José de Pando y Fernández

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José de Pando y Fernández (n. 1856-fl. 1898) fue un pintor español de la segunda mitad del siglo XIX.

Biografía[editar]

Hijo de unos ricos industriales de Sevilla, nació en dicha ciudad en 1856.[1]​ Desde muy joven le dedicaron sus padres a los negocios de la casa, y cuando era ya tenedor de libros de la misma, se matriculó en la Escuela provincial de Bellas Artes, en 1879, no asistiendo a las clases del Museo sino en los breves ratos que le dejaran libres sus muchas ocupaciones.[1]​ La industria y la pintura se le hicieron cada vez más incompatibles; y se resolvió al fin por el arte, según José Cascales por consejo de José Jiménez Aranda y otros pintores, consagrándose a él en absoluto desde 1881.[1]

Deseoso de adquirir una perfecta educación artística, se trasladó en aquel mismo año a Roma.[1]​ Permaneció en Italia dos años, pasando los inviernos en la capital y visitando en las demás estaciones las ciudades más notables de la península italiana, como Venecia, Florencia y Nápoles.[1]​ Después de vivir una temporada en la isla de Capri, marchó a Francia en la primavera del 1883, deteniéndose en París un año, y en 1884 reanudó sus excursiones, trasladándose a la Bretaña, y de allí a Bélgica, desde donde volvió a Venecia.[1]​ En 1885 regresó por primera vez a España, y así que estuvo un año en Sevilla, marchó de nuevo a París, de París a Normandía, donde pasó todo el verano, y de Normandía se dirigió a Marruecos en el invierno de 1886, quedándose allí seis meses para estudiar las costumbres y los tipos africanos.[1]​ Vuelto a España en 1887, descansó un poco de tiempo al lado de su familia; en 1888 fue otra vez París, encaminándose desde esta ciudad a Picardía, y después a Roma.[1]​ Al celebrarse la Exposición Universal de París, partió para este sitio, en el que se detuvo casi otro año, y en 1890 regresó definitivamente a su ciudad natal, de la que sólo se alejaba ya en el verano, para visitar algunos museos y trabajar también en el campo.[1]

El primero de los concursos pictóricos de importancia a los que asistió fue el celebrado en Venecia en 1885 con objeto de socorrer a la familia de un pintor muerto, y la obra que presentó con el título de Mariette, consistía en una media figura de mujer.[1]​ En 1889 remitió a la que se celebraba en el Salón de París otro cuadro titulado Frailes en el refectorio, que figuró después en la Exposición de Londres.[1]​ A la Exposición Universal de aquel mismo año, en Francia, mandó su lienzo Una salida de primera Comunión, y en 1890 tomó parte a la vez en dos certámenes que se celebraron en el Salón del Campo de Marte de París y en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.[1]​ En el primero de éstos tuvo expuesto un cuadro de Saltimbanquis en un bodegón, y en el segundo el pastel Perezosa, consistente en una esbelta joven que aparece en el campo tendida sobre la hierba.[1]​ Este cuadro, acompañado de otros dos al óleo, En el corral y Al trabajo, conquistó un premio más tarde en la Exposición general de Barcelona, siendo adquirido por el Ayuntamiento de Barcelona para su Museo de Pintura.[1]​ También fue autor de los lienzos titulados Margaritas silvestres, una muchacha echada en un prado de margaritas, y La cogida de la aceituna, presentados a la Exposición de Múnich de 1892.[1]​ En la que se celebró en Chicago, presentó tres cuadros más al pastel, titulados En el baño, La hortelana y El bien ajeno.[1]

Referencias[editar]

  1. a b c d e f g h i j k l m n ñ o Cascales y Muñoz, 1896, pp. 405-410.
  • Partes de este artículo incluyen texto de Sevilla intelectual. Sus escritores y artistas contemporáneos (1896), una obra de José Cascales Muñoz (1865-1933) en dominio público.

Bibliografía[editar]