los comunistas depusieron las armas a cambio que Casado no tomase represalias.

Contactos con Franco

El Consejo Nacional de Defensa intentó llegar a un acuerdo con el régimen de Francisco Franco para lograr un acuerdo de paz, pero el bando nacional insistía desde febrero en que sólo se admitiría la rendición incondicional de la República. Recién el 19 de marzo Franco aceptó recibir a los enviados republicanos y en efecto Casado envió el día 23 unos emisarios a Burgos, los coroneles Garijo y Ortega, para negociar directamente con el bando nacional; el Consejo Nacional de Defensa esperaba al menos que, si Franco no aceptaba condiciones de paz, por lo menos garantizara la ausencia de represalias. No obstante, desde que Gran Bretaña y Francia ya habían reconocido al régimen de Franco se reforzaban las ansias del bando nacional para exigir una capitulación sin condiciones a la República que se reconocía vencida; esto evitaba un "compromiso entre militares" de última hora (similar al Abrazo de Vergara) que legitimara después a los republicanos para formar oposición y entorpeciera la autoridad absoluta del nuevo Caudillo.

Ese mismo día 23 se realizaron las conversaciones, donde los enviados de Franco reiteraron que sólo sería aceptada la rendición sin condiciones de las tropas republicanas, agregando que en un plazo de dos días la aviación de la República debería ser entregada a los nacionales, y que el 27 de marzo se decretaría un alto al fuego en todos los frentes para que las tropas nacionalistas avanzaran: ante ello las fuerzas republicanas sólo deberían rendirse y entregar sus armas. Sobre las temidas represalias, Franco tan sólo ofrecía una vaga promesa verbal de justicia a quienes no hubieran cometido crímenes, sin dar más explicaciones. Tampoco se aceptó el pedido republicano de ejecutar una rendición por zonas para dar tiempo a los refugiados que desearan salir de España.

Los emisarios de Casado pidieron en vano un total de veinticinco días para cumplir estas exigencias pero ello les fue negado: solo se les permitió redactar un documento que fijase un modo pacífico de proceder a la rendición, pues las tropas nacionalistas simplemente avanzarían en ofensiva. Finalmente, el 25 de marzo los emisarios de Franco protestaron porque la aviación republicana no se había entregado aún, acusando a Casado de no controlar sus tropas y no estar por tanto en condiciones de negociar y dando por terminada toda negociación. Los emisarios republicanos volvieron a Madrid en la mañana del 26 para apurar la entrega de la aviación pero ya era tarde. En la madrugada del 27 de marzo Franco no esperó más y ordenó a sus tropas lanzar la ofensiva.

Fin del Consejo

El 27 de marzo Franco ordenó a sus ejércitos avanzar en una ofensiva final. Casado ordenó a las tropas de la República sólo que se rindieran sin resistencia, aunque en las semanas previas gran cantidad de soldados republicanos ya habían desertado masivamente, sin que sus oficiales lo impidieran. A lo largo del día 27 los "nacionales" capturaron 30.000 prisioneros y todas las localidades que pudieron, mientras el Ejército Popular Republicano se autodesmovilizaba en todo el frente: divisiones y regimientos se disolvían de inmediato en tanto los soldados abandonaban posiciones y armas para volver a sus casas.

En simultáneo, diversos simpatizantes republicanos (algunos que habían desempeñado puestos administrativos), socialistas, anarquistas, y comunistas, huían en masa a las ciudades de la costa mediterránea, las más alejadas del frente, con la esperanza de abandonar España en algún barco y así huir de las represalias que el bando nacional ya había anticipado contra los vencidos. En los muelles de Alicante, Valencia y Cartagena los refugiados republicanos se concentraron desesperadamente esperando una inmediata evacuación en buques extranjeros, pues la flota republicana que había huido a Argelia había sido retenida militarmente por el gobierno de Francia.

El 28 de marzo los "nacionales" tomaban Madrid sin resistencia, y arrestaron a Julián Besteiro, quien había decidido compartir la suerte de los civiles madrileños y no huir al extranjero. Casado salió de Madrid hacia Valencia en la mañana del 28, dejando el Consejo Nacional de Defensa prácticamente disuelto ese mismo día. Al anochecer del 28 de marzo los franquistas tomaron también todo el frente republicano de Extremadura y de Andalucía, de nuevo sin resistencia.

Fin de la guerra

El día 29 los franquistas tomaban Guadalajara, Ciudad Real, Jaén, Almería, Cuenca, y Albacete, sin hallar resistencia. Ese mismo día Casado entregó Valencia a la quinta columna del bando nacional que ya prácticamente controlaba la ciudad ante la desintegración de las tropas republicanas, mientras al propio Casado se le permitía salir de España en un navío británico desde Gandía. La evacuación de refugiados republicanos era muy difícil en tanto el régimen franquista bloqueaba la entrada a los puertos mediterráneos, dejando en la incertidumbre y temor a casi 50.000 personas que esperaban angustiosamente ser evacuadas en temor de represalias y se hacinaban en los muelles de Alicante (puerto en el cual se realizaría la esperada evacuación), mientras las fuerzas de Franco se acercaban.

El día 30 de marzo, por la noche, partió de Alicante el último grupo de evacuados en el pequeño buque británico Stanbrook, quedando en los muelles casi 20.000 refugiados que dramáticamente esperaron en vano toda la mañana del 31 de marzo otro barco donde partir. Se registraron numerosos suicidios entre los refugiados al entrar las tropas de Franco en Alicante a la mañana siguiente y hacerse evidente que no habría más evacuación. En la mañana del 31 de marzo los "nacionales" también tomaron Murcia y Cartagena. Con ello, todo el territorio español se hallaba en manos del régimen de Franco en la tarde del día 31. Los vencedores anunciarían fin de la guerra oficialmente al día siguiente.

Fuentes

  • Thomas, Hugh (1967). La Guerra Civil Española. París : Ruedo Ibérico. 
  • Bahamonde Magro, Angel; Cervera Gil, Javier (2000). Así terminó la Guerra de España. Madrid: Marcial Pons, Ediciones de Historia. ISBN ISBN(13): 9788495379092 |isbn= incorrecto (ayuda).