Diferencia entre revisiones de «Juana Inés de la Cruz»

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'''Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana''' conocida como '''Sor Juana Inés de la Cruz''', ([[San Miguel Nepantla]], [[México]], [[12 de noviembre]] de [[1651]] – [[Ciudad de México]], México, [[17 de abril]] de [[1695]]) fue una religiosa católica, [[poeta|poetisa]] y [[dramaturgo|dramaturga]] [[Nueva España|novohispana]] del [[Siglo de Oro español]]. Cultivó la [[lírica]] y la [[Dramática|prosa dramática]]. Por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres de ''El Fénix de América'' y ''La décima Musa''.<ref>Casa de América. <u>[http://www.casamerica.es/casa-de-america-virtual/arte-y-exposiciones/articulos-y-noticias/una-musa-muy-actual Una musa muy actual]</u>.</ref>
'''Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana''' conocida como '''Sor Juana Inés de la Cruz''', ([[San Miguel Nepantla]], [[México]], [[12 de noviembre]] de [[1651]] – [[Ciudad de México]], México, [[17 de abril]] de [[1695]]) fue una religiosa católica, [[poeta|poetisa]] y [[dramaturgo|dramaturga]] [[Nueva España|novohispana]] del [[Siglo de Oro español]]. Cultivó la [[lírica]] y el [[teatro]], así como la [[prosa]]. Por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres de ''El Fénix de América'' y ''La décima Musa''.<ref>Casa de América. <u>[http://www.casamerica.es/casa-de-america-virtual/arte-y-exposiciones/articulos-y-noticias/una-musa-muy-actual Una musa muy actual]</u>.</ref>


A muy temprana edad aprendió a leer y a escribir. Juana Inés intentó disfrazarse de hombre, de acuerdo a su propio testimonio en la ''Respuesta a Sor Filotea de la Cruz'', para entrar a la [[Real y Pontificia Universidad de México]].<ref>Sor Juana Inés de la Cruz. <u>[http://www.ensayistas.org/antologia/XVII/sorjuana/sorjuana1.htm Respuesta a Sor Filotea de la Cruz]. México: 1690</u></ref> Perteneció a la corte del [[Antonio de Toledo y Salazar|virrey de Mancera]] y del [[Tomás de la Cerda, tercer marqués de la Laguna|tercer marqués de la Laguna]]. En 1667 ingresó a la vida religiosa a fin de consagrarse por completo a la literatura. En la corte conoció a la condesa de Paredes, su más importante mecenas y quien publicó sus obras en España. A la vez, logró el favor del virrey cuando realizó uno de los más famosos [[Arco del Triunfo|arcos triunfales]] para su entrada a la [[ciudad de México]]. Murió a causa de una epidemia el [[17 de abril]] de [[1695]].
A muy temprana edad aprendió a leer y a escribir. Perteneció a la corte del [[Antonio de Toledo y Salazar|virrey de Mancera]]. En 1667 ingresó a la vida religiosa a fin de consagrarse por completo a la literatura. Sus más importantes mecenas fueron los Marqueses de la Laguna, virreyes de la Nueva España, quienes publicaron sus obras en España. Murió a causa de una epidemia el [[17 de abril]] de [[1695]].


Sor Juana Inés de la Cruz ocupa, junto a [[Juan Ruiz de Alarcón]] y a [[Carlos de Sigüenza y Góngora]], el lugar más destacado de la [[literatura de México#Escritores_del_virreinato|literatura novohispana]].<ref><u>[http://www.mexicodesconocido.com.mx/notas/5170-La-literatura-barroca-en-la-Nueva-Espa%F1a La literatura barroca en la Nueva España]</u></ref> En el campo de la lírica su producción se adscribe a los lineamientos del Barroco hispano en su etapa tardía. La producción lírica de Sor Juana, que supone la mitad de su obra, es un crisol donde convergen la cultura de una [[Nueva España]] en apogeo, el [[culteranismo]] de [[Luis de Góngora|Góngora]] y la obra conceptista de [[Francisco de Quevedo|Quevedo]] y [[Pedro Calderón de la Barca|Calderón]].<ref>Sor Juana Inés de la Cruz. <u>Poesía Lírica</u>, edición de José Carlos González Boixo. Madrid: Cátedra, 1992.</ref>
Sor Juana Inés de la Cruz ocupa, junto a [[Juan Ruiz de Alarcón]] y a [[Carlos de Sigüenza y Góngora]], el lugar más destacado de la [[literatura de México#Escritores_del_virreinato|literatura novohispana]].<ref><u>[http://www.mexicodesconocido.com.mx/notas/5170-La-literatura-barroca-en-la-Nueva-Espa%F1a La literatura barroca en la Nueva España]</u></ref> En el campo de la lírica su producción se adscribe a los lineamientos del Barroco hispano en su etapa tardía. La producción lírica de Sor Juana, que supone la mitad de su obra, es un crisol donde convergen la cultura de una [[Nueva España]] en apogeo, el [[culteranismo]] de [[Luis de Góngora|Góngora]] y la obra conceptista de [[Francisco de Quevedo|Quevedo]] y [[Pedro Calderón de la Barca|Calderón]].<ref>Sor Juana Inés de la Cruz. <u>Poesía Lírica</u>, edición de José Carlos González Boixo. Madrid: Cátedra, 1992.</ref>


La obra dramática de Sor Juana va de lo religioso a lo profano. Sus obras más destacables en este género son ''[[Amor es más laberinto]]'', ''[[Los empeños de una casa]]'' y una serie de autos sacramentales diseñados para representarse en la corte.<ref><u>[http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/mex/01394920833793625867680/p0000004.htm Los autos sacramentales de Sor Juana: tres lugares teológicos]</u>.</ref>
La obra dramática de Sor Juana va de lo religioso a lo profano. Sus obras más destacables en este género son ''[[Amor es más laberinto]]'', ''[[Los empeños de una casa]]'' y una serie de autos sacramentales diseñados para representarse en la corte.<ref><u>[http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/mex/01394920833793625867680/p0000004.htm Los autos sacramentales de Sor Juana: tres lugares teológicos]</u>.</ref>

Sor Juana Inés de la Cruz incursionó también en el campo de la filosofía. Sus estudios sobre [[filosofía griega]] y [[filosofía medieval|medieval]] le llevaron a formular aventuradas tesis sobre el papel de la mujer en la sociedad colonial, que más de una vez le ocasionaron problemas con sus superiores.<ref>Oregon State University. <u>[http://oregonstate.edu/instruct/phl302/philosophers/cruz.html Philosophers:Sor Juana Inés de la Cruz]</u>.</ref> Para Sor Juana, la mujer tenía tanto derecho como el hombre a recibir educación y a desarrollar su potencial. El [[feminismo]] de la monja poetisa se expresa, según Mary Morkovsky, en dos obras: ''[[El sueño]]'' y la mencionada ''[[Respuesta a Sor Filotea de la Cruz]]''.<ref>Alatorre, Antonio. "Lectura del Primero Sueño", <u>Y diversa de mí misma entre vuestras plumas ando</u>. México: El Colegio de México, 1993, pp. 101-126.</ref>


== Biografía ==
== Biografía ==
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[[File:Juana Inés de la Cruz.jpg|thumb|Retrato de Juana de Asbaje en 1666, a los quince años de edad. En esa fecha fue cuando entró a la corte virreinal.]]
[[File:Juana Inés de la Cruz.jpg|thumb|Retrato de Juana de Asbaje en 1666, a los quince años de edad. En esa fecha fue cuando entró a la corte virreinal.]]


Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana fue la menor de las tres hijas, María, Josefa y Juana Inés, procreados por Pedro Manuel de Asbaje y Machuca e Isabel Ramírez de Santillana. El padre, militar español oriundo de [[Vergara]], en la provincia vasca de [[Guipúzcoa]], estaba asentado en [[San Miguel Nepantla]]. Allí nació, el viernes 12 de noviembre de 1651, en un oscuro lugar llamado por entonces "La Celda", Sor Juana Inés de la Cruz.
Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana fue la menor de las tres hijas, María, Josefa y Juana Inés, procreados por Pedro Manuel de Asbaje y Machuca e Isabel Ramírez de Santillana. El padre, que se cree que fue un militar español oriundo de [[Vergara]], en la provincia vasca de [[Guipúzcoa]], estaba asentado en [[San Miguel Nepantla]]. Allí nació, el viernes 12 de noviembre de 1651 (aunque otros opinan que nació en 1648), <ref>Alfonso Méndez Plancarte, "Estudio liminar", nota, en ''Obras completas de Sor Juana Inés de la Cruz'', t. I, pp. 52-53 </ref> en un oscuro lugar llamado por entonces "La Celda", Sor Juana Inés de la Cruz.


