Retablo de la Quinta Angustia (Catedral de Orense)

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Retablo de la Quinta Angustia
Autor Maestro de Sobrado
Creación c. 1550-1557
Ubicación Catedral de Orense (Galicia, España)
Estilo manierista y rococó
Material madera de nogal policromada

El retablo de la Quinta Angustia es una obra realizada por el Maestro de Sobrado aproximadamente entre 1550 y 1557. Está ubicado en la Catedral de Orense (Galicia, España).

Historia[editar]

Retablo[editar]

Aunque la datación del retablo no puede establecerse con exactitud, la autoría del Maestro de Sobrado está fuera de toda duda, si bien en la década de 1960 Ramón Otero Pedrayo lo consideró obra de Juan de Juni,[1]: 546  Gaspar Becerra o algún discípulo de Alonso Berruguete,[2]: 239  habiéndose atribuido anteriormente a Francisco de Moure.[3]: 147  El historiador del arte Juan José Martín González, quien en la misma época asignó la pieza correctamente al maestro,[4]: 69  fechó el retablo en torno a 1547, afirmando que para entonces tal vez ya estaba acabado;[5]: 40  esta datación resulta sin embargo imposible puesto que el Maestro de Sobrado no llegó a Orense hasta 1550 (de 1545 a 1550 estuvo trabajando en el retablo mayor de la iglesia del Monasterio de Santa María de Sobrado).[6]​ Pese a desconocerse en qué franja temporal se ejecutó la obra, hay constancia de que la misma estaba terminada para 1557,[7]: 54  lo que deja el periodo 1550-1557 como la fecha correcta en la que encuadrar su factura, si bien la policromía y el dorado no serían aplicados hasta varios años después, cuando el 31 de octubre de 1565 Juan Tomás Celma (tío de Juan Bautista Celma, famoso por su labor en la Catedral de Santiago de Compostela) firmó el contrato correspondiente,[4]: 70  siendo esta su obra más importante en Galicia.[8]​ A mayores, Celma tenía el cometido de elaborar un guardapolvo para la zona superior y de instalar las armas del regidor Rodrigo Díaz de Cadórniga, debiendo colocar a su vez, a modo de protección del retablo, una cortina de color negro con una Piedad pintada sobre ella.[4]: 70  Más de dos siglos después, en 1776, el pintor Carlos Rodríguez incorporó sobre el ático un remate en estilo rococó consistente en una rocalla de grandes dimensiones y, a ambos lados del retablo, unas orejas o pulseras de similares características con cartelas que renuevan la inscripción inicialmente presente, alusiva a la fundación del espacio donde se ubica el retablo, la Capilla de San Benito, también denominada Capilla de Alba, en el brazo norte del crucero, junto a la Capilla del Santo Cristo; el retablo llegaría a ser conocido precisamente como retablo de San Benito y también como retablo de la Misa de Alba en honor a la liturgia que se celebraba allí antiguamente. Este espacio, además, constituye la capilla funeraria de al menos uno de sus fundadores, el arcediano Alonso González de la Morera, quien está enterrado a los pies del retablo, obra que él mismo comisionó al Maestro de Sobrado.[7]: 54  Esta pieza no fue el único encargo realizado por González de la Morera al artista, pues hay pruebas documentales de que el maestro elaboró para el arcediano un retablo historiado de la Pasión, obra destinada a la devoción particular al igual que un tríptico mutilado propiedad del Museo Arqueológico Provincial, pieza elaborada también por el Maestro de Sobrado aunque de procedencia desconocida.[6]

Capilla[editar]

En lo que respecta a la capilla, esta fue fundada a mediados del siglo xvi por Alonso González de la Morera y su sobrino Francisco Rodríguez de la Morera, regidor de Orense, estableciendo ambos varios aniversarios y cuatro capellanías con ciertas obligaciones, entre ellas la de una misa de alba, así llamada por celebrarse en el crepúsculo matutino. En 1555, ante el escribano Gonzalo Placer, Francisco otorgó escritura de fundación de vínculo a favor de un sobrino suyo y otros: con esta fundación creó dos capellanías con misa de alba y una capellanía de diez misas en verano y once en invierno, quedando este pariente y sus sucesores obligados a dar ornamentos y todo lo necesario para el oficio de las liturgias. Sumado a lo anterior, Francisco dejó una determinada cantidad de dinero a la fábrica a modo de ayuda para que se pudiese fundir la campana mayor, regalando otro esquilón para que tocase durante las misas celebradas en la Capilla de Alba y fundando a mayores cuatro aniversarios. Para comienzos del siglo xx la capilla pertenecía al patronato de los condes de Taboada, en quienes recayó esta titularidad por derivación de Aldonza de Cadórniga, habiéndose reducido para entonces las obligaciones a tan solo la misa de alba y la entrega de siete ducados anuales para la oblata.[3]: 146–147 

