Otra esperanza

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Otra esperanza es una película de Argentina filmada en colores dirigida por Mercedes Frutos sobre su propio guion escrito en colaboración con Jorge Goldenberg y Ernesto Schoo según el cuento homónimo de Adolfo Bioy Casares que se estrenó el 22 de febrero de 1996 y que tuvo como actores principales a Pepe Soriano, Héctor Bidonde, Constanza Maral y Héctor Calori.

La película se filmó en 1984 en 16 mm y se amplió al año siguiente a 35 mm. Invitada al Festival de Cine de Berlín no se pudo completar el montaje y la sonorización a tiempo para concurrir. Fue exhibida por primera vez en el Festival de Cine de Santa Fe en 1991 y estrenada comercialmente en 1996.[1]

Sinopsis[editar]

Un hombre que observa la casual y constante desaparición de los obreros de una fábrica se pone a hacer averiguaciones.[2]

Reparto[editar]

Comentarios[editar]

Sergio Wolf en Film escribió:

«…se travistió la inquietante fábrica del dolor del cuento de Bioy Casares en un ramplón alegato peronista.»[1]

La Nación opinó:

«…la directora …modifica mínimamente el contenido [del cuento] pero impone sus ideas en la reescritura fílmica…prefiere el costado social de la historia….En el tiempo en que fue realizada la película (1984) el alzamiento...de los obreros encerrados en el subsuelo era leído como una violenta liberación de desaparecidos del régimen político anterior a 1983. El tiempo transcurrido le da al tema otros toques más bien relacionados con un descuido social en favor de los trabajadores. Estas interpretaciones hablan bien de la película en la medida en que sus contenidos entendidos en su plasticidad mantienen vigencia más allá del tiempo en que fue producida...La acción es presentada bajo la óptica del más severo neorrealismo…severo y consecuente retrato de habitantes del suburbio dentro de un boliche y durante las fiestas del carnaval. Pepe Soriano…construye su personaje con su habitual destreza confiriéndole la humanidad que el sacrificado individuo requiere. Norma Ibarra ingresa con un rostro expresivo y Constanza Maral y Héctor Calori ponen la necesaria cuota de villanía a su desgraciada invención.»[2]

Manrupe y Portela escriben:

«El notable cuento de Bioy y su metáfora de usar el dolor como fuente de energía, en una adaptación por debajo del original.»[1]

Nominaciones[editar]

Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina

Notas[editar]

  1. a b c Manrupe y Portela, 2003, p. 184.
  2. a b Claudio España, Claudio (22 de febrero de 1996). «Un cuento de Bioy Casares expuesto con gran fervor». La Nación. Consultado el 29 de febrero de 2016. 

Referencias[editar]

  • Manrupe, Raúl; Portela, María Alejandra (2003). Un diccionario de films argentinos II 1996-2002. Buenos Aires: Editorial Corregidor. p. 184. ISBN 950-05-1525-3. 

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