Retrato de la duquesa de Osuna

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María Josefa de la Soledad, condesa de Benavente, duquesa de Osuna
Autor Francisco de Goya
Creación 1785
Material Óleo y Lienzo
Dimensiones 104 centímetros x 80 centímetros
Retrato del duque de Osuna con uniforme de la Guardia de Corps.

Retrato de la condesa-duquesa de Benavente o Retrato de María Josefa de la Soledad, duquesa de Osuna es un retrato del pintor español Francisco de Goya que representa a esta aristócrata ilustrada española.[1]

La duquesa de Benavente[editar]

María Josefa Pimentel y Téllez-Girón (1752-1834) fue una aristócrata miembro de una de las más antiguas familias nobles españolas, poseyendo numerosos títulos, entre ellos duquesa de Benavente y condesa consorte de Osuna. Se distinguió por su inteligencia y puntos de vista progresistas. Jugó un importante papel en la sociedad española de la época, iniciando numerosas acciones benéficas y sociales como miembro activo y primera presidenta de la Junta de Damas, fundada en la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País [1]​. Durante la guerra de independencia contra los franceses, se trasladó de la capital a Cádiz para no apoyar al régimen. Murió en Madrid el 5 de octubre de 1834, a los 82 años.[2]

Junto a su marido, el duque de Osuna, estuvieron entre los máximos representantes de la Ilustración española. Juntos organizaban tertulias y veladas donde se reunían los principales artistas e intelectuales ilustrados de Madrid. Apoyaron la cultura, y crearon una biblioteca considerable que contenía volúmenes prohibidos por la Inquisición. Patrocinaron a científicos y artistas de la época, incluidos Leandro Fernández de Moratín y Goya.[1]

Circunstancias[editar]

Los duques de Osuna se convirtieron en los primeros mecenas de Goya en Madrid, y su protección marcó el ritmo de la carrera del pintor. Por los retratos individuales de la pareja realizados en 1785, Goya recibió 4.800 reales de vellón [3]​ y pedidos posteriores, incluyendo el retrato familiar de Los duques de Osuna y sus hijos [4]​. La duquesa también le encargó una serie de pinturas de gabinete, cuya inusual temática era la brujería y que prefigura la de los Caprichos.[1]

Descripción[editar]

El retrato fue creado en 1785 como pendant o sea pareja del de su esposo con uniforme de la Guardia de Corps. La duquesa tenía entonces 33 años y luce un vestido azul de paseo al estilo inglés, con la falda, corpiño, escote y puños adornados con encaje, y mangas ceñidas cortas hasta el codo. El escote en uve es cubierto con un fino pañuelo de gasa. Su atuendo y peinado siguen el estilo parisino de María Antonieta, es elegante pero no frívolo. El pecho queda resaltado con un lazo de seda rosa, a juego con los que también adornan el sombrero junto a pequeñas flores, plumas de avestruz y garza. Los guantes largos blancos están hechos de cuero fino. La duquesa sostiene un abanico en una mano y descansa sobre el mango del paraguas cerrado la otra; su actitud muestra autocontrol y confianza en sí misma. Una peluca gris con rizos intrincadamente dispuestos rodea su rostro amable, atrayendo la atención hacia la mirada inteligente y vivaz. Goya no corrige los defectos de su belleza: nariz demasiado larga y boca estrecha.[1][5]

El pintor enfatizó los detalles con ligeras pinceladas y obtuvo suaves transiciones de tonalidades mediante veladuras.[1]

Procedencia[editar]

La propiedad de los duques fue dilapidada en gran parte por sus herederos, especialmente el XII duque de Osuna, Mariano Téllez-Girón. En 1896 se celebró en Madrid una subasta pública de la propiedad familiar y la colección de arte.[6]​ Se vendió entonces el retrato de la duquesa, que pasó a la colección de Alfred Bauer, y luego a la de Juan March Ordinas y la de Bartolomé March Server. Actualmente pertenece a la colección de la Fundación Bartolomé March.[3]

Referencias[editar]