Descripción[editar]

Arquitectura[editar]

Según una descripción realizada con motivo de la visita el 25 de enero de 1568 del obispo Fernando Tricio de Arenzana:

S. S.a visitó el altar de San Benito que está a la puerta del Santo Crucifijo a la mano derecha como salen de la lglesia, dícese allí la Misa de Alba y la de las once, en lo más alto está imagen del San Benito de bulto, el retablo representa la quinta Angustia con todas las imágenes de bulto y doradas. Está delante un guarda polvo negro con unas imágenes blancas, dicen que está a cargo del Regidor Ruy Díaz de Cadórniga.[3]: 147–148 

El retablo, perteneciente a la tipología de retablo escenario, posee un cuerpo de una sola calle, banco y ático; el cuerpo alberga un alto relieve de la Quinta Angustia (también conocido como Lamentación ante Cristo muerto), mientras que el ático exhibe una talla de bulto redondo de San Benito,[5]: 40  obra del Maestro de Sobrado al igual que la talla del esamblaje.[4]: 70  El banco se ornamenta con un relieve en el que figura un escudo (el único con el que cuenta el retablo) sostenido por dos putti[5]: 40  de aspecto hinchado y prominente musculatura,[4]: 70  destacando a su vez relieves de lanzas, trofeos, militares y una cartela, así como temática de corte fantástico (atlantes) en los netos de los pilares del cuerpo del retablo, el cual se halla flanqueado por columnas de fuste anillado en la sección central y decoradas en las áreas superior e inferior con calaveras, caretas y mascarones ligados entre sí por telas colgantes. Los capiteles, inicialmente de orden compuesto, quedan modificados por el añadido de mascarones en el centro en vez del típico florón, contando a los lados con volutas dobles. Por su parte, las retropilastras son igualmente de orden compuesto y poseen ornamentación de candelieri en el fuste, mientras que el friso se quiebra por la existencia de cuatro netos divididos en la cornisa por las cabezas en relieve de cuatro serafines del mismo tipo que los que adornan las esquinas superiores del cuerpo.[5]: 42 [4]: 70  En lo que respecta al ático o cuerpo terminal, este consiste en una hornacina de medio punto flanqueada por pilares de fuste estriado en vertical con decoración de telas colgantes a imagen y semejanza de las columnas inferiores, todo rematado con un frontón clásico muy moldurado.[5]: 42  En los laterales del retablo figuran sendas cartelas con inscripciones: «ESTA CAPILLA LA DOTARON LOS SEÑORES.EL ARCEDIANO D.oA.o DE MORERA Y DE CAIPERO RRS.» (izquierda); «Y FRANCISCO RRS. REGIDORES DE ESTA CIVd YLA ACABO D.o DIAZ DE CADORNIGA AÑO 1566.» (derecha).

La Quinta Angustia[editar]

Relieve de la Quinta Angustia.

En lo tocante al relieve de la Quinta Angustia, tallado en madera de nogal, este representa el momento inmediatamente posterior al Descendimiento, con la Virgen sujetando el cadáver de su hijo en lo que constituye una Piedad, fungiendo otros seis personajes como acompañantes en el duelo. La tipología de la escena guarda similitudes con el relieve de la Lamentación sobre Cristo Muerto, uno de los tres que se conservan del retablo mayor de la iglesia del Monasterio de Santa María de Sobrado, si bien en ambos se acusan importantes diferencias como consecuencia de haber sido ejecutados en dos periodos distintos. Cristo, de una calidad excepcional, figura sin vida y con el cuerpo hundido por el peso en el regazo de su madre, con la cabeza reproduciendo el modelo reflejado en el Cristo crucificado de Sobrado, única talla de bulto redondo del retablo monacal que ha llegado a nuestros días y que actualmente se custodia junto con el relieve de la Lamentación sobre Cristo Muerto en la Iglesia de San Pedro de Porta, teniendo a su vez ambas imágenes la cabeza incrustada en el torso. María se aferra con fuerza al cuerpo inerte de Jesús al tiempo que llora con resignación mientras María Magdalena, arrodillada junto a Cristo, acaricia los pies de Jesús con la mano izquierda a la vez que presiona su pecho con la derecha en señal de duelo y de arrepentimiento por los pecados de su vida anterior, reflejando su actitud el sentimiento universal por la tortura y ejecución de un ser inocente de toda culpa. San Juan se erige a la izquierda de la composición sosteniendo la cabeza de Cristo, destacando muy cerca de él una de las Santas Mujeres (María de Cleofás) rezando y en estado de profunda aflicción. A la derecha de la escena figura Nicodemo de la misma forma que en el relieve de Sobrado con la corona de espinas entre las manos, si bien la imagen de José de Arimatea, situada detrás de San Juan, es distinta a la del relieve aunque idéntica a la del pastor arrodillado en el relieve de la Adoración de los pastores,[4]: 69  otra de las piezas conservadas del retablo de Sobrado.

