Konrad Morgen

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Konrad Morgen

Konrad Morgen (sentado a la izquierda) como testigo de la defensa, en el estrado de testigos del juicio principal de Buchenwald, 10 de junio de 1947.
Información personal
Nombre de nacimiento Georg Konrad Morgen
Nacimiento 8 de junio de 1909 Ver y modificar los datos en Wikidata
Fráncfort del Meno (Imperio alemán) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 4 de febrero de 1982 o 1982 Ver y modificar los datos en Wikidata
Fráncfort del Meno (Alemania Occidental) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Alemana
Información profesional
Ocupación Juez, abogado e investigador Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Administración de la justicia, campo de concentración y criminalística Ver y modificar los datos en Wikidata
Lealtad Alemania nazi
Rama militar Schutzstaffel
Rango militar Obersturmbannführer
Conflictos Segunda Guerra Mundial Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político Partido Nazi Herbert von Dirksen Ver y modificar los datos en Wikidata
Miembro de Schutzstaffel Ver y modificar los datos en Wikidata

Georg Konrad Morgen (Fráncfort del Meno, 8 de junio de 1909 - 4 de febrero de 1982) fue un abogado alemán, SS-Obersturmbannführer y juez de las SS encargado de luchar contra la corrupción en los campos de concentración de la Alemania nazi.

Carrera[editar]

Konrad Morgen creció como hijo de un conductor de locomotora en Fráncfort del Meno. Allí asistiría a la escuela secundaria (Oberrealschule), trabajando en un banco tras graduarse, para posteriormente estudiar Derecho en varias ciudades europeas (Fráncfort, Roma, Berlín, La Haya y Kiel). Fue en esta época que entró en contacto con el Partido Popular Alemán, uniéndose a su grupo universitario. En abril de 1933 ingresaría en el NSDAP (miembro número 2.536.236) y en las SS (número 124.940).[1]​ Con su tesis doctoral de 1936, Kriegspropaganda und Kriegsverhütung,[2]​ obtendría el doctorado en Derecho.

El 1 de abril de 1939, Morgen ejerció por primera vez como juez en el tribunal de distrito de Szczecin. Tras una disputa en la que sus supervisores le reprendieron por su comportamiento durante un caso, fue destituido. Comenzada la Segunda Guerra Mundial, sirvió en las Waffen-SS hasta ser nombrado juez, en 1940, en la corte de la Oficina Central de las SS, en Múnich. A partir del 1 de enero de 1941, Morgen trabajaría en las SS y en el tribunal de policía de Cracovia. Pero en 1942, sería despedido de su cargo por Heinrich Himmler, y degradado de Oberleutnant (teniente) a Gefreiten (cabo), y enviado al Frente Oriental. Al parecer, había absuelto a un acusado en un caso de desgracia racial. Sin embargo, Morgen también consideraba sus investigaciones sobre la corrupción como causa de su despido, puesto que numerosos altos cargos de las SS se habrían sentido amenazados.[3]

Desde mayo de 1943, Himmler lo asignó personalmente en la Oficina de Investigación Criminal del Reich, encargado de investigar los casos de corrupción en campos de concentración.[3]​ Entonces entró en contacto con Christian Wirth, se familiarizó de inmediato con la política de exterminio de la SS y se convirtió en un —según sus propias palabras— «especialista en crímenes de los campos de concentración».[cita requerida] Con «crímenes de los campos de concentración» se refería a aquellos en relación con la propiedad confiscada a los prisioneros, y no a los crímenes de lesa humanidad institucionalizados y perpetrados. No obstante, también descubrió asesinatos individuales, realizados arbitrariamente. Desde el otoño de 1944, fue juez principal de las SS en Cracovia y, por lo tanto, responsable del campo de concentración de Auschwitz.[4]​ En el último año de la guerra fue juez de las SS en Breslau .

Labor como juez de las SS[editar]

Después de la información proporcionada por Morgen, Himmler lo autorizó a continuar sus investigaciones iniciadas en el campo de concentración de Buchenwald. Esto conduciría a cargos contra el comandante del campo, Karl Koch, su esposa, Ilse Koch, y cómplices como Martin Sommer por corrupción, asesinato y asalto con resultado fatal. Koch fue condenado dos veces con pena de muerte por asesinato, y ejecutado semanas antes de la capitulación alemana. Morgen también sentenció a muerte al físico Waldemar Hoven, por su colaboración en los experimentos realizados en Buchenwald; pero la sentencia no se cumplió.

En otro caso, un guardia del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau había querido enviar a su esposa más de un kilo de oro dental fundido, mediante un paquete enviado por correo militar. Pero el oro había sido interceptado por las aduanas alemanas. En el curso de la investigación resultante, Morgen, en su calidad de juez de las SS, también investigó Auschwitz-Birkenau, y explicó con precisión el desarrollo de la máquina de exterminio. Se descubriría así que el personal del campo se enriqueció con las pertenencias de los asesinados.[4]

Morgen investigaría nuevos delitos en campos de concentración, entre otros los de Dachau, Flossenbürg y Lublin. En total, se habrían puesto en marcha unos 800 procedimientos según su testimonio, de los cuales 200 se habrían completado.

