Gonzalo de Arredondo y Alvarado

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Gonzalo de Arredondo y Alvarado fue un abad, monje y escritor español.[1]

Biografía[editar]

Se desconocen su fecha y lugar de nacimiento, pero se cree que nació en una aldea cercana a la villa de Belorado en el primer tercio del siglo XV.[2]​ Tomó el hábito benedictino en San Pedro de Arlanza y, por sus dotes, mereció ser elegido abad vitalicio de aquella casa, sucediendo a Diego de la Parra en 1488.[2]​ Este había comenzado la nueva fábrica del templo y fue Arredondo quien la concluyó, favorecido por Pedro Girón.[2]

Hasta aquella época, los benedictinos habían venido observando la primera regla, dependientes de Casa Dei.[2]​ Gonzalo, sin embargo, emprendió la obra de reforma, haciendo que el monasterio dependiese de la congregación de Valladolid, por cuya innovación le aplaudieron mucho los escritores adscritos a la orden, como, por ejemplo, Yepes, en su Crónica de la religión benedictina.[2]​ Como para esto había de cesar la perpetuidad de la abadía, Arredondo renunció a ella y se retiró al priorato de Bohada.[2]

De vuelta en Arlanza tras algún tiempo, resultó elegido abad en tres ocasiones consecutivas.[2]​ Lo sucedió Diego de Rojas.[2]

Falleció en torno al año 1528.[a]

Obra[editar]

Calificado de «muy devoto, emprendedor y activo» por Martínez Añíbarro y Rives, alcanzó gran influencia en la corte: los Reyes Católicos lo nombraron su cronista, y Carlos I, con quien sostenía correspondencia, lo animaba en la prosecución de las obras que salían de su pluma.[2]​ Entre sus escritos, destacan la Crónica Arlantina de los famosos y grandes hechos de los bienaventurados cavalleros sanctos conde Fernand González y Cid Rui Díez, del año 1522, y Castillo inexpugnable defensorio de la fee y concionatorio admirable para vencer a todos enemigos espirituales y corporales, escrita seis años después.[4][1]​ Asimismo, escribió un poema en redondillas de arte mayor en el año 1522, titulado Arlantina, en que se ocupa del Cid y del conde Fernán González, comparándolos.[3]

Acerca de sus obras, dice Martínez Añíbarro y Rives lo siguiente:[3]

Las obras de Arredondo, dado el espíritu de la época en que escribió, abundan en inexactitudes; pero a pesar de esta falta de crítica, son copioso y fehaciente manantial de preciosos datos, por haber tenido a su disposición el Becerro del Monasterio y los demás documentos del archivo y los poemas de los héroes de que trata, habiendo además dado cabida a las tradiciones del país castellano.

Notas[editar]

  1. Martínez Añíbarro y Rives, en su Intento de un diccionario biográfico y bibliográfico de autores de la provincia de Burgos, lo da por muerto en 1518, durante el ejercicio de sus funciones como abad en Arlanza.[2]​ Sin embargo, tal y como se señala en el Diccionario biográfico español, la correspondencia con él se mantiene durante unos años.[1]​ Es esta fuente la que sitúa su fallecimiento alrededor del año 1528.[1]​ Asimismo, el propio Martínez Añíbarro y Rives señala posteriormente en su entrada biográfica que se le atribuye una obra fechada en 1522, por lo que no podría estar fallecido por entonces.[3]

Referencias[editar]

  1. a b c d Miguel C. Vivancos Gómez. «Gonzalo de Arredondo y Alvarado». Diccionario biográfico español. Consultado el 28 de mayo de 2019. 
  2. a b c d e f g h i j Martínez Añíbarro y Rives, 1889, p. 57.
  3. a b c Martínez Añíbarro y Rives, 1889, p. 59.
  4. Martínez Añíbarro y Rives, 1889, p. 58.

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]