El dolor plasmado posee gran veracidad y se halla exento de cualquier atisbo de teatralidad; fiel al manierismo imperante en la época, el esquema mostrado está muy organizado, con la cabeza de la Virgen fungiendo como centro geométrico, si bien la carga emocional se divide en dos líneas oblicuas las cuales forman un aspa: las cabezas de María, María de Cleofás y Nicodemo lucen inclinadas, dirigiendo de esta forma la mirada del espectador y por tanto la carga emocional al cuerpo de Jesús, mientras que la inclinación de los rostros de San Juan y José de Arimatea conducen la mirada de los fieles igualmente a Cristo aunque siguiendo otra trayectoria. Estas dos líneas conforman un triángulo en cuya área se erige otra de las Santas Mujeres (María Salomé), sumida en un gran dolor y con los ojos dirigidos en sentido vertical hacia el cadáver de Jesús,[4]: 70  quedando esta figura y la de la Magdalena como las únicas que no se encuadran en ninguna trayectoria. En cuanto a los ropajes, la disposición de los mantos de la Virgen y las Santas Mujeres coincide con la de los paños de la imagen de Santa Marta custodiada en la Iglesia de Santa Marta de Tioira, obra también del Maestro de Sobrado,[9]: 405  mientras que en términos generales el retablo, al ser de tipo escenario, supone un ejemplo de la expansión de esta temática por la península junto con muchos otros, como el retablo de las Angustias del Monasterio de Santa María de Cenarruza, en Vizcaya,[10]: 10  siendo por otro lado su decoración similar a la del retablo mayor de la Iglesia de San Salvador de Pazos de Arenteiro y a la del retablo de San Miguel de la Iglesia de San Juan de Casoio.[5]: 42 

Escudo[editar]

Escudo.

Pese a que Celma tenía el cometido de instalar las armas de Díaz de Cadórniga y de que el escudo presente en la estructura fue identificado como perteneciente a la familia de la Morera por María Dolores Vila Jato,[5]: 40  la heráldica no se corresponde con ninguno de estos dos apellidos:[nota 1]​ el segundo y tercer cuartel, compuesto cada uno por cinco flores de lis en forma de aspa o sotuer, constituyen una variante de las armas de la famila Deza, presentes a su vez en el n.º 3 de la plaza del Hierro[11]: 1  (Juan de Deza, arcediano de Búbal y abad de Villaza, está enterrado en un sepulcro a escasos metros del retablo),[12]​ mientras que tanto el primer como el cuarto cuartel muestran un pino y dos cabras,[nota 2]​ elementos que configuran las armas de los Sotelo, familia vinculada a la catedral a través del regidor Álvaro Salgado Sotelo, patrono de la Capilla de San Antonio, y del deán Antonio Sotelo y Novoa, fundador de la Capilla de la Inmaculada.[13]: 129  Este escudo figura igualmente en otras zonas de la provincia: la Iglesia de Santiago de Allariz; el sepulcro de Ochoa de Espinosa, conservado en el Museo Arqueológico Provincial; la Colegiata de Santa María de Xunqueira de Ambía; la casa de los Sotelo, a escasos metros de la catedral; la casa de los Armada, también cercana a la catedral; la casa del Conde, en Maceda; el pazo de Guizamonde, a las afueras de la ciudad; la casa de Amoeiro, en Allariz; la casa de Benito González Oxea, también en Allariz; el pazo de Eiras, en San Amaro; la Iglesia de Santa María de Feá, en Toén; el pazo del conde de Torre de Penela, también en Toén; la Iglesia de San Pedro de Maus, en Vilar de Barrio; la casa de Chaioso, en Maceda; y varias casas en San Cibrao das Viñas.[14]​ Sumado a esto, el escudo aparece en el sepulcro de la marquesa de Villaverde de Limia,[13]: 129  fechado en 1854 y situado en el cementerio de San Francisco;[15]​ en este caso las cabras son reemplazadas por leones, si bien se considera un error de cantería.[13]: 129 