A medida que sus pesquisas progresaban, llegando incluso a afectar al comandante de Auschwitz, Rudolf Höß, tuvo que limitar sus actividades en el caso de Koch (abril de 1944) y otras investigaciones establecidas por orden de Himmler.

No obstante, logró acusar y condenar parcialmente a varios comandantes de campos de concentración conocidos:

Posguerra[editar]

Konrad Morgen se enfrentó al Cuerpo de Contrainteligencia americano, y fue detenido en el centro de internamiento de Dachau. En el juicio principal de Núremberg por crímenes de guerra fue interrogado como testigo de la defensa, que representaba a la organización acusada de las SS. En su interrogatorio describió el campo de concentración de Buchenwald como un lugar idílico. Cuando se le preguntó si las SS eran una organización criminal, afirmó que la orden de construir los campos de exterminio de Sobibór, Treblinka y Bełżec no era de Himmler, sino del propio Adolf Hitler.[5]​ Para el juicio de los doctores le fue encargada la redacción de la defensa de Joachim Mrugowsky y Karl Brandt.[6]​ En agosto de 1947, Morgen también sería testigo de la defensa en el juicio de Oswald Pohl. Dos meses antes, en junio de 1947, había sido testigo de la defensa en el juicio principal de Buchenwald, durante los juicios de Dachau.

Un tribunal del campo de internamiento de Ludwigsburg clasificó a Morgen en 1948 como «relevado». No fue declarado culpable por prevaricación o represión legal, sino que habría luchado contra los más altos líderes de las SS y, por lo tanto, resistido. Había sido condenado, e incluso debió temer por su vida.[7]

Eugen Kogon acusó a Konrad Morgen de utilizar métodos de investigación para asesinatos en el enjuiciamiento de casos de corrupción.[8]Raul Hilberg, basándose en las declaraciones recogidas por Eugen Kogon, afirmó que un testigo importante en el caso de Karl Koch había muerto inesperadamente.[9]​ Morgen había creído en un envenenamiento, dejando restos del contenido del estómago a cuatro prisioneros de guerra soviéticos, que posteriormente murieron.[9]​ Sin embargo, Kogon relativizó considerablemente su testimonio incriminatorio ante un tribunal de cámara de apelación, el 22 de agosto de 1950. De este modo no fue posible para el tribunal emitir un fallo negativo contra Morgen.[10]​ Un caso de asesinato de prisioneros de guerra rusos se cerró finalmente el 6 de marzo de 1961.[11]​ Asimismo se suspendió otro proceso en 1972 por la participación en el exterminio de los judíos húngaros.

Su propio papel como miembro de las SS minimizó su rol de testigo en el primer juicio de Auschwitz. Su declaración allí revela sus valoraciones y sus estándares morales, ajustándose a la mentalidad nazi tradicional. Su conclusión de que el trozo de oro confiscado «representaba, por así decirlo, el equivalente a veinte, cincuenta o cientos de miles de cadáveres»,[a]​ mostraba (en un principio) empatía con las víctimas. Pero su indignación no se debía a los asesinatos en masa, sino a su enriquecimiento personal: «Un pensamiento impactante. Pero lo casi incomprensible al respecto es que el autor desapercibido podría dejar de lado cantidades tan significativas».[b][12]

Posteriormente Morgen trabajó como abogado en Fráncfort, registrado en el Colegio de Abogados local (Rechtsanwaltkammer) hasta el 19 de enero de 1979.

Enlaces externos[editar]


Notas[editar]

  1. Ich wußte, daß die Zahnstationen der Konzentrationslager beauftragt waren, in den Krematorien das dort anfallende Gold der Leichenverbrennung zu sammeln und an die Reichsbank abzuführen. Und eine Goldplombe, das sind ja nur wenige Gramm. 1.000 Gramm oder mehrere Tausend Gramm bedeuteten also den Tod von mehreren Tausend Menschen. [...] ob jeder Zwanzigste oder Fünfzigste oder Hundertste Gold im Mund trug, mußte man diese Zahl damit multiplizieren, und so stellte eigentlich diese beschlagnahmte Sendung sozusagen den Gegenwert von Zwanzig-, Fünfzig- oder Hunderttausenden von Leichen dar.
    Sabía que los laboratorios dentales de los campos de concentración tenían el encargo de recoger el oro del cadáver que ardía allí, y transferirlo al Reichsbank. Y un sello de oro son solo unos pocos gramos. Mil gramos o varios miles de gramos significaron la muerte de varios miles de personas. [...] Si todos llevaban veinte o cincuenta o cien centésimas de oro en la boca, tenía que multiplicar ese número, por lo que este envío confiscado representaba, por así decirlo, el equivalente a veinte, cincuenta o cientos de miles de cadáveres.
    Konrad Morgen, 9 de marzo de 1963.
  2. Ein erschütternder Gedanke. Aber das geradezu Unfaßbare daran war, daß der Täter unbemerkt derartig bedeutende Mengen beiseite bringen konnte. Und so wenig die Tat des Angeklagten aufgefallen war, so schloß ich weiter, so wenig konnte es da auffallen, daß da 50.000 oder 100.000 Menschen verschwunden und verascht worden waren. Eine natürliche Todesursache konnte hier ja nicht obwalten, sondern die Menschen, die mußten hier ermordet worden sein.
    Un pensamiento impactante. Pero lo casi incomprensible al respecto es que el autor pudiese reservar desapercibido cantidades tan significativas. Y tan poco como se había notado el hecho del acusado, concluí que apenas era perceptible que 50 000 o 100 000 personas hubieran desaparecido y hubieran sido reducidas a cenizas. No podía tratarse de una muerte por causa natural, sino que las personas tuvieron que ser asesinadas.
    Konrad Morgen, 9 de marzo de 1963.

