Juan Antonio Widow

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Juan Antonio Widow
Información personal
Nombre de nacimiento Juan Antonio Widow Antoncich Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 8 de septiembre de 1935 (88 años)
Valparaíso (Chile) Ver y modificar los datos en Wikidata
Residencia Valparaíso Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Chilena
Educación
Educación doctorado Ver y modificar los datos en Wikidata
Educado en
Supervisor doctoral Antonio Millán-Puelles Ver y modificar los datos en Wikidata
Alumno de Osvaldo Lira Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Filósofo, escritor y académico Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Filosofía política y metafísica Ver y modificar los datos en Wikidata
Empleador
Movimiento Nacionalismo chileno Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista

Juan Antonio Widow Antoncich (Valparaíso, 8 de septiembre de 1935) es un filósofo y académico chileno de ideología nacionalista e hispanista, conocido por dirigir la revista Tizona. Se le ha descrito como el verdadero heredero intelectual del padre Osvaldo Lira.[1][2]​ Fue profesor en el Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso entre los años 1961 y 2000, y en la Universidad Adolfo Ibáñez desde 2001 hasta 2008, año en que se jubila.[3]

Fue partidario del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y su posterior dictadura militar, además de miembro destacado del Movimiento Revolucionario Nacional Sindicalista, agrupación favorable al régimen de Augusto Pinochet.

Primeros años y estudios[editar]

Nació en 1936 y estudió filosofía en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en donde fue alumno del también filósofo y sacerdote Osvaldo Lira, de quien ha sido discípulo toda su vida. Se doctoró (1969) bajo la dirección de Antonio Millán-Puelles en la Universidad de Madrid con una tesis sobre Santo Tomás.[3]

Tizona[editar]

En 1958 funda junto a su hermano Andrés la revista Tizona.[4][2]​ Es una revista marginal hasta los años previos al Golpe de Estado en Chile de 1973, momento en el que gracias a la creciente polarización política[4]​ pasa a ser una de la publicaciones más importantes del pensamiento católico antiliberal,[5][2]​ siendo una de las voces nacionalistas contrarias al gobierno de Salvador Allende. Promovió desde sus páginas una "revolución nacionalista" que, junto a la inevitable instauración de una dictadura, sin miedo y sin arrepentimientos, era presentada como la única salida de la crisis.[6]​ Así pues, en el contexto de la caos social de la Unidad Popular, Tizona acusó en el clima del país un auténtico "desbordamiento revolucionario", descontrol y sensación incontrolable de anarquía, con el fin de argüir a favor de un régimen autoritario mediante argumentaciones filosóficas basadas en el tomismo y la ideología hispanista.[7]​ Al igual que Patria y Libertad (1971-1973; dirigida por el grupo homónimo) y Tacna (1969-1974; dirigida por los académicos Sergio Miranda Carrington y Erwin Robertson), esta publicación desarrolló un discurso persuasivo a las Fuerzas Armadas de Chile, tendiente al golpismo y el autoritarismo nacionalista.[1][7]

La revista denunció que el gobierno de Allende terminaría con "la esencia de la nación", es decir, con los elementos tradicionales de aquella (la sociedad jerárquica, la religión católica, la familia, la propiedad, etc.), cuestión que había que impedir de cualquier forma. Tizona propuso fortalecer el vínculo entre el integrismo, el nacionalismo y las Fuerzas Armadas. Para Widow, los militares cumplían una misión privilegiada de restablecer la unidad nacional bajo los principios cristianos en la construcción de un "orden nuevo",[4]​ concepto que también se utilizó en la revista Tacna.

Justificó el golpismo filosóficamente,[8]​ aduciendo a la idea de que existe un "derecho a la rebelión" e incluso, en algunos casos, un "deber" a ejercer dicho derecho.[9]​ La publicación relacionaba la situación de "ingobernabilidad" de la Unidad Popular con la doctrina de Santo Tomás de Aquino para legitimar la resistencia, bajo la cual se orientaba a un empleo limitado de la violencia, en el que el uso de la fuerza era permitido bajo ciertas circunstancias para así restaurar el orden y la paz. La reactualización de las viejas doctrinas tomistas en Tizona significaba, en la práctica, que la subversión contra la Unidad Popular era una "guerra justa" y necesaria, para la cual se justificaban todos los medios de lucha, puesto que el "orden natural" y el "bien común de la nación" habían sido "puestos en peligro por el marxismo".[10]

Algunos intelectuales vinculados a esta revista fueron Miguel Ayuso, Julio Retamal, Juan Carlos Ossadón, Gonzalo Larios, Álvaro Pezoa, Alejandro Guzmán Brito, Cristián Garay, Bernardino Bravo Lira y el propio Osvaldo Lira.[5]

Referencias[editar]

  1. a b Orbe, 2012, p. 121.
  2. a b c Pérez, 2014, p. 281.
  3. a b Orbe, 2016, p. 106.
  4. a b c Bustamante, 2014, p. 70.
  5. a b Rodríguez, 2016, § 6.
  6. Pérez, 2014, p. 174.
  7. a b Bustamante, 2014, p. 71.
  8. Santos, 2013.
  9. Santos, 2013, p. 28.
  10. Bustamante, 2014, p. 78.

Bibliografía[editar]