La niña pasó su infancia entre [[Amecameca]], [[Yacapixtla]], [[Panoaya]] y Nepantla. Allí aprendió [[náhuatl]] con los esclavos de las haciendas de su abuelo, donde se sembraba trigo y maíz. El abuelo de Sor Juana muere en 1656, por lo que su madre toma las riendas de las fincas. <ref>Ezequiel A. Chávez, ''Sor Juana Inés de la Cruz: Ensayo de psicología''. México: Porrúa, 1970, pp.6-7</ref> Asimismo, aprendió a leer y escribir a los tres años al tomar las lecciones con su hermana mayor a escondidas de su madre.<ref> Véase ''Respuesta a Sor Filotea de la Cruz'', en ''Obras completas'', t. IV, ed. de Alberto G. Salceda. México: FCE, 1957, p. 455</ref>
La niña pasó su infancia entre [[Amecameca]], [[Yacapixtla]], [[Panoaya]] y Nepantla. Allí aprendió [[náhuatl]] con los esclavos de las haciendas de su abuelo, donde se sembraba trigo y maíz. El abuelo de Sor Juana muere en 1656, por lo que su madre toma las riendas de las fincas. <ref>Ezequiel A. Chávez, ''Sor Juana Inés de la Cruz: Ensayo de psicología''. México: Porrúa, 1970, pp.6-7</ref> Asimismo, aprendió a leer y escribir a los tres años al tomar las lecciones con su hermana mayor a escondidas de su madre.<ref> Véase ''Respuesta a Sor Filotea de la Cruz'', en ''Obras completas'', t. IV, ed. de Alberto G. Salceda. México: FCE, 1957, p. 455</ref>


Pronto iniciaría su gusto por la [[gramática]], el [[latín]] y las obras de la literatura clásica. A los ocho años, entre 1657 y 1659, ganó un libro por una [[loa]] compuesta en honor al [[Santísimo Sacramento]], según cuenta su biógrafo [[Diego Calleja]]. El mismo jesuita señala que Juana Inés radicó en la ciudad de México desde los ocho años, aunque se tienen noticias más veraces de que se asentó allí hasta los trece quince.
Pronto inició su gusto por la lectura, pues descubrió la biblioteca de su abuelo y así se aficionó a los libros.<ref>Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), ''Sor Juana a través de los siglos'', t. I, p. 241</ref> Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y la teología del momento. Su afán de saber era tal que intentó convencer a su madre de que la enviase a la Universidad disfrazada de hombre, puesto que las mujeres no podían acceder a ésta;<ref> ''Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, en ''Obras completas'', p. 446</ref>, asimismo al estudiar la lección cortaba un pedazo de su propio cabello si no la había aprendido correctamente, pues no le parecía bien que la cabeza estuviese cubierta de hermosuras si carecía de ideas. A los ocho años, entre 1657 y 1659, ganó un libro por una [[loa]] compuesta en honor al [[Santísimo Sacramento]], según cuenta su biógrafo [[Diego Calleja]]. Calleja señala que Juana Inés radicó en la ciudad de México desde los ocho años, aunque se tienen noticias más veraces de que se asentó allí hasta los trece o quince.

Descubrió la biblioteca de su abuelo y así se aficionó a los libros.<ref>Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), ''Sor Juana a través de los siglos'', t. I, p. 241</ref> Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y la teología del momento. Las rígidas costumbres de la época impedían que una mujer accediera a la educación superior, por lo que Juana le propuso a su madre disfrazarse de hombre para asistir a la universidad, según ella misma escribió.<ref> ''Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, en ''Obras completas'', p. 446</ref>

Sobre sus primeros años cuenta Ezequiel Chávez que la niña Juana poseia un hermoso cabello. Sin embargo, se preocupaba porque su pelo crecía rápidamente y ella no lograba aprender lo que deseaba. Así, según Calleja, Juana Inés cortaba su cabello a razón de cuatro o cinco dedos y lo hacía cada vez que no conseguía dominar un tema.


=== Adolescencia ===
=== Adolescencia ===


Existe una controversia, aún no resuelta, entre los especialistas en Sor Juana acerca de la fecha en la que la joven poetisa fue enviada a vivir a la ciudad de México. Algunos dan como fecha 1657, otros 1664. Como quiera que haya sido, Juana Inés vivió con María Ramírez, hermana de su madre, y con su esposo Juan de Mata. Posiblemente haya sido alejada de las haciendas de su madre a causa de la muerte de su medio hermano, o bien, de la de su abuelo materno.
Juana Inés vivió con María Ramírez, hermana de su madre, y con su esposo Juan de Mata. Posiblemente haya sido alejada de las haciendas de su madre a causa de la muerte de su medio hermano, o bien, de la de su abuelo materno.


[[Archivo:018sorjuana.jpg|thumb|Retrato de Sor Juana, por Fray Miguel de Herrera.]]
[[Archivo:018sorjuana.jpg|thumb|Retrato de Sor Juana, por Fray Miguel de Herrera.]]

La futura monja tomó clases de gramática latina, en tan solo veinte días, con el bachiller Martín de Olivas. También aprendió los usos y costumbres de la sociedad capitalina, empeñada entonces en imitar hasta en el más mínimo detalle a la cosmopolita [[Madrid]].<ref>Calleja, ''loc. cit.''</ref>


Entre 1664 y 1665 ingresa a la corte del virrey [[Antonio de Toledo y Salazar|Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera]]. La virreina, Leonor Carreto, será una de sus más importantes mecenas. El ambiente y la decidida protección de los virreyes marcará decisivamente la producción literaria de Juana Inés. Por entonces ya era conocida su inteligencia y su sagacidad, pues se cuenta que, por instrucciones del virrey, un grupo de sabios humanistas la evaluaron, y la joven superó el examen en condiciones excelentes.<ref> Diego Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), ''Sor Juana a través de los siglos'', t. I. México: Colegio Nacional-Colegio de México-UNAM, 2007, pp. 241-242</ref>
Entre 1664 y 1665 ingresa a la corte del virrey [[Antonio de Toledo y Salazar|Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera]]. La virreina, Leonor Carreto, será una de sus más importantes mecenas. El ambiente y la decidida protección de los virreyes marcará decisivamente la producción literaria de Juana Inés. Por entonces ya era conocida su inteligencia y su sagacidad, pues se cuenta que, por instrucciones del virrey, un grupo de sabios humanistas la evaluaron, y la joven superó el examen en condiciones excelentes.<ref> Diego Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), ''Sor Juana a través de los siglos'', t. I. México: Colegio Nacional-Colegio de México-UNAM, 2007, pp. 241-242</ref>
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La corte virreinal era uno de los lugares más cultos e ilustrados del virreinato. Solían celebrarse fastuosas tertulias a las que acudían teólogos, filósofos, matemáticos, historiadores y todo tipo de humanistas, en su mayoría egresados o profesores de la [[Real y Pontificia Universidad de México]]. Allí, como dama de compañía de la virreina, la adolescente Juana desarrollará su intelecto y sus capacidades literarias. En repetidas ocasiones escribía sonetos, poemas y elegías fúnebres que eran bien recibidaas en la corte.
La corte virreinal era uno de los lugares más cultos e ilustrados del virreinato. Solían celebrarse fastuosas tertulias a las que acudían teólogos, filósofos, matemáticos, historiadores y todo tipo de humanistas, en su mayoría egresados o profesores de la [[Real y Pontificia Universidad de México]]. Allí, como dama de compañía de la virreina, la adolescente Juana desarrollará su intelecto y sus capacidades literarias. En repetidas ocasiones escribía sonetos, poemas y elegías fúnebres que eran bien recibidaas en la corte.


Chávez señala que a Juana Inés se le conocía como "la muy querida de la virreina", y que el virrey también le tenía un especial aprecio. Leonor de Carreto fue la primera protectora de la niña poetisa y a su muerte, en 1674, Sor Juana le dedicó una elegía: "De la beldad de Laura", que la crítica considera una expresión del [[amor platónico]] o [[lesbianismo|lésbico]] que la poetisa pudo haber sentido hacia su mecenas.
Chávez señala que a Juana Inés se le conocía como "la muy querida de la virreina", y que el virrey también le tenía un especial aprecio. Leonor de Carreto fue la primera protectora de la niña poetisa.


