Robo de atención

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Las vallas publicitarias son un ejemplo comúnmente citado de robo de atención.

El robo de atención es una teoría en sociología económica y psicología que describe situaciones en las que los especialistas en mercadotecnia sirven anuncios de publicidad a consumidores que no han dado su consentimiento para verlos y a quienes no se les da nada a cambio. Los perpetradores buscan distraer a los destinatarios con su contenido publicitario, llamando así su atención.[1][2][3]

El robo de atención se ha criticado como un ejemplo de mercadotecnia poco ética. Se relaciona con el concepto de economía de la atención,[1]​ que postula que la atención es un recurso escaso y le aplica la teoría económica.[3]

Base psicológica[editar]

Vehículos con publicidad sonora se utilizan con frecuencia en Japón para transmitir mensajes políticos o comerciales.

Las personas son susceptibles al robo de atención porque tienden de manera predeterminada a prestar atención a cualquier estímulo en su entorno que sea más notable, un fenómeno conocido en psicología como orientación exógena.[2]​ Los anunciantes pueden publicar contenido diseñado deliberadamente para distraer, lo que dificulta ignorarlo.[2][4]​ Ejemplos de este tipo de contenido pueden incluir animaciones, letras en negrita, diseños abarrotados y notificaciones frecuentes o innecesarias.[5]

Ejemplos[editar]

Los ejemplos comúnmente citados de robo de atención incluyen vallas publicitarias, aplicaciones que envían notificaciones promocionales, vehículos con publicidad sonora, correo spam y pantallas de televisión con contenido promocional en su mayor parte o en su totalidad en ubicaciones con una audiencia cautiva, como estaciones de servicio, aviones, salas de espera y taxis.[1][2][6]

Crítica[editar]

Los críticos del robo de atención lo caracterizan como un tipo de mercadotecnia poco ética.[1]​ Argumentan que contribuye a la sobrecarga informativa, lo que conduce a resultados de salud negativos e infringe la libertad intelectual.[1]​ Escribiendo en Wired en 2017, el académico legal Tim Wu instó a los gobiernos municipales a aprobar leyes que prohíban algunos casos de robo de atención.[1]​ Wu y otros temen que los avances tecnológicos inminentes puedan aumentar la omnipresencia del fenómeno.[1][2]

Referencias[editar]

  1. a b c d e f g Wu, Tim (14 de abril de 2017). «The Crisis of Attention Theft—Ads That Steal Your Time for Nothing in Return». Wired (en inglés). Consultado el 9 de agosto de 2021. 
  2. a b c d e McFedries, Paul (22 de mayo de 2014). «Stop, Attention Thief!». IEEE Spectrum (en inglés) (Institute of Electrical and Electronics Engineers). Consultado el 9 de agosto de 2021. 
  3. a b McCullough, Malcolm (2013). Ambient Commons: Attention in the Age of Embodied Information. Cambridge, Massachusetts: MIT Press. ISBN 978-0-262-31348-3. 
  4. Gazzaley, Adam; Rosen, Larry D. (2013). The Distracted Mind: Ancient Brains in a High-Tech World. MIT Press. ISBN 978-1-60883-818-9. 
  5. Quinn, Christopher (5 de noviembre de 2020). «What Do Advertisers Gain From Stealing Your Attention Online?». GREY Journal (en inglés). Consultado el 9 de agosto de 2021. 
  6. Hayes, Tom (3 de septiembre de 2017). «Next Up for the Internet: The Attention Rights Movement». Tombomb (en inglés). Archivado desde el original el 3 de septiembre de 2017. Consultado el 9 de agosto de 2021.