José María Fontana

De Wikipedia, la enciclopedia libre
José María Fontana

Gobernador civil de Granada
15 de dic. de 1943-12 de junio de 1947

Procurador en las Cortes franquistas
1943-1955

Información personal
Nacimiento 27 de noviembre de 1911
Reus
Fallecimiento 12 de agosto de 1984
Sangenjo
Nacionalidad Española
Información profesional
Ocupación Político Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político FET y de las JONS
Distinciones

José María Fontana Tarrats (Reus, 27 de noviembre de 1911 - Sangenjo, 12 de agosto de 1984) fue un político e intelectual español. Colaborador cofundador de las revistas Azor y Destino, fue militante falangista desde temprana edad. Durante la dictadura franquista llegó a ser miembro del Consejo Nacional de FET y de las JONS, gobernador civil de Granada y procurador en las Cortes franquistas, entre otros cargos.

Biografía[editar]

Nació en 1911,[1]​ en el seno de una familia de comerciantes textiles y agrícolas enraizados en Reus y comarca; sus abuelos fundaron la "Industrial Harinera" y la "Fabril Algodonera", y su padre fue comerciante de aceite y frutos secos.

Marchó a Barcelona a estudiar Comercio, y allí entró en contacto con los vanguardias literarios del grupo de Luys Santa Marina. Estos intelectuales, representados en la revista Azor, compartían las necesidades de regenerar España y se reunían en las tertulias literarias de la cafetería barcelonesa «El oro del Rhin», en la esquina de Gran Vía con Rambla Cataluña.

Fontana, que llegó a militar en las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS),[2]​ se afiliaría posteriormente en Falange.[n. 1]

Implicado en la trama del Golpe de Estado de julio de 1936 en Tarragona,[4]​ tras el fracaso de la rebelión en Cataluña hubo de huir. Pasó a Francia y lograría pasar a la zona sublevada, logrando llegar a Burgos. Fue uno de los fundadores de la revista Destino, órgano de expresión para la intelectualidad catalana refugiada en la «zona franquista» durante la Guerra civil.[5][6]​ En el transcurso de la contienda llegó a tomar participar en algunos combates.

Hacia el final de la contienda fue nombrado jefe provincial de FET y de las JONS en Tarragona.[7]​ Durante su esta etapa emprendió una importante labor en el establecimiento y desarrollo de los Sindicatos Verticales en la provincia de Tarragona.[8]​ Considerado un buen organizador, entre 1943 y 1947 desempeñó el cargo de gobernador civil —y jefe provincial del «Movimiento»— en la provincia de Granada.[8]​ Además de estos cargos, fue miembro del Consejo Nacional de FET y de las JONS,[9]​ así como procurador en las Cortes franquistas entre 1943 y 1955. También sería jefe del Sindicato Nacional de Textil hasta 1954.

Pensamiento[editar]

Fontana mantuvo una visión crítica con el carácter centralista del nacionalismo español. Ya en 1933 se manifestaba contrario respecto al «españolismo homogeneizador», que a su juicio «sólo haría crecer el separatismo».[2]​ En ese sentido, llegó a defender la tesis de un federalismo sustancial como forma de organización político-administrativa, y la doble capitalidad de Madrid y Barcelona.[10]​ El historiador Ismael Saz ha venido en considerar los planteamientos de José María Fontana como un catalanismo falangista.[11]​ Por otro lado, durante los tiempos de la Segunda República también fue crítico con las políticas de la Generalidad de Cataluña.[n. 2]

En 1977 se manifestaría en estos términos respecto a la política del Régimen franquista y la política autónomica de la Transición:[13]