=== Período de madurez ===
=== Período de madurez ===
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A finales de 1666 llamó la atención del padre Núñez de Miranda, confesor de los virreyes, quien, al saber que la jovencita no deseaba casarse, le propuso entrar en una orden religiosa.<ref> Diego Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), ''Sor Juana a través de los siglos'', p. 243</ref> Aprendió [[latín]] en veinte lecciones impartidas por Martín de Olivas y probablemente pagadas por Núñez de Miranda.<ref>También [[Marco Aurelio Almazán]] menciona su aprendizaje del latín.</ref><ref> Diego Calleja, loc. cit., p. 241</ref> Después de un intento fallido con las [[Carmelitas]], cuya regla era de una rigidez extrema que la llevó a enfermarse, ingresó en la [[Orden de San Jerónimo|orden de las Jerónimas]], donde la disciplina era algo más relajada, y tenía una celda de dos pisos y sirvientas. Allí permaneció el resto de su vida, pues los estatutos de la orden le permitían estudiar, escribir, celebrar tertulias y recibir visitas, como las de Leonor de Carreto, que nunca dejó su amistad con la poetisa.
A finales de 1666 llamó la atención del padre Núñez de Miranda, confesor de los virreyes, quien, al saber que la jovencita no deseaba casarse, le propuso entrar en una orden religiosa.<ref> Diego Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), ''Sor Juana a través de los siglos'', p. 243</ref> Aprendió [[latín]] en veinte lecciones impartidas por Martín de Olivas y probablemente pagadas por Núñez de Miranda.<ref>También [[Marco Aurelio Almazán]] menciona su aprendizaje del latín.</ref><ref> Diego Calleja, loc. cit., p. 241</ref> Después de un intento fallido con las [[Carmelitas]], cuya regla era de una rigidez extrema que la llevó a enfermarse, ingresó en la [[Orden de San Jerónimo|orden de las Jerónimas]], donde la disciplina era algo más relajada, y tenía una celda de dos pisos y sirvientas. Allí permaneció el resto de su vida, pues los estatutos de la orden le permitían estudiar, escribir, celebrar tertulias y recibir visitas, como las de Leonor de Carreto, que nunca dejó su amistad con la poetisa.


Muchos atribuyen su salida de la corte a una decepción amorosa, aunque ella muchas veces expresó no sentirse atraída por el amor y que sólo la vida monástica podría permitirle dedicarse a estudios intelectuales.
Muchos críticos y biógrafos atribuyeron su salida de la corte a una decepción amorosa, aunque ella muchas veces expresó no sentirse atraída por el amor y que sólo la vida monástica podría permitirle dedicarse a estudios intelectuales. <ref>Véase Antonio Alatorre y Martha Lilia Tenorio, "Una enfermedad contagiosa: los fantaseos sobre sor Juana#", ''Nueva Revista de Filología Hispánica'', 46 (1998), 105-121.</ref>


[[Archivo:Neptunoalegorico.jpg|thumb|Reconstrucción del ''[[Neptuno alegórico]]'', arco triunfal diseñado por Sor Juana para la entrada de los virreyes condes de Paredes en 1680.]]
[[Archivo:Neptunoalegorico.jpg|thumb|Reconstrucción del ''[[Neptuno alegórico]]'', arco triunfal diseñado por Sor Juana para la entrada de los virreyes condes de Paredes en 1680.]]


Entre 1671 y 1672 enfermó gravemente de [[tifo]], lo que casi le cuesta la vida. Y en 1674 sufre uno de sus más duros golpes: el virrey de Mancera y su esposa son relevados de su cargo y en [[Tepeaca]], durante el trayecto a [[Veracruz]], fallece [[Leonor de Carreto]]. A ella dedicó Sor Juana varias elegías, entre las que destaca ''[[De la beldad de Laura]]'', seudónimo de la virreina.
Entre 1671 y 1672 enfermó gravemente de [[tifo]], lo que casi le cuesta la vida. Y en 1674 sufre uno de sus más duros golpes: el virrey de Mancera y su esposa son relevados de su cargo y en [[Tepeaca]], durante el trayecto a [[Veracruz]], fallece [[Leonor de Carreto]]. A ella dedicó Sor Juana varias elegías, entre las que destaca "De la beldad de Laura enamorados", seudónimo de la virreina; en este soneto desmuestra su conocimiento y dominio de las pautas y tópicos petrarquistas imperantes.


En [[1680]] se produce la sustitución de [[Fray Payo Enríquez de Rivera]] por [[Tomás de la Cerda, tercer marqués de la Laguna|Tomás Antonio de la Cerda y Aragón, marqués de la Laguna]] al frente del virreinato. Con él llego su esposa [[Luisa Manrique de Lara]], condesa de Paredes, que pertenecía a la misma generación que Sor Juana y pronto se convirtieron en cercanas amigas. A Sor Juana se le encomendó la confección del arco triunfal que adornaría la entrada de los virreyes a la capital, para lo que escribió su famoso ''[[Neptuno alegórico]]''.
En [[1680]] se produce la sustitución de [[Fray Payo Enríquez de Rivera]] por [[Tomás de la Cerda, tercer marqués de la Laguna|Tomás Antonio de la Cerda y Aragón, marqués de la Laguna]] al frente del virreinato. A Sor Juana se le encomendó la confección del arco triunfal que adornaría la entrada de los virreyes a la capital, para lo que escribió su famoso ''[[Neptuno alegórico]]''. Éste impresionó gratamente a los virreyes quienes ofrecieron su ortección y amistad a sor Juana, especialmente la virreina María Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, quien fue muy cercana a sor Juana: la virreina poseía un retrato de la monja y un anillo que ésta le había regalado, a su partida llevó los textos de sor Juana a España para que se imprimieran.

Su confesor, el jesuita [[Antonio Núñez de Miranda]], le reprochaba que se ocupara tanto de temas mundanos, lo que junto con el frecuente contacto con las más altas personalidades de la época debido a su gran fama intelectual, desencadenó las iras de éste. Bajo la protección de la marquesa de la Laguna, decidió rechazarlo como confesor.<ref>Antonio Alatorre, "La ''Carta'' de Sor Juana al Padre Núñez", ''Nueva Revista de Filología Hispánica'', XXXV (1987), pp. 591-673</ref>


El gobierno del marqués de la Laguna (1680-1686) coincide con la época dorada de la producción de Sor Juana. Escribió versos sacros y profanos, villancicos para festividades religiosas (''San Pedro'', ''Santa Catarina'' y ''Navidad'' son los más destacados), [[auto sacramental|autos sacramentales]] (''[[El divino Narciso]]'', ''[[El cetro de José]]'' y ''[[El mártir del sacramento: San Hermenegildo]]'') y dos [[comedia]]s (''[[Los empeños de una casa]]'' y ''[[Amor es más laberinto]]''. También sirvió como administradora del convento, con buen tino, y realizó experimentos científicos.<ref name="ByV">{{cita web|autor = |año = |url =http://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/juana_ines.htm|título =Sor Juana Inés de la Cruz|obra =Biografías y Vidas|fechaacceso=11, 01| añoacceso =2009| idioma = }}</ref>
El gobierno del marqués de la Laguna (1680-1686) coincide con la época dorada de la producción de Sor Juana. Escribió versos sacros y profanos, villancicos para festividades religiosas (''San Pedro'', ''Santa Catarina'' y ''Navidad'' son los más destacados), [[auto sacramental|autos sacramentales]] (''[[El divino Narciso]]'', ''[[El cetro de José]]'' y ''[[El mártir del sacramento: San Hermenegildo]]'') y dos [[comedia]]s (''[[Los empeños de una casa]]'' y ''[[Amor es más laberinto]]''. También sirvió como administradora del convento, con buen tino, y realizó experimentos científicos.<ref name="ByV">{{cita web|autor = |año = |url =http://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/juana_ines.htm|título =Sor Juana Inés de la Cruz|obra =Biografías y Vidas|fechaacceso=11, 01| añoacceso =2009| idioma = }}</ref>


Sor Juana se vio involucrada en una disputa teológica, a raíz de una crítica privada que realizó de un sermón del muy conocido predicador de treinta años atrás, el jesuita [[António Vieira]], que fue publicada por el obispo de Puebla [[Manuel Fernández de Santa Cruz]]; éste la imprimió bajo el título de ''Carta Atenagórica'' y la prologó bajo el seudónimo de Sor Filotea, recomendándole que dejara de dedicarse a las "humanas letras" y se dedicase en cambio a las divinas, de las cuales, según el obispo de Puebla, sacaría mayor provecho. Esto provocó la reacción de la poetisa a través del escrito ''[[Respuesta a Sor Filotea]]'', donde hace una encendida defensa de su labor intelectual y en la que reclamaba los derechos de la mujer a la educación.<ref name="ByV" />
Incursiona también en la filosofía; en 1690 sale a la luz su ''[[Carta atenagórica]]'', titulada originalmente ''La crisis de un sermón'', y al año siguiente la ''[[Respuesta a Sor Filotea de la Cruz]]''. En 1692 se publicó en una imprenta de Madrid el segundo tomo de sus obras completas, cuyo primer volumen se editó en 1689 bajo el nombre de ''[[Inundación castálida]]''. A continuación, en 1693, escribe su última obra: ''Enigmas'' para la ''Casa do placer'' de las monjas portuguesas.