Referencias[editar]

  1. Raphael Gross: Die Ethik des wahrheitssuchenden Richters, S. 245 In: Werner Konitzer und Raphael Gross (Hrsg.): Moralität des Bösen – Ethik und nationalsozialistische Verbrechen, hrsg. im Auftrag des Fritz Bauer Instituts. Frankfurt–New York 2009, ISBN 978-3-593-39021-5
  2. En español (literalmente), Propaganda de guerra y prevención de guerra.
  3. a b Gross, 2009, p. 247.
  4. a b Rees, 2005, p. 216.
  5. International Military Tribunal: Der Prozess gegen die Hauptkriegsverbrecher vor dem Internationalen Militärgerichtshof (Vol. 20, pp. 531-563 [7 y 8 de agosto de 1946]). (1984). Múnich: Delphin. ISBN 3-7735-2510-9;
  6. «Erschließungsband zur Mikrofiche-Edition: Mit einer Einleitung von Angelika Ebbinghaus zur Geschichte des Prozesses und Kurzbiographien der Prozeßbeteiligten». En K. Linne (dir.) (1999), Der Nürnberger Ärzteprozeß 1946/47. Wortprotokolle, Anklage- und Verteidigungsmaterial, Quellen zum Umfeld (p. 124). Múnich.
  7. Gross, 2009, p. 251.
  8. Kogon, 1974, pp. 325 y ss.
  9. a b Hilberg, 1990, p. 970.
  10. Wiese y Betts, 2010, p. 208 (nota 14).
  11. Gross, 2009, pp. 248 y 251.
  12. Fritz-Bauer-Institut Frankfurt am Main, Staatliches Museum Auschwitz-Birkenau (dirs.) (2005). Der Auschwitz-Prozeß [DVD-ROM]. Berlín: Directmedia Publishing. ISBN 3-89853-501-0.

Bibliografía[editar]

  • Fritz Bauer Institut Frankfurt am Main y Staatlichen Museum Auschwitz-Birkenau (2004). Der Auschwitz-Prozeß (DVD-ROM) (en alemán). Berlín. pp. 5556-5696. ISBN 3-89853-501-0. 
  • Gross, R. (2009). «Die Ethik des wahrheitssuchenden Richters». En Werner Konitzer y Raphael Gross, ed. Moralität des Bösen – Ethik und nationalsozialistische Verbrechen (en alemán). Fráncfort del Meno: Fritz Bauer Instituts. pp. 243-264. ISBN 978-3-593-39021-5. 
  • Hilberg, Raul (1990). Die Vernichtung der europäischen Juden (en alemán) 2. Fráncfort del Meno: S. Fischer. ISBN 3-596-24417-X. 
  • IMT (1984). Der Nürnberger Prozess gegen die Hauptkriegsverbrecher (en alemán) 20. Múnich. pp. 531-563 (7 y 8 de agosto de 1946). ISBN 3-7735-2510-9. Consultado el 20 de septiembre de 2019. 
  • Klee, Ernst (2013). Auschwitz. Täter, Gehilfen, Opfer und was aus ihnen wurde. Ein Personenlexikon (en alemán). Fráncfort del Meno: S. Fischer. ISBN 978-3-10-039333-3. 
  • Kogon, Eugen (1974). Der SS-Staat. Das System der deutschen Konzentrationslager. (en alemán). Múnich. 
  • Pauer-Studer, Herlinde; Velleman, J. David (2017). »Weil ich nun mal Gerechtigkeitsfanatiker bin«. Der Fall des SS-Richters Konrad Morgen (en alemán). Berlín. ISBN 978-3-518-42599-2. 
  • Rees, Laurence (2005). Auschwitz. Los nazis y la «solución final». Barcelona: Crítica. 
  • Wiese, Christian; Betts, Paul (2010). Years of Persecution, Years of Extermination. Saul Friedländer and the Future of Holocaust Studies (en inglés). Londres: Continuum. ISBN 9781441189370. 
  • Vec, Miloš (15 de septiembre de 2017). «Der SS-Richter, der 1944 Adolf Eichmann verhaften wollte». Neue Zürcher Zeitung: 39. Consultado el 20 de septiembre de 2019.