Ya en 1940 deslizamos la observación de que subsistía el problema y eran inoperantes las seudosoluciones adoptadas después de la guerra civil [...] Por desgracias fuimos profetas, y en 1976 ha explotado el llamado problema regionalista por causa y culpa, previsibles, de una falsa política, de los titubeos y de las lamentables equivocaciones producidas [...] Porque los errores de 1939-1975 son hoy sustituidos por las «soluciones», ya ensayadas y fracasadas, del estatutismo republicano de 1931-1936 [...] Los hechos difernciales no son hechos justificativos de nacionalidad y menos de separación. De ahí el tremendo error cometido coactivamente contra los hechos diferenciales naturales y apolíticos. La unidad no es uniformidad ni es centralismo. La unidad es un hecho tan natural como la variedad, y en defensa de tales doctrinas estuvimos los falangistas, apoyados en la doctrina joseantoniana, desconocida, desdeñada y hasta oscurecida por algunos miembros centristas de los gobiernos de los últimos cuarenta años, con la penosa y lamentable cosecha que hoy estamos recogiendo.

Fontana también se posicionó en contra de la infravaloración de las lenguas regionales, algo de lo que responsabilizaba a los «monárquicos de camisa azul».[13]

Obras[editar]

  • Destino y Constitución de España, 1945.
  • Los catalanes en la guerra de España, 1951.
  • La lucha por la industrialización de España, 1953.
  • En el Pirineo se vive de pie, 1953.
  • Sobre economía textil. Historia, estructura, dinámica, 1954.
  • Defensa y crítica del comercio, 1965.
  • Abel en tierra de Cain. El separatismo y el problema agrario hoy, 1968.
  • Dos trenes se cruzan en Reus, 1979.
  • Franco. Radiografía del personaje para sus contemporáneos, 1979.

Notas[editar]

  1. Llegó a decir en una ocasión: «A mi me hizo falangista don José Ortega Gasset, mucho antes del acto del teatro de la Comedia».[3]
  2. Por ejemplo, se mostró muy crítico con las políticas de la Generalidad encaminadas a reducir la influencia social de la Tauromaquia. Fontana diría al respecto: «Una de las cosas que más fastidiaban a la Generalidad y a ciertos catalanistas era la difundida pasión barcelonesa por los toros, que hacían de la Monumental y las Arenas las dos primeras plazas y públicos del mundo. Era algo que no encajaba en el esquema, o rueda de molino, catalanista. Para combatir a la afición barcelonesa se adoptó la táctica de dificultar su eco en la prensa, cosa que cundó magníficamente La Vanguardia de entonces [...] y designando a los espectáculos taurinos con la denominación de curses de braus. El nombrecito era como para acabar con la fiesta, pero la afición pudo más que Pompeyo Fabra».[12]

Referencias[editar]

Bibliografía[editar]

  • Bonamusa, Francesc (1997). Política i finances republicanes (1931-1939). Edicions El Mèdol. 
  • Buffery, Helena; Marcer, Elisenda (2011). Historical Dictionary of the Catalans. Scarecrow Press. 
  • Laínz, Jesús (2011). Desde Santurce a Bizancio: El poder nacionalizador de las palabras. Ediciones Encuentro. 
  • Michonneau, Stéphane; Núñez Seixas, Xosé M. (2014). Imaginarios y representaciones de España durante el franquismo. Madrid: Casa de Velázquez. ISBN 9788415636656. 
  • Ponce Alberca, Julio (2008). Guerra, Franquismo y Transición. Los gobernadores civiles en Andalucía (1936-1979). Centro de Estudios Andaluces. ISBN 978-84-691-6712-0. 
  • Riera, Ignasi (1998). Los catalanes de Franco. Plaza & Janés. 
  • Rodríguez Puértolas, Julio (2008). Historia de la literatura fascista española I. Akal. 
  • Ruiz, Julius (2014). The 'Red Terror' and the Spanish Civil War: Revolutionary Violence in Madrid. Cambridge University Press. 
  • Saz, Ismael (2003). España contra España. Los nacionalismos franquistas. Madrid: Marcial Pons. 
Bibliografía adicional