Su confesor, el jesuita [[Antonio Núñez de Miranda]], le reprochaba que se ocupara tanto de temas mundanos, lo que junto con el frecuente contacto con las más altas personalidades de la época debido a su gran fama intelectual, desencadenó las iras de éste. Bajo la protección de lamarquesa de la Laguna, decidió rechazarlo como confesor.<ref>Antonio Alatorre, "La ''Carta'' de Sor Juana al Padre Núñez", ''Nueva Revista de Filología Hispánica'', XXXV (1987), pp. 591-673</ref>

Esta amistad con las virreinas (a quienes llamaba ''Laura'' y ''Lisi'') queda plasmada en poemas al uso de la época, esto ha llevado a que algunos lectores del [[siglo XX]] pretendan encontrar en ellos "tendencias homosexuales". A Leonor de Carreto y a Luisa Manrique de Lara escribió poemas bastante encendidos, y a la condesa de Paredes le dedicó un retrato y un anillo. Fue precisamente ella quien se llevó las obras de Sor Juana a España y financió la edición de sus obras.<ref>Antonio Alatorre, "Para leer la ''Fama y obras pósthumas'' de Sor Juana Inés de la Cruz", ''Nueva Revista de Filología Hispánica'', XXIX (1980), pp. 457-458</ref>

Sor Juana se vio involucrada en una disputa teológica, a raíz de una crítica privada que realizó de un sermón del muy conocido predicador de treinta años atrás, el jesuita [[António Vieira]], que fue publicada por el obispo de Puebla [[Manuel Fernández de Santa Cruz]]; éste la prologó bajo el seudónimo de Sor Filotea, recomendándole que dejara de dedicarse a las "humanas letras" y se dedicase en cambio a las divinas, de las cuales, según el obispo de Puebla, sacaría mayor provecho. Esto provocó la reacción de la poetisa a través del escrito ''[[Respuesta a Sor Filotea]]'', donde hace una encendida defensa de su labor intelectual y en la que reclamaba los derechos de la mujer a la educación.<ref name="ByV" />


=== Última etapa ===
=== Última etapa ===
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Entre 1692 y 1693 comienza el último período de la vida de Sor Juana. Sus amigos y protectores han muerto: el conde de Paredes, Juan de Guevara y diez monjas del Convento de San Jerónimo. Las fechas coinciden con una agitación de la Nueva España; se producen rebeliones en el norte del virreinato, la muchedumbre asalta el Real Palacio y las epidemias se ceban con la población novohispana.
Entre 1692 y 1693 comienza el último período de la vida de Sor Juana. Sus amigos y protectores han muerto: el conde de Paredes, Juan de Guevara y diez monjas del Convento de San Jerónimo. Las fechas coinciden con una agitación de la Nueva España; se producen rebeliones en el norte del virreinato, la muchedumbre asalta el Real Palacio y las epidemias se ceban con la población novohispana.


En la poetisa ocurre un extraño cambio: hacia 1693 deja de escribir y parece dedicarse más labores religiosas. Hasta la fecha no se conoce con precisión el motivo de tal cambio; los críticos católicos han visto en Sor Juana una mayor dedicación a las cuestiones sobrenaturales y una entrega mística a [[Jesucristo]], sobre todo a partir de la renovación de sus votos religiosos en 1694.<ref>Véase Alfonso Méndez Plancarte, "Introducción", en Juana Inés de la Cruz, ''Obras completas'', t. I, ed. de... México: FCE, 1951, pp. 31-33, y también Alberto G. Salceda, "Introducción", en Juana Inés de la Cruz, ''Obras completas'', t. IV, ed. de... México: FCE, 1957, pp. 39-45</ref>. Otros, en cambio, adivinan una conspiración misógina tramada en su contra, tras la cual fue condenada a dejar de escribir y se le obligó a cumplir lo que las autoridades eclesiásticas consideraban las tareas apropiadas de una monja.<ref> Véase Octavio Paz, ''Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe''. 3ª ed., México: FCE, 1983, pp. 511-608.</ref><ref>Elías Trabulse, ''Los años finales de Sor Juana''. México: Condumex, 1995.</ref> No han existido datos concluyentes, pero sí se han avanzado en investigaciones donde se ha descubierto la polémica que causó la ''[[Carta Atenagórica]]''.<ref>Véase Antonio Alatorre y Martha Lilia Tenorio, ''Serafina y Sor Juana: con tres apéndices''. México: El Colegio de México, 1998, y también José Antonio Rodríguez Garrido, ''La Carta Atenagórica de Sor Juana: Textos inéditos de una polémica''. México: Conacyt-UNAM, 2004.</ref><ref>Elías Trabulse, ''El enigma de Serafina de Cristo''. Tóluca: Instituto Mexiquense de Cultura, 1995</ref> Su propia penitencia queda expresada en la firma que estampó en el libro del convento: "Yo, la peor del mundo", que se ha convertido en una de sus más célebres frases.
En la poetisa ocurre un extraño cambio: hacia 1693 deja de escribir y parece dedicarse más labores religiosas. Hasta la fecha no se conoce con precisión el motivo de tal cambio; los críticos católicos han visto en Sor Juana una mayor dedicación a las cuestiones sobrenaturales y una entrega mística a [[Jesucristo]], sobre todo a partir de la renovación de sus votos religiosos en 1694.<ref>Véase Alfonso Méndez Plancarte, "Introducción", en Juana Inés de la Cruz, ''Obras completas'', t. I, ed. de... México: FCE, 1951, pp. 31-33, y también Alberto G. Salceda, "Introducción", en Juana Inés de la Cruz, ''Obras completas'', t. IV, ed. de... México: FCE, 1957, pp. 39-45</ref>. Otros, en cambio, adivinan una conspiración misógina tramada en su contra, tras la cual fue condenada a dejar de escribir y se le obligó a cumplir lo que las autoridades eclesiásticas consideraban las tareas apropiadas de una monja.<ref> Véase Octavio Paz, ''Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe''. 3ª ed., México: FCE, 1983, pp. 511-608.</ref><ref>Elías Trabulse, ''Los años finales de Sor Juana''. México: Condumex, 1995.</ref> No han existido datos concluyentes, pero sí se han avanzado en investigaciones donde se ha descubierto la polémica que causó la ''[[Carta Atenagórica]]''.<ref>Véase Antonio Alatorre y Martha Lilia Tenorio, ''Serafina y Sor Juana: con tres apéndices''. México: El Colegio de México, 1998, y también José Antonio Rodríguez Garrido, ''La Carta Atenagórica de Sor Juana: Textos inéditos de una polémica''. México: Conacyt-UNAM, 2004.</ref><ref>Elías Trabulse, ''El enigma de Serafina de Cristo''. Tóluca: Instituto Mexiquense de Cultura, 1995</ref> Su propia penitencia queda expresada en la firma que estampó en el libro del convento: "Yo, la peor del mundo", que se ha convertido en una de sus más célebres frases. Poco antes de su muerte fue obligada por su confesor a deshacerse de su biblioteca y su colección de instrumentos musicales y científicos, los cuales se vendieron para ayudar a los pobres.


[[Archivo:Sor Juana Inés de la Cruz.JPG|thumb|Estatua de Sor Juana Inés en Madrid.]]
[[Archivo:Sor Juana Inés de la Cruz.JPG|thumb|Estatua de Sor Juana Inés en Madrid.]]

La monja poetisa prácticamente se retiró del mundo de las letras y comenzó la última etapa de su vida, dedicada principalmente a orar, a hacer penitencia y a pensar en la muerte. Logró reconciliarse con Núñez de Miranda para que la asistiese otra vez y gradualmente logra rehacer la relación con el cura. Poco antes de su muerte fue obligada por su confesor a deshacerse de su biblioteca y su colección de instrumentos musicales y científicos, los cuales se vendieron para ayudar a los pobres.


