Feminismo comunitario

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El feminismo comunitario es una corriente del feminismo fundamentado en la construcción de comunidad. Nació de la vertiente de la Comunidad Mujeres Creando Comunidad y el proceso de cambio llevado a cabo por el pueblo indígena boliviano. Se considera que Julieta Paredes es la fundadora del feminismo comunitario. Este movimiento feminista busca analizar y combatir la causa de los problemas sociales a través de la identificación del patriarcado como un sistema causante de opresiones, como violencias y las formas de dominación que existen.[1]

Objetivo[editar]

Desde el feminismo comunitario entienden al feminismo como "la lucha y la propuesta política de vida de cualquier mujer en cualquier lugar del mundo, en cualquier etapa de la historia que se haya rebelado ante el patriarcado que la oprime".[2]​ Desde esta concepción, el objetivo del feminismo comunitario es buscar una alternativa al feminismo tradicional, es decir, parte de lo que se denomina como feminismo contrahegemónico,[3]​ el cual cuestiona la representación del sujeto feminista dentro de las teorías y praxis feministas dentro de los estereotipos de mujer blanca, de clase media y heterosexual. Además, espera reconfigurarlo para convertirlo en un instrumento de pensamiento y acción integrado a las culturas, donde se reconoce la historia propia de la comunidad y del país donde procede esa comunidad, materializa la realidad de que la invisibilidad de esas comunidades procede de la dominación y la conquista desde hace siglos del patriarcado, visibiliza los derechos colectivos sumando los derechos de las mujeres y el reconocimiento de la búsqueda de la igualdad y equidad.[4]

El feminismo comunitario busca hacer un feminismo que parta de la realidad en la que viven las mujeres del Abya Yala. En esta línea, el feminismo comunitario se encuentra en la búsqueda por desmitificar el chacha-warmi (hombre-mujer) en tanto esta categorización, si bien le es útil al feminismo occidental (tradicional), no permite analizar la realidad de la vida de las mujeres bolivianas, quienes construyen formas de vida con fuertes concepciones comunitarias.[5]​ El feminismo comunitario, entonces, le daría representatividad a mujeres que no se encuentran consideradas dentro del feminismo tradicional, a las mujeres campesinas, indígenas, quienes además viven en entornos multiculturales y pluriingüísticos.[6]

Julieta Paredes[editar]

Julieta Paredes, lesbiana feminista aimara, es una de las creadoras de la teoría política del feminismo comunitario, fue fundadora en 1992 de Mujeres Creando de Bolivia. Escribió el libro Hilando fino y a partir de ello fue invitada por los movimientos de mujeres de Bolivia a escribir el marco conceptual del Plan del Gobierno de Evo Morales.[7]

Según Paredes, el feminismo comunitario es “un movimiento social orgánico y organizado, orgánico porque es un compromiso práctico y no es teoría, y organizado porque hay tareas que cumplir, no hay jerarquías pero sí hay responsabilidades.”[8]​ Reconoce que las condiciones de pobreza de las comunidades invisibilizan de manera más atenuante a las mujeres y por tanto también obliga a todas y todos a luchar de manera conjunta para mejorar las condiciones de vida con dignidad y en el marco del reconocimiento de una realidad pluricultural y multilingue.

Del mismo modo, plantea 5 campos de acción, espacios que las mujeres deben conquistar paralelamente y que les permite salir del ámbito doméstico individual para plantear la solución de problemas en el ámbito de la comunidad: cuerpo, memoria, tiempo, movimiento y espacio.[9]

Perspectivas[editar]

El feminismo comunitario nace de la memoria de recuperar las luchas de las mujeres originarias pobladoras del territorio latinoamericano, que llaman Abya Yala. Puede considerarse a Bolivia como el país desde donde surge el movimiento enmarcado dentro de una democracia amigable en estos temas y dando espacio a la visibilización de las mujeres originarias y de las organizaciones de mujeres campesinas tomando el empoderamiento de sus decisiones en temas de territorio y su cuerpo.[10]