Legado[editar]

El retablo, restaurado en un plazo de dos meses en 2007 por la empresa Alquimia Restauración[16]​ y con fondos de la Fundació Caixa Catalunya (adolecía de xilófagos, escombros y problemas de estabilidad y consolidación), se erige como uno de los más importantes y ricamente expresivos ejemplares del Renacimiento español,[4]: 69 [17]​ ejecutado en una época de decadencia artística derivada de la desaparición de Cornielles de Holanda y su taller (solo se conservan cuatro retablos de este periodo, siendo el de la catedral el más destacado).[5]: 40  Sumado a lo anterior, el retablo de la Quinta Angustia es el más innovador del momento por haber introducido en el panorama artístico gallego no solo la influencia de Juan de Juni sino también los motivos ornamentales plenamente asumidos de corte clásico (atlantes, calaveras, putti, etc.), además de la exuberancia en la decoración que, salvo algunos cambios menores, se mantendría hasta finales del siglo xvi.[5]: 42 

Notas[editar]

  1. Díaz de Cadórniga: en campo de plata, una nave de sable sobre ondas de mar de azur y plata.
    De la Morera: en campo de plata, una morera de sinople arrancada y frutada de sable.
  2. En campo de oro, un pino de sinople, y dos cabras de su color, atadas al pie y empinadas al tronco, comiendo de sus ramas.

Referencias[editar]

  1. Otero Pedrayo, Ramón (2004). Galaxia, ed. Una historia del arte universal. ISBN 9788482887029. 
  2. Otero Pedrayo, Ramón (1965). Galaxia, ed. Guía de Galicia. 
  3. a b c Sánchez Arteaga, Manuel; Cid Rodríguez, Cándido (1916). La Región, ed. Apuntes histórico artísticos de la Catedral de Orense. 
  4. a b c d e f g h i Martín González, Juan José (1966). «El Maestro de Sobrado». Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología 32. ISSN 0210-9573. 
  5. a b c d e f g h i Vila Jato, María Dolores (1987-1989). «El retablo renacentista en Galicia». Imafronte (3-5). ISSN 0213-392X. 
  6. a b Barriocanal López, Yolanda (diciembre de 2004). «Puerta de tríptico. Maestro de Sobrado». En Museo Arqueolóxico Provincial de Ourense, ed. Pieza del mes. 
  7. a b González García, Miguel Ángel (2018). ArtiSplendore, ed. Catedral de Ourense: Sorpresa gozosa de arte y fe. ISBN 978-84-946242-8-5. 
  8. «Juan Tomás Celma». dbe.rah.es. 
  9. González García, Miguel Ángel (2008). «Tres nuevas obras atribuibles al maestro de Sobrado o su taller». Porta da aira: revista de historia del arte orensano (12). ISSN 0214-4964. 
  10. De Vega Rao, Elena (2017). Universidad de Valladolid. Facultad de Filosofía y Letras, ed. El retablo escenario en Castilla y León. 
  11. Taboada Sanz, Adolfo. «LABRAS HERALDICAS DE OURENSE». 
  12. «Catedral de San Martiño». beaypepe.com. 
  13. a b c Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas (1949). Revista del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas (4-6). 
  14. Asociación Academia de Genealogía Heráldica y Nobiliaria de Galicia (21 de marzo de 2018). «Linaje SOTELO o SOUTELO». 
  15. «Los mausoleos del cementerio de San Francisco». La Región. 31 de octubre de 2020. 
  16. «RESTAURACIÓN DE ALQUIMIA DE ALQUIMIA PARA LA CATEDRAL DE OURENSE». lahornacina.com. 19 de mayo de 2006. 
  17. García, Jesús Manuel (18 de mayo de 2007). «La Catedral de Ourense recupera un retablo clave del Renacimiento». La Voz de Galicia.