A principios de 1695 se desata una epidemia de peste que hace estragos en toda la capital, pero especialmente en el Convento de San Jerónimo. De cada diez religiosas enfermas, nueve morían. El 17 de febrero fallece el padre Antonio, cercanísimo a Sor Juana. Y ella misma cae enferma poco tiempo más tarde, pues colaboraba cuidando a las monjas enfermas. La mañana del 17 de abril de 1695, a los cuarenta y tres años, muere Juana Inés de Asbaje y Ramírez.<ref>{{cita web|autor = |año =2006|url =http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761557923/Sor_Juana_In%C3%A9s_de_la_Cruz.html|título =Sor Juana Inés de la Cruz|obra =Encarta|fechaacceso=11, 01| añoacceso =2009| idioma = }}</ref>
A principios de 1695 se desata una epidemia de peste que hace estragos en toda la capital, pero especialmente en el Convento de San Jerónimo. De cada diez religiosas enfermas, nueve morían. El 17 de febrero fallece el padre Antonio, cercanísimo a Sor Juana. Y ella misma cae enferma poco tiempo más tarde, pues colaboraba cuidando a las monjas enfermas. La mañana del 17 de abril de 1695, a los cuarenta y tres años, muere Juana Inés de Asbaje y Ramírez.<ref>{{cita web|autor = |año =2006|url =http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761557923/Sor_Juana_In%C3%A9s_de_la_Cruz.html|título =Sor Juana Inés de la Cruz|obra =Encarta|fechaacceso=11, 01| añoacceso =2009| idioma = }}</ref>
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== Bibliografía ==
== Bibliografía ==


* Alatorre, Antonio. <u>Sor Juana a través de los siglos</u>. México: El Colegio de México - El Colegio Nacional - UNAM, 2007.
* Alatorre, Antonio. ''Sor Juana a través de los siglos''. México: El Colegio de México - El Colegio Nacional - UNAM, 2007.
* Bravo Arriaga, María Dolores. <u>La excepción y la regla: Estudios sobre espiritualidad y cultura en la Nueva España</u>. México: UNAM, 1997.
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* Buxó, José Pascual. <u>Sor Juana Inés de la Cruz: Lectura barroca de la poesía</u>. México: Renacimiento, 2006.
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* Chávez, Ezequiel. <u>Sor Juana Inés de la Cruz: ensayo de psicología</u>. Barcelona, 1931. 2ª ed., México: Porrúa, 1970.
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* Henríquez Ureña, Pedro. <u>Autos y loas</u>. México: Fondo de Cultura Económica, 1955.
* Henríquez Ureña, Pedro. ''Autos y loas''. México: Fondo de Cultura Económica, 1955.
* González Boixo, José Carlos (ed.). <u>Poesía lírica</u>. Madrid: Cátedra, 1992.
* González Boixo, José Carlos (ed.). ''Poesía lírica''. Madrid: Cátedra, 1992.
* [[Octavio Paz|Paz, Octavio]]. <u>[[Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe]]</u>. México: [[Fondo de Cultura Económica]], 1983.
* [[Octavio Paz|Paz, Octavio]]. ''[[Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe]]''. México: [[Fondo de Cultura Económica]], 1983.
* Perelmuter, Rosa. <u>Los límites de la femineidad en sor Juana Inés de la Cruz</u>. Madrid: Iberoamericana , 2004.
* Perelmuter, Rosa. ''Los límites de la femineidad en sor Juana Inés de la Cruz''. Madrid: Iberoamericana , 2004.
* Pérez-Amador Adam, Alberto. <u>La ascendente estrella. Bibliografía de los estudios dedicados a Sor Juana Inés de la Cruz en el siglo XX</u>. Madrid: Iberoamericana 2007.
* Pérez-Amador Adam, Alberto. ''La ascendente estrella. Bibliografía de los estudios dedicados a Sor Juana Inés de la Cruz en el siglo XX''. Madrid: Iberoamericana 2007.
* Poot Herrera, Sara. <u>Y diversa de mí misma entre vuestras plumas ando: Homenaje Internacional a Sor Juana Inés de la Cruz</u>. México: El Colegio de México, 1993.
* Poot Herrera, Sara. ''Y diversa de mí misma entre vuestras plumas ando: Homenaje Internacional a Sor Juana Inés de la Cruz''. México: El Colegio de México, 1993.
* Rodríguez Garrido, José Antonio. <u>La Carta Atenagórica de Sor Juana: Textos inéditos de una polémica</u>. México: UNAM, 2004.
* Rodríguez Garrido, José Antonio. ''La Carta Atenagórica de Sor Juana: Textos inéditos de una polémica''. México: UNAM, 2004.
* [[Alejandro Soriano Vallés|Soriano Vallés, Alejandro]]. <u>Aquella Fénix más rara. Vida de Sor Juana Inés de la Cruz</u>. México, Nueva Imagen, 2000.
* [[Alejandro Soriano Vallés|Soriano Vallés, Alejandro]]. ''Aquella Fénix más rara. Vida de Sor Juana Inés de la Cruz''. México, Nueva Imagen, 2000.
* [[Ramón Xirau|Xirau, Ramón]]. <u>Genio y figura de Sor Juana Inés de la Cruz</u>. México: El Colegio Nacional, 1997.
* [[Ramón Xirau|Xirau, Ramón]]. ''Genio y figura de Sor Juana Inés de la Cruz''. México: El Colegio Nacional, 1997.


== Enlaces externos ==
== Enlaces externos ==

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Juana Inés de la Cruz
Archivo:Sor-Juana.jpg
Retrato de Sor Juana Inés de la Cruz, Miguel Cabrera, ca. 1750.
Información personal
Nombre en español Sor Juana Inés de la Cruz Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 12 de noviembre de 1651 Ver y modificar los datos en Wikidata
Nepantla de Sor Juana Inés de la Cruz (Virreinato de Nueva España, Corona de Castilla) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 17 de abril de 1695 Ver y modificar los datos en Wikidata
Ciudad de México (Virreinato de Nueva España, Corona de Castilla) Ver y modificar los datos en Wikidata
Causa de muerte Epidemia Ver y modificar los datos en Wikidata
Sepultura Ciudad de México Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad MéxicoMéxico
Religión Catolicismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Lengua materna Español Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Poetisa, escritora, dramaturga, religiosa.
Años activa Siglo de Oro español
Movimiento Barroco
Géneros Dramática, poesía
Obras notables
Orden religiosa Monjas de la orden de San Jerónimo Ver y modificar los datos en Wikidata
Firma Archivo:053firmasorjuana.jpg

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, (San Miguel Nepantla, México, 12 de noviembre de 1651Ciudad de México, México, 17 de abril de 1695) fue una religiosa católica, poetisa y dramaturga novohispana del Siglo de Oro español. Cultivó la lírica y el teatro, así como la prosa. Por la importancia de su obra, recibió los sobrenombres de El Fénix de América y La décima Musa.[1]

A muy temprana edad aprendió a leer y a escribir. Perteneció a la corte del virrey de Mancera. En 1667 ingresó a la vida religiosa a fin de consagrarse por completo a la literatura. Sus más importantes mecenas fueron los Marqueses de la Laguna, virreyes de la Nueva España, quienes publicaron sus obras en España. Murió a causa de una epidemia el 17 de abril de 1695.

Sor Juana Inés de la Cruz ocupa, junto a Juan Ruiz de Alarcón y a Carlos de Sigüenza y Góngora, el lugar más destacado de la literatura novohispana.[2]​ En el campo de la lírica su producción se adscribe a los lineamientos del Barroco hispano en su etapa tardía. La producción lírica de Sor Juana, que supone la mitad de su obra, es un crisol donde convergen la cultura de una Nueva España en apogeo, el culteranismo de Góngora y la obra conceptista de Quevedo y Calderón.[3]

La obra dramática de Sor Juana va de lo religioso a lo profano. Sus obras más destacables en este género son Amor es más laberinto, Los empeños de una casa y una serie de autos sacramentales diseñados para representarse en la corte.[4]

Biografía

Primeros años

Retrato de Juana de Asbaje en 1666, a los quince años de edad. En esa fecha fue cuando entró a la corte virreinal.

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana fue la menor de las tres hijas, María, Josefa y Juana Inés, procreados por Pedro Manuel de Asbaje y Machuca e Isabel Ramírez de Santillana. El padre, que se cree que fue un militar español oriundo de Vergara, en la provincia vasca de Guipúzcoa, estaba asentado en San Miguel Nepantla. Allí nació, el viernes 12 de noviembre de 1651 (aunque otros opinan que nació en 1648), [5]​ en un oscuro lugar llamado por entonces "La Celda", Sor Juana Inés de la Cruz.

La niña pasó su infancia entre Amecameca, Yacapixtla, Panoaya y Nepantla. Allí aprendió náhuatl con los esclavos de las haciendas de su abuelo, donde se sembraba trigo y maíz. El abuelo de Sor Juana muere en 1656, por lo que su madre toma las riendas de las fincas. [6]​ Asimismo, aprendió a leer y escribir a los tres años al tomar las lecciones con su hermana mayor a escondidas de su madre.[7]

Pronto inició su gusto por la lectura, pues descubrió la biblioteca de su abuelo y así se aficionó a los libros.[8]​ Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y la teología del momento. Su afán de saber era tal que intentó convencer a su madre de que la enviase a la Universidad disfrazada de hombre, puesto que las mujeres no podían acceder a ésta;[9]​, asimismo al estudiar la lección cortaba un pedazo de su propio cabello si no la había aprendido correctamente, pues no le parecía bien que la cabeza estuviese cubierta de hermosuras si carecía de ideas. A los ocho años, entre 1657 y 1659, ganó un libro por una loa compuesta en honor al Santísimo Sacramento, según cuenta su biógrafo Diego Calleja. Calleja señala que Juana Inés radicó en la ciudad de México desde los ocho años, aunque se tienen noticias más veraces de que se asentó allí hasta los trece o quince.

