Atahualpa

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Plantilla:Infobox mandatario Atahualpa (Atawallpa) fue el decimotercero emperador Inca, y aunque tuvo sucesores nombrados por los españoles es considerado como el último emperador inca. Nació en 1497[1]​ en Cuzco,[2]​ perteneciente a la panaca (descendencia real) de Pachacútec quien era su bisabuelo. Vivió en Quito más de 10 años junto a su padre Huayna Cápac, su hermano Ninan Cuyuchi, y el ejército imperial (con sus más influyentes generales). Cuando Huáscar se coronó en Cuzco como emperador le causaba mucha preocupación la simpatía de su hermano con el ejército, motivo por el cual le ordenó que se presentara en Cuzco. Atahualpa, convencido por sus generales de que si iba lo matarían, decidió organizar un ejército norteño. De esta manera se dió inicio a la famosa guerra civil inca.[3]

Al ganar la guerra se dirigió de inmediato a Cajamarca para conocer a los españoles, después de un innesperado ataque español fue hecho prisionero por Francisco Pizarro. En prisión mantuvo algunos privilegios: se le permitió seguir administrando el imperio, aprendió a leer y escribir, también mantuvo una relación amical con Francisco Pizarro.[4]​ A los pocos meses fue acusado de traición por los españoles, lo acusaron de ocultar un tesoro y de matar a Huáscar. Para su rescate ofreció pagar dos habitaciones llenas de plata y una de oro. Aunque cumplió con su oferta, fue ejecutado de todas formas.[5]​ Escogió ser ahorcado después de bautizarse como cristiano; la otra opción era morir quemado sin bautizarse.

Origen polémico

Existen algunas dudas sobre el lugar de origen de Atahualpa, algunos historiadores (especialmente ecuatorianos) le atribuyen un origen quiteño y otros (especialmente peruanos) un origen cuzqueño. El conquistador Pedro Cieza de León aseguró en una de sus crónicas haber averiguado por las calles de Cuzco el origen de Atahualpa, según él los orejones (nobles) cuzqueños le dijeron que Atahualpa fue mayor que Huáscar y además cusqueño como él. [6]​ La mayoría de crónicas como las de Santa Cruz Pachacuti y Bernabé Cobo aseguran que Atahualpa nació en Cuzco, mientras que son pocos los que afirman un origen quiteño. Inca Garcilaso de la Vega es el principal cronista que presenta esta afirmación. Sin embargo existe una mayoría de fuentes que respaldan su nacimiento en Cuzco, las fuentes que le atribuyen un origen quiteño parecen no ser tan confiables y además parecen estar basadas en las crónicas de Garcilaso.

La siguiente tabla[7]​ muestra las distintas versiones de los cronistas:

Cronista Origen Cuzqueño Origen Quiteño Detalles a favor o en contra:
Pedro Cieza de León Crónicas relativamente confiables
Santa Cruz Pachacuti No menciona origen de la madre de Atahualpa
Bernabé Cobo No menciona origen de la madre de Atahualpa
Sarmiento de Gamboa Tuvo buenas relaciones con los nobles cuzqueños
Juan de Betanzos Pese a estar casado con una hermana de Atahualpa, no nombra siquiera a Huáscar. (Cronista quechuahablante)[8]
Inca Garcilaso de la Vega Crónicas a veces erroneas.
Francisco López de Gómara ¿Sí? Sólo menciona que su madre era quiteña
Guaman Poma de Ayala No No Asegura un origen chachapoyano

En lo que sí coincide la mayor parte de las crónicas de la época es que Atahualpa estuvo con su padre en Cuzco durante su infancia y juventud, recibiendo en esta ciudad la educación que en su condición de noble le correspondía.

Juventud

Cuando Atahualpa tenía 16 años de edad, su padre Huayna Cápac decidió dejar Cuzco y marchar con él y con su hermano Ninan Cuyuchi hacia Quito al mando de un gran ejército, dejando a su hijo Huáscar como incap rantin (vicegobernador) de Cuzco.

En Quito, Huayna Cápac encargó a Atahualpa el mando de una campaña militar para someter a los punaneños (del Golfo de Guayaquil) quienes se negaban a pagar sus tributos.[9]

Fue en esta permanencia de más de 10 años junto a su padre y a hábiles generales como Chalcuchimac y Quisquis que Atahualpa aprendió el arte de la administración y el gobierno; los cronistas lo describían intelectualmente como alguien de "vivos razonamientos y con mucha autoridad".[10]

Entronización

Huáscar conducido por Quisquis y Chalcuchimac.