La propuesta del feminismo comunitario es la respuesta a la insuficiencia presentada por el feminismo autónomo independiente, se apoya en la interacción con las comunidades, lo que se opone a la autoridad de una élite tecnócrata vanguardista en la que solo ella propone y gestiona sus ideas.[9]

Propone recuperar de las ancestras la historia y la fuerza que prodiga el sentido original de la vida tradicional andina, tergiversadas por los siglos de dominación del patriarcado no sólo en lo colonial sino también indigenista. Un ejemplo: se considera que el concepto de pareja heterosexual complementaria (chacha/warmi-hombre/mujer) ha sustituido a la noción originaria de par complementario, un principio básico de la cosmovisión aimara que permitía ampliar efectivamente la representación social, política y simbólica de una comunidad.[9]

Asimismo el feminismo comunitario busca apartarse de lo que denominan el “colonialismo académico intelectual” y su legitimación, pues consideran que no es un concepto que provenga del campo académico, como señalan Julieta Paredes y Adriana Guzmán:

El feminismo comunitario es un pensamiento acción, que se construye en un proceso de hace 24 años en Bolivia. Usamos indistintamente, feminismo comunitario como también feminismo comunitario, es porque no estamos adjetivando ni apellidando al feminismo, la comunidad es la propuesta y la comunidad somos también nosotras.[11]

Referencias[editar]

  1. Sánchez, Rocío. «Feminismo comunitario: Una respuesta al individualismo». www.jornada.com.mx. Consultado el 5 de julio de 2019. 
  2. Paredes, Julieta (2010). «2. Una Ruptura Epistemológica con el Feminismo Occidental». Hilando fino. Desde el Feminismo comunitario. San Andrés Huayapam, Oaxaca, México.: Cooperativa El Rebozo. p. 78, 79. Consultado el 29 de junio de 2021. 
  3. Thwaites Rey, Mabel (2019). «Movidxs por el deseo de cambiarlo todo». En Sergio Zeta, ed. Resistencia o integración. Dilemas de los movimientos y organizaciones populares de América Latina y Argentina. Buenos Aires - Argentina: Ediciones Herramienta. ISBN 978-987-1505-64-7. Consultado el 10/11/2021. 
  4. Francesca Gargallo. «Feminismo latinoamericano: una lectura histórica de los aportes a la liberación de las mujeres (2012)». 
  5. Paredes, Julieta (2010). «2. Una Ruptura Epistemológica con el Feminismo Occidental». Hilando fino. Desde el Feminismo comunitario. San Andrés Huayapam, Oaxaca, México: Cooperativa El Rebozo. p. 78, 79. Consultado el Consultado el 29 de junio de 2021.. 
  6. Escobar Gutierrez, Fortunata; Quisbert Quispe, Lidia; Toro Rojas, María Angélica; Eyzaguirre Valenzuela, Adiva (Abril de 2009). «Sembrando esperanzas en comunidad. Feminismo Comunitario». Asamblea Feminista Área Rural de La Paz (Asociación Centro de Defensa de la Cultura). Consultado el 3 de agosto de 2015. 
  7. «Entrevista a Julieta Paredes». www.americalatinagenera.org. Archivado desde el original el 13 de mayo de 2018. Consultado el 5 de julio de 2019. 
  8. Ruiz Trejo, Marisa G.; Kusisita, Warmi (14 de diciembre de 2013). «Historia y memoria del feminismo comunitario». Periódico Diagonal. Consultado el 5 de febrero de 2015. 
  9. a b c Varios (2009). Sembrando esperanzas en comunidad, feminismo comunitario. Centro de Defensa de la Cultura. Consultado el 31 de enero de 2015. 
  10. Paredes, Julieta (26 de junio de 2017). «El feminismocomunitario: la creación de un pensamiento propio». Corpus. Archivos virtuales de la alteridad americana (en francés) (Vol. 7, No 1). ISSN 1853-8037. doi:10.4000/corpusarchivos.1835. Consultado el 5 de julio de 2019. 
  11. Paredes y Guzmán, 2014, p. 59.

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]