Adolescencia

Juana Inés vivió con María Ramírez, hermana de su madre, y con su esposo Juan de Mata. Posiblemente haya sido alejada de las haciendas de su madre a causa de la muerte de su medio hermano, o bien, de la de su abuelo materno.

Archivo:018sorjuana.jpg
Retrato de Sor Juana, por Fray Miguel de Herrera.

Entre 1664 y 1665 ingresa a la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, marqués de Mancera. La virreina, Leonor Carreto, será una de sus más importantes mecenas. El ambiente y la decidida protección de los virreyes marcará decisivamente la producción literaria de Juana Inés. Por entonces ya era conocida su inteligencia y su sagacidad, pues se cuenta que, por instrucciones del virrey, un grupo de sabios humanistas la evaluaron, y la joven superó el examen en condiciones excelentes.[10]

La corte virreinal era uno de los lugares más cultos e ilustrados del virreinato. Solían celebrarse fastuosas tertulias a las que acudían teólogos, filósofos, matemáticos, historiadores y todo tipo de humanistas, en su mayoría egresados o profesores de la Real y Pontificia Universidad de México. Allí, como dama de compañía de la virreina, la adolescente Juana desarrollará su intelecto y sus capacidades literarias. En repetidas ocasiones escribía sonetos, poemas y elegías fúnebres que eran bien recibidaas en la corte.

Chávez señala que a Juana Inés se le conocía como "la muy querida de la virreina", y que el virrey también le tenía un especial aprecio. Leonor de Carreto fue la primera protectora de la niña poetisa.

Período de madurez

A finales de 1666 llamó la atención del padre Núñez de Miranda, confesor de los virreyes, quien, al saber que la jovencita no deseaba casarse, le propuso entrar en una orden religiosa.[11]​ Aprendió latín en veinte lecciones impartidas por Martín de Olivas y probablemente pagadas por Núñez de Miranda.[12][13]​ Después de un intento fallido con las Carmelitas, cuya regla era de una rigidez extrema que la llevó a enfermarse, ingresó en la orden de las Jerónimas, donde la disciplina era algo más relajada, y tenía una celda de dos pisos y sirvientas. Allí permaneció el resto de su vida, pues los estatutos de la orden le permitían estudiar, escribir, celebrar tertulias y recibir visitas, como las de Leonor de Carreto, que nunca dejó su amistad con la poetisa.

Muchos críticos y biógrafos atribuyeron su salida de la corte a una decepción amorosa, aunque ella muchas veces expresó no sentirse atraída por el amor y que sólo la vida monástica podría permitirle dedicarse a estudios intelectuales. [14]

Archivo:Neptunoalegorico.jpg
Reconstrucción del Neptuno alegórico, arco triunfal diseñado por Sor Juana para la entrada de los virreyes condes de Paredes en 1680.

Entre 1671 y 1672 enfermó gravemente de tifo, lo que casi le cuesta la vida. Y en 1674 sufre uno de sus más duros golpes: el virrey de Mancera y su esposa son relevados de su cargo y en Tepeaca, durante el trayecto a Veracruz, fallece Leonor de Carreto. A ella dedicó Sor Juana varias elegías, entre las que destaca "De la beldad de Laura enamorados", seudónimo de la virreina; en este soneto desmuestra su conocimiento y dominio de las pautas y tópicos petrarquistas imperantes.

En 1680 se produce la sustitución de Fray Payo Enríquez de Rivera por Tomás Antonio de la Cerda y Aragón, marqués de la Laguna al frente del virreinato. A Sor Juana se le encomendó la confección del arco triunfal que adornaría la entrada de los virreyes a la capital, para lo que escribió su famoso Neptuno alegórico. Éste impresionó gratamente a los virreyes quienes ofrecieron su ortección y amistad a sor Juana, especialmente la virreina María Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, quien fue muy cercana a sor Juana: la virreina poseía un retrato de la monja y un anillo que ésta le había regalado, a su partida llevó los textos de sor Juana a España para que se imprimieran.

Su confesor, el jesuita Antonio Núñez de Miranda, le reprochaba que se ocupara tanto de temas mundanos, lo que junto con el frecuente contacto con las más altas personalidades de la época debido a su gran fama intelectual, desencadenó las iras de éste. Bajo la protección de la marquesa de la Laguna, decidió rechazarlo como confesor.[15]

El gobierno del marqués de la Laguna (1680-1686) coincide con la época dorada de la producción de Sor Juana. Escribió versos sacros y profanos, villancicos para festividades religiosas (San Pedro, Santa Catarina y Navidad son los más destacados), autos sacramentales (El divino Narciso, El cetro de José y El mártir del sacramento: San Hermenegildo) y dos comedias (Los empeños de una casa y Amor es más laberinto. También sirvió como administradora del convento, con buen tino, y realizó experimentos científicos.[16]

Sor Juana se vio involucrada en una disputa teológica, a raíz de una crítica privada que realizó de un sermón del muy conocido predicador de treinta años atrás, el jesuita António Vieira, que fue publicada por el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz; éste la imprimió bajo el título de Carta Atenagórica y la prologó bajo el seudónimo de Sor Filotea, recomendándole que dejara de dedicarse a las "humanas letras" y se dedicase en cambio a las divinas, de las cuales, según el obispo de Puebla, sacaría mayor provecho. Esto provocó la reacción de la poetisa a través del escrito Respuesta a Sor Filotea, donde hace una encendida defensa de su labor intelectual y en la que reclamaba los derechos de la mujer a la educación.[16]

Última etapa

Entre 1692 y 1693 comienza el último período de la vida de Sor Juana. Sus amigos y protectores han muerto: el conde de Paredes, Juan de Guevara y diez monjas del Convento de San Jerónimo. Las fechas coinciden con una agitación de la Nueva España; se producen rebeliones en el norte del virreinato, la muchedumbre asalta el Real Palacio y las epidemias se ceban con la población novohispana.

En la poetisa ocurre un extraño cambio: hacia 1693 deja de escribir y parece dedicarse más labores religiosas. Hasta la fecha no se conoce con precisión el motivo de tal cambio; los críticos católicos han visto en Sor Juana una mayor dedicación a las cuestiones sobrenaturales y una entrega mística a Jesucristo, sobre todo a partir de la renovación de sus votos religiosos en 1694.[17]​. Otros, en cambio, adivinan una conspiración misógina tramada en su contra, tras la cual fue condenada a dejar de escribir y se le obligó a cumplir lo que las autoridades eclesiásticas consideraban las tareas apropiadas de una monja.[18][19]​ No han existido datos concluyentes, pero sí se han avanzado en investigaciones donde se ha descubierto la polémica que causó la Carta Atenagórica.[20][21]​ Su propia penitencia queda expresada en la firma que estampó en el libro del convento: "Yo, la peor del mundo", que se ha convertido en una de sus más célebres frases. Poco antes de su muerte fue obligada por su confesor a deshacerse de su biblioteca y su colección de instrumentos musicales y científicos, los cuales se vendieron para ayudar a los pobres.

Estatua de Sor Juana Inés en Madrid.

A principios de 1695 se desata una epidemia de peste que hace estragos en toda la capital, pero especialmente en el Convento de San Jerónimo. De cada diez religiosas enfermas, nueve morían. El 17 de febrero fallece el padre Antonio, cercanísimo a Sor Juana. Y ella misma cae enferma poco tiempo más tarde, pues colaboraba cuidando a las monjas enfermas. La mañana del 17 de abril de 1695, a los cuarenta y tres años, muere Juana Inés de Asbaje y Ramírez.[22]

Fue enterrada en el coro bajo de la iglesia de San Jerónimo, aunque durante mucho tiempo se desconoció el paradero de su tumba. En 1978, durante unas excavacaciones rutinarias en el centro de la Ciudad de México, se hallaron sus supuestos restos, a los se dio gran publicidad. Se realizaron varios eventos en torno al descubrimiento, aunque nunca pudo corroborarse su autenticidad. Actualmente se encuentran en el Centro Histórico de la Ciudad de México, entre las calles de Isabel la Católica e Izazaga.

Obra

Compuso gran variedad de obras teatrales. Su drama más célebre es Los empeños de una casa, que en algunas de sus escenas recuerda a la obra de Lope de Vega. Otra de sus conocidas obras teatrales es Amor es más laberinto, escrita en colaboración con Francisco Fernández del Castillo. También fue estimada por su creación de caracteres, muestra de ello sería Teseo, el héroe principal de Amor es más laberinto.

Sus tres autos sacramentales revelan el lado místico de su obra: El mártir del Sacramento, donde mitifica a San Hermenegildo, El cetro de José y El divino Narciso, las que fueron confeccionadas especialmente para la educación cristiana de los indígenas a través de figuras del mundo precortesiano.