Atahualpa se coronó como emperador inca en 1532 tras ganarle a Huáscar la guerra civil que ambos sostuvieron. Todo se inició cuando aproximadamente en 1517 Huayna Cápac formó en Cuzco un ejército de 200.000 hombres[11]​ para sofocar rebeliones en el norte del imperio (Puná, Tumebamba, Tumbes y Quito). Partió acompañado de Ninan Cuyuchi, sus mejores generales y Atahualpa, dejando en Cusco como correinantes a Huáscar y tres orejones(nobles). Ahí permanecieron juntos por más de 10 años sofocando rebeliones o conquistando nuevas tierras.[12]​ En 1527 Huayna Cápac murió en Quito de una extraña enfermedad (¿viruela?),[13]​ y lo mismo sucedió con Ninan Cuyuchi pero en Tumebamba.[14]​ La epidemia de viruela llegó también a Cuzco y mató a dos de los cuatro correinantes de Cuzco, haciendo que Huáscar sea el preferido de los cuzqueños para asumir el gobierno.[15]

Tras ser nombrado emperador inca por los nobles cuzqueños Huáscar fue víctima de un golpe de estado fallido.[9]​ Esta acción hizo que reinara la desconfianza en Huáscar, y esta desconfianza a su vez hizo que reinara la antipatía de los nobles incas contra Huáscar.[16]

Preocupado por la estrecha relación de Atahualpa y el poderoso ejército norteño, Huáscar le ordenó que viniera a Cuzco, Atahualpa fue convencido por los generales norteños de no ir ya que si lo hacía sería ejecutado.[17]​ No se sabe con certeza si fue por protección propia o por ambición, pero Atahualpa organizó ejércitos para que tomaran Cuzco y trajeran consigo a Huáscar.

Terminada la guerra Huáscar fue tomado prisionero por los generales Quisquis y Chalcuchimac. Fue maltratado y traído descalzo hacia Atahualpa.[18]​ En 1533, cuando Atahualpa estaba preso, ordenó su ejecución por temor a que los españoles le devolvieran el trono, es decir que no llegaron nunca a verse las caras desde que se inició la guerra.

Captura

La embajada de Hernando de Soto

Terminada la contienda, Atahualpa se dirigió rápidamente hacia Cajamarca, donde lo esperaban los españoles a quienes quería conocer. Cuando Atahualpa se hallaba en Los baños del inca, a media legua de Cajamarca, Pizarro envió a Hernando de Soto con 20 jinetes y un intérprete hacia el inca para decirle que lo estaban esperando en Cajamarca. Ahí, Atahualpa sorprendió a la embajada española, ya que según cuentan, Atahualpa nunca se asustó de los caballos que se le acercaron tanto que soplaron en su cara, sin embargo algunos soldados sí se atemorizaron y fueron castigados severamente por ello.[19]​ Atahualpa confirmó que iría a Cajamarca al día siquiente.

Toma de Cajamarca

Al día siguiente los españoles se escondieron en los principales edificios incas de la Plaza cajamarqueña y esperaron ansiosos. Unas horas después vieron el fenomenal ingreso de Atahualpa, con un desfile de 30.000 hombres, quienes estaban tan confiados que fueron desarmados.[20]​ Al entrar a la plaza el único español que le salió al encuentro fue el fraile Vicente de Valverde, quien a través del intérprete Maritinillo le ordenó aceptar el cristianismo como religión verdadera y someterse a la autoridad del rey Carlos I de España y al papa Clemente VII.[21]​ Acto seguido le entregó un misario y un anillo como regalo, Atahualpa al ver que carecían de significado para él los tiró al suelo; esta acción causó indignación en los españoles, quienes inmediatamente rompieron el silencio al disparar su artillería y fusiles. Los súbditos que cargaban el anda de Atahualpa fueron también matados sin piedad, cuando algunos caían eran reemplazados de inmediato. Al ver esta situación uno de los conquistadores intentó matar al inca con un cuchillo, pero Francisco Pizarro lo impió atajándolo (inclusive se lastimó la mano al hacerlo) y ordenó que "nadie tocase al inca".[22]​ La matanza fue completa, más de 20.000 soldados incas murieron, y también fue asesinado el señor de Chincha, amigo íntimo de Atahualpa.[23]

Prisión

Como resultado Atahualpa fue apresado en un palacio de Cajamarca; según Guaman Poma de Ayala estuvo sumergido en una época de depresión porque le quitaron a su coya (mujer), su riqueza y su reino. Cuenta que lloró, no comió mucho y dormía poco.[24]​ En prisión Atahualpa organizó a espaldas de los españoles dos ejércitos, uno bajo el mando de Chalcuchimac para que fuese a Cajamarca a liberarlo y el otro bajo el mando de Quisquis para que tomase Cuzco y eliminara cualquier vestigio de Huáscar.[25]​ Estando preso se hizo amigo de Pizarro, y le tuvo admiración a Hernando Pizarro, de quien dijo era un gran señor. También jugaba mucho a la "Taptana", un juego de mesa inca que algunos historiadores confundieron con el ajedrez.[24]

Muerte

Los funerales del inca, pintura de Luis Montero que representa a Atahualpa muerto.

