Montero de traílla
Los monteros de traílla eran una ocupación palaciega que participaban en las monterías de la persona real.
A su cargo estaba tener cada uno en su casa un sabueso de traílla que el rey les daba para concertar y emplazar el jabalí, venado, gamo u oso. Se llamaba concertar o emplazar a la acción de ir los monteros con los sabuesos al monte distribuidos por diversos lugares, y visitar el monte y los lugares fragosos del mismo y a partir de las huellas encontradas y del reconocimiento visual, conocer el tipo y cantidad de caza que se encontraba en el monte así como el lugar donde se encontraba y la parte donde debía de ser la corrida. Conocido esto tocaban la bocina a los demás compañeros y se juntaban todos, de modo que llegados a aquel lugar daban cuenta al sotamontero de lo que cada uno había visto, y conforme a lo que allí se comentaba sobre la disposición del monte, concertaban la montería y daban aviso al rey o a la persona que debía de ir de caza.
Los monteros de traílla solían ser doce: cuatro a caballo y ocho a pie.