En el resto de su obra destaca la lírica, que aproximadamente suma la mitad de su producción artística, poemas de amor en la que la decepción es un recurso muy socorrido, poemas de vestíbulo y composiciones ocasionales en honor a personajes de la época. Otras obras destacadas de Sor Juana son sus villancicos y el tocotín, especie de derivación de ese género que intercala pasajes en dialectos nativos.

Sor Juana también escribió un tratado de música llamado El caracol, que no ha sido hallado, sin embargo ella lo consideraba una mala obra y puede ser que debido a ello no hubiese permitido su difusión.

Según ella, casi todo lo que había escrito lo hacía por encargo y la única cosa que redactó por gusto propio fue el Primero sueño. Sor Juana realizó, por encargo de la condesa de Paredes, unos poemas que probaban el ingenio de sus lectores (conocidos como enigmas), para un grupo de monjas portuguesas aficionadas a la lectura y grandes admiradoras de la obra de Sor Juana, que intercambiaban cartas y formaban una sociedad a la que dieron el nombre de Casa del placer. Las copias manuscritas que hicieron estas monjas de la obra de Sor Juana fueron redescubiertas recientemente por Antonio Alatorre en la Biblioteca de Lisboa.

Temas

Característico de Sor Juana Inés de la Cruz como autora es su predilección por temas filosóficos, especialmente relativos al feminismo y a la liberación de la mujer, temas insólitos dada la estricta moral religiosa predominante en el Barroco que hacía imposible que una mujer pudiera desarrollarse al mismo nivel que un hombre.

De todos modos la Carta atenagórica es el más fiel reflejo de este rasgo de su obra. Sor Juana rebate punto por punto lo que consideraba tesis erróneas del jesuita Vieira. En consonancia con el espíritu de los pensadores del Siglo de Oro, especialmente Francisco Suárez. Llama la atención su uso de silogismos y de la casuística, empleada en una prosa sencilla, enérgica y precisa, pero a la vez tan elocuente como en los primeros clásicos del Siglo de Oro.

Ante la recriminación hecha por el obispo de Puebla a raíz de su crítica a Vieira, Sor Juana no se abstiene de contestar al jerarca. En la Respuesta a Sor Filotea de la Cruz se adivina la libertad de los criterios de la monja poetisa, su agudeza y su obsesión por lograr un estilo personal, dinámico y sin imposiciones. El feminismo revelado por ambos documentos es, hasta cierto punto, una anticipación de los criterios revolucionarios que llevarán a la liberación de la mujer en los siglos XIX y XX.

En el terreno de la comedia parte sobre todo del desarrollo minucioso de una intriga compleja, de un enredo inteligente, basado en equívocos, malentendidos, y virajes en la peripecia que, no obstante, son solucionados como premio a la virtud de los protagonistas. Insiste en el planteamiento de los problemas privados de las familias (Los empeños de una casa), cuyo único antecedente en el teatro barroco español es Guillén de Castro.

Uno de sus grandes temas es el análisis del amor verdadero y la integridad del valor y la virtud, todo ello reflejado en una de sus obras maestras, Amor es más laberinto. También destaca (y lo ejemplifican todas sus obras) el tratamiento de la mujer como personaje fuerte que es capaz de manejar las voluntades de los personajes circundantes y los hilos del propio destino.

Se observa también, confesada por ella misma, una imitación permanente de la poesía de Luis de Góngora y de sus Soledades, aunque en una atmósfera distinta a la del por ella conocido como Apolo andaluz. El ambiente en Sor Juana siempre es visto como nocturno, onírico, y por momentos hasta complejo y difícil. En este sentido, el Primero sueño, y toda su obra lírica, abordan la vasta mayoría de las formas de expresión, formas clásicas e ideales que se advierten en toda la producción lírica de la monja de San Jerónimo.

Estilo

Barroca hasta la médula, Sor Juana era muy dada a hacer retruécanos, a verbalizar sustantivos y a sustantivizar verbos, a acumular tres adjetivos sobre un mismo sustantivo y repartirlos por toda la oración, y otras libertades gramáticas que estaban de moda en su tiempo. Asimismo es una maestra en el arte del soneto y en el concepto barroco.

Archivo:Cartatenagorica.jpg
Carta atenagórica. Portada de la edición princeps de Puebla, 1690.

El estilo de Sor Juana se caracteriza por la elipsis y la concentración de un máximo de significado en un mínimo de forma, procedimiento que lleva a su extremo en la Carta atenagórica. En ella se juega constantemente con las palabras y cada frase se convierte en un acertijo por obra de los más diversos mecanismos de la retórica.

Si los manieristas, como Herrera, tuvieron por modelo el estilo oratorio de Virgilio y Cicerón, Sor Juana —filósofa y escritora del barroco— adopta el estilo lacónico de Tácito, Séneca. En el drama, destaca su imitación de Calderón o Góngora. Ello no significa, sin embargo, que el suyo sea un estilo llano, al modo de Cervantes. La diferencia entre Sor Juana y sus contemporáneos estriba en que el esfuerzo de comprensión del lector de estos últimos exige descifrar los múltiples significados ocultos tras cada expresión lingüística. La concisión sintáctica, además, obliga frecuentemente a suponer elementos elididos, ya sean palabras con significado léxico o conectores lógicos.

La prosa sorjuanesca está conformada por oraciones independientes y breves separadas por signos de puntuación (coma, punto y punto y coma) y no por nexos de subordinación. Predomina, pues, la yuxtaposición y la coordinación. La escasa presencia de oraciones subordinadas en periodos complejos, lejos de facilitar la comprensión, la hace ardua, se hace necesario suplir la lógica de las relaciones entre las sentencias, deduciéndola del sentido, de la idea que se expresa, lo que no siempre es fácil. Su profundidad, pues, está en el concepto a la vez que en la sintaxis.

Fuentes

Destaca su habilidad para cultivar géneros tan distintos como la comedia de enredos (Los empeños de una casa) o los autos sacramentales. Sin embargo, sus obras casi no tocan temas del romancero popular, limitándose a la comedia de santos y a asuntos religiosos.

Primera parte de Inundación castálida, obras completas de Sor Juana Inés de la Cruz (Madrid, 1689).

Su formación y apetencias son las de una teóloga, como Calderón, o las de un fraile, como Tirso o un especialista en la historia sagrada, como Lope de Vega. Su concepción sacra de la dramaturgia le alejó también del mundo indígena, al que solo recurrió para evangelizarlo a través de sus autos sacramentales.

Toma sus asuntos de fuentes muy diversas: de la mitología griega, de las leyendas religiosas prehispánicas y de la Biblia. También se ha señalado la importancia de la observación de costumbres contemporáneas (e incluso de sus propias experiencias amorosas), presente en obras como Los empeños de una casa.

Personajes

La mayoría de sus personajes pertenecen a la alta nobleza, y escasean burgueses o labradores, lo cual refleja una intención moralizante en consonancia con los presupuestos didácticos de la tragedia religiosa, más ejemplares cuanto más elevada sea la clase social a la que pertenecen los tipos dramáticos que la representan.

En su obra destaca la caracterización psicológica de los personajes femeninos, muchas veces protagonistas, siempre inteligentes y finalmente capaces de conducir su destino, pese a las dificultades con que la condición de la mujer en la estructura de la sociedad barroca lastra sus posibilidades de actuación y decisión. Ezequiel A. Chávez, en su "Ensayo psicológico", eñala que en su producción dramática los personajes masculinos están caracterizados por su fuerza, llegando incluso a extremos de brutalidad; en tanto que las mujeres, que comienzan personificando las cualidades de belleza y la capacidad de amar y ser amadas, acaban siendo ejemplos de virtud, firmeza y valor.

Obras más destacadas

Dramática

Además de las dos comedias aquí reseñadas (Los empeños de una casa y Amor es más laberinto, escrita junto con Juan de Guevara), se ha atribuido a Sor Juana la autoría de un posible final de la comedia de Agustín de Salazar y Torres: La segunda Celestina. En la década de 1990 Guillermo Schmidhuber encontró una suelta que contenía un final diferente al que se conocía y propuso que esas mil líneas eran de Sor Juana. Algunos sorjuanistas han aceptado la coautoría de sor Juana, entre ellos Octavio Paz,[23]​ y Luis Leal.[24]​ Otros, como Antonio Alatorre[25]​ y José Pascual Buxó, la han refutado.

Los empeños de una casa

Es una de las obras capitales de la producción dramática de Sor Juana Inés de la Cruz. De datación incierta, pudo haberse montado para la entrada a la capital del arzobispo Francisco de Aguiar y Seijas o bien, para el nacimiento del primogénito del conde de Paredes, virrey y mecenas de la poetisa. En cualquier caso, la fecha comúnmente aceptada para el montaje de Los empeños de una casa es el 4 de octubre de 1683.