En prisión, Atahualpa ofreció a cambio de su liberación llenar dos habitaciones de plata y una de oro "hasta donde alcanzara su mano", los españoles aceptaron y de inmediato se mandó la orden a todo el imperio inca de que enviasen la mayor cantidad posible de oro y plata hacia Cajamarca.[26]​ Después de cumplir su parte los españoles lo setenciaron a muerte por idolatría, fraticidio, poligamia, incesto y lo acusaron de ocultar un tesoro.

Se le concedió una última opción: ser bautizado como cristiano y luego ahorcado o ser quemado vivo. Al escoger la primera opción fue bautizado con el nombre cristiano de Francisco. Se cree que Francisco Pizarro lloró su muerte.[27]​ (Pedro Pizarro narra en su crónica: "yo vi llorar al Marqués").

Fue ejecutado el 26 de julio de 1533. La noticia de su muerte originó una gran anarquía, muchas etnias incas se sublevaron e intentaron recuperar su independencia.[28]

Fue enterrado en la iglesia de Cajamarca pero unos días después su cadaver desapareció misteriosamente; probablemente sus súbditos lo profanaron para momificarlo y ocultarlo.[29][30]

Tras su muerte, muchos incas partidarios de Huáscar (como Manco Inca) se unieron a los españoles para derrotar a Chalcuchimac, Quisquis y los demás partidarios de Atahualpa.

Notas y referencias

  1. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas HombresNotables
  2. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 165–166
  3. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 174–175
  4. «Pizarro y los incas (fragmento 3)» (video). Consultado el 2008 02 25|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  5. «El último inca». Consultado el 2008 02 25|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  6. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 165. Además descarta que su madre fuera quiteña.
  7. Basada en: María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 165.
  8. Juan de Betanzos; Roland Hamilton, Dana Buchanan. «Narrativa de los incas» (en inglés). Consultado el 2008 02 25|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  9. a b Waldemar Espinoza, Los incas, pág. 105.
  10. Julio R. Villanueva Sotomayor, El Perú en los tiempos modernos, pág. 39
  11. Waldemar Espinoza, Los incas, pág. 102.
  12. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 171, Como la conquistade los Chachapoyanos por ejemplo.
  13. Waldemar Espinoza, Los incas, pág. 104. Algunos afirman sarampión.
  14. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 172.
  15. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 171.
  16. Waldemar Espinoza, Los incas, pág. 108.
  17. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 174
  18. Guamán Poma de Ayala, Nueva crónica y buen gobierno, pág. 39
  19. Julio R. Villanueva Sotomayor, El Perú en los tiempos modernos, pág. 33.
  20. «Pizarro y los incas (fragmento 2)» (video). Consultado el 2008 02 25|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  21. Julio R. Villanueva Sotomayor, El Perú en los tiempos modernos, pág. 35.
  22. «La captura de Atahualpa». Consultado el 2008 02 25|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  23. Julio R. Villanueva Sotomayor, El Perú en los tiempos modernos, pág. 36.
  24. a b Guamán Poma de Ayala, Nueva crónica y buen gobierno, pág. 98 Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Poma 1998:98» está definido varias veces con contenidos diferentes
  25. Waldemar Espinoza, Destrucción del imperio de los incas, pág. 58
  26. Arturo Gómez Alarcón. «Los incas: Atahualpa». Consultado el 2008 02 25|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  27. «Pizarro y los incas (fragmento 5)» (video). Consultado el 2008 02 25|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  28. Waldemar Espinoza, Destrucción del imperio de los incas, pág. 71
  29. María Rostworowski, Historia del Tawantinsuyu, pág. 194
  30. Carlos Duche Hidalgo. «Descubrimiento del oriente ecuatoriano y del río amazonas». Consultado el 2008 02 25|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 

Bibliografía

  • Espinoza Soriano, Waldemar (1986). «Destrucción del Imperio de los incas». Cuarta edición, Lima: Amaru editores S.A. 
  • Espinoza Soriano, Waldemar (1997). «Los Incas». Tercera edición, Lima: Amaru Editores. 
  • Julio R. Villanueva Soto mayor (2002). «El Perú en los tiempos modernos». Lima: Empresa periodística Nacional S.A. 
  • Guamán Poma de Ayala (1998). «Nueva crónica y buen gobierno (antología)». Lima: Editorial Horizonte. ISBN 9972-699-08-0. 
  • Rostworowski de Diez Canseco, María (2002). «Historia del Tawantinsuyu». FIMART S.A.C. ISBN 9972-51-029-8. 

Véase también

Enlaces externos