El conflicto se teje en torno a dos parejas que se aman pero que no pueden unirse todavía. La fuerza cómica que provocan los equívocos no está exenta de una verdad amarga, la frustración del amor que tantas veces vivió Sor Juana. A lo largo de toda la obra la fuerza dramática recae en los dos personajes femeninos: doña Ana, la antagonista, y doña Leonor, la heroína. La mujer como eje conductor de la historia, a la vez que personaje fuerte y decidido, es una de las características más presentes en toda la obra de Sor Juana.

Representa la culminación de la obra dramática de la monja poetisa y de toda la escuela literaria novohispana. Sus personajes pertenecen a la nobleza, o bien a la incipiente burguesía hidalga de la Nueva España. Son caballeros y damas de acomodada posición y vida urbana que protagonizan una intriga de relaciones conyugales gobernadas por el engaño y la insatisfacción muy poco frecuente en el teatro barroco español.

Caracterizada como una muy bien construida comedia de enredo, aparecen singulares personajes: los hermanos Pedro y Ana, don Carlos y doña Leonor. Los protagonistas de esta obra recuerdan, por momentos, a los graciosos personajes de las comedias del valenciano Guillén de Castro.

Destaca el desenlace, con un final feliz que remarca la soledad del villano don Pedro. Éste deberá quedarse solo, con un criado negro travestido que también es partícipe del enredo generado por su patrón.

Amor es más laberinto

Fue escrita en colaboración con Juan de Guevara y se estrenó el 11 de enero de 1689, con motivo de las festividades por la toma de posesión del virrey Gaspar de la Cerda y Mendoza. Sigue el modelo de teatro cortesano impuesto por Pedro Calderón de la Barca en la corte de Felipe IV.

El argumento, como en muchas de las comedias calderonianas, se ciñe a temas mitológicos. Gira en torno a Teseo, héroe de Creta, que es entregado al Minotauro a guisa de tributo. Dos princesas, Ariadna y Fedra, tratan de salvarlo pues se han enamorado del joven protagonista.

Sor Juana concibe al héroe a su manera, compartida por Juan Ruiz de Alarcón. Para ella, el héroe es aquel triunfador que en la victoria no se ensoberbece, sino que reconoce su humildad. El Teseo de Amor es más laberinto es el arquetipo del héroe masculino sorjuanesco.

Al igual que en el Neptuno alegórico, en Amor es más laberinto abundan las metáforas en honor al celebrado. Rodríguez Garrido considera que el Minotauro podría representar al antecesor del virrey de la Cerda, en tanto gobernante cruel y déspota. Y Teseo vendría a personificar al virrey entrante, honesto y justo.

Amor es más laberinto representa muchos valores de la obra sorjuanesca, como el tipo del héroe y el amor femenino por encima de todo. También, al aludir a la antigua Grecia, es inevitable la mención de la primitiva democracia helénica. La amistad, el desdoblamiento de la personalidad y la unidad del yo son otras características destacadas de la obra.

Autos sacramentales

Escribió por encargo de la corte de Madrid tres autos sacramentales cuyas hablan sobre el descubrimiento, la conquista y la evangelización de América; entre ellos destaca el Divino Narciso, nombrado así en alusión a los autos de Pedro Calderón de la Barca. En este, Sor Juana presenta la caída y la redención del género humano por medio del sacrificio de Jesucristo, que permanece en la hostia para salvar a sus hijos una y otra vez mediante una alegoría mítica. Narciso es Dios creador y Jesús salvador, la Naturaleza Humana (reflejo de Narciso), representa a la humanidad y finalmente Eco simboliza al demonio. Aquí Sor Juana retoma recursos del teatro de Pedro Calderón de la Barca y las usa para crear pasajes líricos de gran hermosura.

Lírica

En la cultura popular

Archivo:200 pesos, serie D1.jpg
Billete mexicano de 200 pesos con la imagen de Juana de Asbaje.
  • Sor Juana aparece en los billetes mexicanos de alta denominación. Es la única artista que aparece en los billetes, aparte de Nezahualcóyotl, también poeta. Inicialmente apareció en los billetes de mil pesos, que con la inflación terminaron volviéndose monedas. Después del recorte de los tres ceros al peso, Sor Juana salió de circulación brevemente, para reaparecer en los billetes de doscientos pesos. En todos los tipos de billetes en los que ha aparecido ha sido siempre identificada por su nombre civil de Juana de Asbaje.
  • El poeta sardo José Zatrilla y Vico Dedoni y Manca escribió un poema dedicado a Sor Juana con el título: Poema heroico al merecido a/plauso del el único Oraculo de/las/Musas, glorioso assombro de los Ingenios, y/Ce/lebre Phenix de la Poesía, la Esclarecida y Ve/ne/rable Señora, Sor Juana Ines de la Cruz Religiosa Professa en el Monasterio de San Geronimo de la Imperial Ciudad de México, Barcelona, 1696

Referencias

  1. Casa de América. Una musa muy actual.
  2. La literatura barroca en la Nueva España
  3. Sor Juana Inés de la Cruz. Poesía Lírica, edición de José Carlos González Boixo. Madrid: Cátedra, 1992.
  4. Los autos sacramentales de Sor Juana: tres lugares teológicos.
  5. Alfonso Méndez Plancarte, "Estudio liminar", nota, en Obras completas de Sor Juana Inés de la Cruz, t. I, pp. 52-53
  6. Ezequiel A. Chávez, Sor Juana Inés de la Cruz: Ensayo de psicología. México: Porrúa, 1970, pp.6-7
  7. Véase Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, en Obras completas, t. IV, ed. de Alberto G. Salceda. México: FCE, 1957, p. 455
  8. Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), Sor Juana a través de los siglos, t. I, p. 241
  9. Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, en Obras completas, p. 446
  10. Diego Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), Sor Juana a través de los siglos, t. I. México: Colegio Nacional-Colegio de México-UNAM, 2007, pp. 241-242
  11. Diego Calleja, "Aprobación", en Antonio Alatorre (ed.), Sor Juana a través de los siglos, p. 243
  12. También Marco Aurelio Almazán menciona su aprendizaje del latín.
  13. Diego Calleja, loc. cit., p. 241
  14. Véase Antonio Alatorre y Martha Lilia Tenorio, "Una enfermedad contagiosa: los fantaseos sobre sor Juana#", Nueva Revista de Filología Hispánica, 46 (1998), 105-121.
  15. Antonio Alatorre, "La Carta de Sor Juana al Padre Núñez", Nueva Revista de Filología Hispánica, XXXV (1987), pp. 591-673
  16. a b «Sor Juana Inés de la Cruz». Biografías y Vidas. Consultado el 11, 01|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  17. Véase Alfonso Méndez Plancarte, "Introducción", en Juana Inés de la Cruz, Obras completas, t. I, ed. de... México: FCE, 1951, pp. 31-33, y también Alberto G. Salceda, "Introducción", en Juana Inés de la Cruz, Obras completas, t. IV, ed. de... México: FCE, 1957, pp. 39-45
  18. Véase Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. 3ª ed., México: FCE, 1983, pp. 511-608.
  19. Elías Trabulse, Los años finales de Sor Juana. México: Condumex, 1995.
  20. Véase Antonio Alatorre y Martha Lilia Tenorio, Serafina y Sor Juana: con tres apéndices. México: El Colegio de México, 1998, y también José Antonio Rodríguez Garrido, La Carta Atenagórica de Sor Juana: Textos inéditos de una polémica. México: Conacyt-UNAM, 2004.
  21. Elías Trabulse, El enigma de Serafina de Cristo. Tóluca: Instituto Mexiquense de Cultura, 1995
  22. «Sor Juana Inés de la Cruz». Encarta. 2006. Consultado el 11, 01|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  23. Octavio Paz, "¿Azar o justicia", en [atribuido a] Sor Juana Inés de la Cruz y Agustín de Salazar y Torres, ``La segunda Celestina, ed. de Guillermo Schmidhuber. México: Vuelta, 1990, pp. 7-10
  24. Buenos Aires: Biblioteca de textos universitarios, 1995, pp. 76-105
  25. Antonio Alatorre, "La Segunda Celestina de Agustín de Salazar y Torres: Ejercicio de crítica", Vuelta, 46 (diciembre de 1990), pp. 46-52

Bibliografía

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  • Rodríguez Garrido, José Antonio. La Carta Atenagórica de Sor Juana: Textos inéditos de una polémica. México: UNAM, 2004.
  • Soriano Vallés, Alejandro. Aquella Fénix más rara. Vida de Sor Juana Inés de la Cruz. México, Nueva Imagen, 2000.
  • Xirau, Ramón. Genio y figura de Sor Juana Inés de la Cruz. México: El Colegio Nacional, 1997.

Enlaces externos

Biografías y estudios críticos

Obras digitalizadas

Bibliografía sobre Sor Juana